Rayuela
El país de nota roja. La pareja presidencial de nota rosa.
Astillero
Julio Hernández López
Tarde y mal
Apoyar sin entender
Obsesión electoral
Magistrada Martarita
El movimiento social oaxaqueño en lucha recibió apenas ayer un tibio apoyo de Andrés Manuel López Obrador, justamente el día en que el tufo de muerte política de Ulises Ruiz Ortiz era tan perceptible que hasta uno de sus testaferros más emblemáticos, el diputado local Rito Salinas, presidente del sedicente Congreso oaxaqueño, fue capaz de desmarcarse con rapidez de su cómplice en desgracia (sin Hemiciclo a Juárez de por medio, el mencionado Rito pidió a su compinche Ulises que considere la posibilidad de renunciar). Un respaldo que más bien pareció el cumplimiento de un ritual burocrático, con Porfirio Muñoz Ledo como recurrente orador designado para demostrar que no hay camaleonismo ni oportunismo, con la presencia de la mercadológica plana mayor del frente supuestamente progresista que ya anda negociando -¡aguas, Oaxaca!- y con un discurso lopezobradorista que bordó (obviamente) sobre lo electoral, pues en el ámbito del partidismo y sus penosas glorias sólo se entiende la lucha popular como un trámite necesario para conseguir en comicios prerrogativas económicas, financiamiento público y cargos legislativos o gubernamentales.
Tarde y mal porque nunca se había dado oportunamente una definición del PRD ni de sus partidos aliados respecto a una lucha social que fue abandonada en aras de la defensa electoral de Tabasco (presupuesto posible mata barricada popular). Y porque, cuando por fin -ya con los cirios encendidos sobre el ataúd político de Ruiz- se trata de asumir una postura, se hace de manera sesgada, sin asumir una posición ideológica clara, tocando por las orillas el problema central de Oaxaca que no es el electoral ni el del nombre y el apellido del actual gobernante, sino de un cuadro de problemas acumulados y en riesgo de explosión que no tienen salida en el contexto del actual tipo de elecciones (en el que una y otra vez el perredismo, o el lopezobradorismo, son derrotados tramposamente, unas veces mediante mapachismo en las urnas y otras mediante el engaño consentido de llevar al poder a personajes que enseguida se deslindan o traicionan el mínimo manual ya no de la izquierda, sino de un cierto progresismo -interesados, consultar a Juan Sabines en Chiapas-). Los lugares comunes del discurso pronunciado ayer por AMLO dejan clara la falta de un programa político y social verdadero, y la ausencia de un compromiso de trabajo que vaya más allá de los actuales partidos y el pervertido sistema electoral vigente. Recuérdese que más allá de Ulises Ruiz y su caída, la APPO tiene programado en Oaxaca un congreso constitutivo, del 10 al 12 del presente mes, que trata de organizar el trabajo popular con una visión distinta.
En Oaxaca, mientras tanto, el día parecía ser de relativo descanso (¿calma que presagia nueva tormenta?). Lo más notable sería una reducida marcha de ciudadanos a favor de las permanencias de Ulises Ruiz y de la Policía Federal Preventiva (PFP) en Oaxaca mientras en el zócalo se reabría el tránsito de personas con la única salvedad de que algunas mochilas o bolsas debían ser abiertas para que los soldados de gris y negro revisaran su contenido. Los militares con uniforme de la PFP dedicaron el día a la limpieza del entorno, incluyendo el retiro de los esqueletos calcinados de vehículos automotores. En el atrio de la iglesia de Santo Domingo, una muchedumbre de miembros de la APPO y ciudadanos en general mantenía reuniones y se reorganizaba, con atención especial en los desaparecidos, los detenidos y, desde luego, los muchos rumores y especulaciones, en especial lo relacionado con la espalda que sus propios socios daban al cadáver político llamado Ulises que se había hecho de una plaza que ya nadie le estaba peleando, la Casa de Gobierno convertida en siquiátrico bastión desde el cual -príncipe del reino inmobiliario, jefe de la república de los guaruras, mandamás de la servidumbre doméstica, gobernante de los fantasmas- el torvo Ulises podría en cualquier momento hacer a sus paisanos saber que, habiendo retomado su territorio formal (la desolada Casa de Gobierno), cargado de compromisos y solicitudes de audiencias, con giras de trabajo al por mayor y un pueblo que de rodillas le pide que siga sirviéndole, él, el gran patriota, el mapache consciente, estaría dispuesto a solicitar licencia al cargo.
El chiquillo mañosón de la clase, Pepito Fox, aprovechó para dar a conocer el más reciente de sus chistes políticos. Dice que su gobierno ya terminó, como tratando de precisar que lo que sucede en estos días ha sido responsabilidad de un gobierno que ya empezó, el de Felipe Calderón, que para la toma de decisiones sobre Oaxaca dejó en tierra a Josefina Vázquez Mota. Pepito Vicente que se dedicó ayer a secretar ocurrencias en defensa de la nueva mártir del santoral político mexicano, Santa Marta de los Bribiesca, y que también aseguró que nadie le impedirá ir a dar gracias a la Basílica de Guadalupe de que le permitió el milagro de más o menos decir que gobernó (recuérdese que, cuando menos, los miembros de la Alianza Braceroproa estarán ese último día de noviembre en esa basílica para cantarle al saliente algunas cuantas verdades que no harán rima con Las Golondrinas).
Astillas:
La nación tiene garantizados futuros conflictos a causa de comicios, pues los arreglos en lo oscurito entre capos partidistas sacaron adelante nuevos magistrados del tribunal electoral federal que, como en el caso del actual IFE, responderán a los intereses de los patronos que tan buena chamba les dieron. La nación tendrá, por ejemplo, una magistrada Martarita (María del Carmen Alanís, gran amiga de la señora de Calderón), un magistrado Chucho (Manuel González Oropeza) y varios magistrados de derecha... Vaya Día de Muertos que han organizado el foxismo que dice ya no gobernar (¿desde el 1º de diciembre de 2000?) y el calderonismo que según eso ya está tomando decisiones... Y, mientras el caso de Arturo Montiel fortalece la convicción popular de que en México hay justicia y respeto por las leyes, ¡hasta mañana, en esta sección que ve en Oaxaca cómo la PFP sigue estableciendo retenes ilegales en torno a Oaxaca para impedir el paso a quienes tengan visos de apoyar a la APPO, y cómo continúan los cateos domiciliarios sin orden judicial!
El país de nota roja. La pareja presidencial de nota rosa.
Astillero
Julio Hernández López
Tarde y mal
Apoyar sin entender
Obsesión electoral
Magistrada Martarita
El movimiento social oaxaqueño en lucha recibió apenas ayer un tibio apoyo de Andrés Manuel López Obrador, justamente el día en que el tufo de muerte política de Ulises Ruiz Ortiz era tan perceptible que hasta uno de sus testaferros más emblemáticos, el diputado local Rito Salinas, presidente del sedicente Congreso oaxaqueño, fue capaz de desmarcarse con rapidez de su cómplice en desgracia (sin Hemiciclo a Juárez de por medio, el mencionado Rito pidió a su compinche Ulises que considere la posibilidad de renunciar). Un respaldo que más bien pareció el cumplimiento de un ritual burocrático, con Porfirio Muñoz Ledo como recurrente orador designado para demostrar que no hay camaleonismo ni oportunismo, con la presencia de la mercadológica plana mayor del frente supuestamente progresista que ya anda negociando -¡aguas, Oaxaca!- y con un discurso lopezobradorista que bordó (obviamente) sobre lo electoral, pues en el ámbito del partidismo y sus penosas glorias sólo se entiende la lucha popular como un trámite necesario para conseguir en comicios prerrogativas económicas, financiamiento público y cargos legislativos o gubernamentales.
Tarde y mal porque nunca se había dado oportunamente una definición del PRD ni de sus partidos aliados respecto a una lucha social que fue abandonada en aras de la defensa electoral de Tabasco (presupuesto posible mata barricada popular). Y porque, cuando por fin -ya con los cirios encendidos sobre el ataúd político de Ruiz- se trata de asumir una postura, se hace de manera sesgada, sin asumir una posición ideológica clara, tocando por las orillas el problema central de Oaxaca que no es el electoral ni el del nombre y el apellido del actual gobernante, sino de un cuadro de problemas acumulados y en riesgo de explosión que no tienen salida en el contexto del actual tipo de elecciones (en el que una y otra vez el perredismo, o el lopezobradorismo, son derrotados tramposamente, unas veces mediante mapachismo en las urnas y otras mediante el engaño consentido de llevar al poder a personajes que enseguida se deslindan o traicionan el mínimo manual ya no de la izquierda, sino de un cierto progresismo -interesados, consultar a Juan Sabines en Chiapas-). Los lugares comunes del discurso pronunciado ayer por AMLO dejan clara la falta de un programa político y social verdadero, y la ausencia de un compromiso de trabajo que vaya más allá de los actuales partidos y el pervertido sistema electoral vigente. Recuérdese que más allá de Ulises Ruiz y su caída, la APPO tiene programado en Oaxaca un congreso constitutivo, del 10 al 12 del presente mes, que trata de organizar el trabajo popular con una visión distinta.
En Oaxaca, mientras tanto, el día parecía ser de relativo descanso (¿calma que presagia nueva tormenta?). Lo más notable sería una reducida marcha de ciudadanos a favor de las permanencias de Ulises Ruiz y de la Policía Federal Preventiva (PFP) en Oaxaca mientras en el zócalo se reabría el tránsito de personas con la única salvedad de que algunas mochilas o bolsas debían ser abiertas para que los soldados de gris y negro revisaran su contenido. Los militares con uniforme de la PFP dedicaron el día a la limpieza del entorno, incluyendo el retiro de los esqueletos calcinados de vehículos automotores. En el atrio de la iglesia de Santo Domingo, una muchedumbre de miembros de la APPO y ciudadanos en general mantenía reuniones y se reorganizaba, con atención especial en los desaparecidos, los detenidos y, desde luego, los muchos rumores y especulaciones, en especial lo relacionado con la espalda que sus propios socios daban al cadáver político llamado Ulises que se había hecho de una plaza que ya nadie le estaba peleando, la Casa de Gobierno convertida en siquiátrico bastión desde el cual -príncipe del reino inmobiliario, jefe de la república de los guaruras, mandamás de la servidumbre doméstica, gobernante de los fantasmas- el torvo Ulises podría en cualquier momento hacer a sus paisanos saber que, habiendo retomado su territorio formal (la desolada Casa de Gobierno), cargado de compromisos y solicitudes de audiencias, con giras de trabajo al por mayor y un pueblo que de rodillas le pide que siga sirviéndole, él, el gran patriota, el mapache consciente, estaría dispuesto a solicitar licencia al cargo.
El chiquillo mañosón de la clase, Pepito Fox, aprovechó para dar a conocer el más reciente de sus chistes políticos. Dice que su gobierno ya terminó, como tratando de precisar que lo que sucede en estos días ha sido responsabilidad de un gobierno que ya empezó, el de Felipe Calderón, que para la toma de decisiones sobre Oaxaca dejó en tierra a Josefina Vázquez Mota. Pepito Vicente que se dedicó ayer a secretar ocurrencias en defensa de la nueva mártir del santoral político mexicano, Santa Marta de los Bribiesca, y que también aseguró que nadie le impedirá ir a dar gracias a la Basílica de Guadalupe de que le permitió el milagro de más o menos decir que gobernó (recuérdese que, cuando menos, los miembros de la Alianza Braceroproa estarán ese último día de noviembre en esa basílica para cantarle al saliente algunas cuantas verdades que no harán rima con Las Golondrinas).
Astillas:
La nación tiene garantizados futuros conflictos a causa de comicios, pues los arreglos en lo oscurito entre capos partidistas sacaron adelante nuevos magistrados del tribunal electoral federal que, como en el caso del actual IFE, responderán a los intereses de los patronos que tan buena chamba les dieron. La nación tendrá, por ejemplo, una magistrada Martarita (María del Carmen Alanís, gran amiga de la señora de Calderón), un magistrado Chucho (Manuel González Oropeza) y varios magistrados de derecha... Vaya Día de Muertos que han organizado el foxismo que dice ya no gobernar (¿desde el 1º de diciembre de 2000?) y el calderonismo que según eso ya está tomando decisiones... Y, mientras el caso de Arturo Montiel fortalece la convicción popular de que en México hay justicia y respeto por las leyes, ¡hasta mañana, en esta sección que ve en Oaxaca cómo la PFP sigue estableciendo retenes ilegales en torno a Oaxaca para impedir el paso a quienes tengan visos de apoyar a la APPO, y cómo continúan los cateos domiciliarios sin orden judicial!
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