Al menos 5 países de América Latina, entre ellos Bolivia, coinciden en la seriedad de la crisis financiera del país del norte, pero también dicen estar firmes para resistir lo que viene.
En respuesta a la crisis financiera estadounidense hecha pública esta semana, líderes y autoridades de al menos cinco países de Latinoamérica, entre ellos Bolivia, han hecho conocer su preocupación por la gravedad del suceso, al que han comparado con la Gran Depresión iniciada en 1929, pero también han adelantado que esta vez las condiciones en sus países para soportar un golpe de este tipo son mejores que en otras crisis.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el presidente mexicano, Felipe Calderón, quien en declaraciones públicas aseguró que una gripe económica en Estados Unidos no provocará pulmonía en México, y urgió al Congreso mexicano —como reproduce la edición digital del diario
La Jornada— a decidir sobre la reforma petrolera, bajo la advertencia de que eso definirá un futuro mejor o peor para el país.
El michoacano —sigue La Jornada— reconoció que si bien México está sufriendo los impactos de esta situación, e incluso habrá que modificar las estimaciones de crecimiento económico, hoy la economía es más capaz de enfrentar situaciones difíciles.
En la misma línea se ubicó el presidente del Banco Nacional de Desarrollo del Brasil, Luciano Coutinho, que advirtió, en declaraciones a los medios locales, que la actual crisis podría ser incluso más fuerte que la gran depresión de la década de 1930, por lo que no descartó serios problemas en el mundo financiero, para lo cual, empero, Brasil está preparado merced a sus reservas.
Y si de crecimiento se trata, Perú, la economía estrella de América Latina según la CEPAL, ratificó que crecerá al nueve por ciento previsto para 2008, en concordancia con las proyecciones del Gobierno y a pesar de la crisis financiera en Estados Unidos, dijo en declaraciones a AFP este viernes el ministro de Economía y Finanzas, Luis Valdivieso.
"Tendría que haber una debacle (económica global) para que Perú no crezca nueve por ciento el 2008", estimó el ministro. "La economía peruana es sólida y la crisis no impactará en el crecimiento previsto para el 2008 porque el Producto Interno Bruto había alcanzado un sólido 10,1 por ciento en el primer semestre y la cifra de agosto es alta", abundó Valdivieso.
La tasa de crecimiento para el 2009 será de siete por ciento, de acuerdo a las proyecciones oficiales, señaló el ministro.
Por su parte, el primer mandatario del Ecuador, Rafael Correa, en declaraciones el viernes a la televisora Telerama aludió la naturaleza de la crisis, cuya evolución dependería de las acciones que asuma Estados Unidos para hacerle frente, por lo que no existe necesariamente una afectación que pueda generalizarse a los países de América Latina sino a cada país en particular.
También Bolivia se sumó al coro de países que le dieron la cara a la adversidad, en la voz del ministro de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas, quien dijo que “Bolivia en los últimos años generó un conjunto de aspectos que le blindan de otra manera para hacer frente a la crisis del exterior”. Entre estos aspectos, la autoridad hizo referencia a las reservas internacionales netas (RIN), el superávit fiscal y la cada vez menor dependencia del país del financiamiento externo.
En resumen, el contexto macroeconómico favorable por el que Bolivia está pasando frente a las medidas que puedan asumir otros países.
Como en la gran depresión
Uno de los primeros en pronunciarse sobre la crisis financiera estadounidense fue el secretario de Hacienda mexicano, Agustín Carstens, quien no sólo adelantó efectos en la economía de su país, principalmente en exportaciones, remesas y turismo, sino advirtió que este evento es quizás peor que la gran depresión de 1929.
Con él coincide el conocido economista y profesor canadiense Michel Chossudovsky, en un artículo titulado Colapso financiero total, que circuló esta semana por la red y fue reproducido por algunas agencias. En él, Chossudovsky analiza las causas y consecuencias de la crisis, que en comparación con la del 29 define como un “colapso financiero” que “repercute inevitable y violentamente en los mercados de consumo, en el mercado de la vivienda y, más ampliamente, en el proceso de inversión en la producción de los bienes y los servicios”.
A estas voces también se han sumado las de economistas nacionales como Alberto Bonadona, que recuerda que entonces la crisis disparó en Bolivia los índices de desempleo, déficit fiscal e inflación. “Quedó seriamente afectada la economía de bienes y servicios”, dice por su parte su colega Abraham Pérez. Completa el trío Armando Méndez, para quien, sin embargo, no habrá esta vez una depresión “tan fuerte”.
Puntos de Vista
“Sin duda, nos afectará” ALBERTO BONADONA. Economista y analista
Uno de los primeros efectos de la crisis será la caída del precio del barril de petróleo, lo que también afectará el precio del gas, aunque no de manera significativa. Donde más se sentirá es en la caída de los precios de los minerales. Afortunadamente, tenemos las reservas suficientes para continuar con niveles de importación estables. Sin duda, economías como la nuestra serán afectadas.
“EEUU puede cerrar fronteras” ABRAHAM PÉREZ. Economista de la UMSA
Sí nos afectará, porque todas las economías que producen están vinculadas en mayor o menor medida con Estados Unidos, país que podría cerrar sus fronteras a las importaciones... A diferencia de 1929, cuando había una economía hegemónica, centrada en Inglaterra y Estados Unidos, hoy existen economías emergentes como la China, la India o Brasil.
“Lo que hay son dos crisis” JUAN CARIAGA. Economista y escritor
Lo que existen son dos crisis: una financiera y una económica, en puertas... La crisis de la recesión la vamos a sentir, nos guste o no. El primer efecto son las caídas de los precios internacionales... La crisis financiera de los Estados Unidos tendrá efectos en todos los países, porque los bancos tienen operaciones cruzadas. La caída de un banco afecta a cientos.
“Seguimos una tradición” ARMANDO MÉNDEZ. Ex presidente del Banco Central
Los efectos se sentirán cuando caigan las exportaciones y con ellas los precios, especialmente de los minerales. La consecuencia inmediatamente será la desaceleración de la economía. No habrá una depresión como la de 1929, porque se están tomando medidas para evitarla, como inyectar dinero. Eso sí, la economía se va a frenar. Habrá menor ingreso por exportaciones en Bolivia.
En respuesta a la crisis financiera estadounidense hecha pública esta semana, líderes y autoridades de al menos cinco países de Latinoamérica, entre ellos Bolivia, han hecho conocer su preocupación por la gravedad del suceso, al que han comparado con la Gran Depresión iniciada en 1929, pero también han adelantado que esta vez las condiciones en sus países para soportar un golpe de este tipo son mejores que en otras crisis.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el presidente mexicano, Felipe Calderón, quien en declaraciones públicas aseguró que una gripe económica en Estados Unidos no provocará pulmonía en México, y urgió al Congreso mexicano —como reproduce la edición digital del diario
La Jornada— a decidir sobre la reforma petrolera, bajo la advertencia de que eso definirá un futuro mejor o peor para el país.
El michoacano —sigue La Jornada— reconoció que si bien México está sufriendo los impactos de esta situación, e incluso habrá que modificar las estimaciones de crecimiento económico, hoy la economía es más capaz de enfrentar situaciones difíciles.
En la misma línea se ubicó el presidente del Banco Nacional de Desarrollo del Brasil, Luciano Coutinho, que advirtió, en declaraciones a los medios locales, que la actual crisis podría ser incluso más fuerte que la gran depresión de la década de 1930, por lo que no descartó serios problemas en el mundo financiero, para lo cual, empero, Brasil está preparado merced a sus reservas.
Y si de crecimiento se trata, Perú, la economía estrella de América Latina según la CEPAL, ratificó que crecerá al nueve por ciento previsto para 2008, en concordancia con las proyecciones del Gobierno y a pesar de la crisis financiera en Estados Unidos, dijo en declaraciones a AFP este viernes el ministro de Economía y Finanzas, Luis Valdivieso.
"Tendría que haber una debacle (económica global) para que Perú no crezca nueve por ciento el 2008", estimó el ministro. "La economía peruana es sólida y la crisis no impactará en el crecimiento previsto para el 2008 porque el Producto Interno Bruto había alcanzado un sólido 10,1 por ciento en el primer semestre y la cifra de agosto es alta", abundó Valdivieso.
La tasa de crecimiento para el 2009 será de siete por ciento, de acuerdo a las proyecciones oficiales, señaló el ministro.
Por su parte, el primer mandatario del Ecuador, Rafael Correa, en declaraciones el viernes a la televisora Telerama aludió la naturaleza de la crisis, cuya evolución dependería de las acciones que asuma Estados Unidos para hacerle frente, por lo que no existe necesariamente una afectación que pueda generalizarse a los países de América Latina sino a cada país en particular.
También Bolivia se sumó al coro de países que le dieron la cara a la adversidad, en la voz del ministro de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas, quien dijo que “Bolivia en los últimos años generó un conjunto de aspectos que le blindan de otra manera para hacer frente a la crisis del exterior”. Entre estos aspectos, la autoridad hizo referencia a las reservas internacionales netas (RIN), el superávit fiscal y la cada vez menor dependencia del país del financiamiento externo.
En resumen, el contexto macroeconómico favorable por el que Bolivia está pasando frente a las medidas que puedan asumir otros países.
Como en la gran depresión
Uno de los primeros en pronunciarse sobre la crisis financiera estadounidense fue el secretario de Hacienda mexicano, Agustín Carstens, quien no sólo adelantó efectos en la economía de su país, principalmente en exportaciones, remesas y turismo, sino advirtió que este evento es quizás peor que la gran depresión de 1929.
Con él coincide el conocido economista y profesor canadiense Michel Chossudovsky, en un artículo titulado Colapso financiero total, que circuló esta semana por la red y fue reproducido por algunas agencias. En él, Chossudovsky analiza las causas y consecuencias de la crisis, que en comparación con la del 29 define como un “colapso financiero” que “repercute inevitable y violentamente en los mercados de consumo, en el mercado de la vivienda y, más ampliamente, en el proceso de inversión en la producción de los bienes y los servicios”.
A estas voces también se han sumado las de economistas nacionales como Alberto Bonadona, que recuerda que entonces la crisis disparó en Bolivia los índices de desempleo, déficit fiscal e inflación. “Quedó seriamente afectada la economía de bienes y servicios”, dice por su parte su colega Abraham Pérez. Completa el trío Armando Méndez, para quien, sin embargo, no habrá esta vez una depresión “tan fuerte”.
Puntos de Vista
“Sin duda, nos afectará” ALBERTO BONADONA. Economista y analista
Uno de los primeros efectos de la crisis será la caída del precio del barril de petróleo, lo que también afectará el precio del gas, aunque no de manera significativa. Donde más se sentirá es en la caída de los precios de los minerales. Afortunadamente, tenemos las reservas suficientes para continuar con niveles de importación estables. Sin duda, economías como la nuestra serán afectadas.
“EEUU puede cerrar fronteras” ABRAHAM PÉREZ. Economista de la UMSA
Sí nos afectará, porque todas las economías que producen están vinculadas en mayor o menor medida con Estados Unidos, país que podría cerrar sus fronteras a las importaciones... A diferencia de 1929, cuando había una economía hegemónica, centrada en Inglaterra y Estados Unidos, hoy existen economías emergentes como la China, la India o Brasil.
“Lo que hay son dos crisis” JUAN CARIAGA. Economista y escritor
Lo que existen son dos crisis: una financiera y una económica, en puertas... La crisis de la recesión la vamos a sentir, nos guste o no. El primer efecto son las caídas de los precios internacionales... La crisis financiera de los Estados Unidos tendrá efectos en todos los países, porque los bancos tienen operaciones cruzadas. La caída de un banco afecta a cientos.
“Seguimos una tradición” ARMANDO MÉNDEZ. Ex presidente del Banco Central
Los efectos se sentirán cuando caigan las exportaciones y con ellas los precios, especialmente de los minerales. La consecuencia inmediatamente será la desaceleración de la economía. No habrá una depresión como la de 1929, porque se están tomando medidas para evitarla, como inyectar dinero. Eso sí, la economía se va a frenar. Habrá menor ingreso por exportaciones en Bolivia.
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