Buscar este blog

02 octubre 2008

2 de octubre: "Peor que los bombardeos de Londres"

Poco podía imaginar el periodista británico Robert Trevor que durante el viaje que le llevó a Ciudad de México en octubre de 1968 para informar sobre los Juegos Olímpicos viviría "la noche más terrorífica" de su vida: la matanza de Tlatelolco, a la que considera peor que los bombardeos de Londres en 1940.

Trevor, que por aquél entonces tenía 34 años, trabajaba como editor de deportes para el diario London Evening News. Las de México eran las terceras Olimpiadas que cubría como periodista.

Pese a las tensiones sociales y políticas vividas en la nación latinoamericana en los meses y días previos a los Juegos, el reportero, que viajaba por primera vez al país, encontró una ciudad en calma.

"Trabajaba desde la villa olímpica, donde se albergaban los atletas. Allí se veía a los mexicanos muy contentos de poder organizar los Juegos. No presencié ningún tipo de protesta política", le contó a BBC Mundo.

Tras varios días visitando los lugares donde tendrían lugar los eventos deportivos, el 2 de octubre Trevor se enteró de que en la Plaza de las Tres Culturas iba a celebrarse una manifestación y decidió acercarse al lugar para ver si podía encontrar alguna historia que pudiera interesarle al diario para el que trabajaba.

Concentración pacífica

"En la plaza había mucha gente, unas 3.000 personas. Al principio había un ambiente muy pacífico. La gente escuchaba los discursos en los que se pedía la dimisión del presidente, y se exigía que el gobierno actuara conforme a la Constitución mexicana. También hacían llamados a favor de una vivienda digna, una mejor educación...", explica el reportero.

Según Trevor, la mayor parte de la gente allí concentrada eran jóvenes estudiantes de entre 18 y 20 años, así como jóvenes activistas sindicales.

"Primero empezaron a disparar desde los tejados. Antes de que la gente pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando llegaron helicópteros armados que empezaron a disparar a la multitud, sin que mediara ningún tipo de provocación".

El periodista cuenta que cuando los helicópteros abrieron fuego sobre la multitud y lanzaron bengalas para iluminar el lugar, la gente estaba totalmente aterrorizada, corriendo hacia las calles que salían de la plaza.

"Cualquiera que hubiera caído al suelo era pisoteado por la multitud", explica.

"Corríamos para evitar los disparos de los helicópteros, pero en la huída nos encontramos con soldados mexicanos vestidos con el uniforme de combate que, apoyados por carros de combate, bloquearon el paso de los que intentaban escapar de la plaza".

"Fue terrible porque no había escapatoria. Venían disparos de frente de los soldados a pie y por detrás de las metralletas de los helicópteros", relata Trevor.


"La calle por la que estaba corriendo tenia un pequeño callejón a la izquierda y seguí a la gente por allí hasta llegar a una calle estrecha que desembocaba en el Paseo de la Reforma, por la que conseguí escapar".

"En Reforma la situación era surrealista", cuenta.

"La gente salía de los restaurantes y cines, caminando por el paseo sin darse cuenta de lo que estaba sucediendo a tan sólo 800 metros".

A punta de pistola

Tras su huída, Trevor se dirigió al hotel en el que se alojaban los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), donde se encontró con otros periodistas extranjeros que estaban en la Plaza de las Tres Culturas momentos antes de la matanza.

Según le contaron, fueron sacados de la plaza a punta de pistola poco antes de que empezase la masacre para ser llevados a habitaciones de casas en las inmediaciones. Allí fueron retenidos hasta que todo acabó, por lo que no pudieron ver nada.

"A un periodista australiano las autoridades le dijeron que si informaba de lo sucedido le sacarían del país en el primer avión", recuerda el periodista británico.

Pocas horas después de los terribles acontecimientos, la historia firmada por Robert Trevor salió publicada en la portada del London Evening News.

"Conté lo que vi y oí. Expliqué que el jefe de la policía de México, Luis Cueto, afirmó en una rueda de prensa que los fallecidos habían sido 25, entre ellos siete soldados, algo que yo sabía que no era cierto, ya que vi a mucha más gente que fue blanco de disparos. Yo creía que los fallecidos podían llegar a los 200".

El día después de la matanza, Trevor volvió a la Plaza de las Tres Culturas para ver si podía seguir con la historia.

Según cuenta, se le acercaron dos estudiantes que se ofrecieron a acompañarle a conocer a gente que no había visto a sus familiares desde la noche anterior.

Una mujer le explicó que había ido a la policía a informar de la desaparición de su hijo. Ellos le pidieron que les llevara el pasaporte y todos los documentos y cartas de su hijo para poder hacer una investigación a fondo.

Así lo hizo y al cabo de unas horas volvió a ver si tenían noticias de su hijo. Le dijeron que no debería molestarles más porque en realidad nunca tuvo un hijo. Éste nunca existió.

"Esa historia no la olvidaré jamás".

"Horrorizados"

"Estábamos horrorizados. Nunca había visto nada de esta magnitud en mi vida. He vivido los bombardeos aéreos de Londres en los años 40 y eso fue bastante suave comparado con la ferocidad de los soldados mexicanos esa noche", relata Trevor.

Una semana después de la matanza, según cuenta el periodista, "la atención de todo el mundo estaba centrada en la inauguración de los Juegos Olímpicos".

"Al fin y al cabo todos estábamos allí para cubrir las Olimpiadas".

Trevor, que desde entonces no ha vuelto a México, describe con contundencia los terribles eventos que le tocaron vivir ese 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco: "Sin duda fue la noche más terrorífica de mi vida. No ha sido fácil volver a leer los artículos que escribí sobre ello porque me traen a la mente todos esos malos recuerdos".

Cortesía de BBC Mundo


Banner responsabilidad de Revoluciones MX

No hay comentarios.: