Calderón corteja al PRI para su toma de protesta
Álvaro Delgado
México, D.F., 30 de octubre (apro).- Ante la incertidumbre de lo que acontecerá el 1 de diciembre por el repudio de la oposición de izquierda, cuyo antecedente es el frustrado mensaje de Vicente Fox en su último Informe de Gobierno, Felipe Calderón busca pactar con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) una opción que garantice su toma de posesión.
El propio Calderón y Vicente Fox, con sus respectivos operadores, han hecho tres ofertas al PRI: Que la toma de protesta sea por escrito, que se efectúe fuera del Distrito Federal o que se celebre en un recinto alterno a la Cámara de Diputados, que sería el Auditorio Nacional.
La información fue confirmada por el reportero con prominentes legisladores priistas que, de entrada, descartaron que la toma de protesta sea por escrito --y así se lo hicieron ver a sus interlocutores--, porque contraviene lo establecido por la Constitución. “Al problema de legitimidad, se sumaría el problema de legalidad”, explicó uno de ellos.
Aunque Calderón ha afirmado que la titularidad del Poder Ejecutivo se comienza a ejercer el primer minuto del 1 de diciembre, la Constitución establece expresamente, en el artículo 87, que “el presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará “ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquél”, la protesta debidamente especificada.
En caso de no hacerlo, el artículo 85 prevé que, “si no se presentase el presidente electo” a la ceremonia de cambio de poderes, de cualquier modo dejará su cargo el titular del Poder Ejecutivo saliente y se encargará de éste un presidente interino, designado por el Congreso convertido en Colegio Electoral, y se procederá a convocar a nuevas elecciones.
La advertencia de los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador de impedir la toma de posesión está anunciada, por lo que Calderón y el gobierno de Fox buscan pactar con el PRI que la ceremonia se celebre fuera de la Ciudad de México o en el Auditorio Nacional, donde se llevó a cabo el cambio de poderes de Luis Echeverría y José López Portillo.
Estas opciones se presentaron después de que fue desechada la toma de protesta por escrito, y la que tiene más viabilidad es que la ceremonia se efectúe en el Auditorio Nacional. Ante “la falta de condiciones” de seguridad en la Cámara de Diputados, ese inmueble se habilitaría como escenario para el cambio de poderes.
Inclusive ya hay un diseño de la logística: Custodiado herméticamente por el Estado Mayor Presidencial y los cuerpos policiacos, sólo tendrían acceso los legisladores, gobernadores, invitados y militancia del Partido Acción Nacional (PAN), separados del escenario por vallas y láminas lizas de acero.
Aunque no hay todavía una decisión definitiva sobre su postura ante la toma de posesión de Calderón, los priistas han capitalizado el temor panista. Inclusive han amenazado con no estar presentes en la ceremonia, lo que implicaría que no habría el quórum, si tampoco el PRD asiste, para el cambio de poderes.
Así, el PRI ha logrado, en las dos cámaras del Congreso, más comisiones de las que les correspondía por ser tercera fuerza electoral, evitaron la desaparición de poderes en Oaxaca y la protección a Mario Marín, gobernador de Puebla, así como debilitar a Elba Esther Gordillo como interlocutora de Calderón.
De hecho, de acuerdo con información, los priistas han planteado a Calderón evitar que Gordillo imponga su influencia en el futuro gabinete y aun que sea ella neutralizada mediante uno de los “quinazos” que requiere para legitimarse al inicio de su gestión.
Las ganancias del PRI comenzaron a cosecharse desde la urgencia del PAN para quedarse con la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, que correspondía al Partido de la Revolución Democrática (PRD), indispensable no sólo para responder al informe de gobierno de Fox, que la toma de la tribuna neutralizó, sino sobre todo para emitir, por mandato constitucional, el Bando Solemne para dar a conocer la declaratoria de presidente electo de Calderón.
A partir de entonces, todo ha sido ganancia para el PRI.
Las ofertas
Calderón y su equipo comenzaron a explorar el apoyo de los priistas para la toma de posesión desde la reunión con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), celebrada, el 11 de septiembre, en Nueva Vallarta, Nayarit, cuando a varios se les propuso, en corto, la toma de posesión por escrito o valorar otras opciones.
No había buen ambiente para Calderón: No sólo porque los mandatarios perredistas rechazaron el discurso que un día antes pronunció, en la plaza de toros México, contra los violentos, sino porque los priistas exigieron al gobierno federal resolver el conflicto de Oaxaca sin la renuncia de Ulises Ruiz
“Si no, y cae Ulises Ruiz, el siguiente va a ser Felipe Calderón. Eso a todos nos queda claro, porque no se puede dejar caer a uno y proteger a otro”, advirtió Silverio Cavazos, gobernador de Colima.
Por eso, la noche misma de su encuentro con la Conago, Calderón se reunió con Mariano Palacios Alcocer, presidente nacional del PRI, y los coordinadores parlamentarios del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y de la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa, envuelto en ese momento en el escándalo por su amistad con Kamel Nacif.
Ante ellos, según la información obtenida por el reportero, Calderón les pidió apoyo para tomar posesión, ante la falta de certeza de lo que harán López Obrador y sus simpatizantes. El planteamiento fue habilitar un recinto alterno fuera de la Ciudad de México o en el Auditorio Nacional.
Parte de lo conversado fue informado por Gamboa a los diputados priistas, molestos porque no se les había informado previamente de esa reunión. Calderón, dijo el coordinador priista, no sabe qué hará el PRD. “Está preocupado por las acciones de ese partido para el 1 de diciembre.”
El caso Oaxaca fue, también, motivo de la charla: Los priistas le pidieron a Calderón exigir a su vez al gobierno de Fox resolver el caso Oaxaca sin la salida de Ulises Ruiz y le advirtieron que, de otro modo, el PRI podría no presentarse en la ceremonia de toma de posesión, para evitar, junto con los legisladores que respaldan a López Obrador, el quórum para la ceremonia formal.
El planteamiento de los priistas fue, también, sobre el reparto de las comisiones que en ese momento se negociaba en las dos cámaras del Congreso, lo que al final se tradujo en una ganancia mayor a la que tenían derecho con base en la votación del 2 de julio, que fue en detrimento del propio PAN.
La misma oferta fue hecha directamente por Fox a los gobernadores priistas de Nuevo León, Natividad González Parás; de Durango, Ismael Hernández Deras, y de Sonora, Eduardo Bours, identificados con las posiciones del PAN, pero la intervención de otros mandatarios priistas, incluido el de Puebla y de Oaxaca, evitó por ahora que los diputados y senadores que controlan cedan a la petición oficialista.
Después de las ventajosas negociaciones del PRI sobre las comisiones legislativas, se propusieron evitar la desaparición de poderes en Oaxaca, siempre con la amenaza de boicotear la toma de posesión de Calderón, quien seguía insistiendo en hacerlo fuera de la Ciudad de México o en el auditorio Nacional.
Por eso, el 19 de octubre, los senadores del PAN decidieron votar junto con el PRI para no desaparecer los poderes en Oaxaca. La negociación seguía siendo la toma de posesión del panista.
Después de que Fox se reunió, por separado, con esos tres gobernadores priistas, lo hizo con el resto, el lunes 25, quienes le exigieron en privado buscar una salida política al conflicto en Oaxaca, tal como lo reseñó Abascal al concluir la reunión.
“Hemos acordado hacer un esfuerzo adicional por la vía de la política'”, declaró Abascal Carranza, quien admitió: “No hemos logrado lo que hasta el momento nos hubiéramos propuesto en estos esfuerzos políticos.”
Sin embargo, según información de legisladores, los gobernadores también le plantearon a Fox que si no resolvía el problema, Calderón podría no tomar posesión como su sucesor.
Esa ha sido, hasta ahora, la tónica de las negociaciones del PRI con Calderón, las bancadas del PAN y el gobierno de Fox: Si no ceden, Calderón no toma posesión.
El artículo 87 establece: “El presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquel, la siguiente protesta: ‘Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo momento por el bien y prosperidad de la unión; y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande’.”
Álvaro Delgado
México, D.F., 30 de octubre (apro).- Ante la incertidumbre de lo que acontecerá el 1 de diciembre por el repudio de la oposición de izquierda, cuyo antecedente es el frustrado mensaje de Vicente Fox en su último Informe de Gobierno, Felipe Calderón busca pactar con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) una opción que garantice su toma de posesión.
El propio Calderón y Vicente Fox, con sus respectivos operadores, han hecho tres ofertas al PRI: Que la toma de protesta sea por escrito, que se efectúe fuera del Distrito Federal o que se celebre en un recinto alterno a la Cámara de Diputados, que sería el Auditorio Nacional.
La información fue confirmada por el reportero con prominentes legisladores priistas que, de entrada, descartaron que la toma de protesta sea por escrito --y así se lo hicieron ver a sus interlocutores--, porque contraviene lo establecido por la Constitución. “Al problema de legitimidad, se sumaría el problema de legalidad”, explicó uno de ellos.
Aunque Calderón ha afirmado que la titularidad del Poder Ejecutivo se comienza a ejercer el primer minuto del 1 de diciembre, la Constitución establece expresamente, en el artículo 87, que “el presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará “ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquél”, la protesta debidamente especificada.
En caso de no hacerlo, el artículo 85 prevé que, “si no se presentase el presidente electo” a la ceremonia de cambio de poderes, de cualquier modo dejará su cargo el titular del Poder Ejecutivo saliente y se encargará de éste un presidente interino, designado por el Congreso convertido en Colegio Electoral, y se procederá a convocar a nuevas elecciones.
La advertencia de los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador de impedir la toma de posesión está anunciada, por lo que Calderón y el gobierno de Fox buscan pactar con el PRI que la ceremonia se celebre fuera de la Ciudad de México o en el Auditorio Nacional, donde se llevó a cabo el cambio de poderes de Luis Echeverría y José López Portillo.
Estas opciones se presentaron después de que fue desechada la toma de protesta por escrito, y la que tiene más viabilidad es que la ceremonia se efectúe en el Auditorio Nacional. Ante “la falta de condiciones” de seguridad en la Cámara de Diputados, ese inmueble se habilitaría como escenario para el cambio de poderes.
Inclusive ya hay un diseño de la logística: Custodiado herméticamente por el Estado Mayor Presidencial y los cuerpos policiacos, sólo tendrían acceso los legisladores, gobernadores, invitados y militancia del Partido Acción Nacional (PAN), separados del escenario por vallas y láminas lizas de acero.
Aunque no hay todavía una decisión definitiva sobre su postura ante la toma de posesión de Calderón, los priistas han capitalizado el temor panista. Inclusive han amenazado con no estar presentes en la ceremonia, lo que implicaría que no habría el quórum, si tampoco el PRD asiste, para el cambio de poderes.
Así, el PRI ha logrado, en las dos cámaras del Congreso, más comisiones de las que les correspondía por ser tercera fuerza electoral, evitaron la desaparición de poderes en Oaxaca y la protección a Mario Marín, gobernador de Puebla, así como debilitar a Elba Esther Gordillo como interlocutora de Calderón.
De hecho, de acuerdo con información, los priistas han planteado a Calderón evitar que Gordillo imponga su influencia en el futuro gabinete y aun que sea ella neutralizada mediante uno de los “quinazos” que requiere para legitimarse al inicio de su gestión.
Las ganancias del PRI comenzaron a cosecharse desde la urgencia del PAN para quedarse con la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, que correspondía al Partido de la Revolución Democrática (PRD), indispensable no sólo para responder al informe de gobierno de Fox, que la toma de la tribuna neutralizó, sino sobre todo para emitir, por mandato constitucional, el Bando Solemne para dar a conocer la declaratoria de presidente electo de Calderón.
A partir de entonces, todo ha sido ganancia para el PRI.
Las ofertas
Calderón y su equipo comenzaron a explorar el apoyo de los priistas para la toma de posesión desde la reunión con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), celebrada, el 11 de septiembre, en Nueva Vallarta, Nayarit, cuando a varios se les propuso, en corto, la toma de posesión por escrito o valorar otras opciones.
No había buen ambiente para Calderón: No sólo porque los mandatarios perredistas rechazaron el discurso que un día antes pronunció, en la plaza de toros México, contra los violentos, sino porque los priistas exigieron al gobierno federal resolver el conflicto de Oaxaca sin la renuncia de Ulises Ruiz
“Si no, y cae Ulises Ruiz, el siguiente va a ser Felipe Calderón. Eso a todos nos queda claro, porque no se puede dejar caer a uno y proteger a otro”, advirtió Silverio Cavazos, gobernador de Colima.
Por eso, la noche misma de su encuentro con la Conago, Calderón se reunió con Mariano Palacios Alcocer, presidente nacional del PRI, y los coordinadores parlamentarios del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y de la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa, envuelto en ese momento en el escándalo por su amistad con Kamel Nacif.
Ante ellos, según la información obtenida por el reportero, Calderón les pidió apoyo para tomar posesión, ante la falta de certeza de lo que harán López Obrador y sus simpatizantes. El planteamiento fue habilitar un recinto alterno fuera de la Ciudad de México o en el Auditorio Nacional.
Parte de lo conversado fue informado por Gamboa a los diputados priistas, molestos porque no se les había informado previamente de esa reunión. Calderón, dijo el coordinador priista, no sabe qué hará el PRD. “Está preocupado por las acciones de ese partido para el 1 de diciembre.”
El caso Oaxaca fue, también, motivo de la charla: Los priistas le pidieron a Calderón exigir a su vez al gobierno de Fox resolver el caso Oaxaca sin la salida de Ulises Ruiz y le advirtieron que, de otro modo, el PRI podría no presentarse en la ceremonia de toma de posesión, para evitar, junto con los legisladores que respaldan a López Obrador, el quórum para la ceremonia formal.
El planteamiento de los priistas fue, también, sobre el reparto de las comisiones que en ese momento se negociaba en las dos cámaras del Congreso, lo que al final se tradujo en una ganancia mayor a la que tenían derecho con base en la votación del 2 de julio, que fue en detrimento del propio PAN.
La misma oferta fue hecha directamente por Fox a los gobernadores priistas de Nuevo León, Natividad González Parás; de Durango, Ismael Hernández Deras, y de Sonora, Eduardo Bours, identificados con las posiciones del PAN, pero la intervención de otros mandatarios priistas, incluido el de Puebla y de Oaxaca, evitó por ahora que los diputados y senadores que controlan cedan a la petición oficialista.
Después de las ventajosas negociaciones del PRI sobre las comisiones legislativas, se propusieron evitar la desaparición de poderes en Oaxaca, siempre con la amenaza de boicotear la toma de posesión de Calderón, quien seguía insistiendo en hacerlo fuera de la Ciudad de México o en el auditorio Nacional.
Por eso, el 19 de octubre, los senadores del PAN decidieron votar junto con el PRI para no desaparecer los poderes en Oaxaca. La negociación seguía siendo la toma de posesión del panista.
Después de que Fox se reunió, por separado, con esos tres gobernadores priistas, lo hizo con el resto, el lunes 25, quienes le exigieron en privado buscar una salida política al conflicto en Oaxaca, tal como lo reseñó Abascal al concluir la reunión.
“Hemos acordado hacer un esfuerzo adicional por la vía de la política'”, declaró Abascal Carranza, quien admitió: “No hemos logrado lo que hasta el momento nos hubiéramos propuesto en estos esfuerzos políticos.”
Sin embargo, según información de legisladores, los gobernadores también le plantearon a Fox que si no resolvía el problema, Calderón podría no tomar posesión como su sucesor.
Esa ha sido, hasta ahora, la tónica de las negociaciones del PRI con Calderón, las bancadas del PAN y el gobierno de Fox: Si no ceden, Calderón no toma posesión.
El artículo 87 establece: “El presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquel, la siguiente protesta: ‘Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo momento por el bien y prosperidad de la unión; y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande’.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario