Buscar este blog

Mostrando las entradas con la etiqueta legisladores corruptos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta legisladores corruptos. Mostrar todas las entradas

14 mayo 2007

>> ¿QUIÉN ES EL SEÑOR CREEL? <<

Revolucionarios, adaptado de oleo de David Alfaro Siquieros
«NO ES VERDAD QUE ME CRIÉ ENTRE RICOS»
—apuntes para un libro—
Santiago recuerda: Los Creel Miranda vivíamos en la avenida Miguel Ángel de Quevedo, al sur del D.F. (después nos cambiamos a San Jerónimo), y cada viernes íbamos al mercado a comprar provisiones para luego irnos al rancho llamado Ticomán, en Morelos, en donde pasábamos gran parte del tiempo… Desde la madrugada acompañaba a mi padre al riego. Cuando era época, iba con él a la zafra, a la pizca de algodón, al corte de limones. Así que no es verdad que me crié entre ricos. Mis primeros años los pasé con la gente del campo y viví como ellos. Aunque luego me vean catrín, soy de rancho."

Ya Andrés Manuel López Obrador había adelantado, el día de su desafuero, algunos datos sobre los ancestros de Santiago Creel…como para descalificarlo: que en su sangre corría sangre porfirista y huertista.

Y es que la historia de sus antepasados, sin duda, harta interesante.

Santiago Creel proviene de una familia de alcurnia, originaria de Escocia e Irlanda. Su linaje se remonta al siglo XVI y llega a México a finales del siglo XVII. Él dice “que el gusto por la política lo heredó de su bisabuelo, Enrique C. Creel Cuilty (1854-1931), quien fue gobernador de Chihuahua, Embajador de México en Estados-Unidos y Secretario de Relaciones Exteriores al final de la Presidencia de Porfirio Díaz.”

Sus refinados modales no ocultan sus orígenes: proviene de una familia de abolengo, estudió en el Colegio Simón Bolívar del Pedregal, de tradición marista, donde cursó hasta la secundaria, y en la preparatoria del Instituto Panamericano de Humanidades, que pertenece al «OPUS DEI». Hizo sus estudios profesionales en la Facultad de Derecho de la UNAM y realizó un posgrado en la Universidad de Michigan, Estados-Unidos.

El ExSecretario de Gobernación en el Gabinetazo de Vicente Fox, nació el 11 de diciembre de 1954 en la ciudad de México, fruto del matrimonio de René J. CREEL Luján y Dolores Miranda, quienes tuvieron otros tres hijos: Dolores, Sofía (quien falleció a los 16 años víctima de cáncer) y Pedro. Está casado desde hace 23 años con Beatriz Garza Ríos (de la familia propietaria de La Hacienda de los Morales). La pareja junto con sus tres hijos: Santiago, de 20 años; María, de 16, y Beatriz, de 15, viven en la casa familiar de Polanco y pasan vacaciones en la que tienen en Puerto Vallarta.

Su tatarabuelo Reuben W. CREEL, quién vivía en Estados-Unidos en calidad de traductor, fue parte de las tropas que invadieron a México en 1847. Reuben, posteriormente se desempeñó como Cónsul de Estados-Unidos en Chihuahua. Contrajo nupcias con Paz Cuilty Bustamante, hermana de Carolina, la esposa del Gral. Luis Terrazas.

Su otro tatarabuelo el Gral. Luis TERRAZAS Fuentes fue, a la vez, casi el dueño completo de Chihuahua y su Gobernador por más de 20 años, en los siguientes períodos: 1860-1873, 1879-84, y 1903-07. Encabezaba la lista de porfiristas que podían ser, a la vez, políticos, empresarios y militares.

Su bisabuelo, Enrique C. CREEL Cuilty, Exgobernador Interino de Chihuahua (1903-04), Secretario de Relaciones Exteriores de Porfirio Díaz, se casó con su prima Ángela TERRAZAS Cuilty, hija del Gral. Luis TERRAZAS. El periódico «El Correo» se opuso por motivos legales, a la elección de Enrique CREEL a la gubernatura. “La Ley Mexicana y la de Chihuahua establecían que sólo un ciudadano mexicano podía ser gobernador de un estado. Dado que el padre de CREEL, Reuben W. CREEL, no sólo había sido ciudadano estadounidense, sino Cónsul de su país en Chihuahua. En 1908 fueron sustraídos $300,000 pesos del Banco Minero cuyos propietarios eran Enrique CREEL y su hermano Juan y en cuyo edificio se hallaba también la residencia del gobernador. El robo mermó el prestigio del Gobernador. Enrique CREEL ha sido descrito por historiadores como un Darwinista social convencido, despreciaba a los habitantes de Chihuahua y actúo contra ellos con una crueldad sin paralelo que provocaría uno de los levantamientos más profundos de la historia del México.

Su abuelo, Luis René CREEL TERRAZAS, apoyó al usurpador Victoriano Huerta, el que derrocó a Francisco I. Madero. Luis René CREEL TERRAZAS se casó con Teresa Luján, integrante de una importante familia de hacendados y políticos de Jiménez, en la región de La Laguna en Durango.

Bien podría ser un debate. ¿Qué tanto heredamos de nuestros antepasados?

ANSÍA CREEL SOSTENER DEBATE CON LOPEZ OBRADOR

El extitular de Segob consideró que “es inconcebible pensar que la familia CREEL haya participado en los eventos de la Ciudadela. Eso no se sostiene, es una mentira, no hay una sola referencia histórica seria que pueda corroborar ese dato. A lo mejor el señor López Obrador no sabe que somos parientes Gustavo Madero, el diputado, que por cierto es diputado federal, y su servidor. Son familias que son parientes.”

Recordemos que la familia Madero, por lo general, se comportó de manera distinta a los CREEL durante el Porfiriato. “En la vecina Coahuila, uno de los más ricos del Estado, Evaristo Madero, pedía a Porfirio Díaz, que destinara fondos a auxiliar a los hambrientos y a los pobres. Su nieto, Francisco I. Madero, utilizó parte de los ingresos que le daban sus propiedades para alimentar a los menesterosos, independientemente de que trabajaran en sus haciendas o no.”

FUENTES: K. D’Artigues, El Gabinetazo, Grijalbo (2002); K. D’Artigues, El Universal, 19 abril 2005; J. Villamil, “Ansía Creel sostener un debate con López Obrador,” Proceso, 15 abril 2005; F. Katz, Francisco Villa, Ediciones Era, (1999); Quien?, Editora Expansion (2006); Pablo Beltrán del Río se dedicó a documentarlo [citado por Katz, op. cit.]; M. Wasserman, Capitalists, Caciques, and Revolution, The University of North Carolina Press (1984).

05 mayo 2007

>> en pocas palabras<< RUBOR

Varias de las figuras emblemáticas de la clase política tendrían que ruborizarse frente a la exhibida que les dio el Ministro Aguirre Anguiano. Ahora, a ver cómo se comporta el conjunto de la Suprema Corte. Rubor, define el diccionario, es "el color rojo que aparece en el rostro por afluencia de sangre, debido a un sentimiento de vergüenza".

Vale reproducir la definición por si algún político resuelve ensayar, durante el fin de semana, cómo ruborizarse después de la encuerada que les puso el Ministro Salvador Aguirre Anguiano. Al menos, ese juez considera inconstitucional la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión que el año pasado aprobaron los legisladores y que cede, sin condición alguna, el espectro radioeléctrico a los actuales concesionarios de medios electrónicos para que presten servicios adicionales.

El proyecto de dictamen del Ministro Aguirre Anguiano es favorable parcialmente a la acción de inconstitucionalidad promovida por los senadores Manuel Bartlett y Javier Corral junto con otros 45 legisladores que, a diferencia de sus compañeros, resistieron la idea de doblar las manos ante el interés privado de los concesionarios y aparecer como cómplices de un despojo más al Estado.

Es de todo punto de vista apreciable la postura del Ministro, como la de aquel reducido grupo legisladores. Ellos, sólo ellos y quienes de un modo u otro los acompañaron, no tienen por qué ruborizarse. A ver cómo se comporta el pleno de Ministros de la Suprema Corte cuando tome su decisión final.

Cualquiera que sea el destino de ese proyecto -de momento no es más que un documento de trabajo-, reivindica por lo pronto al derecho frente a los poderes fácticos que, por la vía de la presión y el chantaje, lo vulneraron dándole trato de empleados o lacayos a la mayor parte de los integrantes de los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Los legisladores que aprobaron esa reforma y el presidente Vicente Fox que la publicó hicieron del derecho un trapeador, y de su representación y mandato popular un servicio privado a domicilio. Sabían de la coyuntura electoral en que planteaban una reforma de esa envergadura y, a sabiendas de ello y de la debilidad en que se encontraban, jugaron a obsequiar la ambición de los grandes concesionarios de radio y televisión.

A partir de lo ocurrido, un cierto rubor debería aparecer en el rostro de los entonces candidatos presidenciales Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo que, frente al despojo que se cometía, se hicieron de la vista gorda. A su modo y estilo -fingiendo demencia, presionando en corto a quienes cuestionaban su postura o simulando el más absoluto desconocimiento-, en vez de marcar sus diferencias, subrayaron su más profunda coincidencia. Se hicieron guajes: resultaron iguales.

El interés de los entonces candidatos presidenciales no estaba puesto en defender al Estado sino en no malquistarse con los concesionarios porque, estando en campaña, no querían perder pantalla ni sufrir eventuales represalias. Por ningún lado apareció la honestidad valiente ni las manos limpias. Su interés personal estaba por encima del interés público.

Rubor debería tener Vicente Fox y su muñeco Rubén Aguilar, que fueron claramente advertidos del atropello. De distintas maneras fueron prevenidos de lo que representaba esa reforma, pero la disculpa estaba a la mano. El portavoz explicó que el presidente de la República no había leído las reiteradas advertencias. Así de simple.

Algo más que rubor debería tener Emilio Gamboa que, a todo lo largo de ese debate, actuó—en su calidad de senador de la República-—no como representante popular sino como representante privado. Jugó abiertamente a favor de los concesionarios y, ahora, debería asumir las consecuencias. En cualquier otra democracia, la descalificación que le supone el proyecto de dictamen del Ministro Aguirre implicaría la presentación de su renuncia al menos como coordinador, ahora, de los diputados tricolores.

Es prematuro, desde luego, echar las campanas a vuelo. El documento del Ministro Aguirre no es más que un proyecto de dictamen. Viene ahora la parte difícil del proceso. En principio, los ministros de la Suprema Corte han resuelto concentrar su atención en ese sólo asunto para emitir su sentencia el próximo día 21. Su agenda de trabajo ha sido limpiada, pero más allá del tiempo que dediquen al estudio del proyecto, los ministros sentirán y sufrirán la presión de los concesionarios que tienen muy claro el tamaño del negocio que, ahora, se les está tambaleando. En su sentencia, dejaron ver al servicio de quién está la Suprema Corte de Justicia.

Los ministros, sin embargo, deben tener muy claro que no es el negocio de unos particulares lo que está en juego, es mucho más. En la decisión que tomen se juega parte de la soberanía nacional -en tanto que el espacio aéreo es parte de ella- y se juega también la fortaleza de la democracia y el Estado de derecho. Si la presión del poder fáctico y mediático que encarnan los grandes concesionarios los doblega, como doblegó a los otros dos Poderes de la Unión, sobra mencionar el estado en que quedará el Estado de derecho y la debilidad de nuestra democracia.

Cada vez es más evidente que la incipiente democracia mexicana corre el peligro de caer en la vertiente de las democracias defectuosas que no acaban de establecerse como el espacio expresamente construido para resolver, civilizadamente y conforme a derecho, las diferencias del conglomerado de los ciudadanos. Los poderes fácticos de la más diversa índole han sometido a una enorme tensión el juego democrático y han hecho del Estado de derecho, en complicidad con buena parte de la clase política, un ariete para defender sus intereses o vulnerar a sus adversarios. Más de una vez, esos poderes informales han sometido a los poderes formales de la Unión.

Salvo contadas excepciones, en este caso los 47 legisladores que presentaron la acción de inconstitucionalidad y, en su decisión, asumieron el riesgo de enfrentar a uno de los mayores poderes informales del país, el conjunto de la clase política no ha estado a la altura de la circunstancia nacional o, lo que es peor, ha resuelto asegurar su sobrevivencia hipotecando su actuación pública a favor de éste o aquel otro interés privado.

El nombre del juego frente al cual los ministros de Suprema Corte fijarán postura es ése. Ahí se verá si, efectivamente, los pesos y contrapesos de la democracia mexicana funcionan o no. Se verá de qué están hechos los ministros y qué poderes cuentan.

Más allá de filias y de fobias, es menester reconocer a los legisladores que se la jugaron y se la están jugando al promover aquella acción de inconstitucionalidad. En la pluralidad del grupo que integraron al estampar su firma en el recurso, reivindican algo de credibilidad en las siglas de los partidos donde militan y reponen algo de esperanza en las instituciones.

Varios de esos políticos ya resienten la consecuencia de haber encarado al poder de los grandes concesionarios de radio y televisión: no aparecen más en las pantallas y son contadas las radiodifusoras que les dan entrada. Saben lo que es la mediocracia, el poder de los medios y, aún así, se la jugaron como, ahora, se la ha jugado parcialmente el Ministro Salvador Aguirre Anguiano.

Es de agradecerse su resistencia porque en el fondo supone una postura de principios. Y eso, en un momento, donde el reino es de los intereses particulares o personales, no es cualquier cosa. Gracias, no tienen por qué ponerse rojos.

© Rene Delgado | El Norte | Reforma } 5 mayo 2007

10 enero 2007

Pan sin leche... ¿presupuesto sin leche?

La siguiente información hace más y más evidente la nula intención de ayudar a la gente pobre por parte del PAN. Van con todo por la privatización y por vender México.

Acusan PRI y PRD a panista de borrar subsidio a la leche

México, DF. Diputados del PRI y del PRD responsabilizaron al presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja, el panista Raúl Padilla, de "borrar" del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2007 el subsidio por 350 millones de pesos para disminuir en 50 centavos el precio de la leche Liconsa.

En rueda de prensa, los diputados federales Raúl Cervantes, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Octavio Martínez Vargas, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) advirtieron, incluso, de un eventual rompimiento en la relación del Congreso de la Unión con el Ejecutivo federal, debido a esa situación. (Esperemos que cumplan su palabra y no nada más esten amagando a lo menso).

Este miércoles, durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, Raúl Cervantes presentó un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Hacienda y a Liconsa a aplicar el subsidio a la leche que expende el organismo.

Sin embargo, el voto en contra de senadores y diputados del Partido Acción Nacional (PAN) impidió la aprobación de la propuesta presentada como de urgente y obvia resolución.

Durante la conferencia de prensa el priísta recalcó que el aumento a la leche decretado por el Ejecutivo federal en noviembre pasado atenta contra 5.8 millones de personas empadronadas en las lecherías de Liconsa.

Acusó a funcionarios de esa empresa de operarla con fines mercantiles cuando, dijo, su función es social y contra la desnutrición en México.

El legislador también responsabilizó al presidente de la Comisión de Presupuesto, el panista Raúl Padilla, de haber omitido en el dictamen aprobado la partida para el subsidio a la leche. (A eso se le llama traicionar a la patria).

De igual forma, Cervantes y Martínez Vargas cuestionaron la postura de funcionarios de Liconsa que acusaron a la Cámara de Diputados de no haber incluido el referido apoyo cuando, insistieron, fue responsabilidad de Raúl Padilla.

Cabe destacar que este último no se ha presentado en sus oficinas de la Comisión de Presupuesto desde el 23 de diciembre pasado.

¿Qué puedo agregar? la nota lo dice todo, nche pan marrano...