ESTE LO LEI UNA MADRUGADA Y AHH COMO ME ENOJE, CHALE CON FOX TA BIEN MENSOTE.
Yo, Fox
Jorge Carrasco Araizaga
La intensa utilización de los medios de comunicación por parte de Vicente Fox se convirtió, al final de su sexenio, en un testimonio de los yerros, mentiras y manipulaciones en que incurrió como presidente en casos como el protagonismo de Marta Sahagún, su papel en el desafuero de Andrés Manuel López Obrador y su injerencia en la elección presidencial.
Una edición especial del Fondo de Cultura Económica (FCE), que incluye una selección de las entrevistas que concedió a medios nacionales y extranjeros, deja constancia de su fracaso en lo relativo al acuerdo migratorio con Estados Unidos, el combate a la corrupción y sus expectativas al final del sexenio.
Vicente Fox Quesada: encuentros con los medios es el título del compendio de entrevistas que entró en circulación en todo el país, con un tiraje de 5 mil ejemplares.
Catalogada en la Colección Editorial del Gobierno del Cambio, la publicación da cuenta de los contrastes entre el discurso presidencial de Fox y los hechos de la vida pública de México durante su sexenio.
Según Fox, “este libro es pionero en su género”. En su introducción, el presidente va todavía más lejos cuando afirma: “estoy seguro de que (el texto) servirá también como un importante referente para que en el futuro todos aquellos estudiosos de la historia y el desarrollo de nuestro país puedan comprobar y comparar lo que aquí se expone –en cuanto a las decisiones y razones de las acciones del gobierno del cambio–, con las consecuencias a largo plazo para nuestro país”.
Cada una de las 26 entrevistas incluidas es antecedida por una presentación en la que Fox pretende que el lector valore la trascendencia de sus decisiones de gobierno, “las principales problemáticas enfrentadas durante su gestión y las políticas públicas emprendidas para resolverlas”.
Un tema reiterado en las entrevistas son sus propósitos de fin de sexenio. En la primera entrevista compendiada, que le hizo Raúl Sánchez Carrillo, del Núcleo Radio Mil, dijo en enero de 2001, a un mes de haber asumido la Presidencia de la República:
“Al final, ¿qué queremos en los seis años? Yo espero haber reducido los niveles de pobreza del país en 30%. Si tenemos hoy 40 millones de pobres, yo espero terminar al final de este sexenio habiendo reducido eso a 28 millones de pobres en el país.”
Con Jane Clayson, de la televisora estadunidense CBS, abundó un mes más tarde: Al fin del sexenio, dijo, veo “el regreso a México de la rendición de cuentas y el estado de derecho. Para mí ese es el principal reto, pues hacer que crezca la economía, hacer la revolución que vamos a hacer, con estabilidad política, depende de nuestra capacidad de erradicar la corrupción y vivir de acuerdo con la ley”.
El 1 de junio de 2005, con Kevin Sullivan y Mary Jordan, de The Washington Post, fue más ambicioso: “Cuando entregue mi gobierno a otro, el 30 de noviembre de 2006, será mucho, mucho mejor que el gobierno que recibí… será un mejor país con mejor gente, con una mayor riqueza de capital humano, con cambios positivos en educación y salud, con más apego a la ley, con menos corrupción de la que heredé y con mucha más verdad, honestidad, ética y moralidad de la que recibí”.
A su mujer, Marta Sahagún, no sólo la alabó porque “todo lo hace bien” en sus “responsabilidades políticas y tareas del hogar”, como le dijo en 2002 a Mikhail Gusman, corresponsal de la agencia Itar-Tass, sino que la exculpó de su protagonismo.
En 2004, en pleno proceso preelectoral, en una entrevista con Adela Micha en el noticiario Las Noticias por Adela, de Televisa, responsabilizó a los medios de haber “candidateado fuertemente” a su esposa para la Presidencia de la República.
Los mismos periodistas de The Washington Post le preguntaron acerca del protagonismo de su esposa. Fox señaló: “No me importa (que ella tuviera más presencia que él en la prensa). Yo le digo a la gente que no me importa. Estoy a favor de eso, me gusta que sea exitosa”.
En su compendio, en el que “se abordan eventos y temas políticos nacionales que pueden calificarse con el adjetivo de cambio” (sic), Fox incluyó una entrevista de marzo de 2006 con Walter Meade, de Novedades de Tabasco, en la que alude a la demanda de su esposa contra Proceso y la periodista Olga Wornat, por supuesto daño moral:
“Yo aprecio a los medios de comunicación que actúan con responsabilidad cuando ejercen a plenitud su libertad. Por eso, a veces he sido muy crítico con quienes abusan de la libertad perdiendo el respeto a los demás, calumniando; esa no es una buena manera de ejercer la libertad”. Fueron casi las mismas palabras que utilizó en 2005 al iniciarse el juicio por el agravio reclamado por su esposa.
Uno de los temas recurrentes en las entrevistas que tuvo con la prensa nacional y extranjera entre 2004 y 2005 fue su papel en el desafuero del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
Entrevistado en abril de 2004 por los corresponsales del diario El País, Juan Jesús Aznares, y de La Vanguardia de Barcelona, Joaquín Ibarz, Fox negó que su gobierno estuviera actuando contra el perredista.
Cuando conversó con Adela Micha, medio año después, aseguró: “Me han traído el tema a la Presidencia de la República para que lo resuelva… (pero) no se puede tomar y decidir políticamente un asunto que es jurídico”.
El asunto dominó la agenda nacional durante meses y a Pedro Ferriz de Con, del Grupo Imagen, le declaró en noviembre de 2004 en torno a las acusaciones de que era el promotor del desafuero:
“¡Rechazo categóricamente esa acusación y ese señalamiento que se ha hecho persistentemente! No por estar repitiendo una mentira o una calumnia ésta se va a convertir en verdad. Mi obligación es cumplir con la ley… Lo único que han hecho el Ministerio Público y la Procuraduría General de la República es cumplir con la ley.”
Pese a las evidencias de que el propósito del desafuero era sacar a López Obrador de la contienda presidencial, en diversas entrevistas Fox defendió su “imparcialidad” en el proceso electoral.
Cuando en marzo de 2005 Joaquín López Dóriga le preguntó cuál era su papel en dicho proceso, el presidente dijo que su actuación sería “totalmente imparcial” como jefe de Estado. “Me comportaré a la altura, ahora, mañana y en el resto del proceso electoral”.
Pero sus palabras fueron desmentidas por el propio Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cuando calificó la elección presidencial. En su dictamen del pasado 6 de septiembre, los magistrados electorales determinaron, por unanimidad, que Fox sí intervino y que su actuación “puso en grave riesgo” la elección.
En febrero de 2006, ya con la propuesta en el Congreso estadunidense para construir un muro en la frontera –y firmada por el presidente George Bush el pasado jueves 26–, les dijo a Greg Brown y Marisol Rueda, de la revista Latin Trade:
“Creo que estamos por primera vez muy cerca de llegar a un acuerdo migratorio en el Congreso de Estados Unidos”. Y a Geri Smith, de Business Week, le aseguró el 10 de marzo 2006: “La relación (con Estados Unidos) es más fuerte que nunca”.
En materia de seguridad, el 13 de marzo de 2001, les dijo a Jorge Fernández, Guillermo Ortega y Raúl Peimbert, de MVS, que contaba con “cinco ases” para combatir la delincuencia y que por primera vez en la historia de México se coordinaban. Fox se refería a su Comisión de Orden y Respeto que fracasó precisamente por la falta de coordinación entre los titulares de las secretarías de la Defensa, Marina, PGR, Seguridad Pública y la Contraloría General de la República.
A esos mismos periodistas les comentó que la Contraloría ya había logrado “acuerdos con la sociedad para erradicar este mal de la corrupción, tanto de la esfera pública como de la esfera privada”.
Tiempo después, en medio del escándalo por los presuntos actos de corrupción de sus hijastros, los hijos de Marta Sahagún –que fueron investigados por una comisión especial del Congreso–, Fox le declaró a Mario Vázquez Raña, presidente de la Organización Editorial Mexicana, el 30 de noviembre del año pasado:
“Me parece sorprendente que el Congreso de la Unión dedique tanto tiempo a eso. Sin embargo, bienvenido, ¡qué bueno!, que le metan todo el tiempo que quieran las diputadas de oposición que están encargadas de esto, ya que al final tendrán que decirle al pueblo de México qué encontraron… la transparencia está, la rendición de cuentas está. Lo que sí hay son acusaciones y señalamientos que no se sostienen y que no van a tener resultados porque no hay nada en ese sentido.”
Yo, Fox
Jorge Carrasco Araizaga
La intensa utilización de los medios de comunicación por parte de Vicente Fox se convirtió, al final de su sexenio, en un testimonio de los yerros, mentiras y manipulaciones en que incurrió como presidente en casos como el protagonismo de Marta Sahagún, su papel en el desafuero de Andrés Manuel López Obrador y su injerencia en la elección presidencial.
Una edición especial del Fondo de Cultura Económica (FCE), que incluye una selección de las entrevistas que concedió a medios nacionales y extranjeros, deja constancia de su fracaso en lo relativo al acuerdo migratorio con Estados Unidos, el combate a la corrupción y sus expectativas al final del sexenio.
Vicente Fox Quesada: encuentros con los medios es el título del compendio de entrevistas que entró en circulación en todo el país, con un tiraje de 5 mil ejemplares.
Catalogada en la Colección Editorial del Gobierno del Cambio, la publicación da cuenta de los contrastes entre el discurso presidencial de Fox y los hechos de la vida pública de México durante su sexenio.
Según Fox, “este libro es pionero en su género”. En su introducción, el presidente va todavía más lejos cuando afirma: “estoy seguro de que (el texto) servirá también como un importante referente para que en el futuro todos aquellos estudiosos de la historia y el desarrollo de nuestro país puedan comprobar y comparar lo que aquí se expone –en cuanto a las decisiones y razones de las acciones del gobierno del cambio–, con las consecuencias a largo plazo para nuestro país”.
Cada una de las 26 entrevistas incluidas es antecedida por una presentación en la que Fox pretende que el lector valore la trascendencia de sus decisiones de gobierno, “las principales problemáticas enfrentadas durante su gestión y las políticas públicas emprendidas para resolverlas”.
Un tema reiterado en las entrevistas son sus propósitos de fin de sexenio. En la primera entrevista compendiada, que le hizo Raúl Sánchez Carrillo, del Núcleo Radio Mil, dijo en enero de 2001, a un mes de haber asumido la Presidencia de la República:
“Al final, ¿qué queremos en los seis años? Yo espero haber reducido los niveles de pobreza del país en 30%. Si tenemos hoy 40 millones de pobres, yo espero terminar al final de este sexenio habiendo reducido eso a 28 millones de pobres en el país.”
Con Jane Clayson, de la televisora estadunidense CBS, abundó un mes más tarde: Al fin del sexenio, dijo, veo “el regreso a México de la rendición de cuentas y el estado de derecho. Para mí ese es el principal reto, pues hacer que crezca la economía, hacer la revolución que vamos a hacer, con estabilidad política, depende de nuestra capacidad de erradicar la corrupción y vivir de acuerdo con la ley”.
El 1 de junio de 2005, con Kevin Sullivan y Mary Jordan, de The Washington Post, fue más ambicioso: “Cuando entregue mi gobierno a otro, el 30 de noviembre de 2006, será mucho, mucho mejor que el gobierno que recibí… será un mejor país con mejor gente, con una mayor riqueza de capital humano, con cambios positivos en educación y salud, con más apego a la ley, con menos corrupción de la que heredé y con mucha más verdad, honestidad, ética y moralidad de la que recibí”.
A su mujer, Marta Sahagún, no sólo la alabó porque “todo lo hace bien” en sus “responsabilidades políticas y tareas del hogar”, como le dijo en 2002 a Mikhail Gusman, corresponsal de la agencia Itar-Tass, sino que la exculpó de su protagonismo.
En 2004, en pleno proceso preelectoral, en una entrevista con Adela Micha en el noticiario Las Noticias por Adela, de Televisa, responsabilizó a los medios de haber “candidateado fuertemente” a su esposa para la Presidencia de la República.
Los mismos periodistas de The Washington Post le preguntaron acerca del protagonismo de su esposa. Fox señaló: “No me importa (que ella tuviera más presencia que él en la prensa). Yo le digo a la gente que no me importa. Estoy a favor de eso, me gusta que sea exitosa”.
En su compendio, en el que “se abordan eventos y temas políticos nacionales que pueden calificarse con el adjetivo de cambio” (sic), Fox incluyó una entrevista de marzo de 2006 con Walter Meade, de Novedades de Tabasco, en la que alude a la demanda de su esposa contra Proceso y la periodista Olga Wornat, por supuesto daño moral:
“Yo aprecio a los medios de comunicación que actúan con responsabilidad cuando ejercen a plenitud su libertad. Por eso, a veces he sido muy crítico con quienes abusan de la libertad perdiendo el respeto a los demás, calumniando; esa no es una buena manera de ejercer la libertad”. Fueron casi las mismas palabras que utilizó en 2005 al iniciarse el juicio por el agravio reclamado por su esposa.
Uno de los temas recurrentes en las entrevistas que tuvo con la prensa nacional y extranjera entre 2004 y 2005 fue su papel en el desafuero del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
Entrevistado en abril de 2004 por los corresponsales del diario El País, Juan Jesús Aznares, y de La Vanguardia de Barcelona, Joaquín Ibarz, Fox negó que su gobierno estuviera actuando contra el perredista.
Cuando conversó con Adela Micha, medio año después, aseguró: “Me han traído el tema a la Presidencia de la República para que lo resuelva… (pero) no se puede tomar y decidir políticamente un asunto que es jurídico”.
El asunto dominó la agenda nacional durante meses y a Pedro Ferriz de Con, del Grupo Imagen, le declaró en noviembre de 2004 en torno a las acusaciones de que era el promotor del desafuero:
“¡Rechazo categóricamente esa acusación y ese señalamiento que se ha hecho persistentemente! No por estar repitiendo una mentira o una calumnia ésta se va a convertir en verdad. Mi obligación es cumplir con la ley… Lo único que han hecho el Ministerio Público y la Procuraduría General de la República es cumplir con la ley.”
Pese a las evidencias de que el propósito del desafuero era sacar a López Obrador de la contienda presidencial, en diversas entrevistas Fox defendió su “imparcialidad” en el proceso electoral.
Cuando en marzo de 2005 Joaquín López Dóriga le preguntó cuál era su papel en dicho proceso, el presidente dijo que su actuación sería “totalmente imparcial” como jefe de Estado. “Me comportaré a la altura, ahora, mañana y en el resto del proceso electoral”.
Pero sus palabras fueron desmentidas por el propio Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cuando calificó la elección presidencial. En su dictamen del pasado 6 de septiembre, los magistrados electorales determinaron, por unanimidad, que Fox sí intervino y que su actuación “puso en grave riesgo” la elección.
En febrero de 2006, ya con la propuesta en el Congreso estadunidense para construir un muro en la frontera –y firmada por el presidente George Bush el pasado jueves 26–, les dijo a Greg Brown y Marisol Rueda, de la revista Latin Trade:
“Creo que estamos por primera vez muy cerca de llegar a un acuerdo migratorio en el Congreso de Estados Unidos”. Y a Geri Smith, de Business Week, le aseguró el 10 de marzo 2006: “La relación (con Estados Unidos) es más fuerte que nunca”.
En materia de seguridad, el 13 de marzo de 2001, les dijo a Jorge Fernández, Guillermo Ortega y Raúl Peimbert, de MVS, que contaba con “cinco ases” para combatir la delincuencia y que por primera vez en la historia de México se coordinaban. Fox se refería a su Comisión de Orden y Respeto que fracasó precisamente por la falta de coordinación entre los titulares de las secretarías de la Defensa, Marina, PGR, Seguridad Pública y la Contraloría General de la República.
A esos mismos periodistas les comentó que la Contraloría ya había logrado “acuerdos con la sociedad para erradicar este mal de la corrupción, tanto de la esfera pública como de la esfera privada”.
Tiempo después, en medio del escándalo por los presuntos actos de corrupción de sus hijastros, los hijos de Marta Sahagún –que fueron investigados por una comisión especial del Congreso–, Fox le declaró a Mario Vázquez Raña, presidente de la Organización Editorial Mexicana, el 30 de noviembre del año pasado:
“Me parece sorprendente que el Congreso de la Unión dedique tanto tiempo a eso. Sin embargo, bienvenido, ¡qué bueno!, que le metan todo el tiempo que quieran las diputadas de oposición que están encargadas de esto, ya que al final tendrán que decirle al pueblo de México qué encontraron… la transparencia está, la rendición de cuentas está. Lo que sí hay son acusaciones y señalamientos que no se sostienen y que no van a tener resultados porque no hay nada en ese sentido.”
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