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22 octubre 2006

:: La avaricia de "la cosa Slim" rebasa nuestras fronteras, que no se pase de listo NOTA INFORMATIVA

Exigen indígenas de Guatemala a Slim que devuelva predio que les pertenece

JUAN BALBOA



En imagen de archivo, el industrial mexicano Carlos Slim Helú Foto José Antonio López / LA JORNADA

Oaxtepec, Mor. La municipalidad indígena de Santo Tomás Chichicastenango, Guatemala, sabe que se enfrenta a una de las familias más ricas del mundo: la del empresario mexicano Carlos Slim Helú, cuya empresa en ese país (Telgua) mantiene en su poder un terreno de la autoridad tradicional, que data de principios del siglo pasado.

"Pueblo mexicano, por qué nos hieres si no te hemos hecho nada", expresan las autoridades tradicionales de Chichicastenango, refiriéndose al empresario mexicano, quien se apoderó de dicho terreno, de propiedad indígenas, según está asentado en el documento 596, folio 483, del diario de Quetzaltenango, de 1905.

Es una historia de impunidad que se inició en 1975, cuando el coronel del estado mayor de ejército guatemalteco, José María Saravia García, representó a la desaparecida telefónica Guatel -convertida hoy en Telgua- para que con argucias legales arrebatara la propiedad a la municipalidad indígena.

José Luis Tiquila, vocero de la alcaldía, señala que Guatel realizó negociaciones en los años 70 a espaldas de los "verdaderos y legítimos propietarios". Todo lo hicieron, asegura, con el apoyo del ejército guatemalteco, por conducto del coronel Saravia García.

Refiere que la familia Slim adquirió hace nueve años todo el patrimonio de Guatel en una transacción registrada por el notario José María Marroquín Samayoa, la cual reconoce que la transferencia de Guatel a Telgua incluye "derechos imperfectos" y que ambas partes entienden la aportación en tales condiciones.

Las autoridades indígenas no tienen duda de que el gobierno, mediante el ejército guatemalteco, obligó desde un principio (1975) al alcalde municipal ladino a entregar la propiedad, pues no le pertenecía, la cual, posteriormente, fue entregada a la nueva empresa de Slim.

"¿Por qué primero fue una donación y luego una compraventa? ¿Por qué Guatel declara que en la venta a Telgua hay bienes imperfectos?¿Por qué la juez de asuntos municipales, bajo engaños, pidió las escrituras originales y las fotocopió?", pregunta el representante de la municipalidad indígena, y responde: "todo fue un engaño".

José Luis Tiquila recuerda que desde que la compañía fue adquirida por el mexicano, la población se ha movilizado para ratificar que la propietaria del terreno es la autoridad indígena tradicional; exigen que Carlos Slim respete el estado de derecho y les devuelva el predio.

Asegura que la autoridad tradicional ha demostrado al representante de la familia Slim, Roberto Romo, que es la verdadera propietaria del terreno, y le recriminaron que haya permitido en una reunión que se argumentaran mentiras sobre el caso.

Por eso dice que las autoridades tradicionales de Chichicastenango se preguntan una y otra vez: "Pueblo mexicano, por qué nos hieres si no te hemos hecho nada".

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