Jenaro Villamil
México, DF, 29 de diciembre (apro).- Un inminente y profundo cisma político se ha larvado en el panismo yucateco. De los tiempos heroicos de Víctor Correa Rachó en los años sesenta, quizá el primer candidato a gobernador del blanquiazul en el país al que se le negó el triunfo con todas las artimañas de la mapachería priista, queda ya poco.
Lo que prevalece es la compra de votos, el uso del aparato gubernamental, el clientelismo, la alteración del padrón, pero ahora aplicado contra los propios precandidatos del PAN desde las oficinas de un gobierno también de signo panista. El fraude que acusaban en otros ha sido redivivo en sus propias filas.
Por esta razón, la denuncia de la exalcaldesa de Mérida y exdirectora nacional del DIF, Ana Rosa Payán, en contra de los comicios internos realizados el 17 de diciembre pasado, adquieren una dimensión que rebasa las fronteras yucatecas. Se convierten en un efecto-demostración de que la cultura política del fraude no fue exclusiva de los tiempos priistas, mucho menos de su máximo exponente, Víctor Cervera Pacheco, sino algo que ha trasminado a todos los institutos políticos.
La historia de la contienda interna apenas comienza a escribirse. Desde antes del 17 de diciembre, tanto Payán Cervera como Luis Correa Mena, el tercer precandidato, denunciaron que el padrón panista había sido alterado, y acusaron a Xavier Abreu, el “candidato oficial”, de contar con el apoyo oficial y la estructura del gobierno de Patricio Patrón Laviada.
La dirigencia estatal del PAN, dominada también por la corriente de Patrón Laviada, hizo poco para garantizar la credibilidad y transparencia de la contienda. Se cerraron las puertas a cuanto observador cívico externo quisiera participar en el proceso.
Prevaleció la máxima de que “la ropa sucia se lava en casa”, como si el PAN no fuera una entidad de interés público y los comicios internos estuvieran reservados sólo a quienes tuvieran derecho de admisión.
Sin embargo, el día de los comicios y en las semanas posteriores, la prensa yucateca ha ido dando cuenta de testimonios de compra de votos por 200 y 300 pesos para favorecer al exsecretario de Desarrollo Social estatal, Xavier Abreu, quien oficialmente obtuvo 5 mil 326 votos, 53.62%, frente a los 3 mil 828 sufragios --el 36.4%-- de Ana Rosa Payán y los mil 406 de Luis Correa Mena, hijo de Víctor Correa Rachó y exalcalde también de Mérida.
Como en los viejos tiempos del cerverismo, el fraude se operó en los municipios del interior del estado, en los que Ana Rosa Payán ha denunciado la utilización de los recursos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) y la inducción del voto por parte de los alcaldes panistas. En especial, se han mencionado los municipios de Chichimilá, Tetiz, Hunucmá, Dzan y Chemax.
Tanto Payán como Luis Correa denunciaron a los hermanos del gobernador Patrón Laviada, José, Carlos y Cecilia, de intimidar a los votantes para favorecer a Xavier Abreu.
A estas alturas, sólo Ana Rosa Payán mantiene viva la protesta y amenaza con llegar hasta las instancias del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, a fin de solicitar la anulación de los comicios. Los tiempos electorales no permiten acudir nuevamente a las urnas.
De hecho, el PAN local tiene como plazo hasta el 2 de enero para valorar la impugnación de Payán Cervera.
Si la exalcaldesa se inconforma –que es lo más seguro--, el litigio llegará hasta la dirección nacional donde Manuel Espino, amigo cercano a la exdirectora nacional del DIF, puede influir para la valoración de los comicios internos.
El 28 de febrero se cierra el plazo para el registro oficial de candidatos ante el Instituto Electoral estatal, y los comicios se realizarán el 20 de mayo.
La holgada mayoría que mantiene el PAN en esta entidad hace prever que el blanquiazul repetirá por segunda ocasión consecutiva en el gobierno del estado, a menos que el conflicto interno desemboque en un cisma que pueda beneficiar a la segunda fuerza del estado, el PRI, o provocar un alto abstencionismo en el seno de una sociedad que durante años se ha caracterizado por su alto nivel de información.
De hecho, en Yucatán se menciona que el fraude ya no se cometerá el 20 de mayo, sino que se anticipó el 17 de diciembre, al interior de las filas panistas.
Tampoco se puede olvidar que denuncias similares se hicieron en la contienda interna del PAN para elegir al candidato presidencial. No hay pocos simpatizantes de Santiago Creel que insisten que fue el “fraude yucateco” lo que permitió a Felipe Calderón ganarle al exsecretario de Gobernación.
En el fondo, lo que demuestra el litigio en la entidad peninsular es el distanciamiento creciente de una máxima que el fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, escribió en los años fundacionales del actual partido gobernante:
“Acción Nacional nunca se casará con un régimen, ni aun con el que pudieran formar hombres suyos llegados al poder. Cree que el poder no es un título, sino que hay que estar mereciéndolo o ganándolo de momento a momento”.
Comentarios: jenarovi@yahoo.com.mx
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