Tras todos los acontecimientos que se han ido desatando en la sociedad religiosa, me he puesto ha pensar que tipo de dios es aquel que ellos predican y dicen conocer, pues por lo que comprendo las acciones dejan más huella que millones de palabras que puedan emanar de nuestra boca, la misma Biblia dice en Santiago 1:22 que seamos hacedores de su palabra y no tan solamente oidores.
Una institución que como objetivo debe de tener acercar a Dios y darlo a conocer, es ahora una fuente de critica y aun peor de aquellos mismos que dicen tener esa fe ahora con vergüenza niegan creer en doctrinas de hombre y no de Dios.
Viene a mi mente una escena de cuando los niños eran presentados ante Jesús y sus discípulos molestos no permitían que los niños tuvieran este acercamiento, sin embargo, Jesús, figura central de muchas religiones, indignó por estas acciones exclamó: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” San Marcos 10:14.
Como notamos que contradicción, los lideres espirituales sin importar que nombre se les de, por sus actos pueden hacia los pequeños infundir amor a un Dios de amor, pero, por lo contrario también pueden llegar a ser que cuando el niño crezca repudie totalmente no a una institución religiosa sino a Dios mismo.
Que triste es ver que mientras la religión juega un papel importante en la vida de las personas, otros individuos se apoderen de este para buscar sus placeres.
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