Por Lila Sarai
A últimas fechas hemos escuchado mucho sobre la construcción del famoso muro de la frontera norte que el gobierno norteamericano ha querido levantar para evitar la entrada de indocumentados e ilegales a su territorio. La historia nos permite recordar que esa frontera, la que nos une con el “rico y todo poderoso”, no es más que la edificación de la barrera que aún en tiempos del TLC funge como forma de división y separación.
A este respecto, y justo en estos tiempos, ha comenzado a construirse el ya tan famoso muro, pero lo que preocupa es que dicha construcción está siendo llevada a cabo dentro del territorio mexicano. [¡Qué poca mother!].
No tardaron las autoridades Mexicanas en “maquillar” esta acción, la cuál no sólo es anticonstitucional sino que viola los tratados internacionales sobre límites territoriales, para lo cual el embajador norteamericano en México, Antonio O. Garza comentó que “su país tiene un gran respeto por la soberanía” y que incluso el muro está siendo levantado en territorio norteamericano. [El muro de las mentiras, para acabarla de amolar].
Sin embargo, hemos podido ver la intrusión de brigadas de constructores en territorio nacional, más específicamente, una cuadrilla de trabajadores de la población de Douglas, Arizona, quienes se adentraron diez metros de la línea fronteriza, violando con ello el territorio nacional. [¿Y el ejército, pues de traidores por su aumentito saludando al espurio en cada eventito, verdad soldaditos fecaleros?].
Existen como prueba fotografías que han sido ya expuestas ante el Senado, el cuál envió una carta diplomática al gobierno norteamericano y aseguran que de no ser atendida la petición que se incluye en ella, llevarán a cabo acciones más fuertes. [Seguramente marcharán los senadores del Ángel a la embajada americana, quizás tendrán un acto de resistencia en algún Wal Mart, bueno, de que algo harán algo harán, tengamos fe ¡los sendarores vencerán al imperio!].
Esperemos que no quede sólo en palabras, ya que el muro en sí mismo representa una agresión directa, una afronta a las sociedades latinoamericanas y más específicamente a la mexicana, la cual se congratula (oníricamente) siempre de formar parte del TLC, pero que de una forma más que tangible se encuentra separada (cada día más) del poderío norteamericano. Una prueba más de que el imperialismo norteamericano se ha hecho tangible no sólo en los grandes mercados e industrias, sino que ahora también regresa para poder apropiarse de territorios que no le corresponden.
Agregando: Por eso les digo y no me canso el problema de fondo es humano, si no sabemos hacernos respetar estos torpes seguirán haciendo de las suyas... sigamonos preparando gente, sigamos alertas.
A últimas fechas hemos escuchado mucho sobre la construcción del famoso muro de la frontera norte que el gobierno norteamericano ha querido levantar para evitar la entrada de indocumentados e ilegales a su territorio. La historia nos permite recordar que esa frontera, la que nos une con el “rico y todo poderoso”, no es más que la edificación de la barrera que aún en tiempos del TLC funge como forma de división y separación.
A este respecto, y justo en estos tiempos, ha comenzado a construirse el ya tan famoso muro, pero lo que preocupa es que dicha construcción está siendo llevada a cabo dentro del territorio mexicano. [¡Qué poca mother!].
No tardaron las autoridades Mexicanas en “maquillar” esta acción, la cuál no sólo es anticonstitucional sino que viola los tratados internacionales sobre límites territoriales, para lo cual el embajador norteamericano en México, Antonio O. Garza comentó que “su país tiene un gran respeto por la soberanía” y que incluso el muro está siendo levantado en territorio norteamericano. [El muro de las mentiras, para acabarla de amolar].
Sin embargo, hemos podido ver la intrusión de brigadas de constructores en territorio nacional, más específicamente, una cuadrilla de trabajadores de la población de Douglas, Arizona, quienes se adentraron diez metros de la línea fronteriza, violando con ello el territorio nacional. [¿Y el ejército, pues de traidores por su aumentito saludando al espurio en cada eventito, verdad soldaditos fecaleros?].
Existen como prueba fotografías que han sido ya expuestas ante el Senado, el cuál envió una carta diplomática al gobierno norteamericano y aseguran que de no ser atendida la petición que se incluye en ella, llevarán a cabo acciones más fuertes. [Seguramente marcharán los senadores del Ángel a la embajada americana, quizás tendrán un acto de resistencia en algún Wal Mart, bueno, de que algo harán algo harán, tengamos fe ¡los sendarores vencerán al imperio!].
Esperemos que no quede sólo en palabras, ya que el muro en sí mismo representa una agresión directa, una afronta a las sociedades latinoamericanas y más específicamente a la mexicana, la cual se congratula (oníricamente) siempre de formar parte del TLC, pero que de una forma más que tangible se encuentra separada (cada día más) del poderío norteamericano. Una prueba más de que el imperialismo norteamericano se ha hecho tangible no sólo en los grandes mercados e industrias, sino que ahora también regresa para poder apropiarse de territorios que no le corresponden.
Agregando: Por eso les digo y no me canso el problema de fondo es humano, si no sabemos hacernos respetar estos torpes seguirán haciendo de las suyas... sigamonos preparando gente, sigamos alertas.
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