Condena generalizada en México; AI: se criminaliza a los migrantes
Ante la construcción de un muro fronterizo de mil 200 kilómetros entre México y Estados Unidos, avalada por la Casa Blanca, legisladores, funcionarios, gobernadores, la Iglesia católica, organismos de derechos humanos y agrupaciones campesinas rechazaron rotundamente dicha acción, la cual calificaron de medida "electorera" que no solucionará la problemática migratoria.
En este contexto, el Senado de la República aprobó ayer un punto de acuerdo para exhortar al presidente Vicente Fox a que en la 16 Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno, que se realizará en Montevideo, Uruguay, fije la postura mexicana de "defensa de los nuestros".
El legislador perredista Antonio Mejía Haro resaltó que la construcción del muro fronterizo "insulta a la nación mexicana y deteriora las relaciones entre México y Estados Unidos".
En el punto de acuerdo se exhorta a Fox a que proponga incluir en la declaratoria final de la cumbre una nota de rechazo a la muralla.
La senadora prísta Rosario Green Macías manifestó que se trata de "un acto ignominioso", mientras el panista Luis Alberto Villarreal destacó que tal acción "es absurda".
En la Cámara de Diputados, el coordinador parlamentario del PAN, Héctor Larios Córdova, sorprendió con su declaración:
"La respuesta del presidente George W. Bush tiene matices electorales. Además de la ofensa que representa para México, también constituye un riesgo para la vida de varias especies que viven en la frontera entre Sonora y Arizona. Hay osos que en las diferentes estaciones del año tienen que estar de un lado o del otro".
Su compañero de bancada y presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño, abordó el tema desde otra óptica y sostuvo que la construcción del muro es una actitud "poco amistosa que no resuelve las cosas; es un dinero mal utilizado por Estados Unidos".
Javier González Garza, coordinador de la bancada del PRD, acusó a Bush de mantener una posición imperialista, mientras Emilio Gamboa, líder de la fracción priísta, calificó de "error" la decisión estadunidense.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos refirió que levantar esa valla "confirma la tendencia a repetir y magnificar medidas que ya han probado su ineficacia. Amnistía Internacional consideró que la construcción "criminaliza" la migración.
En New Haven, Connecticut, el ex presidente Ernesto Zedillo criticó la aprobación de esa ley: es "inconsistente" con los valores y la historia de Estados Unidos.
Los partidos de la Revolución Democrática y Convergencia destacaron que el muro no resolverá el problema migratorio y calificaron de "tibia" la actitud del gobierno mexicano.
Aparte, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SG), Lauro López, dijo que la construcción del muro modificará las líneas de operación de los agentes migratorios mexicanos, así como de los grupos Beta. Indicó que más allá del envío de cartas diplomáticas o declaraciones, el gobierno mexicano no puede hacer nada más respecto a la decisión del gobierno estadunidense.
La Conferencia del Episcopado Mexicano, por su lado, consideró "un gran desacierto" del presidente Bush la firma de la ley y aseveró que la medida "puede causar la muerte de emigrantes e incrementar la violencia relacionada con el tráfico de indocumentados".
En tanto, la Confederación Nacional Campesina calificó la valla de "el muro de la ignominia" y subrayó que es un agravio para todos los mexicanos. El senador Heladio Ramírez López, dirigente nacional de la organización, sostuvo que tal acción debilitará las relaciones entre México y Estados Unidos. En Nuevo Laredo, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, aseguró que lejos de frenar la migración ilegal se agravará el problema.
Con información de Víctor Ballinas, Andrea Becerril, Roberto Garduño, Ciro Pérez, Georgina Saldierna, Fabiola Martínez, Alma E. Muñoz, Juan Balboa, Nelda Judith Anzar y Carlos Figueroa
Ante la construcción de un muro fronterizo de mil 200 kilómetros entre México y Estados Unidos, avalada por la Casa Blanca, legisladores, funcionarios, gobernadores, la Iglesia católica, organismos de derechos humanos y agrupaciones campesinas rechazaron rotundamente dicha acción, la cual calificaron de medida "electorera" que no solucionará la problemática migratoria.
En este contexto, el Senado de la República aprobó ayer un punto de acuerdo para exhortar al presidente Vicente Fox a que en la 16 Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno, que se realizará en Montevideo, Uruguay, fije la postura mexicana de "defensa de los nuestros".
El legislador perredista Antonio Mejía Haro resaltó que la construcción del muro fronterizo "insulta a la nación mexicana y deteriora las relaciones entre México y Estados Unidos".
En el punto de acuerdo se exhorta a Fox a que proponga incluir en la declaratoria final de la cumbre una nota de rechazo a la muralla.
La senadora prísta Rosario Green Macías manifestó que se trata de "un acto ignominioso", mientras el panista Luis Alberto Villarreal destacó que tal acción "es absurda".
En la Cámara de Diputados, el coordinador parlamentario del PAN, Héctor Larios Córdova, sorprendió con su declaración:
"La respuesta del presidente George W. Bush tiene matices electorales. Además de la ofensa que representa para México, también constituye un riesgo para la vida de varias especies que viven en la frontera entre Sonora y Arizona. Hay osos que en las diferentes estaciones del año tienen que estar de un lado o del otro".
Su compañero de bancada y presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño, abordó el tema desde otra óptica y sostuvo que la construcción del muro es una actitud "poco amistosa que no resuelve las cosas; es un dinero mal utilizado por Estados Unidos".
Javier González Garza, coordinador de la bancada del PRD, acusó a Bush de mantener una posición imperialista, mientras Emilio Gamboa, líder de la fracción priísta, calificó de "error" la decisión estadunidense.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos refirió que levantar esa valla "confirma la tendencia a repetir y magnificar medidas que ya han probado su ineficacia. Amnistía Internacional consideró que la construcción "criminaliza" la migración.
En New Haven, Connecticut, el ex presidente Ernesto Zedillo criticó la aprobación de esa ley: es "inconsistente" con los valores y la historia de Estados Unidos.
Los partidos de la Revolución Democrática y Convergencia destacaron que el muro no resolverá el problema migratorio y calificaron de "tibia" la actitud del gobierno mexicano.
Aparte, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SG), Lauro López, dijo que la construcción del muro modificará las líneas de operación de los agentes migratorios mexicanos, así como de los grupos Beta. Indicó que más allá del envío de cartas diplomáticas o declaraciones, el gobierno mexicano no puede hacer nada más respecto a la decisión del gobierno estadunidense.
La Conferencia del Episcopado Mexicano, por su lado, consideró "un gran desacierto" del presidente Bush la firma de la ley y aseveró que la medida "puede causar la muerte de emigrantes e incrementar la violencia relacionada con el tráfico de indocumentados".
En tanto, la Confederación Nacional Campesina calificó la valla de "el muro de la ignominia" y subrayó que es un agravio para todos los mexicanos. El senador Heladio Ramírez López, dirigente nacional de la organización, sostuvo que tal acción debilitará las relaciones entre México y Estados Unidos. En Nuevo Laredo, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, aseguró que lejos de frenar la migración ilegal se agravará el problema.
Con información de Víctor Ballinas, Andrea Becerril, Roberto Garduño, Ciro Pérez, Georgina Saldierna, Fabiola Martínez, Alma E. Muñoz, Juan Balboa, Nelda Judith Anzar y Carlos Figueroa
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