Por: Marcelino Díaz de Jesús*
El pasado miércoles (21/Feb./2007) tuve la fortuna de asistir al evento convocado en las instalaciones de la Secretaria de Educación Pública (SEP) por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), para celebrar el 21 de Febrero como el Día Internacional de la Lengua Materna , promulgado por la UNESCO desde hace 8 años.
En éste evento estuvo presente el Sr. Rodolfo Tuiran Gutiérrez en representación de la Sra. Josefina Vázquez Mota de la SEP , el Sen. Andrés Galván Rivas Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Senado, y el Dip. Marcos Matías Alonso Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados, acompañando al Titular del INALI Dr. Fernando Nava López. Todos expresaron la importancia de preservar, rescatar y fomentar las lenguas indígenas. [A buena hora se les ocurre la idea].
Ahí escuchamos la preocupación que existe por la amenaza de extinción de las lenguas Kumiai, Kiliwa, Cuicateco, Cucapá e Ixcateco así como el Pai-pai y Chocholteco. No pude evitar pensar con tristeza que en algunos casos, solo eran palabras de buenas intenciones, cuando se hace muy poco institucionalmente por esos buenos deseos, pues existen muy pocos recursos destinados a éstos asuntos, y menos aún, para apoyar acciones concretas que ayuden a revertir las condiciones de miseria en las que viven estos pueblos.
El 13 de noviembre del 2006 en Mexicali, acompañando a un grupo de Diputados Federales de la Comisión de Asuntos Indígenas, pudimos escuchar a Elías Espinosa, jefe kiliwa, y Mónica González, dirigente cucapá, respecto al pacto de muerte adoptado por los kiliwas, quienes ante tanta indolencia de los gobiernos en turno, han decidido auto extinguirse para siempre no procreando mas hijos. Dijeron: ¿Para qué? Si solo vienen a sufrir.
Los Kiliwas, con una población de apenas 54 personas, de los cuales sólo cinco son hablantes de su lengua original, acordaron dejar de reproducirse. Éste es un pacto de muerte para extinguirse como etnia nativa de Baja California, cansados de tantas injusticias históricas; principalmente por el despojo de sus tierras y la indiferencia gubernamental. Para ellos, cada día es más difícil su supervivencia porque carecen de los servicios más elementales como: agua, centros de salud, escuelas y energía eléctrica. No tienen nada. [Al paso que vamos se extinguirán los mexicanos].
Para los otros indígenas bajacalifornianos que nos informaron, el pacto para ellos, es una “decisión respetable que tomaron los kiliwas ante la desesperación por estar olvidados del gobierno”.
Los kiliwas viven en el ejido Arroyo de León, en la región serrana de San Pedro Mártir de Baja California. Provenientes de los yumamos, los kiliwas han sufrido desde tiempos inmemoriales el despojo de sus tierras que apenas en 1970 les reconocieron 27 mil hectáreas, mismos que les han ido arrebatando. Los integrantes de la etnia se han convertido en empleados, jornaleros, migrantes y otros se dedican a la venta de artesanías.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México (SNIPIM), en el 2000, mil 350 personas conformaban las cinco etnias nativas de Baja California, de las cuales 80 eran kiliwas (sólo cinco, todos mayores de 70 años de edad, son hablantes de su lengua madre); 400 pai pai, 360 kumiais, 260 cucapás y 240 cochimís. Se cree que los kiliwas únicamente lograrán sobrevivir dos generaciones más por su número reducido de integrantes.
Los últimos cinco hablantes del kiliwa, que interactúan entre ellos son: Eusebio Álvarez Espinoza, Leandro Maytorell Espinoza, José Ochurte Espinoza, Leonor Farldow Espinoza e Hipólita Espinoza Higuera. Según la Coordinación de Educación Intercultural y Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública dos tercios de las lenguas indígenas que se hablan en México están en peligro de extinción. Una de ellas es el kiliwa.
Esta mañana el representante de la SEP trajo en su discurso las palabras del Dr. León Portilla: "cuando muere una lengua, la humanidad se empobrece". Efectivamente, cuando una lengua indígena muere, también muere una parte de nosotros mismos. [Cuando un espurio anda de usurpador la humanidad se rete empobrece, se ofende y se resiente].
En el año 2003, se aprobó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, tomando como base lo dispuesto en el Artículo Segundo Constitucional y la Reforma a la fracción cuarta del Artículo Séptimo de la Ley General de Educación, que “tiene por objeto regular el reconocimiento y protección de los derechos lingüísticos, individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas, así como la promoción del uso y desarrollo de las lenguas indígenas.” Además se propone proteger a los indígenas con traductores indígenas en los juicios donde aquellos sean parte; rechazar la discriminación que se impone a aquellos que utilizan su lengua materna; colocar en el centro de la educación bilingüe el tema de la interculturalidad en todos los niveles.
Si queremos evitar la tragedia de la desaparición de otra lengua indígena más, hagamos algo, pero ¡Hagámoslo ya! [Es lo que vengo diciendo desde la noche del 2 de julio del 2006 hagamos algo... haber cuando nos hacen caso señor autor de este texto, cuente con el Sam y con muchos lectores de este blog también].
*Presidente del Consejo de Pueblos Nahuas del Alto Balsas, Guerrero, México
Cuando una lengua indígena muere, también muere una parte de nosotros mismos.
El pasado miércoles (21/Feb./2007) tuve la fortuna de asistir al evento convocado en las instalaciones de la Secretaria de Educación Pública (SEP) por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), para celebrar el 21 de Febrero como el Día Internacional de la Lengua Materna , promulgado por la UNESCO desde hace 8 años.
En éste evento estuvo presente el Sr. Rodolfo Tuiran Gutiérrez en representación de la Sra. Josefina Vázquez Mota de la SEP , el Sen. Andrés Galván Rivas Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Senado, y el Dip. Marcos Matías Alonso Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados, acompañando al Titular del INALI Dr. Fernando Nava López. Todos expresaron la importancia de preservar, rescatar y fomentar las lenguas indígenas. [A buena hora se les ocurre la idea].
Ahí escuchamos la preocupación que existe por la amenaza de extinción de las lenguas Kumiai, Kiliwa, Cuicateco, Cucapá e Ixcateco así como el Pai-pai y Chocholteco. No pude evitar pensar con tristeza que en algunos casos, solo eran palabras de buenas intenciones, cuando se hace muy poco institucionalmente por esos buenos deseos, pues existen muy pocos recursos destinados a éstos asuntos, y menos aún, para apoyar acciones concretas que ayuden a revertir las condiciones de miseria en las que viven estos pueblos.
El 13 de noviembre del 2006 en Mexicali, acompañando a un grupo de Diputados Federales de la Comisión de Asuntos Indígenas, pudimos escuchar a Elías Espinosa, jefe kiliwa, y Mónica González, dirigente cucapá, respecto al pacto de muerte adoptado por los kiliwas, quienes ante tanta indolencia de los gobiernos en turno, han decidido auto extinguirse para siempre no procreando mas hijos. Dijeron: ¿Para qué? Si solo vienen a sufrir.
Los Kiliwas, con una población de apenas 54 personas, de los cuales sólo cinco son hablantes de su lengua original, acordaron dejar de reproducirse. Éste es un pacto de muerte para extinguirse como etnia nativa de Baja California, cansados de tantas injusticias históricas; principalmente por el despojo de sus tierras y la indiferencia gubernamental. Para ellos, cada día es más difícil su supervivencia porque carecen de los servicios más elementales como: agua, centros de salud, escuelas y energía eléctrica. No tienen nada. [Al paso que vamos se extinguirán los mexicanos].
Para los otros indígenas bajacalifornianos que nos informaron, el pacto para ellos, es una “decisión respetable que tomaron los kiliwas ante la desesperación por estar olvidados del gobierno”.
Los kiliwas viven en el ejido Arroyo de León, en la región serrana de San Pedro Mártir de Baja California. Provenientes de los yumamos, los kiliwas han sufrido desde tiempos inmemoriales el despojo de sus tierras que apenas en 1970 les reconocieron 27 mil hectáreas, mismos que les han ido arrebatando. Los integrantes de la etnia se han convertido en empleados, jornaleros, migrantes y otros se dedican a la venta de artesanías.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México (SNIPIM), en el 2000, mil 350 personas conformaban las cinco etnias nativas de Baja California, de las cuales 80 eran kiliwas (sólo cinco, todos mayores de 70 años de edad, son hablantes de su lengua madre); 400 pai pai, 360 kumiais, 260 cucapás y 240 cochimís. Se cree que los kiliwas únicamente lograrán sobrevivir dos generaciones más por su número reducido de integrantes.
Los últimos cinco hablantes del kiliwa, que interactúan entre ellos son: Eusebio Álvarez Espinoza, Leandro Maytorell Espinoza, José Ochurte Espinoza, Leonor Farldow Espinoza e Hipólita Espinoza Higuera. Según la Coordinación de Educación Intercultural y Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública dos tercios de las lenguas indígenas que se hablan en México están en peligro de extinción. Una de ellas es el kiliwa.
Esta mañana el representante de la SEP trajo en su discurso las palabras del Dr. León Portilla: "cuando muere una lengua, la humanidad se empobrece". Efectivamente, cuando una lengua indígena muere, también muere una parte de nosotros mismos. [Cuando un espurio anda de usurpador la humanidad se rete empobrece, se ofende y se resiente].
En el año 2003, se aprobó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, tomando como base lo dispuesto en el Artículo Segundo Constitucional y la Reforma a la fracción cuarta del Artículo Séptimo de la Ley General de Educación, que “tiene por objeto regular el reconocimiento y protección de los derechos lingüísticos, individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas, así como la promoción del uso y desarrollo de las lenguas indígenas.” Además se propone proteger a los indígenas con traductores indígenas en los juicios donde aquellos sean parte; rechazar la discriminación que se impone a aquellos que utilizan su lengua materna; colocar en el centro de la educación bilingüe el tema de la interculturalidad en todos los niveles.
Si queremos evitar la tragedia de la desaparición de otra lengua indígena más, hagamos algo, pero ¡Hagámoslo ya! [Es lo que vengo diciendo desde la noche del 2 de julio del 2006 hagamos algo... haber cuando nos hacen caso señor autor de este texto, cuente con el Sam y con muchos lectores de este blog también].
*Presidente del Consejo de Pueblos Nahuas del Alto Balsas, Guerrero, México
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