Los tiempos se acortan y la administración Bush ya tiene todo listo para cargar militarmente contra la República Islámica de Irán. El Dr. Ramiro Anzit Guerrero indaga en profundidad en el presente artículo la estrategia militar del Pentágono y los intereses económicos y geopolíticos relativos al conflicto por venir. Pero surgen interrogantes. ¿Cómo reaccionará el régimen iraní? Todo indica que la aventura militar americana no será tan sencilla. Incluso, Irán ya estaría en condiciones de dotar a sus misiles de alcance medio con cabezas nucleares que tienen en su alcance a Israel, las bases estadounidenses en Oriente Medio y Europa Central. El balance militar iraní. El rol de China. Un conflicto global con repercusiones seguramente desastrosas. Los planes de Israel y los atentados contra la colectividad judía en Argentina.
El fallo de la AMIA que implica a Irán
El 17 de marzo de 1992, una violenta explosión destruía a la embajada de Israel en Buenos Aires y dañaba seriamente a una Iglesia Católica y a una escuela adyacente. Murieron 29 personas y 242 resultaron heridas. Inicialmente, la investigación se orientó sobre la pista islámica. El atentado habría sido cometido por un kamikaze palestino que habría utilizado una camioneta llena de explosivos. Habría pertenecido al grupo Jihad Islámica y la motivación habría sido vengar el asesinato por parte de Israel del líder del Hezbollah libanés Sheikh Abbas al-Musawi y de su familia. La operación habría sido preparada por un grupo Paquistaní y coordinada por Mohsen Rabbani, el agregado cultural de la embajada de Irán en ese momento.
El 18 de julio de 1994, una segunda explosión destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) donde murieron 85 personas y más de 300 resultaron heridas. La investigación inicial se orientó también sobre la pista islámica. Un kamikaze libanés de 29 años habría cometido el atentado, Ibrahim Hussein Berro, conduciendo un vehículo que detonó contra el edificio. Algunos años más tarde, se expidió una orden de detención contra Imad Mugniyah, un miembro del Hezbollah. Luego, el antiguo embajador de Irán en Argentina, Hade Soleimanpour, fue detenido en el Reino Unido y después liberado por falta de pruebas.
A doce años del atentado del 18 de julio de 1994 contra la AMIA en la cuidad de Buenos Aires, dos magistrados encargados de la investigación piden al juez federal, Rodolfo Canicoba Corral, expedir una orden de detención internacional contra el antiguo Presidente iraní Ali Rafsandjani y siete altos dignatarios iraníes de ese momento, y también contra un líder del movimiento shiíta libanés Hezbollah. Según Alberto Nisman, el magistrado que dirige la unidad especialmente creada por el actual Gobierno argentino para determinar la responsabilidad del más violento atentado perpetrado contra una institución judía en el mundo, el ataque de 1994 contra la AMIA fue decidido por los más altos responsables del Gobierno iraní y realizado por la organización terrorista libanesa Hezbollah.
En un expediente de 800 páginas, el magistrado imputa un único móvil al Irán de Rafsandjani: castigar a la Argentina después de la suspensión unilateral de la asistencia tecnológica nuclear que el país había concedido a Teherán. Estos acuerdos se habían celebrado entre los dos países bajo el gobierno del Presidente Raúl Alfonsin (1983-1989) y el Presidente Carlos Menem había decidido suspenderlos en 1991. El equipo de magistrados afirma que el atentado se decidió el 14 de agosto de 1993, en una reunión en la ciudad iraní de Mashad, ciudad santa del shiísmo. Según los jueces argentinos, participaron en esta reunión el antiguo Presidente Ali Rafsandjani (1989-1997), el antiguo Ministro de Información, Ali Fallahjan, el ex Ministro de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Velayati, el ex comandante de la Guardia Revolucionario (Pashdaran), el general Mohsen Rezai y el antiguo consejero cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani.
Por último, los magistrados apuntan también al jefe de los servicios de seguridad exterior del Hezbollah, Imad Fayez Mugniyah. Para apoyar estas acusaciones, los dos jueces argentinos se basan en declaraciones de arrepentidos y disidentes iraníes. Toman también fuentes como los informes de la Secretaria de Inteligencia argentina (Ex SIDE), el FBI norteamericano y el Mossad israelí que inmediatamente después del atentado de 1994 había acusado a Irán y al Hezbollah. Los jueces argentinos garantizan que pudieron validar estas acusaciones cruzándolas con otros elementos, como llamadas telefónicas.
La comunidad judía de Argentina, la más importante de América Latina (300.000 personas) es ciertamente muy influyente y reclamó a la Justicia un fallo desde hace doce años, ejerciendo una fuerte presión sobre las autoridades argentinas.
Para la comunidad judía argentina, si la investigación se había realizado correctamente en 1992, el atentado de 1994 contra la AMIA no habría sido así. Se ha criticado severamente a todos los gobiernos argentinos sucesivos, desde el ex presidente Carlos Menem en el poder al momento de los hechos, por la ausencia de progreso en las investigaciones sobre estos atentados. Sobre la base de un testimonio de un agente de los servicios secretos iraníes refugiado en Alemania, se acusó a Carlos Menem de haber aceptado dinero de Irán, diez millones de dólares que se habrían depositado en una cuenta en un banco de Suiza, con el fin de impedir la continuación de la investigación sobre el sangriento atentado contra la AMIA. Pero la acusación no pudo ser finalmente probada.
Por su parte, en 2005, el Presidente Néstor Kirchner había reconocido la "responsabilidad del Estado" en las faltas de la Justicia. Era la primera vez que se hacia este reconocimiento en la historia argentina.
Los Estados Unidos ya habían felicitado al gobierno de Néstor Kirchner por sus esfuerzos para hacer avanzar la investigación en un sentido que obviamente les ha convenido estratégicamente. Buenos Aires va seguramente a ver sus relaciones con Teherán deteriorarse aún más. Exactamente después del atentado, los dos países habían roto sus relaciones diplomáticas. Estos últimos años una aproximación se había concretado con el envío a Buenos Aires de un encargado de negocios iraní.
Para avalar sus advertencias contra el Eje Shiíta (Irán, Siria, Hezbollah libanés), Washington resaltó la acusación formal del gobierno argentino sobre Irán en los atentados cometidos en Buenos Aires a principios de los años 1990. Tras una reunión que se celebró en Washington en mayo de 2006 y en la cual participaron dos altos magistrados de Buenos Aires, se habrían ejercido fuertes presiones a la vez sobre el Gobierno y sobre la justicia argentina para lograr la acusación contra Irán.
Esta teoría la sostiene el abogado Oscar Abdura Bini que presentó una denuncia ante el Tribunal administrativo de la Provincia de Buenos Aires dirigida contra el American Jewish Committee y los fiscales Nisman y Martínez Burgos por supuestamente obstaculizar el accionar de la Justicia.
Por su parte el actual encargado de negocios de la embajada iraní en Buenos Aires, Mohsen Baharvand, afirmó que Irán estaba "dispuesto al diálogo" con Argentina para demostrarle su inocencia en el atentado contra la AMIA en 1994. Con este fin, Baharvand dijo que cada país debía designar a un interlocutor a fin de aclarar el asunto. El encargado de negocios iraní en Argentina por otra parte descartó una posible ruptura de relaciones diplomáticas a pesar de la tensión creciente entre los dos países. Una orden de detención internacional fue entregada por la justicia argentina por crímenes contra la humanidad del ex Presidente iraní Akbar Rafsandjani y de otros dirigentes acusados de haber financiado a través del partido shiíta libanés Hezbollah el atentado contra la AMIA. Las autoridades iraníes, que refutan toda responsabilidad y rechazan esta orden de captura que califican de infundada, habían reaccionado anunciando la acusación por injurias sobre los fiscales argentinos.
El enemigo iraní y el ataque inminente
Hace mas un año que Irán reactivó la producción de uranio enriquecido. En agosto de 2005, el mundo diplomático preveía una grave crisis internacional, habida cuenta de la decisión iraní. Irán reactivó la producción de uranio enriquecido rechazando las propuestas de los negociadores europeos (Gran Bretaña, Alemania y Francia). Aunque este enriquecimiento sea totalmente compatible con el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares, corre el riesgo de causar una grave crisis internacional.
A pesar de lo anterior, el presidente iraní dijo que el enriquecimiento de uranio no es incompatible con el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares. Recordemos que Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia, China y los EE.UU. formularon una oferta encaminada a convencer a Teherán de renunciar en sus actividades de enriquecimiento nuclear, en forma de un paquete de propuestas, cuya cooperación en el ámbito nuclear civil, establecía una asociación comercial así como una cooperación política que equivalía a hacer de Irán un socio de la Unión Europea.
En este largo plazo de tiempo, habrá muchos imprevistos, en espera del petróleo mucho más de 100 dólares el barril. Irán estará en condiciones de fabricar una bomba nuclear de aquí a un año o dos a más tardar. Es lo que ha declarado el general Méïr Dagan, jefe del Mossad. Según Dagan, Irán dispondrá pronto de materia fisible con la cual se puede fabricar una bomba nuclear. A partir de esta fase, la fabricación de la bomba no es más que un simple proceso técnico. Y siempre según el general israelí, en los próximos meses, si nada lo impide, Irán alcanzará su independencia en cuanto a tecnología nuclear. El general Dagan hizo estas afirmaciones en su intervención anual en la comisión de Asuntos Exteriores y de la Defensa del Knesset, el parlamento israelí.
Los responsables políticos y militares recientemente multiplicaron sus advertencias contra Irán, que acusan de pretender dotarse con el arma nuclear bajo la protección de programa nuclear civil. Los temores del Estado hebreo frente a Irán se dispararon después de las observaciones en octubre del Presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, que apeló a borrar a Israel del mapa mundial.
Fuentes de los servicios secretos y del ejército de los Estados Unidos y del extranjero revelan distintos elementos que indican que estamos en la fase final de un ataque a las instalaciones nucleares y militares iraníes, para lo cual EE.UU. podría recurrir a armas nucleares tácticas. Entre los objetivos probables de estos bombardeos de saturación se encuentra la central nuclear de Bushehr (dónde trabajan rusos y otros técnicos extranjeros), una mina de uranio en el Saghand cerca de la ciudad de Yazd, el sitio de enriquecimiento del uranio de Natanz, una central de agua pesada e instalación de isótopos radioactivos en Arak, la unidad de combustible nuclear de Ardekan, el Centro de conversión de uranio y tecnología nuclear de Ispahan, el Centro de búsqueda nuclear de Teherán, el Centro de producción de isótopos de molibdeno, yodo y xenón de Teherán, los Laboratorios multifuncionales Jabr Ibn Hayan de Teherán y los depósitos de residuos radioactivos de Karaj y Anarak.
Pudieran ser también contemplados -en una primera fase- los sitios de lanzamiento de misiles Shahab-I, II y III, las bases aéreas, incluida la extensa base aérea de Mehrabad que hace también de aeropuerto internacional cerca de Teherán, las bases navales sobre el Golfo Pérsico y el Mar Caspio, tanto las bases de orden, control, comunicaciones como las de información.
A continuación, podrían ser atacados los aeropuertos civiles, las estaciones de radio y televisión, los centros de telecomunicaciones, los edificios gubernamentales, las centrales eléctricas tradicionales, las autopistas y los puentes así como también las líneas ferroviarias. Los sitios de extracción de petróleo y las instalaciones portuarias comerciales serían conservadas probablemente por los bombardeos norteamericanos, con el fin de conservarlos intactos para los intereses petrolíferos y comerciales de los Estados Unidos, luego de una virtual invasión por tierra. Se asistió a una intensificación de la preparación militar en varias bases norteamericanas que participarán en el ataque en planificado, el cual será principalmente aéreo.
En este sentido, el fuerte Rucker en Alabama recibió la orden del Pentágono de estar preparado para utilizar alrededor 50.000 a 60.000 reclutas, la mayoría civiles bajo contrato, que se desplegarán en ofensivas en Irán. Rucker se encuentra en el centro nacional de impulsión aérea del ejército de los EE.UU., la cual incluye a la escuela de control de helicópteros. Además, se asistió a una intensificación en el grado de preparación en Hurlburt Field (Florida), que alberga el centro de control de operaciones especiales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
También pudo constatarse un significativo crecimiento de actividad en el centro de combate aire-tierra de la marina estadounidense, localizado en California; principalmente ejercicios de combate no simulado en un medio ambiente desértico y montañoso comparable a las regiones iraníes susceptibles de ser atacadas. Los servicios europeos de inteligencia dejan entrever que los Estados Unidos informaron a sus aliados de la OTAN que debían esperarse bombardeos destinaban a sitios nucleares y militares iraníes.
Turquía no autorizaría a los Estados Unidos a utilizar sus bases en caso de ataque militar a Irán, lo que tuvo por consecuencia una serie de visitas por representantes de la administración Bush, que solicitaron a Turquía que participe en la logística, la política y la información en caso de un ataque a Irán.
Los responsables políticos y militares pidieron también a Bahrein, Arabia Saudita, Pakistán, Jordania, al emirato de Omán y Azerbaiján aportar su apoyo a los Estados Unidos en caso de un ataque sobre Irán.
Washington está intentando convencer a distintos países que existe un vínculo entre Irán y Al Qaeda. En este sentido, fuentes que pertenecen a la inteligencia polaca dicen que Radek Sikorski, el Ministro polaco de Defensa, garantizó a su homólogo norteamericano el apoyo de su país en caso de bombardeo sobre Irán. Sikorski es un antiguo miembro del Instituto americano dónde militan neoconservadores como Richard Perle, Michael Ledeen, y Lynne Cheney, la pretendida "Segunda Dama" de los Estados Unidos. Sikorski y el Ministro de Asuntos Exteriores polaco Stefan Meller garantizó el apoyo de Polonia en la OTAN, durante la división entre los países que causarían los bombardeos norteamericanos.
Por su parte, Gran Bretaña, Australia, Italia y los Países Bajos, se habrían opuesto a los planes de ataque. Los servicios de información mas calificados esperan con inquietud las consecuencias que tendría un ataque a Irán por parte de los Estados Unidos. Existiría una probabilidad muy elevada de represalias shiítas en Irak, en la provincia oriental de Arabia Saudita, en Kuwait, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, el Líbano, Afganistán y contra objetivos norteamericanos militares, diplomáticos, y económicos en la región.
La contaminación radiactiva derivada de un ataque nuclear convencional o táctico causarían importantes problemas con Pakistán, la India, China, Rusia, Japón así como con otros países de Asia y el Pacífico que se encuentran sobre la trayectoria de los vientos. En lo político, el ataque podría dar un empujón a la caída del gobierno de Pervez Mousharraf en Pakistán, y a su sustitución por un régimen islamista radical dotado con el arma nuclear, lo que causaría una respuesta militar de la India, una de las potencias nucleares. El conflicto, de este modo, cobraría relevancia global.
continuará...
El fallo de la AMIA que implica a Irán
El 17 de marzo de 1992, una violenta explosión destruía a la embajada de Israel en Buenos Aires y dañaba seriamente a una Iglesia Católica y a una escuela adyacente. Murieron 29 personas y 242 resultaron heridas. Inicialmente, la investigación se orientó sobre la pista islámica. El atentado habría sido cometido por un kamikaze palestino que habría utilizado una camioneta llena de explosivos. Habría pertenecido al grupo Jihad Islámica y la motivación habría sido vengar el asesinato por parte de Israel del líder del Hezbollah libanés Sheikh Abbas al-Musawi y de su familia. La operación habría sido preparada por un grupo Paquistaní y coordinada por Mohsen Rabbani, el agregado cultural de la embajada de Irán en ese momento.
El 18 de julio de 1994, una segunda explosión destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) donde murieron 85 personas y más de 300 resultaron heridas. La investigación inicial se orientó también sobre la pista islámica. Un kamikaze libanés de 29 años habría cometido el atentado, Ibrahim Hussein Berro, conduciendo un vehículo que detonó contra el edificio. Algunos años más tarde, se expidió una orden de detención contra Imad Mugniyah, un miembro del Hezbollah. Luego, el antiguo embajador de Irán en Argentina, Hade Soleimanpour, fue detenido en el Reino Unido y después liberado por falta de pruebas.
A doce años del atentado del 18 de julio de 1994 contra la AMIA en la cuidad de Buenos Aires, dos magistrados encargados de la investigación piden al juez federal, Rodolfo Canicoba Corral, expedir una orden de detención internacional contra el antiguo Presidente iraní Ali Rafsandjani y siete altos dignatarios iraníes de ese momento, y también contra un líder del movimiento shiíta libanés Hezbollah. Según Alberto Nisman, el magistrado que dirige la unidad especialmente creada por el actual Gobierno argentino para determinar la responsabilidad del más violento atentado perpetrado contra una institución judía en el mundo, el ataque de 1994 contra la AMIA fue decidido por los más altos responsables del Gobierno iraní y realizado por la organización terrorista libanesa Hezbollah.
En un expediente de 800 páginas, el magistrado imputa un único móvil al Irán de Rafsandjani: castigar a la Argentina después de la suspensión unilateral de la asistencia tecnológica nuclear que el país había concedido a Teherán. Estos acuerdos se habían celebrado entre los dos países bajo el gobierno del Presidente Raúl Alfonsin (1983-1989) y el Presidente Carlos Menem había decidido suspenderlos en 1991. El equipo de magistrados afirma que el atentado se decidió el 14 de agosto de 1993, en una reunión en la ciudad iraní de Mashad, ciudad santa del shiísmo. Según los jueces argentinos, participaron en esta reunión el antiguo Presidente Ali Rafsandjani (1989-1997), el antiguo Ministro de Información, Ali Fallahjan, el ex Ministro de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Velayati, el ex comandante de la Guardia Revolucionario (Pashdaran), el general Mohsen Rezai y el antiguo consejero cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani.
Por último, los magistrados apuntan también al jefe de los servicios de seguridad exterior del Hezbollah, Imad Fayez Mugniyah. Para apoyar estas acusaciones, los dos jueces argentinos se basan en declaraciones de arrepentidos y disidentes iraníes. Toman también fuentes como los informes de la Secretaria de Inteligencia argentina (Ex SIDE), el FBI norteamericano y el Mossad israelí que inmediatamente después del atentado de 1994 había acusado a Irán y al Hezbollah. Los jueces argentinos garantizan que pudieron validar estas acusaciones cruzándolas con otros elementos, como llamadas telefónicas.
La comunidad judía de Argentina, la más importante de América Latina (300.000 personas) es ciertamente muy influyente y reclamó a la Justicia un fallo desde hace doce años, ejerciendo una fuerte presión sobre las autoridades argentinas.
Para la comunidad judía argentina, si la investigación se había realizado correctamente en 1992, el atentado de 1994 contra la AMIA no habría sido así. Se ha criticado severamente a todos los gobiernos argentinos sucesivos, desde el ex presidente Carlos Menem en el poder al momento de los hechos, por la ausencia de progreso en las investigaciones sobre estos atentados. Sobre la base de un testimonio de un agente de los servicios secretos iraníes refugiado en Alemania, se acusó a Carlos Menem de haber aceptado dinero de Irán, diez millones de dólares que se habrían depositado en una cuenta en un banco de Suiza, con el fin de impedir la continuación de la investigación sobre el sangriento atentado contra la AMIA. Pero la acusación no pudo ser finalmente probada.
Por su parte, en 2005, el Presidente Néstor Kirchner había reconocido la "responsabilidad del Estado" en las faltas de la Justicia. Era la primera vez que se hacia este reconocimiento en la historia argentina.
Los Estados Unidos ya habían felicitado al gobierno de Néstor Kirchner por sus esfuerzos para hacer avanzar la investigación en un sentido que obviamente les ha convenido estratégicamente. Buenos Aires va seguramente a ver sus relaciones con Teherán deteriorarse aún más. Exactamente después del atentado, los dos países habían roto sus relaciones diplomáticas. Estos últimos años una aproximación se había concretado con el envío a Buenos Aires de un encargado de negocios iraní.
Para avalar sus advertencias contra el Eje Shiíta (Irán, Siria, Hezbollah libanés), Washington resaltó la acusación formal del gobierno argentino sobre Irán en los atentados cometidos en Buenos Aires a principios de los años 1990. Tras una reunión que se celebró en Washington en mayo de 2006 y en la cual participaron dos altos magistrados de Buenos Aires, se habrían ejercido fuertes presiones a la vez sobre el Gobierno y sobre la justicia argentina para lograr la acusación contra Irán.
Esta teoría la sostiene el abogado Oscar Abdura Bini que presentó una denuncia ante el Tribunal administrativo de la Provincia de Buenos Aires dirigida contra el American Jewish Committee y los fiscales Nisman y Martínez Burgos por supuestamente obstaculizar el accionar de la Justicia.
Por su parte el actual encargado de negocios de la embajada iraní en Buenos Aires, Mohsen Baharvand, afirmó que Irán estaba "dispuesto al diálogo" con Argentina para demostrarle su inocencia en el atentado contra la AMIA en 1994. Con este fin, Baharvand dijo que cada país debía designar a un interlocutor a fin de aclarar el asunto. El encargado de negocios iraní en Argentina por otra parte descartó una posible ruptura de relaciones diplomáticas a pesar de la tensión creciente entre los dos países. Una orden de detención internacional fue entregada por la justicia argentina por crímenes contra la humanidad del ex Presidente iraní Akbar Rafsandjani y de otros dirigentes acusados de haber financiado a través del partido shiíta libanés Hezbollah el atentado contra la AMIA. Las autoridades iraníes, que refutan toda responsabilidad y rechazan esta orden de captura que califican de infundada, habían reaccionado anunciando la acusación por injurias sobre los fiscales argentinos.
El enemigo iraní y el ataque inminente
Hace mas un año que Irán reactivó la producción de uranio enriquecido. En agosto de 2005, el mundo diplomático preveía una grave crisis internacional, habida cuenta de la decisión iraní. Irán reactivó la producción de uranio enriquecido rechazando las propuestas de los negociadores europeos (Gran Bretaña, Alemania y Francia). Aunque este enriquecimiento sea totalmente compatible con el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares, corre el riesgo de causar una grave crisis internacional.
A pesar de lo anterior, el presidente iraní dijo que el enriquecimiento de uranio no es incompatible con el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares. Recordemos que Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia, China y los EE.UU. formularon una oferta encaminada a convencer a Teherán de renunciar en sus actividades de enriquecimiento nuclear, en forma de un paquete de propuestas, cuya cooperación en el ámbito nuclear civil, establecía una asociación comercial así como una cooperación política que equivalía a hacer de Irán un socio de la Unión Europea.
En este largo plazo de tiempo, habrá muchos imprevistos, en espera del petróleo mucho más de 100 dólares el barril. Irán estará en condiciones de fabricar una bomba nuclear de aquí a un año o dos a más tardar. Es lo que ha declarado el general Méïr Dagan, jefe del Mossad. Según Dagan, Irán dispondrá pronto de materia fisible con la cual se puede fabricar una bomba nuclear. A partir de esta fase, la fabricación de la bomba no es más que un simple proceso técnico. Y siempre según el general israelí, en los próximos meses, si nada lo impide, Irán alcanzará su independencia en cuanto a tecnología nuclear. El general Dagan hizo estas afirmaciones en su intervención anual en la comisión de Asuntos Exteriores y de la Defensa del Knesset, el parlamento israelí.
Los responsables políticos y militares recientemente multiplicaron sus advertencias contra Irán, que acusan de pretender dotarse con el arma nuclear bajo la protección de programa nuclear civil. Los temores del Estado hebreo frente a Irán se dispararon después de las observaciones en octubre del Presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, que apeló a borrar a Israel del mapa mundial.
Fuentes de los servicios secretos y del ejército de los Estados Unidos y del extranjero revelan distintos elementos que indican que estamos en la fase final de un ataque a las instalaciones nucleares y militares iraníes, para lo cual EE.UU. podría recurrir a armas nucleares tácticas. Entre los objetivos probables de estos bombardeos de saturación se encuentra la central nuclear de Bushehr (dónde trabajan rusos y otros técnicos extranjeros), una mina de uranio en el Saghand cerca de la ciudad de Yazd, el sitio de enriquecimiento del uranio de Natanz, una central de agua pesada e instalación de isótopos radioactivos en Arak, la unidad de combustible nuclear de Ardekan, el Centro de conversión de uranio y tecnología nuclear de Ispahan, el Centro de búsqueda nuclear de Teherán, el Centro de producción de isótopos de molibdeno, yodo y xenón de Teherán, los Laboratorios multifuncionales Jabr Ibn Hayan de Teherán y los depósitos de residuos radioactivos de Karaj y Anarak.
Pudieran ser también contemplados -en una primera fase- los sitios de lanzamiento de misiles Shahab-I, II y III, las bases aéreas, incluida la extensa base aérea de Mehrabad que hace también de aeropuerto internacional cerca de Teherán, las bases navales sobre el Golfo Pérsico y el Mar Caspio, tanto las bases de orden, control, comunicaciones como las de información.
A continuación, podrían ser atacados los aeropuertos civiles, las estaciones de radio y televisión, los centros de telecomunicaciones, los edificios gubernamentales, las centrales eléctricas tradicionales, las autopistas y los puentes así como también las líneas ferroviarias. Los sitios de extracción de petróleo y las instalaciones portuarias comerciales serían conservadas probablemente por los bombardeos norteamericanos, con el fin de conservarlos intactos para los intereses petrolíferos y comerciales de los Estados Unidos, luego de una virtual invasión por tierra. Se asistió a una intensificación de la preparación militar en varias bases norteamericanas que participarán en el ataque en planificado, el cual será principalmente aéreo.
En este sentido, el fuerte Rucker en Alabama recibió la orden del Pentágono de estar preparado para utilizar alrededor 50.000 a 60.000 reclutas, la mayoría civiles bajo contrato, que se desplegarán en ofensivas en Irán. Rucker se encuentra en el centro nacional de impulsión aérea del ejército de los EE.UU., la cual incluye a la escuela de control de helicópteros. Además, se asistió a una intensificación en el grado de preparación en Hurlburt Field (Florida), que alberga el centro de control de operaciones especiales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
También pudo constatarse un significativo crecimiento de actividad en el centro de combate aire-tierra de la marina estadounidense, localizado en California; principalmente ejercicios de combate no simulado en un medio ambiente desértico y montañoso comparable a las regiones iraníes susceptibles de ser atacadas. Los servicios europeos de inteligencia dejan entrever que los Estados Unidos informaron a sus aliados de la OTAN que debían esperarse bombardeos destinaban a sitios nucleares y militares iraníes.
Turquía no autorizaría a los Estados Unidos a utilizar sus bases en caso de ataque militar a Irán, lo que tuvo por consecuencia una serie de visitas por representantes de la administración Bush, que solicitaron a Turquía que participe en la logística, la política y la información en caso de un ataque a Irán.
Los responsables políticos y militares pidieron también a Bahrein, Arabia Saudita, Pakistán, Jordania, al emirato de Omán y Azerbaiján aportar su apoyo a los Estados Unidos en caso de un ataque sobre Irán.
Washington está intentando convencer a distintos países que existe un vínculo entre Irán y Al Qaeda. En este sentido, fuentes que pertenecen a la inteligencia polaca dicen que Radek Sikorski, el Ministro polaco de Defensa, garantizó a su homólogo norteamericano el apoyo de su país en caso de bombardeo sobre Irán. Sikorski es un antiguo miembro del Instituto americano dónde militan neoconservadores como Richard Perle, Michael Ledeen, y Lynne Cheney, la pretendida "Segunda Dama" de los Estados Unidos. Sikorski y el Ministro de Asuntos Exteriores polaco Stefan Meller garantizó el apoyo de Polonia en la OTAN, durante la división entre los países que causarían los bombardeos norteamericanos.
Por su parte, Gran Bretaña, Australia, Italia y los Países Bajos, se habrían opuesto a los planes de ataque. Los servicios de información mas calificados esperan con inquietud las consecuencias que tendría un ataque a Irán por parte de los Estados Unidos. Existiría una probabilidad muy elevada de represalias shiítas en Irak, en la provincia oriental de Arabia Saudita, en Kuwait, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, el Líbano, Afganistán y contra objetivos norteamericanos militares, diplomáticos, y económicos en la región.
La contaminación radiactiva derivada de un ataque nuclear convencional o táctico causarían importantes problemas con Pakistán, la India, China, Rusia, Japón así como con otros países de Asia y el Pacífico que se encuentran sobre la trayectoria de los vientos. En lo político, el ataque podría dar un empujón a la caída del gobierno de Pervez Mousharraf en Pakistán, y a su sustitución por un régimen islamista radical dotado con el arma nuclear, lo que causaría una respuesta militar de la India, una de las potencias nucleares. El conflicto, de este modo, cobraría relevancia global.
continuará...
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