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05 febrero 2007

Autor de tu propio destino

Sam García, Revoluciones

Mañana presentaré la evaluación final de mi curso de Lenguaje y Pensamiento I, una asignatura como caída del cielo para este momento que vivo dentro de la resistencia civil pacífica. Me agrada asociar las cosas que vivo dentro y fuera de la escuela, para sumarle al movimiento que pretende cambiar México. De todo extraer lo más productivo y en caso de poderse, transmitirlo a ustedes por este medio. Hoy no es la excepción.

He leído una y otra vez las notas, textos, ensayos y capítulos de obras del curso de Lenguaje y es evidente que nuestro país carece de una cultura de lectura y peor aún de escritura. Algunos jóvenes pueden presumir haber leído ya a grandes autores y majestuosas obras, pero ¿cuándo se han movido hacia la redacción de una crítica, análisis, estudio, respecto a esas obras leídas?

En México el problema de lectura y escritura es de hace siglos. Todo inicia con la invasión española donde se impone el catolicismo romano -que no tiene nada de cristiano- porque se destruye la escritura de los pueblos prehispánicos y se restringe la educación a los indígenas. Es contradictorio predicar el amor y llegar a una tierra supuestamente conquistada y en base a la violencia someter a un pueblo. Aquella persona que se atreviera a generar ideas y expresar por medio oral o escrito lo que esperaba era todo el rigor del aparato inquisidor.

Con el paso del tiempo, incluso inicialmente impulsados por la iglesia, los modelos educativos en nuestro territorio fueron tejidos con la finalidad de que el pueblo aprendiera de todo pero nunca a generar ideas propias. Paulo Freire un pedagogo brasileño dice con mucha razón que si los oprimidos escriben su propia historia sabrán quienes son y quienes pueden llegar a ser. Tenemos un ejemplo más en la invasión yanqui a Irak, los escritos más antiguos de la historia de la humanidad, ahora si que valga la redundancia pasaron a la historia, ya no existen al menos físicamente y no pueden volver a ser consultados.

La finalidad de imponer el catolicismo a los indígenas tenía de fondo la intención de hacer al pueblo de México un pueblo consumidor. Vemos el éxito que tienen las imágenes, las “tradiciones”, cosas como la primera comunión, el purgatorio, los conventos, todas esas cosas sin un solo texto bíblico como sustento o base para desarrollarse, pero el objetivo como se repite es causar consumismo. Esa ha sido y seguirá siendo mientras exista el catolicismo romano una manera de dominio en todos los frentes en una comunidad, primordialmente en su educación.

Muchos desde pequeños fuimos acreditados por tener nuestros cuadernos bien forrados, con márgenes y por hacer impecables planas de frases absurdas (como esa de “mi mamá me mima”, ¿qué hay del niño que no tiene madre y estudia?), por hacer de todo pero nunca se nos enseño a argumentar a sostener usando nuestra propia inteligencia algún criterio, alguna idea o proyecto. ¡Y lo que es peor nos dedicamos a exportar las ideas neoliberales, una de ellas cobrar por educar mal, que bárbaros!

Con lo anterior no descalifico a la gente católica de fe sincera, ni a los profesores y alumnos que ha sobresalido con grandes sacrificios, señalo que tenemos un problema y hay que actuar en torno a ello más allá de nuestra trayectoria y fe en lo personal. Federico Campbell sostiene que las ideas, la adquisición y la transmisión de conocimiento se hace por escrito (léalo bien) y se asimila por medio de la lectura.

En Francia nada más por citar un ejemplo, los niños a los seis años aprender a argumentar, no los pueden engañar tan fácilmente. En cambio en nuestra sociedad lo único que muchos de nuestros hijos saben hacer es sintonizar el estúpido canal 2, 5 o 7 para sembrar en sus conciencias más y más neoliberalismo. No podemos seguir siendo absorbidos por este sistema imperante, ya es tiempo de que hagamos algo lejos de estarle solo dando vueltas a las distintas problemáticas en el país.

Recuerdo que desde la primaria no me canse de responder con “copia y pega” los cuestionarios desde 10 preguntas hasta de 100 preguntas que solían hacernos. Pero también recuerdo nunca en esas preguntas se me incluyó, como para preguntarme ¿qué opinas del tema?, ¿consideras cierto esto o aquello? Y que decir de los famosos “resúmenes” y “trabajos”, así nada más piden la mayoría de profesores “un trabajo” pero ni nos dicen cual o de que se trata ese trabajo.

Y así nos la podemos amanecer señalando y diciendo pero yo propongo que ampliemos la estrategia de los círculos de estudio, con círculos de lectura, de redacción, por eso ha sido importante que lectores de este blog respondan al llamado de colaborar aunque sea con un texto de 5 minutos, el chiste es producir ideas propias y me da gusto que haya gente que si cumpla. Ciertamente ha habido gente que ha base de promesas (hay tienen al mismo FAP) se quiere sumar a este esfuerzo, dicen si apoyo pero nunca dicen cuando, bien, eso no ha sido impedimento para sacar adelante este esfuerzo y el pueblo conciente responde.

Las tareas continúan y la mía es el día de mañana reflejar este sentir en mi examen, vamos a definir palabras y a analizar textos pero si de Lenguaje y Pensamiento hablamos es momento de enfocarlo al cambio y no voy por un diez de calificación, voy a buscar desde mi trinchera escolar revolucionar las conciencias. Conocimiento lo tengo y todos somos capaces de resolver un examen, pero ¿cuántos somos capaces de ser autores de nuestro propio destino?

Escriba, no solo lea: revolucionesmx@gmail.com

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