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01 octubre 2008

IFE: aliento a la impunidad

álvaro delgado (apro).- Con las multas que impuso a partidos políticos por la elección del 2006, sobre todo por el plantón que encabezó Andrés Manuel López Obrador en el Paseo de la Reforma y la intentona frustrada para evitar la toma de posesión de Felipe Calderón, el Instituto Federal Electoral (IFE) pretende prevenir comportamientos análogos en las contiendas sucesivas, pero su lance es tan parcial que envía sólo una señal de impunidad, el sello de la vida política de México.

No puede entenderse de otra manera la falta de sanción al Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el organismo cúpula del sector privado del país, y al Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano (Celiderh) --que encabezó un amasijo de membretes--, que violaron la ley, de manera abierta e insolente, en el proceso electoral del 2006, cuyos expedientes pretende cerrar el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés.

De confirmarse que, en efecto, no procede ningún procedimiento ni ninguna sanción contra quienes gastaron 165 millones de pesos en promocionales de radio y televisión contra López Obrador, en una campaña que hasta a los voceros de la derecha les cuesta trabajo negar, sería una bofetada más contra esa entelequia llamada legalidad.

Si alguna duda había de la violación a la fracción XIII del artículo 48 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) --que establecía inequívocamente, antes de la reforma, que "en ningún caso se permitirá la contratación de propaganda en radio y televisión a favor o en contra de algún partido o candidato por parte de terceros"--, como alegaron en su momento los consejeros encabezados por Luis Carlos Ugalde, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) acreditó claramente tal conducta en el dictamen final de la elección presidencial.

Es preciso recordar que el CCE gastó 136 millones de pesos en una campaña que convocaba a los ciudadanos a conservar lo logrado y Celiderh, como cabeza de otros membretes, otros 30 millones 666 mil pesos, en difundir promocionales que comparaban a México con Venezuela, cuando Hugo Chávez instrumentó un golpe de Estado.

Según los miembros de la Comisión de Quejas, Marco Antonio Gómez Alcántar, Marco Antonio Baños y Virgilio Andrade, no se pudo acreditar que los miles de spots hayan favorecido al Partido Acción Nacional (PAN), un razonamiento en la lógica de la impunidad semejante al que esgrimió, en su momento, la Fiscalía Especializada para los Delitos Electorales (Fepade), que dejó sin sanción los más de siete millones de mensajes descalificativos emitidos por internet desde oficinas del gobierno federal.

La Fepade localizó los quipos desde donde se emitieron los mensajes, acreditó que eran parte de la guerra sucia contra López Obrador y que sí se violó la ley, pero no se podía castigar a nadie, porque había un vacío legal. Pero, a diferencia de este episodio, está claro no sólo que hubo una violación legal, sino que el PAN se vio favorecido.

La razón es muy sencilla: Quienes operaron la campaña sucia del CCE y Celiderh contra López Obrador tienen relaciones no sólo de intereses, sino afectivas, familiares y, claramente, políticas con el PAN y el gobierno de Calderón, como está demostrado en el libro El engaño. Prédica y práctica del PAN.

José Luis Barraza, el presidente del CCE en la campaña del 2006, si bien no es militante formal del PAN, es uno de los operadores políticos y empresariales del capo del sector privado en Chihuahua, Enrique Terrazas Torres, quien sí es militante formal del PAN y fue coordinador financiero de la campaña de Calderón en los estados del norte del país.

Como en este episodio de impunidad no hay casualidades, Barraza obtuvo no sólo palabras de elogio de Calderón --lo calificó de "patriota" al frente del CCE--, sino ganancias económicas: Es el gerente --todo su vida lo ha sido-- de Aeromexico, la aerolínea que Calderón privatizó para quienes financiaron su campaña.

La boda de su hija Lisa con el regiomontano Marcelo Margáin, con la que Barraza ascendió en el escalafón social, da idea de las alianzas mafiosas con fines electorales: El enlace civil tuvo un juez de lujo: El gobernador de Chihuahua, el priista José Reyes Baeza.

En la mesa principal, junto a Barraza y su esposa Liz Llamas, departían Emilio Azcárraga Jean, presidente del Grupo Televisa; Valentín Diez Morodo, vicepresidente del Grupo Modelo y expresidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN); y Claudio X. González, presidente del Grupo Kimberly Clark, expresidente del CCE y actual dirigente de los hombres más ricos del país.

Por su parte, Terrazas Torres fue el fundador de Celiderh y el operador de la campaña de spots fue Luis Enrique Terrazas Seyffert, al mismo tiempo presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Celiderh se fundó en 1989, y siempre ha estado a las órdenes de la facción ultraderechista del PAN en Chihuahua, en el que militan Gabriela, Alberto Federico, Genoveva y Liciana Terrazas Seyffert. También es militante del PAN la esposa de Alberto Federico Terrazas Seyffert, Belinda López Sroor, exsecretaria técnica del alcalde Juan Blanco, colaboradora de Calderón en la campaña y artífice del acopio de recursos del rico empresariado chihuahuense.

De manera que, si el IFE quisiera, encontraría que los más de 166 millones de pesos en spots del 2006 en realidad obedecieron a una campaña, claramente ilegal, para favorecer al PAN y Calderón.

Pero ya se sabe que la medianía de los actuales consejeros, por la que fueron elegidos, tiene una razón: No decirle no a los poderes reales del país.

Apuntes

Ahora que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a jueces dar entrada a un conjunto de juicios de amparo promovido por un grupo de ciudadanos inconformes con la reforma constitucional que prohíbe a partidos políticos y particulares comprar tiempo en radio y televisión -entre ellos organismos empresariales y opinadores--, los ministros harían bien en leer a uno de los pensadores más lúcidos y prolíficos de México: El discretísimo Gabriel Zaid, quien ayer en su colaboración en el diario Reforma derrumba, con categóricos argumentos, ese propósito... Como la razón es lo que menos importa, y la grandeza no es cualidad del grupo que encabeza Felipe Calderón, el guiño de López Obrador de procesar en el Congreso un acuerdo para afrontar el desplome económico, algo insólito en casi dos años, sencillamente será ignorado. Calderón no aceptará, porque su lectura es que si López Obrador hace esa oferta es porque está debilitado y su fin es fortalecerse con un acuerdo que para el gobierno es muy costoso, porque implica el fin de la apertura del petróleo al sector privado, el principal proyecto sexenal que, sin embargo, está muerto.


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26 septiembre 2008

Despedaza Villepin estrategia antinarco de Calderón

ÁLVARO DELGADO / APRO.- Dominique de Villepin, exprimer ministro de Francia, habló de soga en la casa del ahorcado: Ante dirigentes y funcionarios del Partido Acción Nacional (PAN), sus anfitriones, advirtió que un Estado que en el combate al crimen organizado antepone la militarización a la información de inteligencia y el ataque a sus redes financieras está condenado al fracaso.

Sin mencionar específicamente al gobierno de Felipe Calderón, que ha privilegiado el uso del Ejército y de las policías en la guerra que declaró al crimen organizado, Villepin afirmó también que para el éxito en el combate al terrorismo y al narcotráfico es fundamental la cohesión social y la "legitimidad" de un gobierno.

"Se necesita también tener la legitimidad que da la lucha contra la injusticia, que da la lucha contra la pobreza, que da la convicción de que sí hay que tomar en cuenta todo el mundo en una sociedad", puntualizó el político y diplomático francés en la conferencia y luego en rueda de prensa.

"El soporte del pueblo, la capacidad de cada uno de entender lo que está en peligro: El destino común de un país. Lo peor que puede existir en la situación actual son Estados fallidos", afirmó.

Ante la cúpula del PAN que preside Germán Martínez, y de funcionarios federales, como Luis Álvarez, comisionado para la atención de pueblos indígenas, y Alejandra Sota, la encargada de los discursos de Calderón, quien hoy habló del crimen organizado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el político francés dictó una conferencia magistral, en perfecto español, en el salón Manuel Gómez Morín, de ese partido.

Como parte de su exposición, recomendó a los funcionarios gubernamentales actuar con discreción en el tema del combate al crimen organizado:

"Es muy importante conocer el enemigo y saber cuáles son los modos más eficaces para luchar contra este crimen organizado. Se necesita tiempo, determinación; se necesita utilizar todos los instrumentos necesarios y de cierto modo se necesita también renunciar a lo que es una tentación clásica de las democracia de hoy: A esta sociedad del espectáculo, donde se maneja los problemas enfrente de las cámaras de televisión."

Los temas que abordó tuvieron que ver con la seguridad, el combate al crimen organizado, el terrorismo y la proliferación de armas, y la manera como deben ser enfrentados por un Estado, sobre todo después de que en los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos apareció un nuevo actor: El miedo.

En ese sentido, planteó que en la guerra contra el terrorismo y el crimen organizado se debe recurrir a la inteligencia para "conocer al enemigo invisible" y atacar sus circuitos financieros, porque "sin dinero no hay crimen organizado ni terrorismo".

"El tercer elemento, claro, es el uso de las fuerzas de seguridad, ya sea fuerza de policía o el ejército, pero que deben ser usadas con los otros medios, con los otros elementos y que no son suficientes. Yo diría: Ciertas veces al contrario", puntualizó el político de las coalición de derecha que gobierna Francia con Nicolás Sarkozy.

Explicó que la militarización de la lucha contra el terrorismo, como de manera ideológica lo ha hecho Estados Unidos en Irak o en Afganistán, muchas veces provoca otros problemas.

"Por eso me parece que es importante poner enfrente y adelante los elementos de inteligencia, los elementos financieros y económicos, y todo lo que es estrategia de seguridad y estrategia militar tienen que acompañar, pero no tienen que ser el elemento central. Acompañar de un modo muy escogido y absolutamente respetando las reglas de la democracia, porque se nutre el terrorismo y el crimen organizado de la capacidad de las democracias en no respetar sus propios principios", señaló.

Villepin, quien promovió en la ONU el rechazo a la invasión estadunidense a Irak, expuso que después de los atentados del 15 de septiembre en Morelia, Michoacán, es necesario hacer un esfuerzo de unidad.

"Hay problemas donde necesitamos un consenso social, un consenso político, un consenso nacional. Yo siempre he defendido en Francia, un país que se parece mucho a México, la idea que frente a ciertos peligros se necesita ir afuera de la vida política cotidiana.

"Claro que cada partido político, cada grupo tiene sus intereses, tiene su visión, pero enfrente de problemas como esos es importante estar junto porque fuerzas como las del crimen organizado, como las del terrorismo no tienen respuesta frente a una unión nacional, frente a unión política", concluyó.


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19 septiembre 2008

Fox, sordo y mudo

ALVARO DELGADO, apro.- Propenso habitualmente a opinar sobre cualquier tema, aun en su carácter de expresidente de la República, Vicente Fox enmudeció ante el atentado con granadas que dejó siete muertos y más de cien heridos en Morelia, Michoacán.

Impertérrito, y aun hostil, Fox se refugió en el silencio ante las preguntas que le formularon periodistas que lo vieron cruzar, solitario --sin escoltas ni Marta Sahagún, su mujer-- el vestíbulo del Partido Acción Nacional (PAN), que ayer conmemoró el 69 aniversario de su fundación.

--¿Qué opina sobre los hechos de Morelia?

--Al rato hablamos.

--¿Pero cuál es su opinión?

--Buenas noches.

--¿Es la herencia que usted le dejó a Calderón?

Nada respondió Fox. Siguió su paso hacia el elevador, que tardó en abrirse mientras era rodeado de reporteros y curiosos, extrañados de que nadie, ni un ujier y menos el presidente del PAN, Germán Martínez, haya salido a recibirlo.

Fox tampoco contó con acceso al estacionamiento subterráneo de gigantesco edificio del PAN, privilegio del que sí gozaron otros invitados especiales a la sombría conmemoración de otro aniversario del partido de la derecha, cuyo líder máximo, Felipe Calderón, pronunció el discurso estelar, precedido del de Martínez.

El "estimado Vicente Fox, expresidente de la República", como le llamó Calderón, no estuvo acompañado por su mujer Marta Sahagún ni tampoco contó con el arropamiento, como es habitual, de Manuel Espino, el expresidente del PAN que estuvo ausente también de la celebración.

El portavoz de ese partido, Homero Niño de Rivera, aseguró que sí fue invitado, pero su contraparte de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) que preside Espino, Liliana López Ruelas, informó que jamás se recibió invitación formal.

Así, solo, Fox tuvo que descender de un automóvil sobre la avenida Coyoacán y caminó hacia la entrada del edificio del PAN, donde el Estado Mayor Presidencial (EMP) instaló un arco detector de metales, como parte de un operativo de seguridad que abarcó vasta zonas de la colonia Del Valle y que incluyó a granaderos y vallas metálicas de la Policía Federal.

Ya dentro del edificio, convertido en una hermética guarida, el expresidente de México y copresidente de la Organización Demócrata de Centro (ODC), que agrupa a los partidos derechistas del mundo, trató de escabullirse de los periodistas.

--¿Puede responder dos preguntas?

--¡No!

--¿Tiene algún mensaje a los deudos de Morelia?

--¡No! Buenas noches, buenas noches, muy buenas noches, muy buenas noches, buenas noches.

--¿Ni un mensaje al pueblo de México, señor?

Fox, otra vez, guardó silencio y esquivó la mirada y las preguntas sobre la violencia del crimen que padece el país.

--¿Esta es su herencia?

El rostro de Fox se endureció mientras se cerraban las puertas del elevador.


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09 septiembre 2008

Peña Nieto: el proyecto de la mafia

Álvaro Delgado / APRO

Los publicistas fueron contratados para hacer de él, al costo que sea, un maniquí de lujo: ostensible la carga de maquillaje que encubre las imperfecciones del rostro y abundante el gel para modelar el peinado que evoca a Fernando Gutiérrez Barrios, viste trajes y camisas de corte y color precisos.

Y es que Enrique Peña Nieto, gobernador priista del Estado de México, es un acabado producto del dinero, que todo lo fabrica: su corta estatura se suple con tomas que lo hacen ver como un gigante y su juventud se capitaliza con un atuendo en oscuros combinados con blanco, que lo proyectan maduro y ejecutivo.

Pero detrás de la multimillonaria parafernalia --en radio, televisión, Internet e impresos-- que lo presenta como un gobernante escrupuloso y eficaz, con tamaños para ser presidente de México, habita un político tradicional: taimado y truculento, represor y gazmoño, capaz de todo para conquistar y retener el poder.

Lo conocí personalmente hace cuatro años: la tarde del 5 de agosto del 2004, en el restaurante Balmoral del hotel Presidente Chapultepec, lugar puesto de moda por Elba Esther Gordillo y Jorge Castañeda entre políticos de su misma talla, usuarios habituales del corredor Polanco-Condesa-Santa Fe.

Busqué a Peña Nieto para consultarle sobre la política en el Estado de México, en particular sobre las elecciones de 2005, ante las que el Partido Acción Nacional (PAN) llevaba la delantera, a pesar de las costosas campañas del gobernador Arturo Montiel, envuelto en escándalos de corrupción y de constantes ausencias de la entidad por su romance con Maude Versini.

Peña Nieto, quien era entonces coordinador de los diputados priistas locales --después de haber estado en el gobierno de Montiel como subsecretatrio de Gobierno y secretario de Administración--, prefirió ese restaurante a Toluca para la entrevista, en la que se escabullía, con los muy priistas formulismos, de una definición sobre su búsqueda de la candidatura a gobernador.

Por supuesto, una de sus expresiones fue que, como todo político, su "deseo mayor" era servir a su pueblo desde cualquier trinchera. "Mi interés es hacer política y poder servir", dijo, muy ceremonial.

--¿En serio, diputado?

"Es en serio. Digo, no hay político del estado que se jacte de hacer política que no aspire a la mayor magistratura, que ser gobernador. ¿Cuándo? ¿Cómo?, dependerá de las circunstancias".

--¿Hay circunstancias hoy?

"Si las circunstancias favorecen, entonces yo tomaré una definición respecto del tema".

--¿Cuándo?

"Cuando el partido tome las reglas para la definición de su candidato. Y ahí le mide uno el agua a los camotes. Hay chance o no. Porque no estaría en condición de ser juego o comparsa de algo".

--¿Hoy hay comparsas? ¿Quiénes son?

"Se han dado en la política siempre. Espero que no se dé en el estado. Hoy tenemos que jugar los priistas de manera inteligente. Sí estoy convencido que cualquier proyecto que el partido avale, es el que tenemos que respaldar todos los priistas. Si llega a haber una fractura, si alguien se resta de apoyar, podríamos correr un riesgo mayor".

La política priista bullía entonces: Isidro Pastor, Navarrete Alfonso Prida, Manuel Cadena y hasta Carlos Hank Rhon aspiraban a la candidatura priista, pero Montiel perfilaba como su delfín a Peña Nieto, conocido como uno de los Golden Boys, un grupo de jóvenes incrustados en el gobierno. "Es un apelativo al que no le doy importancia. No me gusta, pero tampoco voy a impedir que se use", decía.

Sobre sus adversarios internos, Peña Nieto decía: "Todos juegan, todos tienen más y menores posibilidades. Yo veo a todos jugando".

--¿Incluyéndolo a usted?

"Metido en la ecuación, no me desagrada. No puede desagradarte estar en una ecuación en la búsqueda de la perspectiva más importante del estado. Pero en política es cosa de tiempos y circunstancias".

--Ustedes los priistas son acartonados, tortuosos y expertos en escabullirse para las definiciones.

"¿La pregunta concreta es si yo aspiro?"

--Pues sí, ¿a usted le interesa?

Meditó durante unos segundos, posó su mirada en el piso y respondió: "Repito, no hay político a quien no le guste o quien haga política y que no aspire a esa responsabilidad mayor".

--O sea que sí.

"Si así lo deduces, dedúcela así".

--Es una conclusión lógica.

"Yo te diría: el interés mayor, mi definición se hará hasta que el partido tenga reglas clara sobre esto. Pero puedo decir algo más: soy un priista convencido de mi militancia, de mi partido, y más que pensar en lo que tenga o quiera, quiero estar a las órdenes de mi partido. Yo he aprendido y me he formado en esta disciplina partidaria y, más allá de lo que uno quiera, es lo que el partido quiere y desea para uno. El partido te va marcando rumbos. Aquí poco importará lo que yo quiera".

--Insisto: tiene usted 38 años y se comporta como alguien de 60.

"No, puede no convencerte, pero estoy convencido de esa disciplina partidaria, que ha sido una fortaleza de los priistas. No quiere decir que no se pueda, internamente, diferir. Se vale. Pero a final de cuentas debe imperar una disciplina partidaria".

Y soltó una larga explicación sobre la "disciplina", igual a la castrense y eclesiástica: "En la historia hay ejemplos: el Ejército y la Iglesia, y el PRI. Eso le dio 70 años de fortaleza. Creo que cuando se relajó esa disciplina partidaria, que verdaderamente se relajó y empezó a haber escisiones, fracturas, es cuando empezamos a tener descalabros."

Al final, Montiel concretó su proyecto: impuso a Peña Nieto, su sobrino y sobrino del exgobernador Alfredo del Mazo, a cambio de la impunidad de las raterías, plenamente acreditadas, en el gobierno.

Y ahora, justamente en el mismo esquema de complicidades, el gobernador del Estado de México --quien el viernes pasado rindió su tercer informe de gobierno-- se perfila como un prospecto en apariencia menos vulnerable que Manlio Fabio Beltrones para que el PRI recupere, en el 2012, la Presidencia de la República.

En el proyecto para impulsar a Peña Nieto están alineados dos prominentes ejemplares de la mafia política, Carlos Salinas y Elba Esther Gordillo, pero también conglomerados empresariales, del país y del extranjero, notablemente España. Es decir, la misma coalición de intereses que llevó a Felipe Calderón al cargo formal en el que hace el ridículo.

La unción de Peña Nieto será lo que estará en riesgo dentro de tres años, cuando deje la gubernatura, justo un año antes de la contienda presidencial del 2012, aunque él ya tiene discurso:

"Sigo pensando en la sabiduría del partido. En el partido, como no ocurre en otro, opera en estas decisiones, siempre, una magia partidaria que envuelve a los priistas. Cuando hay definición llega a haber claridad entre la militancia, que busca claridad en las definiciones."

--Parece una expresión de los sesenta, de Alfonso Martínez Domínguez.

"Forma es fondo -respondió Peña--. No perdamos la forma".

Tal cual.

Apuntes

Feliz viaje, amigo Pepe Zamarripa.

02 septiembre 2008

Un hombre llamado fracaso

Álvaro delgado MEXICO, D.F.- La decisión de Felipe Calderón de enviar a Juan Camilo Mouriño a la Cámara de Diputados para entregar al Congreso el informe del segundo año de gestión gubernamental es una muestra de desprecio a quienes con sinceridad se manifestaron, el sábado, justamente contra la delincuencia y la impunidad.

Sólo por ignorancia, complicidad o simulación --esa enfermedad nacional que ahoga a la sociedad-- puede soslayarse que Mouriño es un delincuente confeso de usar sus influencias como servidor público para beneficiar a los negocios familiares, y ya hasta panistas reconocen que ese comportamiento es un ejemplo más de la ruptura de carácter ético del partido de la derecha.

Por supuesto, la multiplicación de las conductas delincuenciales desde el poder --esas que soslayan los histéricos locutores y amanuenses oficialistas-- no se explica sin la impunidad, sello de la casa con Calderón, tal como lo expresó Germán Martínez, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), en una declaración que se enmarca en la galería de las desvergüenzas: “Que quede muy claro: En Acción Nacional lo respaldamos, lo hacemos con orgullo. Él es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad. ¡Eso representa Juan Camilo Mouriño!”.

Martínez expresó, con esas palabras, la hondura de la impunidad en la actual administración, pero lo hizo sobre todo en los hechos cuando fungió, transitoriamente, como secretario de la Función Pública, en teoría encargado de vigilar el comportamiento legal y ético de los servidores públicos, de los exfuncionarios y de sus parientes.

Fue la política del encubrimiento y no su breve paso para luego presidir por órdenes de Calderón el apéndice partidista del gobierno --como él mismo lo aceptó y consta en el libro El engaño: Prédica y práctica del PAN-- lo que explica que Fox no sólo ostente groseramente su fortuna --y las de sus hijastros--, sino que haya sido llamado como mariscal del inminente proceso electoral.

Así, en materia de combate a la delincuencia común y organizada, incluyendo la que ostenta cargos gubernamentales --como lo prueba el caso Mouriño, Fox y su mujer--, los marchistas del sábado 30 de agosto pueden estar seguros de que no ocurrirá nada eficaz, más que encuentros de relaciones públicas como los efectuados el mismo domingo, con Calderón y Marcelo Ebrard.

Ocurrió exactamente lo mismo hace cuatro años: Entre los 80 puntos que hizo suyos, como ahora Calderón y Ebrard –y seguramente lo harán el resto de los gobernadores, incluyendo el señoritingo Enrique Peña--, Fox les dio por su lado a los convocantes y se comprometió a crear, por ejemplo, un Instituto de Seguridad Pública y Justicia Social, que hasta se publicó en el Diario Oficial de la Federación.

Nada ocurrió por una sencilla razón: No hubo voluntad política y se mediatizó la legítima expresión de un importante sector de la sociedad civil para fines políticos, particularmente en la disputa electoral del 2006. Ahora, lamentablemente, se apunta en el mismo sentido, en una maniobra distractora para encubrir un problema tan grave como la inseguridad: La implacable crisis económica que se abate sobre la sociedad.

La semana pasada, en este espacio, apuntamos el deterioro de indicadores económicos, que ahora ratificamos: La inflación se dispara --el Banco de México hoy justamente subió su estimación de 5.07 a 5.61%--, mientras que se sigue contrayendo la actividad productiva --el año pasado el gobierno estimaba un crecimiento de 3.7%; en enero redujo sus estimaciones a 2.8% y ahora si acaso será de 2%--, cae la inversión nacional extranjera, las remesas de dólares que envías los mexicanos de Estados Unidos se desploman y el desempleo cunde.

Hoy mismo, lunes 1 de septiembre, se materializó otro gasolinazo: El precio del litro de las gasolinas subieron entre dos y tres centavos. Y de pilón, el pactito que Calderón firmó con las grandes cadenas de supermercados para congelar los chiles enlatados --previamente reetiquetados-- se desbarató, como se había anticipado.

Por eso no es cierto lo que desde las atalayas oficialistas se grita con histeria: Que el grupito --cada vez menor, como miden las encuestas-- de fanáticos de Andrés Manuel López Obrador quiere “tumbar” a Calderón.

En realidad, este personaje, si cae, no será en razón de un plan cuidadosamente urdido por sus más fieros adversarios --que para él y su jauría son enemigos--, sino por su propia ineptitud y el hartazgo de quienes lo llevaron al cargo, es decir, el amasijo de intereses a menudo delincuenciales entre políticos y traficantes de influencias, uno de cuyos ejemplares se llama Juan Camilo Mouriño.

Sí, el mismo que hoy --por cierto, estrenando lentes-- entregó en la Cámara de Diputados una copia del informe de gobierno, un documento burocrático en el que --en una rápida lectura-- no se atisba ninguna grandeza…

Apuntes

Pero si Calderón no cumple como gobernante de todos los mexicanos, no lo hace ni siquiera con los suyos: Justo a la hora en que Mouriño llegó al recinto de San Lázaro, a unos pasos de ese lugar la diputada federal del PAN Dolores de María de Manuell-Gómez Angulo, mejor conocida en Baja California como Dolores de Méndez, inició una huelga de hambre en protesta por las altísimas tarifas de luz eléctrica que, en campaña, Calderón se comprometió a bajar si votaban por él y que ya se le olvidó. Los habitantes de Mexicali pagan tarifas 58% más altas y los recibos son de más de 5 mil pesos mensuales y por eso le exige a Calderón que cumpla con su palabra de aplicar un subsidio. La legisladora, quien se define como “socialista” en el PAN, tiene antecedentes de rebeldía: Cuando fue diputada local entre 1989 y 1992, justo cuando el PAN conquistó con Ernesto Rufo la primera gubernatura, se declaró independiente y fue suspendida de sus derechos. Ahora no sólo está dispuesta a que la expulsen del PAN, como ya la han amenazado, sino inclusive a morir. “Ya viví 60 años”, dice la mujer, quien desde aquellos años proclamaba: “Soy luchadora social por encima de siglas y partidos”… Aunque constitucionalmente se finiquitó el mensaje del jefe del Ejecutivo en turno en sesión de Congreso General --uno de los rituales más grotescos del régimen presidencial vigente--, la reforma electoral permite que, por ejemplo, funcionarios como Calderón utilicen tramposamente la autorización legal para que durante 13 días fastidien con propaganda a los ciudadanos, sobre todo en radio y televisión. Pero si de suyo es grave el despilfarro, que se replica con todos los gobernadores y alcaldes, de todos los partidos --con cargo al presupuesto público--, lo más deleznable es el tuteo de Calderón a los ciudadanos… Por cierto, por salud pública, es necesario que se informe --con veracidad-- sobre el estado que guarda la salud, física y sicológica, de Calderón para frenar especulaciones sobre las razones ciertas de su caída...

27 agosto 2008

Deporte y crimen: La indolencia

Álvaro Delgado

Pasadas las cinco de la tarde del lunes 14 de julio, a menos de un mes del inicio de los Juegos Olímpicos de China, el director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) del gobierno de Felipe Calderón, Carlos Hermosillo, salía de las oficinas del presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Germán Martínez.

Extrañado por su presencia en la sede nacional del PAN, no tanto por su militancia, sino por ser horas laborables, lo saludé y le pregunté la razón de su visita. “Vine a ver a Germán para presentarle gente del deporte que quiere trabajar con el partido”, me respondió señalando con la mirada a un puñado de personas que lo acompañaba.

--Pero usted es servidor público --le recordé.

--¿Y eso qué? --respondió, extrañado.

--Que es lunes, día laboral, y es hora hábil.

Torció la boca y a la mueca siguió una expresión de fastidio: “¡Hombre, yo trabajo todo el día!”

--¿Acarreando gente para el PAN?

Ya no dijo más este militante “adherente” del PAN en Tlalpan y se fue, rodeado de su clientela, justo cuando Martínez pasaba por el vestíbulo hacia la sala de prensa para negar --con el mismo desparpajo que Hermosillo-- lo que todo mundo sabe: que Santiago Creel fue removido como coordinador de ese partido en el Senado por decisión de las televisoras.

De esta manera, si un funcionario como Hermosillo antepone el trabajo partidista al ejercicio honesto y eficaz de su responsabilidad para preparar deportistas --tolerado por quien fue secretario de la Función Pública y que sólo usó el cargo como hotel de paso hacia el PAN--, no es casualidad el nuevo fracaso de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Beijing.

Tampoco es casualidad el obvio fracaso de Calderón en todos los órdenes de la vida pública, obsesionado en ejercer el escaso poder que tiene en la lógica de pandilla y de facción, que lo único que ha generado es profundizar el deterioro social, combinado ahora --como revelan los anónimos spots radiofónicos-- con la ira de las élites que le echan en cara ya no sentirse seguros ni detrás de sus murallas y ejércitos privados.

Ya cobra fuerza la palabrería oficial y oficiosa --que abunda en los medios, cómplices de la mediocridad y la indolencia-- de una “reestructuración” del deporte y la aplicación de sanciones ejemplares, pero el desenlace es previsible: Las tres únicas medallas obtenidas sobre todo por la gallardía de los deportistas --sin soslayar el acompañamiento de entrenadores y directivos-- salvarán a burócratas como Hermosillo y Jorge Camacho, patiño de los payasos de Televisa.

Parte de esta estrategia de encubrimiento es también, aunque parezca ridículo, la propaganda en medios sobre el éxito que representó obtener las dos medallas de oro de María del Rosario Hernández y Guillermo Pérez, así como la de bronce de Paola Espinosa y Tatiana Ortiz. ¡No se habían logrado tales resultados hace cuatro décadas, en México 1968!

Se perfila, pues, la impunidad de quienes usufructúan el presupuesto público en el deporte, igual que ocurre en todos los ámbitos del gobierno que encabeza Calderón, quien se parece cada vez más a Vicente Fox: Además de inepto, si no estalla en ira --su mal humor es cada vez más ostensible--, exhibe desgano, como en el montaje del jueves en el Palacio Nacional, donde la clase política levantó un monumento a su propio fracaso.

Nada más falta que Calderón convoque a otra “cumbre” ahora que se hizo pública otra desgracia como la de Alejandro Martí –el empresario que perdió a su hijo y que retó a la burocracia a renunciar-- y de la que también se tenía conocimiento en los altos ámbitos del gobierno desde que aconteció hace 11 meses: El secuestro de la joven Silvia Vargas Escalera, hija justamente del antecesor de Hermosillo en la Conade, Nelson Vargas.

Pero esta pena de los padres de los dos jóvenes la padecen muchas decenas, cientos de familias en todo el territorio nacional, lastimadas por la delincuencia que hasta el propio gobierno de Calderón reconoció a la alza en la parafernalia del Consejo de Seguridad Pública, que nació muerto por la calidad de sus firmantes, sobre todo de quienes son emblema de crimen, como Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps.

Aun queriendo ser optimista, no se aprecia en qué opera con éxito Calderón y su grupo: La inflación se dispara, mientras que se sigue contrayendo la actividad productiva --el año pasado el gobierno estimaba un crecimiento de 3.7%; en enero redujo sus estimaciones a 2.8% y ahora si acaso será de 2%--, cae la inversión nacional y extranjera y el desempleo se desploma.

Dentro de todo este oscuro panorama, Calderón y su amigo el gobernado priista Enrique Peña Nieto pueden festejar que el que la hace la paga: Justo el jueves, el día del acto de contrición por la criminalidad en el país, un ejemplar juez emitió una nueva sentencia contra Ignacio del Valle por desafiar el poder.

Con los 45 años de prisión que le recetó el juez, por secuestro equiparado, Del Valle deberá purgar nada menos que 112 años de cárcel.

¡De ese tamaño es la infamia de la derecha panista y priista!

Apuntes

Por cortesía de Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, Calderón dará el Grito de Independencia en el Palacio Nacional y ante un Zócalo que estará completamente controlado por el Ejército y sin estorbos ruidosos, como el año pasado. Ebrard debe informar públicamente a cambio de qué cedió el Zócalo y aceptó hacer una fiestita en el Angel de la Independencia, el emblema del PAN que ahora tiene planeado no soltar la Plaza de la Constitución que le ha sido entregada... Eso sí, Ebrard mostró mucha valentía ante los miles de jóvenes que, el sábado, se congregaron en el Zócalo para asistir a un festival y a un concierto: Mandó poblar el Zócalo con ¡4 mil 300 policías! Con razón Javier Hidalgo, el adultísimo director del Instituto de la Juventud, fue abucheado… Julio Scherer García pone en circulación su más reciente libro: De La Reina del Pacífico: es la hora de contar, un adelanto del cual se publica en esta edición de Proceso y en el que se disfruta su prosa precisa y vigorosa… Envalentonada porque ha logrado infiltrar a todos los ámbitos del poder público, en su plan de largo plazo de revertir el Estado laico, la jerarquía de la Iglesia católica se solaza también con la complicidad del gobierno de Calderón y difunde en televisión, en el mejor horario, un promocional para respaldar al ministro --que parece de culto-- Sergio Aguirre Anguiano en su proyecto para echar abajo la reforma que en el Distrito Federal no penaliza el aborto hasta las 12 semanas de embarazo… El secretario de Salud, José Angel Córdova, le hace segunda. Nada debe extrañar: Como aquí se escribió, la derecha en el gobierno litiga a favor de la iglesia, al promover la PGR, por decisión de Calderón, la acción de inconstitucionalidad… Menos mal: Los dirigentitos del PRD hicieron una marchita para entregar un proyecto de reforma de Pemex alternativa a la oficial que, de haberla hecho ellos, podría decirse que es una reformita…

Fuente: Proceso ON LINE

09 julio 2008

El PAN y su jefe Beltrones

Álvaro delgado

(apro).- Hasta hace no mucho, ocho años exactos, el Partido Acción Nacional (PAN) fue consecuente con una de sus reiteradas quejas como oposición: decirse víctima del espionaje de un régimen al que definía ya no sólo como autoritario, sino dictatorial, uno de cuyos conspicuos operadores, desde las “cañerías” de la Secretaría de Gobernación, era identificado como Manlio Fabio Beltrones.

En el contexto de la elección del 2000, cuando por ejemplo se reveló que Vicente Fox había sido rescatado por el Fobaproa --algo que era absolutamente cierto--, se generó un gran escándalo y uno de los compromisos del gobierno de la alternancia fue cerrar el capítulo del espionaje, práctica asociada por el PAN al priismo y a políticos como Beltrones.

Mano derecha del mítico Fernando Gutiérrez Barrios, a quien los panistas terminaron por adorar cuando aterrizó los pactos con Carlos Salinas, Beltrones era detestado por muchos prominentes líderes del PAN y aun de su propio partido, como Elba Esther Gordillo, quien reiteradamente lo califica de “operador de cañerías”.

Uno de esos políticos panistas era Felipe Calderón, quien hace 18 años fungía como secretario general del PAN y en esa condición acusó a Beltrones, gobernador de Sonora, de imponer un “régimen policiaco” por la reiterada práctica oficial del espionaje telefónico contra miembros de ese partido.

“En el espionaje telefónico contra dirigentes del PAN en Sonora no sólo hay un problema legal, sino de impunidad política de funcionarios del gobierno de ese estado”, decía Calderón Hinojosa en entrevista con el semanario Proceso, y evocaba cómo, en 1991, antes y después de las elecciones, también se registró una práctica semejante.

“Se trata de una práctica reiterada de Beltrones por intervenir en la vida pública del PAN”, acusó Calderón, quien ya como presidente de su partido, en 1996, envió a un personaje con fama de duro a enfrenar al priista y erradicar su intervención en el PAN de Sonora. Era Manuel Espino.

A casi tres lustros de ese capítulo, la triada vuelve a encontrarse, en condiciones francamente semejantes en términos de poder, salvo por las posiciones de cada cual: aunque Calderón fue impuesto en la titularidad del Ejecutivo, y Espino fue echado del PAN, el poder lo ejerce Beltrones.

Y todo el mundo lo sabe: el futuro del gobierno de Calderón depende de la decisión de Beltrones, quien acaba de volver a poner en ridículo a la pandilla que, formalmente, gobierna México.

Por una parte, desbarató el recurrente alegato que el PAN mantuvo durante décadas de ser víctima del espionaje y de desmontarlo una vez llegado al poder y elevó el precio de su apoyo a la privatización del petróleo, pero sobre todo reventó la estrategia que, hacia las elecciones del 2009, se pretendía instrumentar para asociarlo a escándalos inclusive de carácter sexual.

Por eso la furia de Manuel Espino: la escrituración que Calderón ha hecho de la Presidencia de la República a Beltrones, en el 2012, sin que además exista garantía de que, por ejemplo, se apruebe la privatización del petróleo, de la que depende la viabilidad de la gestión actual.

Apuntes

Tiene razón el arzobispo de León, Guanajuato, Guadalupe Martín Rábago: es “asqueroso (y) humillante” lo visto en los videos difundidos sobre las clases de tortura impartidas a los gendarmes de esa ciudad gobernada, desde hace exactamente dos décadas, por el PAN.

08 febrero 2008

El sello de la derrota

Apro.- Felipe Calderón le ha impuesto al Partido Acción Nacional (PAN), en poco más de un año de gobierno, el sello de la derrota electoral.

Los contundentes descalabros del 2007 se le atribuyeron desde el gobierno de Calderón a Manuel Espino, el anterior presidente del PAN, pero los dos primeros compromisos electorales de Germán Martínez sólo ratificaron la tendencia perdedora de ese partido, que inclusive se hundió hasta el cuarto lugar, este domingo 3, en Baja California Sur.

Salvo la gubernatura de Baja California, en la que sólo con la abierta participación del gobierno de Eugenio Elorduy y la operación de Elba Esther Gordillo se frenó al priista Jorge Hank Rhon, el PAN ha perdido todas las elecciones posteriores al 2 de julio del 2006 --17 estatales-- y la votación que Calderón obtuvo oficialmente se ha desplomado sostenidamente.

Las derrotas del PAN se producen a pesar de las variopintas alianzas que ha establecido a nivel de los estados: Con el partido Nueva Alianza (Panal), que encabeza la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo; el Verde Ecologista de México y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Antes de la primera entrega de una gubernatura al PRI, en Yucatán, el PAN observó dos descalabros en el mismo 2006: En Tabasco, donde apenas obtuvo 3 por ciento de los votos, apoyó al priista Andrés Granier y en Chiapas sufrió la segunda derrota consecutiva al aliarse con el también priista Antonio Aguilar Bodegas.

Desde entonces el PAN sólo ha cosechado derrotas en los 17 procesos electorales que ha habido hasta este domingo 3 de febrero; y no se prevén cambios en otras cuatro elecciones estatales que habrá este año --Hidalgo, este 17 de febrero; Nayarit, en julio, y en octubre, Guerrero y Coahuila--, aun cuando ya lo preside Germán Martínez.

La primera gran derrota fue en Yucatán, en mayo del 2007, un proceso que el candidato panista a gobernador, Xavier Abreu --ahora empleado federal, como el exgobernador de ese estado, Patricio Patrón--, afirmó que hubo un “fraude electoral” del PRI.

Con Yucatán, que fue el primer proceso electoral del 2007, comenzó el declive electoral del PAN: Aun cuando conservó su votación respecto a la elección presidencial, perdió ante la candidata del PRI, Ivonne Ortega, quien aumentó en 154 mil sus votos; el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se desfondó.

El PRD, que obtuvo en el 2006 más 125 mil votos, sólo recibió 23 mil en la elección estatal. Es decir, 102 mil yucatecos que votaron por López Obrador decidieron hacerlo ahora por el PRI y su candidata. Y las elecciones en Puebla y Tamaulipas, el 11 de noviembre, rubricaron el pésimo año electoral para el PAN: En el estado gobernado por Mario Marín, apenas ganó una diputación, mientras que en la entidad gobernada por Eugenio Hernández, amigo también de Calderón, el retroceso fue tal que perdió su principal bastión, Reynosa.

Antes, en septiembre, Veracruz fue otro de los signos de la debilidad panista: Sólo ganó dos diputados de mayoría, después de que en las elecciones de hace tres años ganó 14 --una más que el PRI--, y retuvo sólo 30 de los 88 municipios en los que triunfó hace tres años, con una pérdida de 58, entre ellos el puerto de Veracruz y Córdoba, sus bastiones.

El desplome del PAN también fue notable respecto a la elección presidencial del 2006, cuando Calderón quedó en segundo lugar, con un millón 6 mil votos, después de Andrés Manuel López Obrador, quien obtuvo un millón 36 mil, por 727 mil de Roberto Madrazo.

De los municipios más poblados del estado, el PAN sólo retuvo Boca del Río, cuyo candidato es hijo de Miguel Angel Yunes Linares, director del ISSSTE y operador de Elba Esther Gordillo, quien decidió coaligarse con su partido Nueva Alianza al PRI.

Gordillo, dirigente magisterial y de Nueva Alianza, también se alió al PRI en Chihuahua, donde el PAN sólo retuvo --por 300 votos-- el ayuntamiento de la capital y perdió Juárez, un enclave histórico de ese partido.

En la elección de Chihuahua, el PAN logró 524 mil votos con Calderón en la elección del 2006, equivalente al 45 por ciento, pero en la estatal se desplomó: Perdió 143 mil votos.

El PRI, por su parte, se recuperó: En el 2006 obtuvo 342 mil, equivalente al 29 por ciento, mientras que en la estatal, en alianza con el partido de Gordillo, subió a 447 mil votos, es decir, ganó 105 mil votos.

El PRI sumó a sus votos los 20 mil de Nueva Alianza del 2006, pero también de quienes votaron por López Obrador, porque el PRD se desplomó: De los 212 mil que logró con la coalición Por el bien de todos, el PRD-Convergencia apenas lograron 32 mil 500 votos, una pérdida de 180 mil votos.

El Zacatecas, aunque por primera vez ganó la presidencia municipal de la capital, el PAN perdió 50 mil votos respecto de la elección presidencial, mientras que el PRI aumentó apenas 5 mil votos. El PRD, solo, retrocedió 20 mil votos, mientras que el PT, que condujo Monreal, conquistó 73 mil, que de haber habido coalición hubiera arrasado.

En Zacatecas capital, el panista Cuauhtémoc Calderón Galván ganó al candidato del PRD por una diferencia de 4 mil votos, mientras que el PT obtuvo 5 mil. Sumados PRD y PT hubieran ganado al PAN.

Pero en las elecciones que siguieron también se produjo un retroceso para el PAN: Inclusive en dos estados, Durango y Oaxaca, cayó 50% respecto a la elección presidencial.

En Aguascalientes el PAN padeció una de sus peores derrotas, acrecentada por las divisiones internas: Perdió 30 mil votos respecto de la elección presidencial, mientras que el PRI ascendió y le arrebató la capital.

En Oaxaca, entidad en la que de por sí tiene escasa presencia, el PAN se desplomó: Con Calderón logró 226 mil votos, el 16%, pero en la estatal sólo obtuvo 113 mil votos, exactamente la misma cantidad que perdió.

El PRI, aunque arrasó en todos los distritos, disminuyó también su votación respecto al 2006, cuando obtuvo 428 mil, equivalente al 31%: Ahora sólo logró 412 mil, suficientes para obtener el 47%.

El PRD se cayó también rotundamente: De los 620 mil votos que logró López Obrador, ahora sólo recogió 238 mil. Perdió 382 mil votos.

En Baja California, el PAN retuvo la gubernatura sobre el priista Jorge Hank Rhon, pero perdió 50 mil votos respecto a la elección presidencial del 2006, mientras que el PRI ganó 141 mil votos. Aquí el PRD se desplomó otra vez: De los 224 mil que obtuvo López Obrador, ahora perdió 205 mil votos y sólo obtuvo 18 mil.

En las elecciones de Sinaloa el PAN también se desplomó y perdió uno de sus enclaves simbólicos, Mazatlán, mientras que en Tlaxcala, que gobierna el expriista Héctor Ortiz, logró arrancar la mayoría en el Congreso.

En Michoacán el PAN cerró el año de la misma manera que comenzó: Con la derrota, aunque la diferencia fue que el triunfador, el perredista Leonel Godoy, inmediatamente se puso a las órdenes de Calderón.

En Michoacán, el PAN volvió a aliarse con el Panal, de Elba Esther Gordillo, pero también lo hizo con el PRI, cuyos operadores electorales se coordinaron con los panistas allegados a Calderón: El español experto en “guerra sucia” Antonio Solá Reche y el “ingeniero electoral” Jorge Manzanera, actual secretario general adjunto del CEN.

27 enero 2008

Los bienes ocultos de Mouriño

Álvaro delgado

Además de sus refinados gustos, impecable atuendo y discreta operación política, Juan Camilo Mouriño Terrazo, secretario de Gobernación, destaca entre el equipo íntimo de Felipe Calderón por su patrimonio: casas, automóviles, obras de arte y joyas que, en conjunto, superan los 12 millones de pesos.


A poco más de 6 millones ascendía el monto de sus bienes cuando, en junio de 2003, presentó su primera declaración patrimonial ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), justo cuando asumió una dirección general y luego una subsecretaría en la Secretaría de Energía, a invitación de Calderón Hinojosa.

Salvo una inversión de 25 mil euros, equivalentes a 400 mil pesos mexicanos, Mouriño no reportó ninguna variación en su fortuna en el 2004, año en el que salió del servicio público por el despido de su jefe, Calderón, quien con ello se catapultó a la candidatura presidencial del Partido Acción Nacional (PAN).

Desde entonces, hace tres años, ya no se tiene información oficial de la fortuna del recién designado secretario de Gobernación, debido a que “no aceptó hacer públicos sus datos patrimoniales”, según la declaración que presentó ante la SFP primero como coordinador del equipo de transición --en el que cobró 131 mil pesos brutos al mes-- y después como jefe de la Oficina de la Presidencia, con un sueldo mensual de 205 mil pesos, el mismo que recibe como titular de Gobernación.

Sin embargo, de acuerdo con documentos obtenidos por Apro, en noviembre del 2004, después de que en junio renunció junto con Calderón a su cargo en la Secretaría de Energía, Mouriño se compró un departamento en las Lomas de Chapultepec a un precio de 6 millones de pesos.

En la firma del contrato con la familia Cababie, que le vendió el departamento A-1102 de la calle Sierra Gorda 15, Mouriño se presentó como “empleado federal”, aunque ya no lo era, y pagó 2.5 millones de pesos en efectivo y 3.5 millones de un crédito que le otorgó Scotianbank Inverlat.

La fortuna de Mouriño, clasificada como secreta por él mismo, está integrada por bienes muebles e inmuebles, automóviles, joyas y obras de arte, según él mismo lo informó a la SFP.

Por ejemplo, en su declaración del 2003, dijo tener joyas y obras de arte por 260 mil pesos, 220 mil de los cuales fueron “regalos recibidos”, y el resto pagados por él al “contado, mientras que el costo de los muebles de sus casas ascendió a 200 mil pesos, 170 mil --declaró-- resultado de “regalos recibidos”.

Las donaciones

También recibió en donación en el 2003 --no dice de quién, porque la ley no lo obliga-- una casa, en Campeche, con valor de 2 millones 124 mil pesos, y se hizo de otra por 350 mil pesos, que pagó de contado en 1997.

Hasta el 2003, dijo ser propietario de una camioneta Grand Cherokee, modelo 1999, con valor de 230 mil pesos, y en diciembre de ese año se compró un automóvil BMW, modelo 2004, con valor de 655 mil pesos.

Antes y después de dedicarse a la política, a partir de 1997, Mouriño Terrazo obtenía sus principales ingresos del Grupo Energético del Sureste (GES), el negocio familiar instalado en Campeche, del que fue director de finanzas y gerente administrativo, encargado, según describió él mismo, de la “revisión y supervisión de la información financiera” y de “optimizar los recursos monetarios de la empresa”.

Por ejemplo, como servidor público en la Secretaría de Energía, dijo tener un sueldo de 86 mil pesos, pero declaró recibir otros cien mil, también mensualmente, de otras actividades que, junto con los 5 mil pesos de intereses de sus cuentas bancarias, sumaron un ingreso mensual de 191 mil pesos a junio del 2003.

Para esa fecha, su patrimonio en cinco cuentas bancarias ascendía a 3 millones 284 mil pesos, cuyo monto principal --un millón 679 mil pesos-- lo identificó como de “organizaciones privadas” y el resto eran cuentas separadas de diversas cantidades: 2 mil 500, 99 mil 211, 3 mil 376, 276 pesos y, la mayor, que ascendía a 500 mil, todas en pesos mexicanos.

Las deudas

Las deudas que Mouriño tenía para el 2003, según la información que “fue capturada directamente por el servidor público”, eran de risa: apenas 9 mil 850 pesos de su tarjeta de crédito.

En conjunto, Mouriño disponía, todavía hasta el 2004, de una fortuna de 6 millones 178 mil pesos, entre cuentas bancarias, casas, muebles, joyas y obras de arte y, a partir del siguiente año, su patrimonio se amplió con la adquisición del departamento de Lomas de Chapultepec, que costó otros 6 millones.

Si bien contrajo un crédito para adquirir ese bien inmueble, a una tasa variable y a liquidar a quince años, en el 2006 la suerte le cambió: no sólo porque Calderón fue electo ganador de las elecciones presidenciales por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en septiembre, sino porque dos meses después, el 24 de noviembre --una semana antes de la toma de posesión-- el banco le dio una gran noticia:

Scotiabank Inverlat lo invitó a firmar un “convenio modificatorio” para pagar los 3 millones 346 mil pesos que debía en un plazo de diez años y con una tasa de interés anualizada “del once punto cincuenta y ocho por ciento a partir de la firma del presente instrumento y hasta el pago total del adeudo”…