Muchas personas me han cuestionado del por qué a mi edad cuando puedo estar haciendo otras cosas, lucho por algo que jamás se llevará acabo, si mi mirada está en el personaje de López Obrador y qué si realmente creo que México va a avanzar. Estoy segura que leen las notas del blog y por medio de éste les contesto.
El comienzo del movimiento se desató después de un despertar de conciencias. Mujeres y hombres de principios e ideales se unieron con el fin de un cambio en nuestro país, México. El valor se fue adquiriendo de observar como nuestros hermanos, nuestra gente, era lastimada, olvidada y dejada morir en la completa soledad.
Después de un sexenio foxista, marca de heridas que son profundas y que dejaron cicatrices en lo que es nuestro país. El 2 de julio del pasado año quedó en nuestras mentes un fraude electoral, un conteo de voto por voto, un campamento en la parte centro de nuestro país y por supuesto la toma de la presidencia por nuestro presidente legítimo y la toma ridícula de un “presidente” que entró por detrás.
El movimiento no lo constituye solamente López Obrador, sino adultos mayores, adultos, jóvenes y niños. Hasta ahorita ellos están incorporados no por una paga, sino sólo por una demanda, que el cambio en México sea una realidad (como diría Sam).
López Obrador, es uno de los personajes que se atreven a desafiar lo común, lo supuestamente normal y lo que la gente llama y declara que está bien. Probablemente por eso captó mi admiración y un respeto sincero. Sin embargo, estoy segura que muchos de nosotros seguiremos adelante porque el impulso ya está hecho y ante esto, el progreso de México será el resultado.
Con respeto a todas aquellas personas que me han hecho esos comentarios, pues son personas allegadas a mí y que amo sinceramente, les digo: No tengo la culpa de que le teman al cambio, de que quieran ver como luchan las personas mientras ustedes descansan de no hacer nada, de que se conformen dándome argumentos sin bases, de sus regaños que jamás aceptaré, de sus burlas porque comparto algo que aparentemente resulta difícil.
Pero, espero que así como un día mi corazón fue conmovido por la situación política de mi país, ustedes algún día también estén apoyando la causa. Esto es una realidad, México está pasando por un cambio, los mexicanos lo estamos haciendo, y si, ustedes serán importantes para el logro de un cambio, pero, no indispensables.
Aun los peores obstáculos no detendrán los acontecimientos que día a día estamos escribiendo en las páginas de la historia de nuestro país. Pues son estos obstáculos los que fortalecen el movimiento para resistir a las tiranías de un usurpador, para ver de frente lo que hay detrás de cada puesta de sol y apoyar a aquéllos que siempre están dispuestos a luchar.
El comienzo del movimiento se desató después de un despertar de conciencias. Mujeres y hombres de principios e ideales se unieron con el fin de un cambio en nuestro país, México. El valor se fue adquiriendo de observar como nuestros hermanos, nuestra gente, era lastimada, olvidada y dejada morir en la completa soledad.
Después de un sexenio foxista, marca de heridas que son profundas y que dejaron cicatrices en lo que es nuestro país. El 2 de julio del pasado año quedó en nuestras mentes un fraude electoral, un conteo de voto por voto, un campamento en la parte centro de nuestro país y por supuesto la toma de la presidencia por nuestro presidente legítimo y la toma ridícula de un “presidente” que entró por detrás.
El movimiento no lo constituye solamente López Obrador, sino adultos mayores, adultos, jóvenes y niños. Hasta ahorita ellos están incorporados no por una paga, sino sólo por una demanda, que el cambio en México sea una realidad (como diría Sam).
López Obrador, es uno de los personajes que se atreven a desafiar lo común, lo supuestamente normal y lo que la gente llama y declara que está bien. Probablemente por eso captó mi admiración y un respeto sincero. Sin embargo, estoy segura que muchos de nosotros seguiremos adelante porque el impulso ya está hecho y ante esto, el progreso de México será el resultado.
Con respeto a todas aquellas personas que me han hecho esos comentarios, pues son personas allegadas a mí y que amo sinceramente, les digo: No tengo la culpa de que le teman al cambio, de que quieran ver como luchan las personas mientras ustedes descansan de no hacer nada, de que se conformen dándome argumentos sin bases, de sus regaños que jamás aceptaré, de sus burlas porque comparto algo que aparentemente resulta difícil.
Pero, espero que así como un día mi corazón fue conmovido por la situación política de mi país, ustedes algún día también estén apoyando la causa. Esto es una realidad, México está pasando por un cambio, los mexicanos lo estamos haciendo, y si, ustedes serán importantes para el logro de un cambio, pero, no indispensables.
Aun los peores obstáculos no detendrán los acontecimientos que día a día estamos escribiendo en las páginas de la historia de nuestro país. Pues son estos obstáculos los que fortalecen el movimiento para resistir a las tiranías de un usurpador, para ver de frente lo que hay detrás de cada puesta de sol y apoyar a aquéllos que siempre están dispuestos a luchar.
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