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21 noviembre 2006

¿Creyeron que las notas serían de luto? ¡No! El movimiento sigue y sigue



México, D.F., 20 de noviembre (apro).- Justo diez minutos antes de las cinco de la tarde, Andrés Manuel López Obrador arribó al escenario púrpura que, al centro, exhibía el águila juarista, símbolo del escudo nacional en oposición al “águila mocha” que institucionalizó Vicente Fox.

Mientras en el país se celebraba el 96 aniversario de la Revolución Mexicana, el tabasqueño tenía un motivo más de festejo, pues fue proclamado “presidente legítimo” de México en presencia de decenas de miles de personas que abarrotaron el Zócalo capitalino.

“Tenemos a nuestro presidente legítimo”, gritó la cantante Regina Orozco, maestra de ceremonias, para luego entonar el himno nacional e iniciar así la ceremonia de toma de posesión, a la que se invitó a representantes de los sectores sindical, intelectual, económico, obrero, campesino y étnico.

Acudieron senadores, diputados federales y locales perredistas y el jefe del gobierno electo Marcelo Ebrard; de su lado, los mandatarios estatales surgidos de las filas del sol azteca enviaron una carta al tabasqueño para manifestarle su respaldo, según acotó la gobernadora de Zacatecas, Amalia García.

La ceremonia estuvo enmarcada por el tronar de los cohetones que, a veces, se confundían con el ruido de los helicópteros de la policía que dieron decenas de vueltas por la zona. Sin embargo, todo fue acallado por los gritos de la gente en cuanto vio entrar a López Obrador a la explanada del Centro Histórico, ya adornado para las fiestas navideñas.

A las cinco de la tarde inició la ceremonia con el himno nacional entonado con el puño en alto. Luego se presentó al gabinete alterno: José Agustín Ortiz Pinchetti, secretario de Organización Política; Gustavo Iruegas, titular de Relaciones Internacionales; Bernardo Bátiz, en Justicia y Seguridad, y Octavio Romero Oropeza, de Honestidad y Austeridad Republicana.

A Mario Alberto Di’Constanzo le tocó hacerse cargo de Hacienda Pública; Luis Linares Zapata estará al frente de Desarrollo Económico y Ecología; Claudia Sheimbaun rendirá cuentas en Patrimonio Nacional; Bertha Luján será la secretaria del Trabajo; Martha Elvia Pérez Bejarano ocupará la Secretaría de Estado de Bienestar; Raquel Sosa ocupará Ciencia y Cultura; Asa Cristina Laurell estará en Salud y, finalmente, Laura Itzel Castillo atenderá funciones en Asentamientos Humanos y Vivienda.

La escritora Elena Poniatowska y la actriz Jesusa Rodríguez, comisionadas de la Convención Nacional Democrática (CND), fueron las encargadas de entregar a López Obrador su constancia como “presidente legítimo”:

“La Convención Nacional Democrática celebrada el 16 de septiembre del año en curso, en la Plaza de la Constitución de la capital de la República, determinó en su 4º resolutivo, por mandato de un millón 25 mil 724 delegados efectivos de toda la nación, el reconocimiento del ciudadano Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de México. Sufragio efectivo no imposición. México, DF, a 20 de noviembre de 2006”.

Posteriormente Gabriela González, estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ganadora de la medalla “Gustavo Baz Prada” por su trabajo comunitario, y María del Pilar Lastre Mota, representante de la etnia totonaca, colocaron el emblema del águila juarista en la solapa del traje de López Obrador.

Sin embargo, el clímax de la ceremonia se dio justo cuando la senadora Rosario Ibarra de Piedra colocó la banda presidencial al “presidente legítimo”, mientras miles de voces acompañaban: “presidente, presidente”.

“¡Ese es mi hijo!”, soltó una señora de la tercera edad mientras ondeaba una cartulina con la imagen del tabasqueño, en la que colocó una banda presidencial hecha de listones y un mensaje: “Para un México mejor, López Obrador 2006”.

La gente guardó silencio para atender los veinte puntos de gobierno de López Obrador, así como las acciones a seguir y su solidaridad con los pobres y el pueblo de Oaxaca que, precisamente en esos momentos, se enfrentaba con la Policía Federal Preventiva (PFP).

Cabe señalar que los seguidores del tabasqueño comenzaron a llegar al Zócalo antes de las tres de la tarde. Querían ganar un buen lugar cerca del pasillo por donde caminaría el excandidato presidencial.

“De lo legal a lo ilegítimo hay un pueblo de distancia”, se leía en una manta colgada en la rejilla cercana a la puerta principal de la Catedral.

Coincidentemente, mujeres disfrazadas de “Adelitas” y señores de falso bigote al estilo del general Emiliano Zapata daban un paseo por la plaza; los niños, como soldados de la Revolución, celebraban sí un aniversario más de la Revolución Mexicana.

Afuera de Catedral también se colocaron varias caricaturas:

De Elba Esther Gordillo, de Joaquín “Servidóriga”; Ciro “Lames” Leyva”, Denise Merkachifle; Marta Sahagún de Fox con un paliacate en el rostro y dos bolsas de dinero en las manos, y la del cardenal “Perberto Rivera” metralleta en mano, retando: “Quien no reconozca a Calderón, aquí les va su excomunión”.

En la explanada estuvieron presentes contingentes del Frente Popular Francisco Villa, Unión de Vecinos del Valle, Alianza de Tranviarios de México y Federación de Militares Retirados AC. Y el Frente Popular Revolucionario, una de las organizaciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).

Y gente de diversos estados de la República, entre ellos oaxaqueños que, cuando supieron del enfrentamiento de la PFP en la ciudad de Oaxaca, corearon: “Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó”.

Mientras dos helicópteros de la policía sobrevolaban el Zócalo, jóvenes, mujeres y ancianos se felicitaban mutuamente y entonaban: “Sí se pudo”, mientras López Obrador ocupaba la “silla presidencial alterna”, junto a su “gabinete legítimo”.

Antes, Rafael Hernández Segovia, representante de la Convención Nacional Democrática (CND), lanzó la convocatoria para que el 1 de diciembre se desconozca al panista Felipe Calderón como presidente de México.

En su discurso llamó a concentrarse ese día en el Zócalo, desde la siete de la mañana, para manifestarse a favor del sufragio efectivo, contra la imposición y en respaldo de las acciones de los legisladores del Frente Amplio Popular (FAP), a fin de impedir que el panista rinda protesta ese día en San Lázaro. Toda la gente levantó la mano aprobando el plan.

A las 17:50 el tabasqueño concluyó su discurso, para dar paso a la artista Regina Orozco, quien redondeó: es el “inicio del camino que paso a paso transitaremos en una nueva República”; en tanto los simpatizantes de López Obrador comenzaban a dispersarse, no sin antes entonar: “Se ve, se siente, tenemos presidente”.

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