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09 octubre 2008

Urge aplicar un plan anticrisis: López Obrador

* Conferencia de prensa del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, para presentar una carta a la opinión pública

CARTA A LA OPINIÓN PÚBLICA

Hace 14 meses advertimos sobre los efectos que tendría la crisis económica de Estados Unidos en nuestro país. Hoy, desgraciadamente, se están cumpliendo esas predicciones. En una carta a la opinión pública, leída aquí en conferencia de prensa el 22 de agosto de 2007, sostuve entre otras cosas lo siguiente:

Desde la campaña presidencial de 2006, mi equipo de asesores económicos, Rogelio Ramírez de la O, Adolfo Hellmund y Mario Di Costanzo, me advirtió sobre la fragilidad económica de Estados Unidos y los impactos que podría tener sobre nuestra economía.

Para nosotros estaba claro que debíamos trabajar desde el primer día para protegernos de adversidades externas. Por desgracia esta turbulencia ha empezado hoy a manifestarse y el gobierno espurio, en forma totalmente irresponsable, no ha tomado las medidas para hacerle frente.

Debe decirse que la implantación de la política neoliberal dejó a nuestra economía muy expuesta a factores externos. Esta era y sigue siendo una de las razones para proponer un cambio del modelo económico que fortaleciera las actividades productivas, el mercado interno y la creación de empleos. Sin embargo, al continuar la misma política e incluso profundizarse, nuestro país se ha vuelto más vulnerable. Debido a ello, al reventar la crisis hipotecaria en Estados Unidos y contagiar los mercados internacionales de crédito, nuestra economía se encamina a un estancamiento de graves consecuencias para la mayoría de los mexicanos.

Además de explicar puntualmente cómo se estaba gestando la crisis en Estados Unidos, hicimos recomendaciones y exhortamos a los encargados del manejo de la política económica a que cambiaran de actitud y actuaran con responsabilidad y urgencia por el bien del interés nacional. No obstante, se desatendieron nuestras advertencias. Al grado que apenas hace unos días, tanto Calderón como Carstens, llegaron a decir que si en Estados Unidos les daba pulmonía, aquí apenas nos provocaría una gripe.

Así, guiados por la inercia de la política neoliberal, fueron incapaces de impulsar un programa para reactivar la economía, crear empleos, fortalecer el campo, construir refinerías. Por el contrario, decidieron aumentar los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica; mantuvieron los privilegios fiscales para los grandes contribuyentes y crearon el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) que golpea a pequeñas y medianas empresas y limita la generación de empleos. No hicieron nada para lograr la autosuficiencia alimentaria y continuaron con el criterio de comprar lo que consumimos en el extranjero. Impidieron la libre competencia con la protección a los monopolios que cobran por bienes y servicios precios exagerados y afectan a consumidores y empresas. Y en vez de llevar a cabo un plan de austeridad para liberar fondos al desarrollo, en dos años, el gobierno usurpador ha incrementado el gasto corriente en 400 mil millones de pesos, utilizando para ello los excedentes petroleros.

En fin, se ha perdido el tiempo, se ha dejado de aprovechar la oportunidad de precios altos del petróleo que difícilmente se volverá a presentar. Y lo más lamentable, es que ahora nos impacta la crisis de Estados Unidos con una economía muy debilitada y con el riesgo de una devaluación de nuestra moneda, como ya empezó a expresarse en los últimos días.

El domingo 28 de septiembre, en el zócalo de la Ciudad de México, volví a señalar la gravedad de este problema. Argumenté que este año el crecimiento económico de México será el más bajo de todos los países de América Latina y el Caribe. En los últimos tiempos hay pérdida de empleos. El salario y los ingresos están resultando insuficientes ante la carestía. Está creciendo la cartera vencida. Los bancos han reducido sus créditos. Las tiendas departamentales están bajando sus ventas y la industria de la construcción no está creciendo.

Por los efectos de la recesión en Estados Unidos, se está reduciendo el monto de las remesas de los trabajadores mexicanos en el extranjero. Está cayendo la producción, son menores las exportaciones, están bajando los niveles de ocupación en los destinos turísticos se ha reducido considerablemente el crédito internacional para proyectos de inversión.

Sostuve que la caída en la producción de Pemex, ocasionada por su mal manejo y la baja en los precios del petróleo, aumentaría el riesgo del déficit creciente en la balanza de pagos. Expliqué que, sin considerar las exportaciones del petróleo, el déficit comercial en el 2000 fue de 14 mil 149 millones de dólares; en 2007 de 53 mil 92 millones de dólares y, en 2008, según proyecciones, será de 68 mil 374 millones de dólares; es decir, crecerá alrededor de 15 mil millones de dólares en un año. Es importante señalar que el 86 por ciento de este incremento, se debe a la creciente compra en el extranjero de alimentos y petrolíferos, principalmente gasolinas. Y todavía así, el gobierno usurpador se ha negado a construir nuevas refinerías y no ha apoyado a los productores del campo mexicano para lograr la autosuficiencia alimentaria. Pareciera como si estuviera esperando una gran crisis de balanza de pagos para actuar.

Por todo lo anterior, propuse al Congreso la aplicación de un plan anticrisis destinado a fortalecer nuestra producción interna para evitar un mayor desempleo y reducir el déficit comercial. Concretamente recomendé:

- Cancelar los aumentos de precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad, para mejorar la competitividad de la industria, dar alivio a los consumidores y reducir la presión inflacionaria.

- Aumentar el presupuesto destinado al campo; se establezcan precios de garantía y subsidios al fertilizante y a otros insumos, con el propósito de reducir las importaciones de alimentos; evitar más aumentos en los precios; mejorar la economía de campesinos y productores y atemperar el fenómeno migratorio.

- Construir tres refinerías para dejar de comprar las gasolinas en el extranjero. Y argumenté que con esta decisión se reducirían las importaciones de este hidrocarburo, que ya se acerca al 50 por ciento de lo que consumimos, se daría valor agregado al petróleo crudo, se generarían empleos y se ahorrarían divisas.

- Llevar a cabo un programa de construcción de obras públicas, para reactivar la economía y generar empleos; de manera particular, que se atienda la falta de servicios públicos y de vivienda, en beneficio de la gente pobre de los centros urbanos y de las ciudades fronterizas.

- Así mismo, propuse que se considerara el gasto destinado a la juventud como una inversión social; que se otorgaran becas a todos los estudiantes del país como se hace en el Distrito Federal; que se aumentara presupuesto para las universidades públicas para resolver el problema de miles de jóvenes que son rechazados, con el pretexto de que no pasan el examen de admisión.

- Que se otorgue una pensión alimentaria a todos los adultos mayores del país, equivalente a medio salario mínimo, como se lleva a cabo en el Distrito Federal. Este apoyo debe otorgarse desde los 65 años, cuando menos, en regiones indígenas y en las zonas de mayor pobreza del campo y la ciudad.

- Que se entreguen de inmediato los ahorros de los exbraceros.

- Que se cancele la llamada Alianza Educativa, y en particular, que no se permita el cierre de las escuelas normales y se otorguen plazas a todos sus egresados.

- Que renuncien de inmediato los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública y el procurador General de la República, por carecer de integridad y ser ineficaces en el combate a la inseguridad y la violencia.

Reiteramos que los fondos para este plan anticrisis pueden obtenerse si se reduce en 200 mil millones de pesos el gasto superfluo del gobierno y se utilizan los 200 mil millones de pesos de excedentes que se recibirán este año por precios altos de petróleo.

Con esta Bolsa de 400 mil millones de pesos, se deben financiar proyectos de alto impacto económico para mejorar el nivel de empleo, la competitividad y atemperar la crisis social y el clima de inseguridad.

Nuestra propuesta, en esencia, consiste en reducir el costo del gobierno a la sociedad. Siempre he sostenido que en ninguna circunstancia, menos en una situación de estancamiento económico, desempleo y empobrecimiento, los servidores públicos pueden disponer del presupuesto para obtener altos salarios, prestaciones, beneficios y comodidades. Por el contrario, ese recurso debe canalizarse a las necesidades apremiantes de la gente.

De manera específica, la reducción de 200 mil millones de pesos que proponemos se puede lograr de la siguiente manera:

1. Que se ajuste a la baja la partida 1509 para reducir a la mitad los sueldos desde el presidente espurio hasta los directores generales adjuntos del Poder Ejecutivo Federal; que se reduzcan también a la mitad las percepciones de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia del Poder Judicial de la Federación; de los consejeros del IFE y magistrados del Tribunal Electoral. De la misma forma, disminuir a la mitad las percepciones de diputados federales y senadores. Con este ajuste se obtendría un ahorro de 12 mil millones de pesos.

2. Que se suprima la partida 1407 del Seguro de Separación Individualizada, que consiste en un fondo de ahorro especial para la alta burocracia y que se estima para 2009 en 6 mil millones de pesos.

3. Que se cancele la partida 1406 de Gastos Médicos Mayores para la atención en hospitales privados de la alta burocracia, que equivale a 5 mil 050 millones de pesos.

4. Que se cancelen las pensiones a expresidentes por 310 millones de pesos al año.

5. Que se elimine la entrega de bonos discrecionales de fin de año para los altos funcionarios públicos incluidos en la partida 1 500, que representa una erogación de 11 mil 207 millones de pesos.

6. Que las partidas de “otros gastos corrientes” del presupuesto federal se mantengan en el mismo nivel de 2007, más la inflación, con lo cual se obtendría un ahorro en el presupuesto de 2009 de 232 mil millones de pesos. Para ello debe eliminarse la compra de vehículos para altos funcionarios, los gastos de representación, viáticos de altos funcionarios, la remodelación de oficinas, la renta de oficinas alternas de los servidores públicos superiores, boletos de primera clase y gastos de vestuario. También proponemos la reducción drástica de las partidas de publicidad, servicios telefónicos, celulares, fotocopiado y papelería, alimentación de funcionarios, servicios de asesoría, donativos, combustibles, arrendamiento de inmuebles y fideicomisos, entre otras.

Este plan anticrisis, insistimos, puede acordarse en el Poder Legislativo, donde están representadas todas las fuerzas políticas del país y desde ahí podría convocarse al resto de la sociedad. Además, la Cámara de Diputados tiene la facultad exclusiva de aprobar el presupuesto y la mayor parte de nuestras propuestas dependen de una nueva orientación del gasto público. Hoy, más que nunca, se necesita que el destinatario del presupuesto sea el pueblo y no los potentados y la alta burocracia.

En consecuencia, voy a recomendar respetuosamente a los legisladores del Frente Amplio Progresista, que lleven a cabo todas las gestiones que sean necesarias para la aprobación de este plan anticrisis.

Así mismo, como hace 14 meses, hago a los ciudadanos las siguientes recomendaciones puntuales:

1. Estos serán tiempos difíciles; por eso haz un esfuerzo para ajustar tu gasto a lo básico.
2. Si vives en el Distrito Federal y no tienes ingresos, inscríbete al Seguro del Desempleo y al Programa de atención médica y medicamentos gratuitos.
3. Esmérate en tu trabajo, porque habrá más competencia y despidos.
4. Ahorra en tus consumos de luz, agua, gas, gasolina y otros.
5. Si necesitas comprar aparatos electrodomésticos verifica los precios en el teléfono del consumidor: 5568-8722.
6. Aprovecha siempre que puedas los descuentos por pagos en efectivo y por adelantado de agua y predial.
7. Paga tu recibo de luz, teléfono, cable y otros servicios, en las oficinas y no en los bancos para ahorrar el cobro de comisiones.
8. No pagues tu recibo de luz, agua y teléfono si te llega muy alto, hasta exigir una aclaración. Reclama y defiende tus ingresos.
9. No aceptes cargos indebidos en tarjetas de crédito. Cuida que los pagos de tus abonos por compra de automóviles en el banco no contengan cargos no justificados y siempre pide aclaraciones.
10. No contrates créditos para consumo porque los intereses son muy altos y van a subir más.
11. No contrates crédito a tasa variable, si lo necesitas contrata a tasa fija.
12. No contrates deudas en dólares.
13. Aún si no tienes ingresos pero estás registrado como contribuyente, debes presentar tu declaración en ceros, para evitar multas abusivas.
14. Compra en los mercados o tianguis, con tus marchantes, porque ellos y los campesinos mexicanos necesitan de tu ayuda.
15. Compra tus productos a granel y, en la medida de lo posible, que no sean productos industrializados.
16. Prepara tus alimentos y el desayuno de tus hijos para la escuela; que no consuman comida chatarra, no sólo por salud sino porque son productos más caros.
17. Compra tu pan en la panadería.
18. Haz agua de fruta de temporada, es más saludable y apoyas a los campesinos mexicanos. Si compras bebidas industrializadas, dale la preferencia al Boing, que es un producto de buena calidad, elaborado por los trabajadores de la Cooperativa Pascual.
19. Compra en las camionetas de productos agrícolas.
20. Compra café mexicano.
21. Compra tus medicinas en las boticas pequeñas o farmacias nacionales; y apoya a las tiendas de colonias, barrios y pueblos.
22. Consume productos mexicanos, compra tu ropa en tianguis o mercados como los de Mixcalco en el Distrito Federal, Chinconcuac, estado de México o San Martín Texmelucan, Puebla, y los zapatos en León, San Mateo Atenco, Ticul y en otros centros productores del país. Los artesanos y pequeños empresarios necesitan de tu ayuda.
23. Si puedes dale trabajo a pintores, carpinteros, herreros, plomeros, jardineros y otros.
24. Si viajas por recreación o turismo, trata de que sea a lugares nacionales y da preferencia a negocios de mexicanos.
25. Favorece a las fondas y a los restaurantes nacionales.
26. Si compras un auto favorece a las empresas que fabrican en nuestro país; así apoyas el empleo de trabajadores mexicanos.
27. Da la bienvenida a los amigos de tus hijos en casa para sus reuniones, con el fin de que tengan más seguridad y gasten menos.
28. Maneja con cuidado y tolerancia.
29. Reúnete más con tus seres queridos; da más tiempo a la comunicación y a la convivencia con tus hijos, revalora la importancia de la lectura, la conversación y el apoyo mutuo con familiares, amigos y vecinos.
30. Y ten presente que la felicidad depende de estar bien con la conciencia, con uno mismo y con el prójimo; no sólo se alcanza con bienes materiales.

Si se acuerda un plan anticrisis en el Congreso como el que proponemos, es posible enfrentar el sentimiento de frustración y la incertidumbre que prevalece y crear un ambiente de seguridad, de aliento y de esperanza al pueblo de México. Así mismo, es indispensable que todos actuemos con mayor humildad, tolerancia, generosidad y respeto.

Este es el documento que estamos dando a conocer, a través de ustedes, al pueblo de México. Eso es básicamente. Queríamos darle todo el tiempo a esto que es muy importante, porque nos está afectando ya mucho la crisis económica y se tiene que actuar, tiene que actuar el gobierno usurpador, desde hace mucho tiempo debió hacerlo y hay inmovilismo y desgraciadamente no se tomaron en cuenta nuestras recomendaciones. Como aquí lo digo, hace 14 meses, frente a ustedes, leí un documento en donde advertía lo que está sucediendo.

P:¿Cuándo lo va a enviar a los legisladores…?
R: Ahora mismo, ya lo hice desde el domingo 28 de septiembre, en el Zócalo, pero de nueva cuenta vamos a hablar con los coordinadores de los tres partidos del Frente Amplio Progresista, para que –como se dice en el documento— se hagan las gestiones y se logre la aprobación de un plan anticrisis. Urge que se actúe.

P:¿Qué va a pasar si no se elabora este plan anticrisis?
R: Yo espero que, dadas las circunstancias, se tenga que aprobar un plan anticrisis. No es posible no hacer nada, es grave la situación.

P:¿Qué esperaría del ajuste del presupuesto del gobierno federal?
R: Aquí está nuestra propuesta, yo exhorto a que los del gobierno usurpador actúen ya, se han demorado mucho, no es posible que se siga perdiendo tiempo, esta crisis se está agravando, de por sí ya andaban mal las cosas en el país, si antes todo iba mal, ahora todo está empeorando y se necesita actuar de inmediato. Lo debieron haber hecho desde hace dos años para que los efectos de la crisis en Estados Unidos no nos impactaran tanto; sin embargo, nos agarra esta crisis económica y financiera en Estados Unidos en situación de mucha vulnerabilidad.

P:¿Es un acto de irresponsabilidad o cómo puede considerarse?
R: Sí, lo digo aquí, no tiene caso poner más limón a la herida, pero lo hemos venido diciendo, son de estos asuntos en donde duele tener la razón, porque hay constancia, si ustedes ven el documento de hace 14 meses, me gustaría que lo consultaran, advertimos de lo que está sucediendo. El Gobierno Legítimo tiene la fortuna de contar con los mejores economistas del país. Muchas gracias.

Para pensarse

Rosaura Barahona
9 Oct. 08

Las malas noticias continúan apareciendo como alud y nosotros no podemos sino desear que no nos mate. No nos dañará (Carstens dixit); ya nos está dañando.

Pero a pesar de todo, el ciclo de la vida continúa ignorante de las paces, las guerras, las devaluaciones, las luchas políticas y la violencia incontrolable. Los seres humanos siguen naciendo, creciendo, reproduciéndose y muriendo. Déjeme darle un ejemplo tomado de las páginas de EL NORTE.

Estados Unidos tiene leyes que permiten a un padre o a una madre entregar, en una institución hospitalaria y sin ser castigados, a sus bebés no deseados. Ni sus fotos salen en la prensa, ni son calificados de desnaturalizados, ni se les señala el resto de sus días por haber hecho lo que creyeron mejor para su hijo.

Nebraska decidió adoptar una ley similar, pero sus legisladores extendieron al niño (child) el beneficio de esa protección creada para bebés (infants). La definición de infant es "Cualquier persona en la primera etapa de su vida, que todavía no pueda caminar". Child varía según quien lo defina, pero predomina: "Cualquier persona de 18 años o menos".

Pero la nueva ley trajo sorpresas: Un padre viudo entregó en un hospital de Omaha a nueve de sus 10 hijos, entre 1 y 17 años. Desde la muerte de su esposa, dijo, ha sido incompetente para cuidarlos y educarlos.

Una abuela entregó a su nieto de 14 años porque le era imposible controlar su rebeldía y deseaba que el adolescente recibiera más oportunidades para ser una persona útil y no una amenaza para la sociedad.

Y siguieron llegando padres que entregan a sus tres, cuatro o seis hijos porque la vida es muy difícil, ellos están desempleados y ya no pueden con la carga.

Corie Russell, columnista, escribió: "Las actas de nacimiento no son recibos que sirvan para devolver la mercancía y recuperar su dinero. Me niego a respetar o a admirar las decisiones de tales padres porque son crueles e irracionales".

El Senador republicano Arnie Stuthman, quien contribuyó a redactar la ley, explica que decidieron cambiar la palabra "infant" a "child" para aumentar un poco la edad de los niños entregados voluntariamente, pero "jamás se nos ocurrió pensar que esto sucedería. Abrimos una lata de gusanos y ahora no sabemos qué hacer con todo este caos".

El impacto ha sido de tal magnitud que el Gobernador y la Cámara de Senadores exigieron revisar la ley para limitar las edades de los niños como en otros estados. Pero ya surgió la resistencia: ¿Es sano que un padre conserve a un hijo no deseado, si no tiene cómo mantenerlo y menos puede ocuparse de él? ¿No se estará condenando a esas criaturas a sufrimientos y vejaciones evitables?

Esas leyes estatales se originaron para evitar a los llamados "niños de basurero", tan frecuentes en muchos países. Son niños abandonados por sus madres o padres para ocultar su nacimiento o para deshacerse de ellos porque no pueden o no quieren mantenerlos y para evitar la persecución de la justicia, dado que muchas leyes en el mundo condenan el abandono voluntario.

En Estados Unidos la idea de la ley es recoger a esos niños y, si están bien, dejarlos temporalmente con una familia sustituta hasta que encuentren padres adoptivos; si no están bien, el Estado se hace cargo de ellos mientras se recuperan (si se van a recuperar).

Sin embargo, esas familias sustitutas están preparadas para recibir bebés o niños en sus casas. ¿Pero quién puede recibir, de un sopetón, a nueve niños de 1 a 17 años o a tres hermanitos o a adolescentes rebeldes? Ya están pensando en crear otro programa para resolver eso porque el concepto original del programa ha sido rebasado.

El problema no son los niños no deseados, sino la mala educación que lleva a la gente a tener hijos sin detenerse a pensar en sus implicaciones. Engendrar y parir son tareas animalescas; responsabilizarse y educar, humanas.

Todos esos programas luchan constantemente contra las crisis económicas para salvar y dignificar a los niños abandonados. Por eso me parece importante analizar la dimensión y la índole de los problemas. Muchos como los que nos ahogan hoy están fuera de nuestro control.
Pero muchos otros no. En ésos debemos concentrarnos.

08 octubre 2008

Miguel Ángel Granados Chapa, periodista de la sociedad

Marcelo Ramírez Ramírez

Xalapa, Ver.- La medalla Belizario Domínguez fue instituida en 1954 por el Senado de la República, para honrar a “los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o sus virtudes en grado eminente, como servidores de nuestra patria o de la humanidad”. Resulta simbólico que este año la distinción recaiga en el periodista Miguel Ángel Granados Chapa y el simbolismo se acentúa con el otorgamiento post mortem en Febrero de 2009, de la misma presea, a otro periodista, Jesús Blancornelas. En ambos casos, es indudable que la presea fue discernida en razón de las virtudes, cívicas, para ser más precisos, que inspiraron el trabajo periodístico de Jesús Blancornelas y, esperamos, continúe inspirando por muchos años más la labor de Miguel Ángel Granados Chapa, analista lúcido y bien informado de la problemática del país.

El Senado de la República ha entendido muy bien la urgencia de fortalecer en nuestra sociedad la conciencia de los valores cívicos y éticos, hoy en franca decadencia, misma que ha llevado a la casi desaparición de la diferencia entre el bien y el mal. El pillo teme ser descubierto y castigado, no teme el fallo de su conciencia, porque ésta ha perdido la sensibilidad del juicio moral. Hablemos esta vez de Granados Chapa. En él, el Senado reconoce el esfuerzo de más de cuarenta años de luchar, con la palabra escrita, veraz, incisiva a veces, lúcida siempre, por ir al fondo de los problemas, sacar a la luz los intereses en juego, mostrar las falacias del poder y de quienes lo sirven, sin pudor y sin escrúpulos, deformando su práctica profesional.

Con Granados Chapa, el periodismo se revela en su esencia de compromiso con la sociedad a través de la defensa de sus legítimos intereses. El ejercicio de un periodismo de tal naturaleza requiere talento, investigación seria, perseverancia, pero sobre todo, espíritu de veracidad, cumplir cabalmente con la responsabilidad de ser el mediador entre los acontecimientos y los lectores, a los cuales se busca orientar, guiar e incluso educar, en lugar de manipularlos para que acepten aquello que resulta más conveniente a quienes compran la pluma del periodista. En un medio donde paga más difundir mentiras y las aún más peligrosas verdades a medias, Granados Chapa ha dado prueba de congruencia en situaciones difíciles. Con todo, no lo imaginemos como lo que no es; no se ha propuesto una misión contestataria; su tarea es mucho más seria y delicada, en tanto quiere clarificar los hechos, dar criterios para evaluarlos, enseñar al público lector a ponderar, a hurgar en las causas reales de los problemas. Su crítica se funda en argumentos y enseña a argumentar; su afán de servicio no interfiere con la objetividad de juicio de sus lectores. Periodista serio, cuenta con más prestigio que bienes o dinero; y esto habla de su honradez intelectual. Los títulos de dos de sus columnas más conocidas: Plaza pública e Interés público, expresan con claridad el propósito del periodista de analizar y debatir los asuntos de la polis.

La democracia, dicen sus teóricos, es un estado de cultura en el cual los ciudadanos, además de estar debidamente informados, han desarrollado la capacidad del debate inteligente. Pero llegar a tal estado de cultura no es nada sencillo y menos ante el dominio de la imagen sobre la reflexión, propia de los medios modernos. Se nos ahorra el esfuerzo de pensar, con la siguiente atrofia de esta capacidad distintiva del hombre. Quedamos así atrapados en la inmediatez del suceso, sin perspectivas de mayor alcance. Vemos hasta y en la dirección que se desea que veamos; la imagen nos hace espectadores de una realidad que se manifiesta con independencia de nuestras necesidades y deseos. La idea encerrada en la palabra, en cambio, puede llevarnos, como el caso de la buena literatura o el buen periodismo, a recuperarnos como parte consciente y por tanto corresponsable de la realidad. De esta virtud pedagógica participan los escritos de Miguel Ángel Granados Chapa.

Conocedor de las limitaciones del lenguaje coloquial, ha enseñado a sus lectores, como seguramente lo hace con sus alumnos de la UNAM, el manejo de los términos apropiados para alcanzar precisión y claridad en el análisis; y esto, sin caer en el otro extremo del especialista que escribe sólo para iniciados. De esta manera ha extendido su cátedra a la sociedad. El próximo ocho de Octubre, recibirá la medalla Belizario Domínguez un periodista que “es grande porque enseña lo que sabe” con humildad, constancia y generosidad.

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México: PRI arrasa en Guerrero

Teodoro Rentería Arróyave

El que dude del voto diferenciado y del sufragio que sabe premiar o castigar en México, no sabe de la realidad de nuestro país. Eso es lo que está ocurriendo en los tiempos actuales, difíciles por todos conceptos, puesto que se aúnan la crisis de inseguridad pública con la no menos grave de la crisis económica.

Las elecciones para renovar los 77 municipios y los 28 distritos electorales del sureño estado de Guerrero, uno de los más conflictivos de la República Mexicana, prueban el aserto.

En manos la entidad, por decisión de la ciudadanía, del Partido de la Revolución Democrática, PRD, ahora lo pierde todo por una sola y fundamental razón: haberle regalado la gubernatura a un representante de la derecha empresarial, Zeferino Torre Blanca.

Como era obvio, los únicos que no se percataron de ello o se negaron a ver la realidad, fueron los integrantes de la dirigencia del partido de izquierda más importante de la nación. Usted amable lector o radioescucha se preguntará: ¿el porqué de esta situación? Porque el PRD se ha perdido en sus ansias absurdas de ganar posiciones de poder.

El Partido Revolucionario Institucional, prácticamente ha recobrado su antiguo bastión, y sigue acumulando triunfos en todo el país, rumbo a las elecciones del 2009, las de mitad de sexenio, que renuevan el Congreso de la Unión, y desde luego las presidenciales del 2012.

Para darnos cuenta de la importancia a futuro del triunfo del PRI, es de observarse que los municipios más importantes de Guerrero se los arrebató, por decisión del voto popular tanto al PRD, como al partido en el poder, Acción Nacional, PAN.

Las “joyas de la corona”: Acapulco, el centro turístico y económico por antonomasia del país; Chilpancingo, capital del estado; Iguala, corazón de la Bandera Nacional, y Taxco, la ciudad cultural por excelencia, son ahora del Revolucionario Institucional.

Para tener una idea mas exacta del desastre que provocó el gobernador Torre Blanca, disfrazado de izquierdista, es de exponer que el PRI ganó en 45 municipios, el PRD en sólo 24, PAN, apenas si obtuvo 4, dos el Verde, dos Convergencia y 3 una alianza del Partido del Trabajo y Convergencia.

En lo que respecta a la composición del próximo Congreso estatal, el PRI se impuso en 13 distritos al igual que el PRD, el PAN en uno al igual que el del trabajo.

La decisión ha sido tomada, y aunque hay patadas de ahogada de un tal Luis Walton, no del PRD, sino de Convergencia, que apoyó su compadre disque perredista, el gobernador Zeferino, la verdad es que ya nadie le puede cuestionar el triunfo al candidato priísta, Manuel Añorve, quien vuelve por sus fueros con un futuro promisorio. Ya antes fue edil de Acapulco y candidato al gobierno de Guerrero. La mismísima candidata del PRD, Gloria Sierra, admitió su derrota.

En conclusión, el PRI arrasa en Guerrero, el derrotado es el PRD por culpa de su gobernador acreditado de izquierdista, con la anuencia de una dirigencia peleada y desintegrada, y el PAN, al sótano como era obvio, al padecer los mexicanos de dos sexenios panistas, que no han aprendido a gobernar y mucho menos a cumplir con sus promesas de campaña.


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Crisis del Capitalismo: Hacia el fin de la era neoliberal

Marcel Claude

El capitalismo otra vez está en crisis. Los medios frenéticamente anuncian el Apocalipsis financiero now, resucitan las viejas tesis de la crisis terminal del capitalismo, esa que muchos pensadores de izquierda han pronosticado por generaciones, el Fondo Monetario, Soros, economistas de todos los rincones del planeta se adelantan a sugerir que ésta sería una de las peores crisis que haya enfrentado el capitalismo.

Independientemente de lo anterior es importante entender –en la medida de lo posible- las dimensiones, causas y reales consecuencias de semejante acontecimiento que convulsiona al planeta entero. Pero, quizás, antes de ello deberíamos partir reconceptualizando el sistema capitalista, cuál es su esencia y su razón última: el alfa y omega de tan cuestionado sistema. Muchos lo entienden como la empresa privada o la propiedad privada, la explotación del hombre o el gobierno de la derecha, las teorías de Adam Smith o de Milton Friedman, la ley de la oferta y la demanda o la “mano invisible”. Sin embargo y para ir mucho más al núcleo fundamental, aunque en todas esas caracterizaciones haya parte de la verdad, el sistema capitalista es en esencia un orden político, social y económico que se sustenta en la búsqueda del lucro para todo capital que pueda obtener una rentabilidad. Es decir, obtener un beneficio mayor por sobre la inversión y de allí, atesorar ganancias sobre ganancias. Es decir, los valores que mueven al mundo capitalista son nada menos que esos viejos y desacreditados pecados capitales como la avaricia -afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas- o la codicia -afán excesivo de riquezas. El orden mundial está sustentado -hoy más que en ninguna otra época- sobre este tipo de comportamientos que no provienen precisamente del conjunto de virtudes humanas –siempre tan escasas- sino más bien de sus antípodas.

Podrán ser desacreditadas las tesis de Smith o Friedman y podrán desaparecer la propiedad privada, la economía de mercado y los gobiernos de derecha, pero si continúa el lucro como razón de ser de la sociedad humana, seguirá prevaleciendo el capitalismo y se encontrarán las instituciones adecuadas para su realización. El lucro es en definitiva -y en simples palabras- la verdadera razón de la crisis actual. Así lo entiende profundamente la Presidenta Bachelet quien se permitió decir esto ante las naciones del mundo. Bien por ella, pero, podría también decirle eso mismo a las AFP chilenas, a los grupos económicos que en Chile depredan el medio ambiente y explotan a los trabajadores debido a su insaciable codicia. Mal que mal, Chile es el paradigma del capitalismo salvaje y la tierra donde la avaricia y la codicia campean a su antojo, así como medraron las bestias en el principio de los tiempos. Pero, nadie es profeta en su tierra y si la presidenta lo hiciese, corre el riesgo de bajar mucho en las encuestas de
La Tercera y El Mercurio y de allí, la Concertación podría perder las elecciones.

Para quienes no somos más que simples economistas, no se nos está permitido hablar con tanta liviandad acerca de situaciones tan complejas y fenómenos tan entreverados. No sería serio y pecaríamos de una enorme falta de prolijidad profesional. De allí que tengamos –forzosamente- la tarea de hacer esfuerzos mayores de comprensión y explicación de tales situaciones. Es necesario por lo demás, puesto que es mucho lo que se dice y escribe al respecto, mas es muy poco lo que se puede entender.

Vamos por parte. En la actualidad -y en términos macroeconómicos- el capital tiene dos grandes ámbitos para realizar ganancias: la economía real y/o la economía financiera. Es decir, puede invertir en una planta lechera, en una mina de cobre, en una empresa de transporte, o en cualquier otra actividad que signifique producir algo que tenga consistencia física o intangible, como por ejemplo, un servicio de transporte o una empresa de contabilidad que no le dan nada material pero que sí prestan una utilidad, sirven. El ritmo de maduración de estas inversiones depende del tipo de actividad, pero, obviamente no es inmediato. Si invertimos en plantar tomates, debemos esperar el tiempo de cosecha que no será nunca antes de seis meses. La alternativa es el mundo de las finanzas. Hoy por hoy, en ese mundo ya casi virtual, los tomates se cosechan de la noche a la mañana y los árboles crecen en fracciones de segundo. ¿Nada mal no? el mundo feliz, la gallina de los huevos de oro, la lámpara de Aladino, la cueva de los cuarenta ladrones, el reino de Midas y todas esas fantasías infantiles que hacen soñar con una vida más fácil y sin los sinsabores de la sentencia bíblica “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. En la actualidad y gracias a las características del sistema financiero global, es posible ganar mucho más -y en más corto tiempo- que en actividades reales y vamos a ver la razón de esto.

En todo caso, si a la codicia como valor supremo de la humanidad capitalista le añadimos las características actuales del mercado financiero, vamos a comprender mejor las causas de la crisis actual: ¿Para qué vas a ganar 100 si puedes ganar 500? ¿Para qué vas a producir leche si puedes comprar instrumentos financieros que rentan mucho más? El primer problema es que los instrumentos financieros no se comen y los tomates sí, las acciones en bolsa no contienen los nutrientes que tiene la leche y que los niños del mundo necesitan para su alimentación; el segundo problema es que cuando se invierte el dinero en acciones o instrumentos financieros, se deja de invertir en la producción de leche o de trigo y, en consecuencia, hay menos actividad económica, menos empleo, menos leche y más hambre, más desempleo y más pobreza. Según Lynn Walsh, editor de la revista Socialism Today, durante el período 1980/90, los capitalistas aumentaron sus ganancias a través de la intensificación de la explotación de los trabajadores, pero, la inversión de capital ha caído a niveles históricos. Es decir, ha habido un excedente de ganancias no invertidas en la creación de bienes de capital para la producción real y este excedente ha sido una de las principales fuentes de dinero que se ha introducido en el sector financiero.

Esto es precisamente lo que ha ocurrido en las últimas décadas. No son pocos los especialistas que afirman que hoy la economía capitalista, en su conjunto, no es nada más que un enorme casino, en donde los ricos del mundo van a jugarse el ahorro y la riqueza del planeta: algunos perderán, pero otros van a ganar y mucho. Mientras tanto, el ahorro de los trabajadores que ponen sus fondos de pensión en las AFP y que éstas a su vez arriesgan en los mercados financieros, se va distribuyendo etapa por etapa: una parte para las utilidades de la AFP; otra para pagar las comisiones de los operadores financieros que transan las acciones o instrumentos financieros que la AFP compra; y una no despreciable porción para sustentar los costos de operación –luz, agua, arriendos, almuerzos, viajes, materiales para oficinas lujosas, etcétera- y los sueldos de los ejecutivos de bancos y fondos de inversión que transan esos instrumentos financieros. Todo ello con una promesa altamente riesgosa de incrementar el fondo para su pensión, es decir, con una alta probabilidad de que no sea cierto. Si se materializa, bien para el trabajador, para los operadores financieros, los bancos y la AFP, si no, mal solo para el trabajador, puesto que la AFP ya cortó su parte, los ejecutivos de los bancos ya recibieron sus salarios, los costos de operación ya se pagaron y las comisiones ya se cobraron. Todo ello con los fondos que se les obliga a los trabajadores a proveer para sus futuras pensiones. Así como los trabajadores que ponen sus fondos previsionales en una AFP, también hay otras personas que ponen sus ahorros en bolsas de comercio y fondos de inversión que corren la misma suerte.

Datos estremecedores que permiten sustentar estos argumentos: el sector financiero ha sido el de más rápido crecimiento en la economía mundial. A principios de los ochenta, el total de activos financieros (acciones, bonos, préstamos, hipotecas) era aproximadamente igual al Producto Interno Bruto mundial (PIB), es decir, igual a toda la riqueza del planeta. Al final del 2005, era equivalente a 3,7 veces el PIB mundial, es decir, casi cuatro veces la riqueza global, lo que significa que no hay suficientes aviones, tomates, zapatos, trigo y leche, en el mundo, para hacer efectivo el valor de todos los activos financieros. Unos cuantos hombres de negocio tienen en sus manos la riqueza del planeta que se produce hoy y que se producirá en los próximos 4 años. En ese mismo período de tiempo, el valor nominal de los derivados financieros –que son instrumentos o contratos cuyo valor deriva del que tienen los activos financieros- representó tres veces el valor del total de activos financieros y 10 veces el PIB mundial (Lynn Walsh).

Lo que vemos claramente en los últimos años, es que los dueños del capital no solo han acumulado cada vez más riqueza, también han buscado mayores rentabilidades a través de la especulación financiera y menos en la producción real. Esto porque de alguna manera, el ciclo de negocios en la economía no financiera se ha ido reduciendo y estrangulando, entre otras cosas, por la creciente concentración de la riqueza que limita la expansión de la demanda y por la disminución de la productividad de los ecosistemas naturales al ser sometidos a sobre explotación. Todo ello reduce la tasa de ganancia en la economía real empujando a los capitalistas hacia la especulación financiera. Esto, a su vez, refuerza la perdida de dinamismo de la economía real al reducirse las inversiones pues el capital migra hacia el mercado financiero.

Vemos claramente cómo la avaricia se ha desplegado por el mundo sin cortapisas y cómo ello ha desviado una riqueza gigantesca de la producción real y útil, tangible o intangible, para sustentar una orgía miserable y cruel de lucro y acumulación, mientras el desempleo, la pobreza, el hambre y la desigualdad cunden como reguero de pólvora. Dato curioso y francamente insultante: para combatir la hambruna que aqueja a más de 800 millones de personas, las naciones del mundo recolectaron 16 mil millones de dólares, mas, para resolver la crisis financiera del Wall Street el gobierno estadounidense asignó 700 mil millones de dólares –amén de todos los gastos que ya ha hecho ese país y otros del mundo desarrollado que suman una cifra similar-, es decir, 44 veces más para continuar el desenfreno absurdo de Wall Street que para enfrentar el hambre de los más necesitados ¿Perro mundo no?

El Detonante de la Crisis: las Hipotecas Subprime

Como se ha repetido hasta el cansancio, a esta crisis se le ha denominado la crisis subprime y dice relación con préstamos hipotecarios que hizo la banca norteamericana a personas que eran incapaces de hacer frente a sus obligaciones. Como sabemos, en el año 2001 hubo otra crisis financiera conocida como la “burbuja Internet” que se desarrolló debido a la entrada exitosa en las bolsas de comercio de las empresas de Internet -en Estados Unidos con Yahoo y Amazon y en España con Terra- gracias a las elevadísimas expectativas de negocio que se basaban en proyecciones demasiado optimistas en cuanto al número de usuarios que se iban a captar. Pues bien, éstas no se materializaron, lo que llevó a la caída del financiamiento y fue causa de otra crisis de liquidez. Entonces, la Reserva Federal –el Banco Central de Estados Unidos- para aportar liquidez al sistema hizo caer en dos años el precio del dinero desde un 6,5% a un 1%, lo que constituyó un fuerte incentivo para expandir el crédito, dado el bajo costo que la Reserva Federal le cobraba a los bancos y a los fondos de inversión por el dinero prestado. Esto favoreció el mercado inmobiliario y contribuyó a que, en 10 años, el precio real de las viviendas se multiplicara por dos en Estados Unidos, gracias a la mayor demanda que la disponibilidad de préstamos favorecía.

Si a lo anterior agregamos el hecho de que, durante años, las tasas de interés vigentes en los mercados financieros internacionales han sido considerablemente bajas, podemos entender la necesidad de los bancos por aumentar la oferta de créditos para compensar la disminución de sus márgenes de ganancia que significaba la caída de la tasa de interés. La racionalización lógica de la expansión de créditos inmobiliarios a personas insolventes era muy simple: como son más riesgosos, les cobramos más interés y si pagan, bien, pero si no pagan nos quedamos con las casas cuyos precios considerablemente más altos nos permitirán recuperar el dinero prestado y ganar un excedente. El error es obvio, los precios de las casas estaban siendo empujados hacia arriba, entre otras cosas, por el aumento de los créditos hipotecarios de mala calidad que hacían subir la demanda y, en consecuencia, el precio y la oferta futura de casas. Es decir, un boom inmobiliario artificialmente construido. Estos créditos hipotecarios se denominan hipotecas subprime, en contraposición a las denominadas hipotecas prime que tienen muy bajo riesgo de insolvencia, puesto que sus deudores son clientes con trabajo, activos e ingresos estables.

Ahora bien, el aumento en el número de operaciones de los bancos, no lo podían solventar cos sus propios recursos, por lo que, gracias a la Globalización que mantiene en línea a todos los mercados financieros del mundo, pudieron recurrir a la banca internacional para obtener los fondos necesarios. Esto, en virtud del mercado interbancario -que es donde los bancos se prestan dinero unos a otros. Sin embargo, con ello debilitaban el cumplimiento de las llamadas Normas de Basilea que le exigen al banco un capital no inferior a un determinado porcentaje de sus activos –en los que se incluyen los préstamos que otorgan. Eso fue precisamente lo que estaba ocurriendo: el aumento en los créditos hipotecarios de alto riesgo les hacía quebrantar dichas normas. Para salvar la situación, los bancos actuaron implementando dos operaciones articuladas mutuamente: primero, creando los denominados conduits, que consisten en filiales de los bancos bajo la forma jurídica de fondos de inversión que, gracias a la normativa hoy vigente, no estaban obligados a mostrar balances consolidados con los bancos que los habían creado y que pertenecían al mismo dueño; segundo, creando la llamada “Titulación” que consiste en la invención de un nuevo instrumento financiero que no es nada más que un paquete de deudas hipotecarias, en los que se mezclaban tanto las prime como las subprime. En consecuencia, ahora el banco tenía un conjunto de nuevos instrumentos que se denominaban MBS (Mortgage Backed Securities) y que consistían en un conjunto de obligaciones garantizadas por la hipoteca de los inmuebles y que no eran más que canastas que agrupaban créditos de distinta categoría de riesgo. La gracia es que esto hacía que los MBS tuvieran un riesgo menor que las hipotecas subprime por si solas, dado que promediaban su riesgo con el de las prime.

Con estos dos inventos financieros, el banco hacía que los fondos de inversión (sus conduits) compraran dichos instrumentos MBS y de esa manera lograba reducir mágicamente la vulnerabilidad en su cartera de créditos y aumentar la relación entre su capital y los créditos otorgados. Esto porque le vendían su cartera de clientes a sus fondos de inversión. Lo absurdo es que el banco y los fondos de inversión le pertenecían al mismo dueño, pero, de esa manera lograban cumplir con las Normas de Basilea. A su vez, estos fondos de inversión, mediante los créditos interbancarios conseguían los recursos para comprar los MBS y, por otra parte, vendían estos MBS a otros fondos de inversión, sociedades de capital de riesgo, aseguradoras, financieras, sociedades patrimoniales y administradoras de fondos de pensión.

Ahora bien, para que todo esto pudiese operar “limpiamente” se requería del apoyo de las clasificadoras de riesgo, es decir, tenían que ser bien evaluados por las agencias de rating, que califican en función de la solvencia de los instrumentos financieros. Para vender los MBS altamente riesgosos a operadores como las sociedades de capital de riesgo, las AFP u otros fondos que buscaban rentabilidades más altas, entre otras razones porque eso implicaba recibir comisiones según la rentabilidad obtenida, los bancos conseguían de las agencias clasificadoras de riesgo, una recalificación de los instrumentos financieros. Para ello procedían a una nueva “Titulación” o reestructuración, esta vez de los MBS, creando nuevos paquetes pero de MBS que se denominaban tranches. Aquellos con mayor probabilidad de pago eran reclasificados en categoría AAA, es decir, con el menor riesgo, los más solventes. Estos MBS ordenados en tranches fueron rebautizados como CDO (Collateralized Debt Obligations), es decir, deudas colaterales pues se apoyaban en las características de otras deudas. El cuento sigue, puesto que con estos CDO creaban otros instrumentos como los CDS (Credit Default Swaps) ofreciendo más y más intereses sobre deudas hipotecarias de dudosa credibilidad.

Todas estas operaciones tenían como punto de partida, o como hipótesis, el que las hipotecas subprime se iban a pagar y que el boom inmobiliario en Estados Unidos no se detendría jamás, aumentando constantemente el precio de los inmuebles. No obstante, a principios del 2007, los precios de las viviendas norteamericanas se desplomaron. Los deudores hipotecarios se dieron cuenta que estaban pagando por sus casas más de lo que ahora costaban y no pudieron o no quisieron seguir pagando sus deudas. Automáticamente, nadie quiso comprar MBS, CDO o CDS, y quienes ya los tenían no pudieron venderlos. Pérdida total. La crisis de credibilidad se instaló inmediatamente y los bancos debieron recurrir, una vez más, a los prestamos interbancarios, pero, o no conseguían créditos o lo hacían a tasas muy altas. En consecuencia, se produjo la temida crisis de liquidez, es decir, no había dinero, por lo que no se otorgaban créditos ni hipotecas, caía la demanda de las empresas constructoras, caía el precio de sus acciones en bolsa, empezaba a subir la tasa de interés y los deudores habitacionales empezaban a pagar más por la deuda, a las empresas menos solventes se les cerraba el acceso al crédito, los bancos se quedaban sin recursos y empezaban a vender acciones, bonos, edificios, y todo esto empezaba lentamente a repercutir en los precios y la demanda global, por lo que comenzaba a aumentar el desempleo, la inflación y a caer toda la actividad económica real. Es decir: recesión.

Las Causas Profundas de la Crisis

Muchos han sostenido que la causa de la presente crisis financiera es la denominada burbuja hipotecaria subprime. No obstante, eso solo corresponde al detonante de la crisis. Sus causas profundas dicen relación con el proceso de desregulación del mercado financiero, el comportamiento de las clasificadoras de riesgo y la conducta observada por los bancos centrales del mundo.

En el sector financiero existe un conjunto de fondos de inversión libre no reglamentados que apuestan a productos financieros con un elevado riesgo -conocidos como hedge funds- y un grupo de bancos de inversión autorizados a realizar operaciones en el mercado de capitales. Ambos hoy representan más de la mitad de todo el crédito, mientras que los bancos tradicionales están cada vez más comprometidos en acciones especulativas no reguladas, tales como los mecanismos de “Titulación” que no están obligados a informar en sus balances. Estas operaciones que cuentan con la complicidad de las autoridades políticas, fueron autorizadas por los cambios en la legislación gubernamental -la llamada “desregulación financiera”- al punto que hoy, la principal actividad de los bancos de inversión y de los hedge funds es comprar y vender deuda entre ellos mismos, obteniendo como es obvio, alguna ganancia entre cada operación. A esto ha contribuido, también, el desarrollo de la informática y de las telecomunicaciones que permiten operaciones financieras en línea y las 24 horas del día a través de todo el mundo.

No obstante lo anterior, tal como lo sostiene Lynn Walsh, el factor más importante es de carácter político e ideológico. La “desregulación financiera” se inscribe en el cambio ideológico que operó durante las últimas tres décadas del pasado siglo, cuando se abandonaron las políticas económicas de inspiración liberal-keynesiana y se asumieron las recomendadas por la Escuela de Chicago de Milton Freidman. Una suerte de retorno a las políticas liberales de principios del siglo XX. Así también, es el resultado de la imposición asimétrica de las fuerzas políticas pro capitalistas en la mayor parte del mundo occidental y de la abdicación –y en muchos casos subordinación- de gran parte de las fuerzas políticas no capitalistas a la lógica del capital. La “desregulación financiera”, es la hija predilecta de esas políticas económicas ultraliberales que han provocado las diferentes crisis que ha enfrentado el mundo en los últimos 30 años y, particularmente, la crisis subprime en curso. El mismísimo Fondo Monetario Internacional, en 1998, sostenía que las crisis que han llegado a tener efectos globales, se explican por los procesos de desregulación y liberalización financiera, así como por la innovación en los mercados de capitales de finales del siglo pasado y principios del siglo XXI, a más de otros causas.

Girón y Correa sostienen que, entre los cambios financieros estructurales más importantes ocurridos en los últimos 30 años, es posible señalar: el acortamiento de los plazos en depósitos e instrumentos financieros y el desarrollo de un activo mercado secundario de títulos, lo que ha reducido considerablemente el plazo para la realización de la ganancia; el crecimiento de las prácticas de “Titulación” del crédito; el enorme crecimiento de las operaciones “fuera de balance” de los bancos, en particular con el uso de instrumentos derivados y la administración y el comercio de títulos de deuda; y el fortalecimiento de los fondos de inversión con un alto grado de concentración de activos financieros en manos de unos cuantos administradores que pueden mover grandes volúmenes en muy corto plazo. Todas estas transformaciones han conducido a características muy preocupantes del sistema financiero internacional, una de las cuales es la falta de transparencia, ya que nadie conoce realmente cuales son los riesgos asociados a las inversiones Otra característica aterradora que daña un fundamento crítico del sistema bancario –la honorabilidad de los compromisos, es decir, la certeza de que las deudas se pagan- es la separación entre los acreedores de deuda y quienes las arbitran, es decir, entre quienes las deben cobrar -los bancos- y los que transan títulos basados en esas deudas en mercados secundarios –los fondos o conduits- bajo el predicamento de que cuando una deuda está asegurada y se vende, no tiene ninguna relevancia el hecho de que los deudores originales estén capacitados o no para pagar dichas deudas.

Según John Hoefle, la desregulación del sistema financiero estadounidense –que regenta a los mercados financieros del mundo- permitió que se fueran eliminando de manera sistemática las medidas legislativas proteccionistas que resultaron de la lucha política del presidente Roosevelt en contra los banqueros internacionales en los años treinta. Hoefle recuerda que, en 1993, la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), institución gubernamental responsable de regular los mercados a futuro, determinó que las transacciones de derivados efectuadas fuera de los mercados de valores, estarían exentas de toda regulación. Esto incluía operaciones de futuro de cualquier tipo, entre ellos los relacionados con los energéticos. Así también, en el 2000, se aprobó la Commodities Futures Modernization Act que dejó a ciertos derivados financieros huérfanos del control gubernamental y sin la supervisión de la CFTC.

Otra importante modificación que “desregulaba” la actividad financiera, mediante el eufemismo de la modernización de los servicios financieros, fue la Financial Services Modernization Act de 1999, que representó el mayor cambio en la regulación del sistema financiero norteamericano desde 1930. Esta ley creaba un nuevo tipo de entidades financieras denominadas Financial Holding Company (FMC), autorizadas para llevar a cabo actividades en valores, banca, seguros, así como también, en cualquier actividad calificada como financiera. De esta manera se quebrantaba la separación entre la banca comercial y la banca de inversión que estableció la Banking Act de 1933, debido a que en la época de la Gran Depresión, un gran número de quiebras bancarias se atribuyeron a la actividad especulativa de los bancos en el mercado de valores.

El economista Emilio Ocampo agrega, además, que en el año 2004 fue relajada la norma que obligaba a los bancos de inversión como Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Lehman Brothers y Bear Stearns, a mantener una relación mínima entre endeudamiento y patrimonio. Esto llevó a que en el período 2003/07, la relación endeudamiento sobre patrimonio de Morgan Stanley pasara de 23 a 32 y lo mismo ocurrió con los otros bancos. En contraste, a fines de 2007, la deuda total de un banco comercial como JP Morgan (supervisado por la Reserva Federal) no excedía 12 veces su patrimonio.

Según el informe Nº 78 del Banco de Pagos Internacionales (BPI) “es innegable que los cambios en el sistema financiero a lo largo de los años también han contribuido de forma importante al desenlace de los acontecimientos. En concreto, las numerosas innovaciones relacionadas con la propagación del modelo financiero basado en originar y distribuir riesgos han tenido una enorme influencia. Innovaciones recientes como los productos financieros estructurados se consideraron en un principio una buena manera de repartir los riesgos asumidos. Sin embargo, la forma en la que se introdujeron empeoró significativamente la calidad de la calificación del crédito en muchos mercados y produjo una clara falta de transparencia, lo que acabó generando una enorme incertidumbre sobre el volumen real de las pérdidas y su distribución. En efecto, las innovadoras técnicas financieras de «empaquetamiento» y redistribución de riesgos hacían que éstos fueran más costosos pero menos probables, al menos durante algún tiempo. En la práctica, esto suponía que los riesgos inherentes a los nuevos préstamos parecían desaparecer, elevando con ello las calificaciones, hasta que reaparecían de repente al materializarse una pérdida totalmente inesperada”.

El ya legendario premio Nobel de Economía, Paul Samuelson, autor de textos de estudio que muchos economistas debimos revisar y aquilatar en nuestro años de estudio, en un artículo publicado por el diario El País en enero pasado, afirma que cuando Bush se hizo con la presidencia en el 2000 y los republicanos obtuvieron mayoría en las dos Cámaras del Congreso, el "conservadurismo compasivo" de Bush se tradujo en compasivos regalos fiscales a los plutócratas, además de una nueva desregulación de la contabilidad empresarial que les permitiría ocultar las pérdidas y exagerar los beneficios, mediante un manejo de los balances que violaban las estrictas normas de contabilidad creadas en los años anteriores a Bush. El profesor Samuelson continúa diciendo que “las bancarrotas y las ciénagas macroeconómicas que sufre hoy el mundo tienen directa relación con los chanchullos de ingeniería financiera que el aparato oficial aprobó e incluso estimuló durante la era de Bush”.

No menos importante ha sido el rol de los bancos centrales. El papel que éstos desempeñaron jugó también un factor crítico en esta crisis, puesto que, utilizando el mecanismo de tasas de interés anormalmente bajas, proveían a los grandes operadores con dinero fresco y a bajo costo para sus operaciones. Recuérdese que los bancos centrales actúan como prestamistas del sistema bancario y financiero, para lo cual establecen una tasa de interés que actúa como referente para las operaciones de crédito. En particular, la Reserva Federal –el Banco Central estadounidense- cada vez que se enfrentaba a una amenaza de inestabilidad, respondía con nuevas inyecciones de liquidez. Alan Greespan –largo tiempo a la cabeza de la Reserva federal- fue el artífice de esta política que hoy continúa Ben Bernanke. Por otra parte, la deuda de los gobiernos ha sido una de las bases más importantes para el crecimiento de los activos financieros. Algunos sostienen que el crecimiento del período 2001/07 fue alimentado por las bajas tasas de interés de Greenspan y los enormes déficits fiscales de Bush que hacían subir los títulos y los volúmenes de endeudamiento en el sistema financiero. Así también, el Banco Central Europeo, ha ido inyectando liquidez monetaria para que los Bancos puedan tener dinero.

Torres López sostiene que los bancos centrales son en parte responsables de la crisis, en primer lugar porque a ellos corresponde la labor de vigilar la situación del negocio bancario, la de advertir del riesgo y prevenir sus consecuencias. No son pocos los instrumentos que tienen para realizar dicha tarea y tampoco es despreciable la información de que disponen sobre la situación financiera real que se estaba generando, pero, eligieron la complacencia y el silencio frente a la creciente volatilidad y el peligro cierto de recesión mundial que se estaba incubando; y en segundo lugar, porque los bancos centrales han utilizado la política monetaria -que es un instrumento de política económica- exclusivamente para controlar la inflación, olvidándose de cualquier otro objetivo, como el crecimiento de la actividad o el empleo, y han actuado como un soporte del sistema financiero aportándole liquidez para el negocio especulativo.

Como sostiene el Banco de Pagos Internacional (BPI), en los últimos años se han puesto claramente de manifiesto una serie de tendencias económicas y financieras inusuales, tales como el rápido crecimiento del dinero y del crédito, en el contexto de una inadecuada valoración del riesgo en forma generalizada. Las elevadas tasas de crecimiento monetario y crediticio registradas en todo el mundo por un largo período, entre otras causas, son el resultado de una política monetaria basada en tasas de interés oficiales extraordinariamente bajas en los últimos tiempos, en comparación con sus niveles de posguerra, lo que fue posible gracias a la mayor credibilidad que han tenido los bancos centrales durante los últimos años.

Por otra parte, en esta crisis, las agencias clasificadoras de riesgo han sido francamente incompetentes o han incurrido en graves conflictos de intereses. Las aseguradoras de deuda que actúan como aval en todas las emisiones de deuda –denominadas Monline porque esa es su única actividad- que comenzaron asegurando deuda pública de instituciones oficiales en Estados Unidos y que desde hace algunos años decidieron ampliar su negocio y lanzarse a las emisiones privadas, avalando cualquier tipo de bono o instrumento financiero estructurado como los MBS, CDO o CDS, han perdido credibilidad y, en consecuencia, valoración en las bolsas de comercio. A estas incluso se les acusa de estar muy implicadas en el negocio y eso explica el que no les interesara mostrar la verdadera y peligrosa naturaleza de los títulos e instrumentos financieros.

El descontento en contra de estas clasificadoras de riesgo se extiende por todo el orbe, puesto que fueron incapaces de prever el riesgo y siguieron clasificando con nota AA (de bajo riesgo) a instrumentos financieros contaminados con las hipotecas basura. Clasificadoras de riesgo como Moody's y Standard and Poor's, entre otras, otorgaron las calificaciones más altas (AAA) a instrumentos financieros que tenían como respaldo los famosos créditos subprime. Lehman Brothers –el gigante banco norteamericano caído recientemente- ostentaba una clasificación de bajo riesgo (AA) a pocos días de su estrepitosa quiebra. Las aseguradoras de riesgo norteamericanas más grandes del planeta – Fitch, Standard & Poor's y Moody's- han sido responsabilizadas por parlamentarios estadounidenses de la crisis y sus consecuencias. Más crudo fue The Wall Street Journal, quien ha señalado que estas aseguradoras no solo empujaron la crisis, sino que ganaron mucho dinero con los títulos contaminados con las hipotecas subprime. Las clasificaciones máximas de estos instrumentos financieros que otorgaban estas clasificadoras, les permitieron vender y colocar esos “instrumentos basura” a los bancos de inversión, a cambio –como no- de cuantiosas tarifas de mercado.

Duración de la Crisis

Ignacio Ramonet, citando al editorialista Martin Wolf del Financial Times, nos informa que las estimaciones van entre veinte años si tenemos suerte o menos de diez años si las autoridades actúan con mano firme. La verdad es que la dimensión del problema no está bien calibrada, aún hay mucha incertidumbre y eso se refleja en el frenético subir y bajar de las bolsas. Tampoco se sabe quienes son todos los afectados, cuántos bancos, cuántas AFP, cuántos fondos de inversión.

Claramente, la duración de la crisis dependerá del monto de las pérdidas que podrían acontecer en el curso de ésta. Lynn Walsh, citando el libro de Morris “The Trillion Dollar Meldown”, sostiene que sólo las pérdidas por las hipotecas subprime ascenderían a 450 mil millones de dólares, aunque hoy se sabe que es una estimación baja por los montos que ha invertido el gobierno norteamericano en sostener el mercado financiero. Para las empresas estima pérdidas potenciales mayores a 345 mil millones de dólares; en tarjetas de crédito las pérdidas ascenderían a 215 mil millones de dólares. En total, un billón de dólares en pérdidas o riqueza esfumada. Si a esto se agregan las pérdidas potenciales de los CDS –las deudas colaterales- y que son difíciles de precisar, no quedarían muchas ganas de seguir contando, dado que, cualquier cifra que se aventure no debería dejar de considerar que el valor nominal de éstos asciende a la escalofriante cifra de 45 billones de dólares. Es por ello que Morris sostiene que si caen los CDS “nos enfrentaríamos a una trombosis completa del sistema de crédito” y que, dado el volumen, no tiene sentido tratar de estimar la magnitud de las pérdidas. Para mayor abundamiento, Morris sostiene que una crisis caótica, convulsiva, un desastroso colapso del sistema financiero, podría producir pérdidas de hasta 3 billones de dólares.

Las medidas de solución

Las crisis financieras son difíciles de evitar en el marco del desarrollo capitalista, más aún en el contexto de un capitalismo con un sistema financiero hipertrofiado. El viejo dicho “la ambición rompe el saco” se aplica matemáticamente a este capitalismo financiarizado, aunque acá debemos hablar de bolsas y no de saco. La ambición desmedida e incontrolada es el caldo de cultivo para estas crisis monumentales, en donde las actividades especulativas no sólo son el pan de cada día, también se muestran como las actividades más legítimas, técnica, política y moralmente. Sin embargo, existen los instrumentos de política económica y los mecanismos institucionales y jurídicos que pueden corregir y contener dichas crisis. Eso fue lo que se aplicó en los años treinta como resultado de la Gran Depresión: todo un sistema institucional y de regulación económica cuyo desmantelamiento ha provocado la crisis en curso. Entre otras medidas, habría que considerar impuestos a los flujos de capital internacional, sistemas de encaje que obligaran a los capitales golondrina de corto plazo a mantener un porcentaje de sus capitales en los países de destino de sus inversiones, lo que encarece y castiga las inversiones especulativas; eliminar los famosos paraísos fiscales, obligar a los bancos a la transparencia mediante el término de las operaciones “fuera de balance” que los habilita para ocultar operaciones riesgosas; crear instituciones estatales dedicadas a la clasificación de riesgo que impida los conflictos de intereses. En definitiva, más control y regulación por parte de las instituciones públicas que aseguren el interés ciudadano por sobre cualquier otro objetivo político. No está lejos el día en que vuelvan, en gloria y majestad, las leyes antimonopolio que nunca debieron ser abandonadas.

Esto es, nada más, lo que propone Michael Moore con su especial modo de comunicarse, al exigir que “todas las regulaciones deben ser restauradas” y decretar la muerte de la revolución Reagan quien señalara como marco de sus políticas de desregulación que “El problema no es el Estado, el Estado es el problema”. En concreto Moore propone para los Estados Unidos la revocación de la Financial Services Modernization Act de 1999, promulgada por Clinton y promovida por el senador republicano Phil Gramm, principal asesor económico del candidato republicano John McCain. Esta propuesta es muy probable que sea bien acogida en un eventual gobierno demócrata encabezado por Barack Obama.

En lo inmediato, sería posible poner en juego el poder acumulado por los Fondos Soberanos de inversión, creados por los Estados y bancos centrales con recursos procedentes principalmente del petróleo y del gas. Rusia, Noruega, algunos países asiáticos y los Emiratos árabes, han constituido este tipo de fondos cuya envergadura se estima en 3 billones de dólares. Tienen su origen en los años cincuenta bajo la idea de constituir un “fondo para las futuras generaciones” y tienen, como sostiene Ibrahim Warde, características, objetivos y modos de funcionamiento diferentes a los que rigen los fondos especulativos responsables de la presente crisis. Esto y su poder financiero, los hace funcionales a objetivos político-estratégicos distanciados del desenfreno especulativo que caracteriza la economía finaciarizada. De hecho, ya han estado jugando un papel importante en la política de salvataje de los bancos caídos en desgracia a lo largo de los últimos trece meses que ha durado la crisis subprime. Como destaca Warde, en noviembre del 2007, el fondo ADIA de los Emiratos Árabes Unidos compró el 4,9% de Citigroup, primer banco mundial; dos semanas más tarde, el fondo GIC de Singapur inyectaba 10.000 millones de dólares en el grupo suizo UBS, décimo banco mundial. En diciembre del mismo año, el fondo soberano chino CIC adquirió el 9,9% del capital del gran banco de negocios Morgan Stanley; Merrill Lynch recibió 4.400 millones de dólares del fondo Temasek de Singapur. Esto entre otras operaciones que están realizando estos fondos y que hoy, a la luz de la flagrante incapacidad del mercado financiero de resolver los problemas que ha creado en el marco de la desregulación, podrían ser hábil y políticamente utilizados para ordenar el comportamiento de los flujos de inversión internacional.

Otra de las importantes reformas que deberían implementarse, dice relación con las políticas salariales de los altos ejecutivos. Emilio Ocampo sostiene que las compañías y bancos también deberán cambiar su cultura y su estructura de compensaciones y bonos, ya que es improbable que estas instituciones puedan seguir pagando a sus ejecutivos y a sus empleados el 50% de sus ingresos. En la misma dirección Moore exige que “ningún ejecutivo debiera ser pagado más de 40 veces lo que gana su empleado promedio”. Las cifras de Moore son estremecedoras: en 1980, el presidente promedio de una compañía ganaba 45 veces lo que ganaban sus empleados; en el 2003 ganaban 254 veces y ahora, después de la era Bush, cobran 400 veces, mientras en Gran Bretaña, el presidente de una compañía promedio gana 28 veces lo que recibe un empleado típico y en Japón sólo 17 veces.

Conclusiones

En un artículo de Victor Ramos, titulado “Derecho a alimentarse, derecho a rebelarse”, se sostiene que hace muy poco tiempo, cuando las bombas caían en Irak, en marzo del 2003, las bolsas internacionales, principalmente las europeas y Wall Street, reaccionaban con euforia y que esto habría llevado a reconocer a dirigentes del Partido Popular español (PP), que España había perdido una gran oportunidad al retirar las tropas. La búsqueda de beneficios exorbitantes ha llevado al mundo a un retroceso gravísimo en la estructura de valores que orienta el quehacer humano y ello tiene implicancias monumentales haciendo crecer la desigualdad, la pobreza y la destrucción de los ecosistemas naturales del planeta, incrementando exorbitantemente el índice de dolor y sufrimiento de miles de millones de personas. Cuando la humanidad vuelva a encontrar su centro y se restauren ciertos valores y virtudes humanas que han sido enviadas a la zona de castigo en el curso de los últimos treinta años, muy probablemente lo que ocurre
en Wall Street será incorporado al grupo de las grandes calamidades de la historia humana, como lo fueron los campos de concentración nazis, el estalinismo, las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki, el SIDA, el hambre africana y las dictaduras latinoamericanas, entre muchas otras.

Mientras tanto, si bien esta crisis no sea aquella tan esperada por el pensamiento de izquierda tradicional como la “crisis terminal del capitalismo”, al menos esperemos que Ignacio Ramonet, uno de los editores de Le Monde Diplomatique, tenga razón cuando sostiene que el derrumbe de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín, con lo que se terminaría con la era iniciada con Ronald Reagan en 1981, poniéndole fin a la “edad de oro” de Wall Street. Si esto ocurre sería todo un logro y un progreso para la humanidad, pero, tal como lo sostiene Paul Samuelson, todo el mundo sabe que, hoy en día, el dinero sirve para comprar votos legalmente. Por eso los realistas matizan su optimismo con cierta cautela.

Referencias:
- Ignacio Ramonet, El fin de una era del capitalismo financiero. http://www.attac.es/portalattac/index.php?option=com_content&task=view&id=338&itemid=1
- Fernando A. Torres, Armagedón desciende sobre el “libre mercado”. http://elmapocho.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=543&Itemid=53
- Michael Moore, Cómo arreglar el lío en Wall Street. http://viejoblues.com/Bitacora/michael-moore-como-arreglar-el-lio-en-wall-street
- Leopoldo Abadía, La Crisis Ninja. http://leopoldoabadia.blogspot.com/search/label/%2B%20ANEXO%201%20Crisis%20NINJA
- Victor Ramos, Derecho a alimentarse, derecho a rebelarse. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73607
- Alicia Girón y Eugenia Correa, Mercados financieros globales: desregulación y crisis financieras. http://www.ub.es/prometheus21/articulos/nautas/25.pdf
- Banco de Pagos Internacional, BPI, Informe Nº 78. http://www.bis.org/publ/arpdf/ar2008_es.htm
- Clara Elena Parra y Natalia Salazar, La Crisis Financiera y la Experiencia Internacional. http://www.colombiestad.gov.co/index.php?option=com_linkdirectory&task=report&id=1250&Itemid=52
- John Hoefle, La lección de la debacle de Enron: debe restablecerse la regulación. http://www.larouchepub.com/spanish/other_articles/2002/DebacleEnron.html
- Emilio Ocampo, Réquiem para Wall Street. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1055061
- Ibrahim Warde, Los “fondos soberanos” absorben bancos. http://www.lemondediplomatique.cl/Los-fondos-soberanos-absorben.html
- Lynn Walsh, Economía mundial: Una crisis pronosticada. http://mundosocialista.net/2008/06/17economia.html
- Alicia Girón González, Crisis financieras: causas y efectos. http://www.eumed.net/libros/2005/agg/2.htm
- Juan Torres López, Diez ideas para entender la crisis financiera, sus causas, sus responsables y sus posibles soluciones. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55925
- Paul A. Samuelson, Bush y las actuales tormentas financieras. http://www.elpais.com/articulo/opinion/Bush/actuales/tormentas/financieras/elpepiopi/20080128elpepiopi_4/Tes

Marcel Claude es Economista. Director de Arena Pública, plataforma de opinión de Universidad ARCIs.


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Revoluciones · Revista Electrónica · Número 24




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Destacan independencia de Latinoamérica ante crisis económica

Caracas, 7 oct (PL) Los países de América Latina son en estos momentos más independientes y toman sus propias decisiones ante situaciones complejas como la actual crisis económica mundial, resaltó hoy el diputado venezolano Saúl Ortega.

En conferencia de prensa a propósito del seminario La integración energética y su impacto en la geopolítica mundial, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional indicó que el continente tiene modelos propios para enfrentar el problema sin esperar órdenes de las grandes potencias.

Un simple estornudo en la economía de Estados Unidos ya no es una gripe para las naciones latinoamericanas como alegan muchos especialistas, recalcó el parlamentario quien añadió que ahora el país norteamericano tiene neumonía y fiebre.

Ortega enfatizó que América Latina marcha con sus propias dinámicas, y en ese sentido resaltó el surgimiento del Banco del Sur y el desarrollo de mecanismos de integración como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Puntualizó que esas estructuras resultan correctas para solucionar muchos problemas frente a una crisis, “la cual es compleja y nadie puede predecir sus consecuencias”.

Cada vez más impulsamos medidas para favorecer a nuestros pueblos, subrayó al criticar la decisión del gobierno estadounidense de proteger la fortuna de unos pocos ricos en detrimento de la vida de los ciudadanos.

Nunca, aseveró, someteríamos de hambre y miseria al pueblo para favorecer a una minoría.

Al mencionado seminario, a celebrarse en esta capital entre el 9 y 11 de octubre, confirmaron su presencia representantes de los países miembros del MERCOSUR y Venezuela.


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07 octubre 2008

Nuevo blog de la Revista Electrónica Revoluciones


Les mando un saludo a todos nuestros amigos y lectores. Este es el último mes que tengo cubierto el internet y pues como hemos dicho, entre todos vamos a decidir el futuro del blog Revoluciones, lo más seguro es que para noviembre tengamos que vernos en la necesidad de cambiar nuestra forma de trabajo. Ya saben que sigue abierta la encuesta para que participen y para el día que tengamos que decidir el futuro del blog su voz sea tomada en cuenta. Hasta ahora hay una marcada preferencia porque el blog siga y se me ayude económicamente, gracias a la gente que ha elegido ese voto, pero también quiero decirles que no hemos recibido aún ningún tipo de depósito y ayuda económica, al menos no hasta el momento.

Más allá de que voten por ayudarme y en los hechos la ayuda no llegue para noviembre, he tomado como medida preventiva armar el nuevo blog de la Revista Electrónica Revoluciones, la idea es que además de la versión ON LINE en server y el formato PDF, sigamos comunicando por medio de Blogger a los actuales lectores de RevolucionesMX. También si la gente decide que sólo trabajemos como revista electrónica, entonces el actual RevolucionesMX cerraría para dar lugar a este otro nuevo blog, repito, esto es tentativo, como medida preventiva, todo lo decidiremos juntos en noviembre, así es que por ahora no se preocupen, más bien vayan conociendo la nueva plataforma de trabajo de la Revista Electrónica, dicho blog siga o no el blog RevolucionesMX en funcionamiento, el nuevo estará disponible para todos ustedes y se actualizará desde luego, cada quince días que es cuando sacamos el nuevo número de la revista electrónica.

Gracias por su atención, sigan votando y pues ya saben que si tienen algún dinerito para aportar es bienvenido, de no tenerlo, no se preocupen, tenemos alternativas para que este proyecto no cierre y siga con vida.

Atte. Sam García


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Irak: Estados Unidos financiará programas noticiosos favorables a Occidente

El Pentágono invertirá 300 millones de dólares en los próximos tres años para producir programas noticiosos favorables a Occidente para los medios iraquíes, informó el Washington Post.

El Pentágono firmó la semana pasada contratos con cuatro compañías privadas para esta tarea, informó el diario.

El ejército estadounidense espera que el plan extienda mucho tiempo en el futuro sus "operaciones psicológicas y de información" en Irak, incluso si la violencia parece estar diminuyendo y si las tropas estadounidenses empiezan a retirarse.

La decisión constituye un reflejo de una nueva manera de pensar en Estados Unidos sobre el papel del ejército en la guerra de las ideas, como resultado de una doctrina contrainsurgente en la que el control de la información es considerado un elemento clave para el éxito.

Especialistas en comunicación uniformados y contratistas ya forman parte integral de las operaciones militares estadounidenses desde Europa Oriental hasta Afganistán y más allá.

Irak, en donde se han gastado cientos de millones de dólares en tales contratos, ha estado suministrando las bases para la nueva estrategia.


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Nuevo presupuesto, viejos problemas

Jorge Meléndez Preciado

Desde el inicio del gobierno de Miguel de la Madrid (1982), en México se planteaban dos cuestiones fundamentales: la inseguridad y el empleo. Las crisis en las administraciones de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo dejaron herida la economía y dieron rienda suelta a los policías que hicieron de las suyas.

Veintiséis años después estamos peor. Los sexenios de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox han ahondado en los problemas mencionados para la conducción del país. Baste decir que en dicho cuarto de siglo es bien sabido que sólo uno de cada 100 delincuentes es aprehendido y en lugar de crear 1 millón de empleos cada año, si acaso se llega a 400 mil cada 365 días. Por ello, más de 500 mil compatriotas emigran, en ese lapso, a Estados Unidos.

El presupuesto del gobierno federal, dado a conocer por el desbordante Agustín Carstens, para 2009, si bien casi no aumenta en relación con el año anterior, si tiene un alza en los rubros aludidos: seguridad y gasto social. En el primero, la elevación será de 33 por ciento y en el segundo, especialmente en los programas sociales, aumentará 25 por ciento.

Las metas que anuncia Hacienda para el año que viene son un crecimiento económico de 3 por ciento y una inflación de 4 por ciento. Las cifras señaladas son importantes, pues en realidad estamos, no obstante lo que se diga, en una baja expectativa para aumentar los empleos: cuando mucho se podrían crear 350 mil plazas, lo que traerá como resultado que muchos vayan a la llamada economía informal (58 por ciento de las ocupaciones actuales). Otros seguirán saliendo del país, y algunos más se dedicarán a tareas nada recomendables.

Necesitamos una economía que aumente más del 5 por ciento, como se había dicho Felipe Calderón en la campaña electoral y luego, ya instalado en Los Pinos, en sus discursos: algo que no sucederá.

Cuando se supo que habría vientos turbulentos en Estados Unidos, los cuales podrían impactarnos seriamente, Felipe y Carstens dijeron: tenemos “un buque de gran calado”, el cual podrá surcar los mares embravecidos sin problemas. Ya vimos que no fue así, pues apenas tendremos un 2.4 por ciento de aumento económico, lo que no es irrisorio para las necesidades presentes.

Lo más grave es que si en este año el 34 por ciento del presupuesto se captaba de la venta petrolera, para el año que viene esa cifra llegará a 36 por ciento: que seguimos dependiendo de la exportación de crudo, por más que se insista en la diversificación de la economía o en las “grandes inversiones” que llegan del exterior.

Según el rubicundo Agustín, la situación de la economía ha sido más complicada de lo esperado. Era lógico y lo advirtieron innumerables voces, dentro y fuera del gobierno. Pero lejos de escucharlas, el problema se “intentó” resolver por medio de anuncios televisivos y declaraciones oficiales que pretendían hacernos sentir que teníamos un país ubicado entre los primeros cinco a nivel mundial (sic). La cruda realidad, una vez más, nos ha puesto en nuestro lugar.

Esta falsedad tampoco es nueva. Recuérdese que Salinas hablaba que llegaríamos a las ligas mayores con la entrada al TLC. Zedillo aseguraba al final de su mandato que íbamos por la ruta correcta y estaríamos en el primer mundo. Y Fox se vanagloriaba que teníamos una situación privilegiada en el orbe y avanzaríamos como nadie económicamente. Los tres insistían en que arreglarían la inseguridad rápidamente. Ahora volvemos a las mismas.

En Educación se otorga un aumento ridículo de 2 por ciento. Esto seguramente traerá recortes en universidades, institutos de educación superior y ciencia y tecnología. Lo que evitará a los jóvenes acceder a una licenciatura o continuar su preparación en sectores importantes de la investigación.

Extrañamente en Comunicaciones y Transportes, sector básico para aminorar la crisis –ya que la construcción genera muchos empleos–, hay una baja de 19 por ciento.

Y la inflación se podrá desatar próximamente: habrá un aumento en las gasolinas (50 por ciento) durante 2009. La situación que viene no es optimista. A prepararse se para una situación de crisis. No hay de otra.


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Finanzas Perniciosas para El Desarrollo

Taller de Economía Social y Políticas Públicas

Las grandes crisis económicas de la década de los 90' en México, Rusia y Brasil, así como la enorme quiebra que cada día va aumentando en Estados Unidos, tienen como factor común al Sistema Financiero . La explicación de cómo un problema específico en la economía se va generalizando a otros sectores o países se describe a partir de un efecto denominado multiplicador , el cual está fuertemente presente en el Sistema Financiero . El multiplicador describe las interacciones entre personas o empresas e indica como, la simple compra de un producto en el mercado, desencadena una serie de acciones económicas vinculadas, que finalmente magnifican la operación inicial.

Cuando una persona realiza una compra, se identifican dos procesos. El primero se presenta cuando el comprador adquiere la mercancía, lo que constituye una venta para la empresa; y el segundo se muestra cuando a cambio de la mercancía el comprador paga por ella, dicho pago representa un ingreso para el empresario, que en parte destina para el pago a los trabajadores y a los proveedores. En este punto es donde inicia la operación del efecto multiplicador. Derivado de la venta de las mercancías y de su correspondiente desprendimiento de los pagos a sus participantes, trabajadores y empresarios, se realizan nuevas compras, lo que se traduce en una rotación del capital; por lo tanto, cuando los particulares realizan compras, cuando el gobierno ejerce el presupuesto público o cuando las empresas realizan inversiones, en cada uno de estos casos, operan efectos multiplicadores que activan muchos procesos económicos y, a través de ellos, se logra un mayor crecimiento de la producción.

En la actividad financiera también existen muchos participantes y en los más recientes instrumentos financieros la red de interacciones es bastante amplia. Consideremos dos posibles situaciones. En una tenemos a un banco que financia la comercialización de un nuevo medicamento, pero resulta que es un fracaso, que las ventas no alcanzan a cubrir los costos, no se puede pagar el crédito y la nueva empresa cierra ¿Quiénes van a perder su dinero? En la segunda tenemos el mismo medicamento y la misma empresa pero ahora la inversión se financia, no a través de un banco, sino a través de un mecanismo financiero que consiste en recolectar fondos entre personas que lo consideren un buen negocio, en este caso el multiplicador será mayor, y si corriera el mismo destino, las pérdidas serían compartidas por todos los inversionistas.

Cuando un banco da un financiamiento y resulta que la inversión no es rentable, entonces las pérdidas las tienen que absorber los dueños del banco, desde luego tratarán de compensar sus pérdidas, cobrando más intereses a sus clientes, aumentando sus comisiones, o, probablemente vendiendo las garantías, casas u otros bienes, que hayan comprometido los empresarios. Pero cuando el financiamiento de una actividad productiva se realiza por medio de un grupo de inversionistas, entonces al haber pérdidas en un proyecto donde se esperaban ganancias, los efectos negativos se observarán en muchos más ámbitos de la economía.

Cuando hay pérdidas los financieros tienden a preguntarse si otras inversiones no resultarán también con pérdidas, y tratan de vender los documentos que les permitirían cobrar las ganancias que esperaban por haber financiado nuevos productos, pues de no vender los documentos tendrían que asumir las pérdidas, pero los posibles compradores desconfían dado que conocen el riesgo existente. Las expectativas de ganancia y el riesgo, son dos factores de incertidumbre, que hacen tomar determinado tipo de acciones. Esta descripción se amplía en ocasiones fuera del país y esta desconfianza puede ser generalizada, especialmente cuando las empresas financiadas son muy grandes o muy antiguas, como ha sido el caso actual en Estados Unidos donde se registran bancarrotas en empresas de casi 200 años de existencia y con grandes montos por ventas, siendo estas empresas, supuestamente, las más sólidas y de mayor experiencia económica. Pero, si así les va a las grandes empresas ¿qué se podrá esperar de las pequeñas? Desde luego no se trata de falta de conocimiento sino de las malas prácticas empresariales que se aplican para generar altas tasas de ganancia en el menor tiempo posible.

El panorama se complica más dado que algunos financieros compraron seguros que podrían cobrar en caso de que sus inversiones resultaran con pérdidas. Ante los grandes problemas económicos de Estados Unidos se anuló la posibilidad de cobrar estos seguros, lo que significa que las aseguradoras están en quiebra y también los financieros. La respuesta que trata de dar el Gobierno de George Bush es ya conocida por los mexicanos, se trata de un rescate tipo FOBAPROA incluyendo la impunidad para quienes hacen malos manejos de las inversiones. Claramente Bush solicita 700 mil millones de dólares para el Proceso de Rescate al Sistema Financiero , pidiendo para quienes utilicen estos recursos que no haya ningún tipo de auditorias ni de llamados para explicar lo que se haga con dichos fondos.

El resultado es claro las ganancias que se generan en el Sistema Financiero, se destinan a los hombres con más millones en el mundo, pero si sus negocios van mal, entonces se venden las empresas quebradas a los gobiernos y se paga con impuestos, siendo que los dineros públicos deben destinarse a programas públicos para el desarrollo social. Las condiciones económicas en la actualidad dan la oportunidad para reabrir el caso FOBAPROA-IPAB en México que aún sigue vigente, ya que lo seguimos pagando los contribuyentes, pues durante todos estos años han salido millones del presupuesto de Hacienda hacia los bancos, en otras palabras, aún hoy seguimos pagando los malos manejos de empresarios y políticos.

Son muchos los temas que saltan con el manejo de la crisis económica, uno de ellos es el de las inversiones que las AFORES realizan en los sistemas financieros de México , de Estados Unidos y de otros países con dinero de los trabajadores. Los ahorros para el retiro son vitales para que una economía vaya por buen rumbo, la población mexicana sigue envejeciendo y a mayor edad resulta más difícil contratarse, es necesario garantizar que la población pueda obtener recursos para solventar su sobre vivencia. Las AFORES han reportado minusvalías por 63 mil millones de pesos en los últimos cinco meses, lo cual debe dimensionarse considerando cuantas familias podrían vivir con esos recursos.

Dicen, los financieros, que las minusvalías no son pérdidas, que cuando las cosas vayan mejor en el sector financiero vendrán los rendimientos positivos. Y se asevera que no son pérdidas ya que en el futuro se podrán recuperar esos 63 mil millones. Es un absurdo, claramente son pérdidas dado que se trata de un rendimiento negativo ¿Acaso alguien esperaba que le mandaran del banco o de su afore su estado de cuenta diciendo hoy tiene menos dinero que ayer ? Pero no son pérdidas, no se preocupen se llaman minusvalías.

* Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.


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