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20 diciembre 2006

Un aporte para revolución espiritual: carta a Obispo de Celaya

Nos escribe lector:

Amigos:

Les comparto esta carta que escribo para el Obispo de Celaya y que conocen ya muchos católicos de la región, a propósito del papel que viene jugando la Jerarquía católica en México y en los pueblos concretos donde vivimos.


Y esta es la carta, leer con atención:

SEÑORIA LAZARO PEREZ, OBISPO DE CELAYA.

Algunos de sus sacerdotes y miles de sus feligreses desearían hacerle llegar algún comentario sobre la carta que publicó hace días relacionada con la situación postelectoral en el país. No se atreven porque muchos viven en el “orden social
y pacífico” del que usted es promotor y defensor, donde la única voz que debe escucharse es la de “arriba” porque es divina, infalible y para fortuna de usted, está en su poder. Ese orden social donde aun predominan la obediencia, la sumisión y el respeto al bien común entendido desde la óptica e intereses del que gobierna.

Muchos otros aparecemos en la lista nominal de su feligresía y durante años hemos seguido el proceso de renovación interna de la Iglesia de los últimos 40 años que nos impactó durante nuestros años juveniles y de madurez creciente. Como resultado, no pocos nos hemos comprometido con lo que entendemos es el núcleo del mensaje, de la filosofía, de la buena nueva y de la práctica vivencial de Jesús de Nazaret, y no pocas veces también, al margen de la estructura que usted tiene por misión defender y mantener.

Sinceramente, muchos nos atrevemos a afirmar que usted no tiene los derechos reservados ni la exclusividad sobre los contenidos maravillosos de ese personaje en el que tanto usted como nosotros decimos creer. Porque el Jesús histórico nunca perteneció a alguna facción religiosa, ideológica o política de su tiempo. Todo lo contrario, sus detractores fueron quienes sostenían el poder político externo e interno de su patria, quienes creían tener la pureza del pensamiento de la alianza, quienes detentaban el poder religioso en complicidad con lo político.

No nos resulta extraño que la historia se vaya repitiendo cíclicamente, y que en el momento actual nos provoque muchas preguntas.

¿Con qué argumentos puede usted sostener que en México y en Celaya vivimos un orden y paz social? ¿Cuál orden? ¿De qué paz habla usted? Sospechamos que sus ojos no ven, que sus oídos no escuchan, que sus pies no caminan, que su mente y su corazón no trabajan ni vibran cerca de las situaciones de hambre, sed, ignorancia, desempleo, enfermedad, abandono, marginación, falta de oportunidades, muerte lenta, migración, pérdida de valores, separación de hogares, inseguridad, contaminación, desesperanza de miles de “prójimos”. Nos parece que ese Jesús habló y se comprometió hasta la muerte en ello. O ¿estamos equivocados? ¿A cuál Jesús nos referimos?

Nos alegramos porque haya sectores de nuestra población que tengan resueltos y que algunos hasta vivan con holgura varios o casi todos esos retos de la vida. Pero también nos preocupa que muchos de ellos se manifiesten insensibles ante la miseria que a diario los rodea. Ambos grupos se dicen cristianos. ¿Habrá forma de encontrar explicación a tales actitudes tan contradictorias? Hasta nos parece que usted justifica esa convivencia tan inhumana e irracional.

Quienes en nuestra sociedad luchan desde distintas trincheras (porque en eso se han convertido los partidos políticos), para desempeñar la función de autoridad, en sus campañas pregonan el servicio como bandera de enamoramiento, y la atención a las
necesidades prioritarias de la sociedad como su programa de acción. No pocos y cada vez más candidatos de distintos niveles, hasta utilizan íconos ligados a la religión predominante como instrumento de proselitismo.

¿Creen que todos los miembros de la sociedad somos tontos? Hay algunos que se hacen los desentendidos porque les conviene. Existen otros, duele decirlo, que actúan como tales.

Al llegar al poder, los gobernantes saben aprovecharse de ambos grupos siempre en su propia conveniencia. Afortunadamente va creciendo el número de quienes mediante información, educación y capacitación vamos venciendo el flagelo de la ignorancia e intentamos que muchos más también lo hagan.

¿Qué resultados en favor de crear una sociedad más equitativa, digna, humana, feliz y ordenada han producido tanto la oferta de servir como los programas de atención a las necesidades prioritarias de la sociedad durante las décadas que hemos escuchado el
mismo discurso?

Detrás de los maquillajes con los que se pretende disfrazar la realidad del país, de nuestro municipio, de nuestra ciudad, de nuestras colonias y comunidades, afirmamos que están y lo seguiremos diciendo, como lo decía aquel Jesús de Nazaret: la demagogia, la mentira, la hipocresía, el atesoramiento de unos pocos, los favoritismos, el fortalecimiento de pequeños grupos políticos y económicos, la compra y la manipulación de conciencias con migajas, la retención del poder a costa de lo que sea, la complicidad entre cúpulas de distintos poderes incluyendo el religioso,
la condena y la persecución de disidentes, la manipulación de leyes e instituciones.
Mantener el orden actual es el otro discurso que nos repiten quienes detentan el poder y sus comparsas porque son los beneficiarios y privilegiados. A eso se le llama complicidad. Utilizan los mismos métodos para mantener lo establecido y por eso los llamamos conservadores.

A quienes nos comprometemos por una transformación social, guardando las distancias debidas entre personalidades, siempre nos han descalificado con distintos motes: Mesías, iluminados, peligro social, embaucadores, rebeldes, usurpadores, renegados, locos, desarrapados, mal nacidos, obstinados y otros que usted conoce.

¿No le decían lo mismo al tal Jesús, a Hidalgo, a Morelos, a Juárez, a Zapata? Mas al paso de los años los dueños del poder cambian la historia y los calificativos también. Los honran como hijos de dios, redentores, héroes patrios, beneméritos, glorias del pueblo.

Hoy están haciendo lo mismo con millones de mexicanos que nos manifestamos por construir una patria digna para todos y que en estos momentos impulsamos dicho
proyecto en la persona de Andrés Manuel López Obrador.

Hacia él, hacia nosotros y hacia la búsqueda de un nuevo orden, los poderosos y sus cómplices han dirigido los ataques más feroces y consecutivos que jamás se hayan registrado en los siglos recientes de nuestra historia.

¿Cómo le llama usted, vamos a recordar algunos hechos, al respaldo que el gobierno federal dió al falso propietario del “Paraje San Juan” para reclamar al jefe de gobierno del distrito federal el pago de la nada despreciable cantidad de $ 1800, 000,000.00 (mil ochocientos millones de pesos)? Se descubrió el fraude y no pagó tal cantidad. Después lo acusaron de desobedecer a las autoridades.

¿Cómo le llama usted al hecho de que el gobierno federal haya seducido y utilizado a un empresario constructor que corrompía a funcionarios del distrito federal, grababa los hechos para vendérselos a su patrón y así colaborar a perjudicar la imagen del jefe de gobierno? Se comprobaron los nexos y las corruptelas. Se castigó a los responsables, pero no consiguieron en su totalidad sus objetivos.

¿Cómo llama usted al intento de desaforar al jefe de gobierno del distrito federal por parte del gobierno federal para despojarlo de sus derechos a participar en la contienda electoral del año 2006, inventando el incumplimiento de la resolución de un juez? Nunca se comprobó su responsabilidad, pues no la había, y una vez más, el ridículo cayó sobre sus adversarios.

¿Cómo llama usted la intromisión del gobierno federal y de sus dependencias para apoyar la campaña del candidato de su partido invirtiendo cantidades enormes en publicidad, manipulando programas federales y ejerciendo presión sobre los beneficiarios, bajando recursos extraordinarios durante las campañas políticas a los gobernadores de los estados donde gobierna su partido?

¿Cómo llama usted a la campaña de lodo del partido en el poder para contrarrestar la campaña de su principal adversario, asesorándose de extranjeros especialistas en estrategias de tipo fascista?

¿Cómo llama usted a las carretadas de dinero y publicidad aportadas por los privilegiados tradicionales del poder y dueños de las mayores riquezas para apoyar al candidato de la continuidad?

¿Cómo llama usted a la intervención de las autoridades electorales del estado para impedir que un candidato a la presidencia municipal de Celaya pudiera registrarse
como tal e intentar romper la hegemonía del grupúsculo dueño del partido oficial y protector de intereses superiores?

¿Cómo llama usted a la actuación de la institución IFE, a la que usted califica de honorable y para la que usted invoca respeto, que desde su origen actual fue integrada parcialmente por partidos cómplices; que ante los hechos antes mencionados durante las campañas guardó silencio en lugar de mostrarse como árbitro imparcial, que fue cuestionado por inconsistencias de su padrón electoral; que tampoco cumplió su papel y apareció como cómplice del poder ejecutivo en dar a conocer los resultados de la elección; que permitió la intromisión cibernética del “cuñado incomodo” en los
conteos del PREP y en el recuento de actas distritales?

Sin conocer sus respuestas, queremos recordarle que aquellos tiempos cuando se decía en latín: “cuius regio eius et religio”, han quedado muy, pero muy rebasados.

No intente en erigirse dueño de esta región de nuestro Guanajuato y de nuestra Patria. Ni siquiera puede imponer la doctrina ni la ideología de su iglesia, pues nuestra Constitución nos garantiza libertad.

Respetamos sus posturas políticas pues la Constitución también se las garantiza a usted. No somos los niños de anteayer que sumisamente eran conducidos de la mano.
Tenemos derecho a pensar por nosotros mismos y a discernir sobre lo que acontece en todas las áreas de nuestra existencia. Tenemos que expresarnos en privado y en público de acuerdo a nuestras convicciones sin animo de ofender a otros y estamos dispuestos a ejercerlo. Queremos aprender a ser tolerantes en medio de nuestras diferencias.

A muchos nos gustaría que usted junto a sus sacerdotes y toda la estructura eclesial, fueran un factor, un agente, un promotor de Verdad, Justicia, Respeto, Igualdad, Desarrollo, Comunión, Solidaridad, y de todo lo demás que anuncia el Evangelio de Jesús. Y que tuvieran una opción por los pobres. O ¿acaso les da más prestigio y presencia la amistad de los ricos?


Opinión: hay suficientes pasajes bíblicos para demostrar que la alte jerarquía de iglesia católica en México es leal a los mafiosos de Roma y no toman para nada en cuenta la autoridad de la Biblia, ni a Dios mismo, no pretendo entrar en polemica es respetable lo que cada persona cree, pero si algo estorba al progreso en México es la religión que predomina este alineada con los intereses de Roma... ¿No se les ocurre reformar la iglesia católica y en base a la Biblia darle el rumbo debido?, recordaremos que más que nombres Dios utiliza hombres que aparentan ser de los más insignificante (David, Moises, Pablo, etc) y esta bola de ineptos hacen mil rituales para sentirse lo máximo de la espiritualidad (siendo que ignoran de donde parte el término espíritu) y por si fuera poco promueven un gobierno usurpador, espurio, hereje y diabolico... Me cae que este lector y millones más (revisen fotos de todaslas marchas de menos en todas hay una -sino es que más- cartulinas con mensajes dirigidos a los lideres catolicos). No podemos seguir permitiendo que la gente lea más literatura chatarra que la misma Biblia, no es posible que la vida de madres de familia gire en torno a las historias de mierda que pasa Televisa y TV Azteca y el manual de vida que es la Biblia bien gracias... pero bueno el tema es complejo para esto es el espacio de Revolución Espiritual, manden sus opiniones.

Se vale opinar: revolucionesmx@gmail.com

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