Nada de exhortos, que el Senado declare la desaparición de poderes en Oaxaca: AMLO
GEORGINA SALDIERNA Y KARINA AVILES
En un mitin de apoyo al movimiento social de Oaxaca, Andrés Manuel López Obrador mandó ayer al diablo a los caciques y sus instituciones corruptas y represoras. Demandó la desaparición de poderes en aquella entidad y la salida del gobernador Ulises Ruiz, al tiempo de emplazar al PAN a definir si está con el pueblo o con ese cacique.
Ante miles de personas que se reunieron en el Hemiciclo a Juárez dijo que si Acción Nacional no es cómplice de Ruiz Ortiz, debe apoyar la solicitud de desaparición de poderes que presentarán los senadores del Frente Amplio Progresista.
"No nos estamos chupando el dedo", exclamó. "No queremos exhortos del Senado al señor Ulises Ruiz; queremos que el Senado ejerza sus facultades y desaparezca los poderes en Oaxaca. Nada de aceptar la simulación y la hipocresía del PAN, que por un lado hace el acuerdo cupular para sostener al cacique Ulises Ruiz y manda a la Policía Federal Preventiva y, por el otro, los senadores de este partido dicen que quieren la renuncia y que exhortan a que Ulises Ruiz tome la decisión de manera libre y voluntaria", subrayó.
Destacó que en el Senado se puede declarar la desaparición de poderes de manera muy sencilla, pues los legisladores del PRD y del PAN tienen mayoría. Vamos a ver si Acción Nacional y sus senadores respaldan a los del PRD cuando presenten formalmente la solicitud de desaparición de poderes. Ahí, subrayó, se les va a caer el teatrito; ahí vamos a ver de qué lado están: con el pueblo o con el cacique, enfatizó el ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos.
López Obrador hizo uso de la palabra luego de las intervenciones de Soledad Ortiz, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO); de Cayetano Alzate, de la sección 22 del SNTE, y del embajador Porfirio Muñoz Ledo. Cuando inició su discurso un reducido contingente ya había iniciado su marcha rumbo a Los Pinos, mientras miles de personas prefirieron quedarse y escuchar el mensaje.
Una fuente del PRD puntualizó que hubo negociaciones con la APPO y la sección 22 del SNTE para realizar el mitin en el que participó López Obrador, pero dentro de esas dos organizaciones subsisten diferencias y por ello algunas personas prefirieron empezar la movilización cuando ni siquiera había terminado de hablar Muñoz Ledo.
En su discurso, el ex candidato presidencial exigió la salida de Oaxaca del Ejército "disfrazado" de Policía Federal Preventiva, y reiteró que el primer cuerpo armado no debe ser utilizado para reprimir al pueblo.
De igual manera, demandó la libertad de los "presos políticos" y el castigo a los responsables de los crímenes cometidos en esa entidad.
Refirió que la mejor opción para restablecer la estabilidad política y la paz social en el estado pasa por la convocatoria a elecciones, para que sea el pueblo el que de manera soberana elija libre y democráticamente a quien debe gobernar sus destinos. Esa es la verdadera solución, subrayó.
Fue entonces cuando decidió mandar al diablo a los caciques y a sus instituciones corruptas y represoras. "Vamos por la renovación del país. Nunca más debe derramarse la sangre de un pueblo por la ambición de los poderosos", exclamó ante cinco mil personas que llegaron al Hemiciclo a Juárez, según diversos cálculos.
López Obrador ofreció que no dejará solos a los oaxaqueños y que seguirá convocando a la movilización hasta que desaparezcan los poderes en Oaxaca y que mediante el método democrático se resuelva la crisis social y política que enfrenta el estado.
Antes, dijo que el pueblo oaxaqueño fue agredido por las fuerzas policiacas federales y que la ocupación militar violenta profundizó la crisis política y social que se vive en esa región y en todo el país.
"Frente a una circunstancia como la de esta entidad, donde de un lado se encuentran los manifestantes y de otro las tanquetas, no podemos quedarnos callados y mucho menos tomar partido en favor de quienes enviaron tanquetas", explicó.
En medio de gritos que le llamaban "¡presidente, presidente!", manifestó que el conflicto llegó al punto en que se encuentra debido a la descomposición y al abuso de poder que ha padecido la entidad por siglos. De hecho, refirió, es larga la lista de agravios y crímenes cometidos al amparo del poder por los gobiernos priístas, pero Ulises Ruiz en el poco tiempo que lleva en el gobierno superó a sus antecesores en cinismo y maldad. Sus abusos y delitos colmaron la paciencia de los oaxaqueños y alimentaron la protesta popular que estalló en estos meses.
A pesar del repudio popular y de la organizada protesta, enfatizó que el acuerdo cupular del PRI y del PAN es lo que sostiene al gobernador Ulises Ruiz. Pero la entidad está pagando con sangre esa alianza efectuada para "avalar la toma de posesión del pelele, del espurio Felipe Calderón, el primero de diciembre".
Al conluir su mensaje, López Obrador se retiró a sus oficinas, mientras la marcha continuaba su camino.
GEORGINA SALDIERNA Y KARINA AVILES
En un mitin de apoyo al movimiento social de Oaxaca, Andrés Manuel López Obrador mandó ayer al diablo a los caciques y sus instituciones corruptas y represoras. Demandó la desaparición de poderes en aquella entidad y la salida del gobernador Ulises Ruiz, al tiempo de emplazar al PAN a definir si está con el pueblo o con ese cacique.
Ante miles de personas que se reunieron en el Hemiciclo a Juárez dijo que si Acción Nacional no es cómplice de Ruiz Ortiz, debe apoyar la solicitud de desaparición de poderes que presentarán los senadores del Frente Amplio Progresista.
"No nos estamos chupando el dedo", exclamó. "No queremos exhortos del Senado al señor Ulises Ruiz; queremos que el Senado ejerza sus facultades y desaparezca los poderes en Oaxaca. Nada de aceptar la simulación y la hipocresía del PAN, que por un lado hace el acuerdo cupular para sostener al cacique Ulises Ruiz y manda a la Policía Federal Preventiva y, por el otro, los senadores de este partido dicen que quieren la renuncia y que exhortan a que Ulises Ruiz tome la decisión de manera libre y voluntaria", subrayó.
Destacó que en el Senado se puede declarar la desaparición de poderes de manera muy sencilla, pues los legisladores del PRD y del PAN tienen mayoría. Vamos a ver si Acción Nacional y sus senadores respaldan a los del PRD cuando presenten formalmente la solicitud de desaparición de poderes. Ahí, subrayó, se les va a caer el teatrito; ahí vamos a ver de qué lado están: con el pueblo o con el cacique, enfatizó el ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos.
López Obrador hizo uso de la palabra luego de las intervenciones de Soledad Ortiz, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO); de Cayetano Alzate, de la sección 22 del SNTE, y del embajador Porfirio Muñoz Ledo. Cuando inició su discurso un reducido contingente ya había iniciado su marcha rumbo a Los Pinos, mientras miles de personas prefirieron quedarse y escuchar el mensaje.
Una fuente del PRD puntualizó que hubo negociaciones con la APPO y la sección 22 del SNTE para realizar el mitin en el que participó López Obrador, pero dentro de esas dos organizaciones subsisten diferencias y por ello algunas personas prefirieron empezar la movilización cuando ni siquiera había terminado de hablar Muñoz Ledo.
En su discurso, el ex candidato presidencial exigió la salida de Oaxaca del Ejército "disfrazado" de Policía Federal Preventiva, y reiteró que el primer cuerpo armado no debe ser utilizado para reprimir al pueblo.
De igual manera, demandó la libertad de los "presos políticos" y el castigo a los responsables de los crímenes cometidos en esa entidad.
Refirió que la mejor opción para restablecer la estabilidad política y la paz social en el estado pasa por la convocatoria a elecciones, para que sea el pueblo el que de manera soberana elija libre y democráticamente a quien debe gobernar sus destinos. Esa es la verdadera solución, subrayó.
Fue entonces cuando decidió mandar al diablo a los caciques y a sus instituciones corruptas y represoras. "Vamos por la renovación del país. Nunca más debe derramarse la sangre de un pueblo por la ambición de los poderosos", exclamó ante cinco mil personas que llegaron al Hemiciclo a Juárez, según diversos cálculos.
López Obrador ofreció que no dejará solos a los oaxaqueños y que seguirá convocando a la movilización hasta que desaparezcan los poderes en Oaxaca y que mediante el método democrático se resuelva la crisis social y política que enfrenta el estado.
Antes, dijo que el pueblo oaxaqueño fue agredido por las fuerzas policiacas federales y que la ocupación militar violenta profundizó la crisis política y social que se vive en esa región y en todo el país.
"Frente a una circunstancia como la de esta entidad, donde de un lado se encuentran los manifestantes y de otro las tanquetas, no podemos quedarnos callados y mucho menos tomar partido en favor de quienes enviaron tanquetas", explicó.
En medio de gritos que le llamaban "¡presidente, presidente!", manifestó que el conflicto llegó al punto en que se encuentra debido a la descomposición y al abuso de poder que ha padecido la entidad por siglos. De hecho, refirió, es larga la lista de agravios y crímenes cometidos al amparo del poder por los gobiernos priístas, pero Ulises Ruiz en el poco tiempo que lleva en el gobierno superó a sus antecesores en cinismo y maldad. Sus abusos y delitos colmaron la paciencia de los oaxaqueños y alimentaron la protesta popular que estalló en estos meses.
A pesar del repudio popular y de la organizada protesta, enfatizó que el acuerdo cupular del PRI y del PAN es lo que sostiene al gobernador Ulises Ruiz. Pero la entidad está pagando con sangre esa alianza efectuada para "avalar la toma de posesión del pelele, del espurio Felipe Calderón, el primero de diciembre".
Al conluir su mensaje, López Obrador se retiró a sus oficinas, mientras la marcha continuaba su camino.
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