Rayuela
Ominoso comienzo: almoloyazo contra quien se mueva en la dirección no deseada.
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EDITORIAL
Traición y ejemplo de intolerancia
La captura del dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) Flavio Sosa, de su hermano Horacio y de Ignacio García y Marcelino Coache, efectuada a las siete de la tarde de ayer en esta capital por policías federales, es un acto de traición: los detenidos se encontraban en la ciudad de México para dialogar con representantes de la Secretaría de Gobernación en un encuentro que había sido acordado para el mediodía de hoy. El hecho evoca lo realizado el 9 de febrero de 1995 por Ernesto Zedillo, cuando, en pleno proceso de negociación con la dirigencia zapatista, ordenó la aprehensión de los líderes rebeldes.
Difícilmente podría imaginarse una manera más eficaz que ésta de torpedear cualquier perspectiva del calderonismo para obtener la confianza de los amplios sectores de la sociedad mexicana que han sido arrojados al descontento. El gobierno que inicia se presenta a sí mismo como un régimen sin principios y sin ninguna fidelidad a la palabra empeñada; por añadidura, y más grave aún, se presenta como una autoridad dispuesta a reprimir y encarcelar a quienes no compartan su visión y su proyecto; adicionalmente, se asume como aliado y protector del impugnado gobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz.
"Reitero formalmente mi invitación a un diálogo con todas las fuerzas políticas. Por el bien de México este diálogo no puede esperar. Dialogaré con quien esté dispuesto a dialogar y construiré con quien quiera construir, pero siempre sabré gobernar para todos. Si hay que cambiar las reglas, cambiemos las reglas, hagámoslo para adecuarlas a los nuevos tiempos que vivimos; del presidente habrá siempre la disposición para fortalecer la democracia y abrir caminos diferentes para entendernos, para tomar decisiones y para resolver los conflictos. Estaré dispuesto siempre a dialogar, pero no esperaré el diálogo para ponerme a trabajar", dijo hace cuatro días Felipe Calderón en un primer mensaje presidencial que no pudo pronunciar en San Lázaro, dada la crispación que imperaba en la Cámara de Diputados y que resultaba representativa de la que afecta a todo el país. Por lo visto, al nuevo gobierno le pareció que no era necesario esperar ni siquiera a que el diálogo ocurriera y prefirió detener en caliente a opositores políticos sobre los que pendían órdenes de aprehensión derivadas de imputaciones que recuerdan las que el diazordacismo formuló contra integrantes del movimiento estudiantil de 1968.
El mensaje no puede ser menos ominoso para los detractores del calderonismo, e inclusive para 65 por ciento de los ciudadanos que no votaron por Felipe Calderón: el diálogo y la tolerancia han sido cancelados. En cambio, las aprehensiones pueden ser vistas como un guiño alentador en dos frentes: el de quienes conciben la legalidad y el orden como sinónimos de paz porfiriana y homologan a los activistas sociales con los secuestradores y los narcotraficantes, por un lado y, por el otro, el de los radicalismos que encuentran superfluas y obsoletas las vías de participación política pacífica y consideran que la violencia es un recurso válido de transformación social.
Desde el viernes pasado Calderón es el responsable de lo que ocurra en Oaxaca y del cauce que tome el conflicto en esa entidad. Tiene una alternativa ineludible: o empieza a desactivarlo, y eso significa poner fin a la injustificable y bárbara escalada represiva que padecen los disidentes oaxaqueños, o escoge la vía del autoritarismo, la intolerancia, la cerrazón y la persecución política, lo que equivale a arrojar cubetadas de gasolina sobre un incendio que puede alcanzar dimensiones nacionales.
Detienen a Flavio Sosa; lo llevan al penal de La Palma
Horas después de que la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) anunció que este martes se efectuaría el primer contacto con el gobierno de Felipe Calderón, por conducto de la Secretaría de Gobernación, policías federales detuvieron a Flavio Sosa Villavicencio, uno de sus principales líderes, a su hermano Horacio y a sus compañeros Ignacio García Maldonado y Marcelino Coache Verano, cuando circulaban en un taxi sobre avenida Insurgentes.
A las 23:17 horas, los detenidos fueron trasladados en un convoy fuertemente custodiado por elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y la Agencia Federal de Investigación al penal de máxima seguridad del Altiplano, antes La Palma, en Almoloya de Juárez, estado de México, a petición del gobernador del Oaxaca, Ulises Ruiz, quien los considera "delincuentes de alta peligrosidad".
Están bajo los cargos de secuestro, robo calificado con violencia, lesiones calificadas, daños dolosos, por incendio, sedición y ataques a las vías generales de comunicación. Las órdenes de aprehensión se encuentran contenidas en las causas penales 058/2006, 060 102 y 132, emitidas por jueces federales y de Oaxaca.
La aprehensión ocurrió más de dos horas después de que la APPO concluyó una conferencia de prensa, efectuada en el Centro de Comunicación Social (Cencos). Los elementos federales vigilaban desde las 15 horas los alrededores del lugar, ubicado en la colonia Roma, en espera de los 15 oaxaqueños todos con órdenes de aprehensión que acudieron al encuentro con medios informativos.
Sin embargo, los agentes de la PFP aguardaron a que los reporteros se retiraran del lugar, y los activistas se alejaran de la organización no gubernamental para cumplir las órdenes de captura.
Fuentes gubernamentales revelaron que el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, ya tenía previsto detener a los miembros de la APPO, independientemente del acuerdo para el primer contacto con el gobierno calderonista.
De hecho, el funcionario federal ni siquiera ha nombrado al subsecretario o funcionario que se encargará de buscar una salida política al conflicto en Oaxaca.
Según las fuentes consultadas, Gobernación pretendía que Mario Escárcega, titular de la Unidad de Gobierno, sostuviera hoy una reunión técnica con abogados de la APPO para el contacto entre las partes en pugna, sin que significara necesariamente la reanudación del diálogo, suspendido desde hace más de un mes.
La cita para la conferencia de prensa era a las 16 horas. Los appistas llegaron a Cencos unos 20 minutos más tarde, excepto Sosa, quien se apersonó cuando estaban anunciando el encuentro con Gobernación, para abordar lo relativo a la represión en Oaxaca. Casi una hora después, los reporteros se retiraron del lugar y los oaxaqueños se quedaron.
Determinaron esperar hasta las 19:30 horas, porque habían sido alertados en Cencos de la presencia de presuntos agentes, vestidos de civil, quienes buscaban ocultarse en locales cercanos. Inclusive detectaron que algunos simularon tener averiado un automóvil guinda, en espera de que salieran de la ONG.
Los activistas acordaron dividirse en grupos para tratar de eludir una posible detención. Sosa, Horacio, García Maldonado y Coache abordaron un taxi, en el que después serían detenidos, cuando el vehículo circulaba alrededor de las 20:30 horas por el número 1665 de Insurgentes.
Tras la aprehensión, fueron trasladados a las instalaciones delegacionales de la Procuraduría General de la República (PGR),
ubicadas en avenida Camarones, donde se les interrogó, se les practicaron los exámenes médicos correspondientes y se preparó el traslado al penal del Altiplano.
La detención de los hermanos Flavio y Horacio pese a contar con tres amparos de la justicia federal se da una semana después de la aprehensión de su hermano Erick, recluido en el penal federal de Matamoros, por cargos similares.
En la conferencia de prensa convocada al mediodía de ayer los de la APPO pidieron a Gobernación que les brindara garantías para presentarse hoy a la reunión con Escárcega. Sin embargo, desde la dependencia nadie respondió a su llamado.
Ante la captura, el grupo de integrantes del Consejo Estatal de los Pueblos de Oaxaca que se encuentra en la ciudad de México determinaron anoche ocultarse para evitar su aprehensión. Valoraron, hasta el cierre de esta edición, la pertinencia de presentarse este martes en Gobernación. A Sosa se le preguntó en Cencos si la captura de los líderes de la APPO significaría la desaparición del movimiento a lo que respondió que no, porque, de acuerdo con la estructura, inmediatamente serían remplazados.
Flavio Sosa es originario de San Bartolo Coyotepec, municipio conurbado a la ciudad de Oaxaca. Fue fundador del PRD en el estado y uno de sus primeros diputados federales plurinominales.
En 2000, siendo vocero de la dirigencia estatal perredista, renunció al partido junto con el líder estatal Genaro Santa Ana Colmenares, hoy delegado de la Profeco en la entidad, para sumarse a la campaña presidencial panista.
Incluso, su dimisión fue publicitada en una conferencia de prensa en la que ambos aparecieron junto al candidato Vicente Fox.
Sosa integró luego la organización Nueva Izquierda de Oaxaca para posteriormente, junto con el Movimiento Unificador de Lucha Trique (MULT), formar en 2004 el partido con registro local Unidad Popular, a fin de competir en las elecciones para renovar la gubernatura y el Congreso estatal.
Esa agrupación postuló como candidato a gobernador al ex senador perredista Héctor Sánchez López, quien compitió con Ulises Ruiz, entonces abanderado de la alianza Nueva Fuerza Oaxaqueña, y con Gabino Cué Monteagudo, por la coalición Todos Somos Oaxaca.
Sosa Villavicencio sostuvo algunas divergencias con el líder moral del MULT, Heriberto Pazos Ortiz y se desligó de Unidad Popular. Volvió a solicitar su admisión al PRD en el 2005 y fue designado como consejero nacional.
Los gobiernos de José Murat y Ulises Ruiz siempre afirmaron que a Flavio lo tenían como asesor. Al principio de la administración actual tenía oficina contigua a la del ex secretario de Gobierno, Jorge Franco Vargas. Se dice que Sosa se aprovechó del conflicto que inició con un reclamo magisterial, en mayo pasado, después de que el mandatario estatal decidió cortarle los recursos que su antecesor le transfería.
En junio de 2006, con otras organizaciones civiles, sociales y campesinas, así como con sindicatos, integró la APPO.
Marcelino Coache Verano es originario del municipio de Villa de Zaachila. Es miembro de la comisión de prensa y propaganda de la APPO y secretario general del Sindicato Independiente del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, aglutinado en el Frente de Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca.
Astillero
Julio Hernández López
La reconquista
El país de los negocios
Vicepresidente y cuñado
Encinas: repensar la izquierda
La primera reunión importante de Felipe Calderón con segmentos no oficiales fue, ayer, con empresarios españoles. Luego de afinar en sus primeros días de gobierno la relación de mutua dependencia con los cuerpos policiales-militares que le habrán de sostener y con los cuáles emprenderá sus primeras acciones políticas "audaces", el michoacano creyó conveniente enviar un mensaje de aliento y privilegio a los representantes de la ibérica corriente política y económica que tanto le apoyó en el diseño y la ejecución del golpe político que le llevó a Los Pinos.
La reconquista de México tuvo meses atrás como orador pionero al ex presidente José María Aznar, quien convocó abiertamente a los mexicanos a sufragar por Calderón. Luego vendría la importación del tóxico Antonio Solá, que insertó en la sociedad mexicana el mal de la división mediante la propaganda negativa. Y esa nueva búsqueda de "hacer la América" ha contado con los servicios mediáticos y propagandísticos de empresas como la que entre sus principales productos edita el diario El País, periódico éste que abiertamente distorsionó la realidad mexicana y emitió juicios de descalificación a un candidato presidencial sin tomar en cuenta los términos de las leyes mexicanas y sus procesos de resolución en materia electoral.
Esa reconquista tiene en el equipo de Felipe Calderón cuando menos dos alfiles reconocidos: uno de ellos es el virtual vicepresidente, Juan Camilo Mouriño, quien nació en España y asumió la ciudadanía mexicana; el otro es el cuñado cómodo, Juan Ignacio Zavala, quien ha renunciado a ejercer algún cargo durante la administración de Calderón pero a cambio ha sido contratado como una especie de comisionista de lujo en una empresa editorial española que, aparte de producir los antedichos editoriales facciosos contra López Obrador, pretende mediante sus múltiples vertientes corporativas hacerse del gran negocio de la impresión de los libros de texto gratuito: ¡Hildebrando vive, el bisnes sigue!
Pero, además de esa adhesión ideológica a la corriente derechista hispana, el precario calderonismo cultiva el compromiso expreso con empresas estadunidenses que constituyen un alto riesgo para cualquier intento de soberanía nacional, como el Grupo Carlyle que ahora tiene en México a un representante de lujo, Luis Téllez, en la estratégica Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y al socio de Téllez, virtual pareja de trabajo, Eduardo Medina Mora, que ha quedado al frente de la secretaría de ingresos no contables por vía de exportaciones toleradas, es decir, la Procuraduría General de la República.
La visión del erario como negocio está quedando redondeada con los nombramientos de nuevos funcionarios. A la barbarie foxista de corrupción ha respondido el presidente Felipe con el mantenimiento de cuotas grupales e incluso con la ratificación insana de funcionarios que más bien merecerían ser auditados y sancionados. La crisis que viven el Seguro Social y el ISSSTE obligaría a castigar la desfachatez de nombrar al frente de esas instituciones a políticos como Juan Molinar Horcasitas y Miguel Angel Yunes, respectivamente.
Frente a la voracidad expansiva de una derecha bonsái, que cree llegado el momento de cobrar facturas políticas, no hay ninguna elaboración política e ideológica alternativa. López Obrador sigue con la mira puesta en las próximas elecciones (las intermedias, de 2009) y la dinámica de su equipo sólo lleva a las grillas internas y la guerra de declaraciones. En ese desierto ha aparecido la propuesta de Alejandro Encinas de "repensar" la izquierda. Encinas ha sido una pieza clave de los momentos estelares del movimiento social contrario al fraude electoral. Presionado por quienes lanzan elogios envenenados a los izquierdistas "modernos" para que se desmarquen de primitivismos como los que atribuyen a AMLO, Encinas supo soportar esos embates sin quejumbres en busca de posteriores compensaciones. El 15 de septiembre tuvo Encinas el momento de máxima madurez institucional, cuando sirvió de bisagra para que el foxismo y el lopezobradorismo evitaran un choque cantado. La Noche del Grito fue el asomo de esa izquierda social a una posibilidad de gobierno pleno. Y este 20 de noviembre, con el salvamento del desfile cívico, deportivo y cultural que el gobierno federal se había negado a realizar, Encinas cerró el expediente político de su paso por el gobierno capitalino.
Marcelo Ebrard, por su parte, llega hoy a ese gobierno como el único miembro del equipo lopezobradorista con poder y presupuesto. Los demás gobernadores perredistas han arriado banderas ante el pragmatismo, pero hasta ahora Ebrard se ha mantenido en una línea de desconocimiento del michoacano impugnado. Cuánto tiempo durará esa línea dura de Ebrard y a cambio de qué podría cambiar, son algunas de las preguntas que impone su llegada al poder capitalino, el mismo desde el que ya se enfila hacia 2012.
Astillas:
Juan de Dios Gómez Ramírez es una de las casi 200 personas detenidas el 25 de noviembre en Oaxaca. El es colaborador de Indymedia, la agencia informativa independiente a la que también pertenecía el documentalista estadunidense Brad Will. Enviado a Nayarit como todos sus demás compañeros de infortunio, hasta ayer pudo hablar Juan de Dios con una de sus hermanas, a quien relató que el citado 25 estaba platicando con este tecleador y con otra persona cuando de pronto oyó un ruido y él se alejó para tomar fotografías, luego de lo cual se vio envuelto en gases lacrimógenos, perdió sus lentes y ya no pudo ver nada, siendo detenido por policías federales. La familia de Juan de Dios pregunta a este escribidor si recuerda la escena y la hora aproximada en que habría sucedido, pues la defensa jurídica requiere esos datos. En efecto, el autor de estas líneas vio ese día a Juan de Dios como a las 18:30 horas en una calle de Oaxaca, entre humo y carreras, habiéndolo saludado brevemente y perdiéndolo luego de vista en el vértigo de esa noche de violencia. El caso de Juan de Dios es sólo uno de los muchos de represión que han sucedido en Oaxaca... ¡Hasta mañana, en esta columna que no se entretiene en ver en el escudo calderonista una águila ya sin mochar, sino un halcón desplegado!
Traición y ejemplo de intolerancia
La captura del dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) Flavio Sosa, de su hermano Horacio y de Ignacio García y Marcelino Coache, efectuada a las siete de la tarde de ayer en esta capital por policías federales, es un acto de traición: los detenidos se encontraban en la ciudad de México para dialogar con representantes de la Secretaría de Gobernación en un encuentro que había sido acordado para el mediodía de hoy. El hecho evoca lo realizado el 9 de febrero de 1995 por Ernesto Zedillo, cuando, en pleno proceso de negociación con la dirigencia zapatista, ordenó la aprehensión de los líderes rebeldes.
Difícilmente podría imaginarse una manera más eficaz que ésta de torpedear cualquier perspectiva del calderonismo para obtener la confianza de los amplios sectores de la sociedad mexicana que han sido arrojados al descontento. El gobierno que inicia se presenta a sí mismo como un régimen sin principios y sin ninguna fidelidad a la palabra empeñada; por añadidura, y más grave aún, se presenta como una autoridad dispuesta a reprimir y encarcelar a quienes no compartan su visión y su proyecto; adicionalmente, se asume como aliado y protector del impugnado gobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz.
"Reitero formalmente mi invitación a un diálogo con todas las fuerzas políticas. Por el bien de México este diálogo no puede esperar. Dialogaré con quien esté dispuesto a dialogar y construiré con quien quiera construir, pero siempre sabré gobernar para todos. Si hay que cambiar las reglas, cambiemos las reglas, hagámoslo para adecuarlas a los nuevos tiempos que vivimos; del presidente habrá siempre la disposición para fortalecer la democracia y abrir caminos diferentes para entendernos, para tomar decisiones y para resolver los conflictos. Estaré dispuesto siempre a dialogar, pero no esperaré el diálogo para ponerme a trabajar", dijo hace cuatro días Felipe Calderón en un primer mensaje presidencial que no pudo pronunciar en San Lázaro, dada la crispación que imperaba en la Cámara de Diputados y que resultaba representativa de la que afecta a todo el país. Por lo visto, al nuevo gobierno le pareció que no era necesario esperar ni siquiera a que el diálogo ocurriera y prefirió detener en caliente a opositores políticos sobre los que pendían órdenes de aprehensión derivadas de imputaciones que recuerdan las que el diazordacismo formuló contra integrantes del movimiento estudiantil de 1968.
El mensaje no puede ser menos ominoso para los detractores del calderonismo, e inclusive para 65 por ciento de los ciudadanos que no votaron por Felipe Calderón: el diálogo y la tolerancia han sido cancelados. En cambio, las aprehensiones pueden ser vistas como un guiño alentador en dos frentes: el de quienes conciben la legalidad y el orden como sinónimos de paz porfiriana y homologan a los activistas sociales con los secuestradores y los narcotraficantes, por un lado y, por el otro, el de los radicalismos que encuentran superfluas y obsoletas las vías de participación política pacífica y consideran que la violencia es un recurso válido de transformación social.
Desde el viernes pasado Calderón es el responsable de lo que ocurra en Oaxaca y del cauce que tome el conflicto en esa entidad. Tiene una alternativa ineludible: o empieza a desactivarlo, y eso significa poner fin a la injustificable y bárbara escalada represiva que padecen los disidentes oaxaqueños, o escoge la vía del autoritarismo, la intolerancia, la cerrazón y la persecución política, lo que equivale a arrojar cubetadas de gasolina sobre un incendio que puede alcanzar dimensiones nacionales.
Detienen a Flavio Sosa; lo llevan al penal de La Palma
Horas después de que la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) anunció que este martes se efectuaría el primer contacto con el gobierno de Felipe Calderón, por conducto de la Secretaría de Gobernación, policías federales detuvieron a Flavio Sosa Villavicencio, uno de sus principales líderes, a su hermano Horacio y a sus compañeros Ignacio García Maldonado y Marcelino Coache Verano, cuando circulaban en un taxi sobre avenida Insurgentes.
A las 23:17 horas, los detenidos fueron trasladados en un convoy fuertemente custodiado por elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y la Agencia Federal de Investigación al penal de máxima seguridad del Altiplano, antes La Palma, en Almoloya de Juárez, estado de México, a petición del gobernador del Oaxaca, Ulises Ruiz, quien los considera "delincuentes de alta peligrosidad".
Están bajo los cargos de secuestro, robo calificado con violencia, lesiones calificadas, daños dolosos, por incendio, sedición y ataques a las vías generales de comunicación. Las órdenes de aprehensión se encuentran contenidas en las causas penales 058/2006, 060 102 y 132, emitidas por jueces federales y de Oaxaca.
La aprehensión ocurrió más de dos horas después de que la APPO concluyó una conferencia de prensa, efectuada en el Centro de Comunicación Social (Cencos). Los elementos federales vigilaban desde las 15 horas los alrededores del lugar, ubicado en la colonia Roma, en espera de los 15 oaxaqueños todos con órdenes de aprehensión que acudieron al encuentro con medios informativos.
Sin embargo, los agentes de la PFP aguardaron a que los reporteros se retiraran del lugar, y los activistas se alejaran de la organización no gubernamental para cumplir las órdenes de captura.
Fuentes gubernamentales revelaron que el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, ya tenía previsto detener a los miembros de la APPO, independientemente del acuerdo para el primer contacto con el gobierno calderonista.
De hecho, el funcionario federal ni siquiera ha nombrado al subsecretario o funcionario que se encargará de buscar una salida política al conflicto en Oaxaca.
Según las fuentes consultadas, Gobernación pretendía que Mario Escárcega, titular de la Unidad de Gobierno, sostuviera hoy una reunión técnica con abogados de la APPO para el contacto entre las partes en pugna, sin que significara necesariamente la reanudación del diálogo, suspendido desde hace más de un mes.
La cita para la conferencia de prensa era a las 16 horas. Los appistas llegaron a Cencos unos 20 minutos más tarde, excepto Sosa, quien se apersonó cuando estaban anunciando el encuentro con Gobernación, para abordar lo relativo a la represión en Oaxaca. Casi una hora después, los reporteros se retiraron del lugar y los oaxaqueños se quedaron.
Determinaron esperar hasta las 19:30 horas, porque habían sido alertados en Cencos de la presencia de presuntos agentes, vestidos de civil, quienes buscaban ocultarse en locales cercanos. Inclusive detectaron que algunos simularon tener averiado un automóvil guinda, en espera de que salieran de la ONG.
Los activistas acordaron dividirse en grupos para tratar de eludir una posible detención. Sosa, Horacio, García Maldonado y Coache abordaron un taxi, en el que después serían detenidos, cuando el vehículo circulaba alrededor de las 20:30 horas por el número 1665 de Insurgentes.
Tras la aprehensión, fueron trasladados a las instalaciones delegacionales de la Procuraduría General de la República (PGR),
ubicadas en avenida Camarones, donde se les interrogó, se les practicaron los exámenes médicos correspondientes y se preparó el traslado al penal del Altiplano.
La detención de los hermanos Flavio y Horacio pese a contar con tres amparos de la justicia federal se da una semana después de la aprehensión de su hermano Erick, recluido en el penal federal de Matamoros, por cargos similares.
En la conferencia de prensa convocada al mediodía de ayer los de la APPO pidieron a Gobernación que les brindara garantías para presentarse hoy a la reunión con Escárcega. Sin embargo, desde la dependencia nadie respondió a su llamado.
Ante la captura, el grupo de integrantes del Consejo Estatal de los Pueblos de Oaxaca que se encuentra en la ciudad de México determinaron anoche ocultarse para evitar su aprehensión. Valoraron, hasta el cierre de esta edición, la pertinencia de presentarse este martes en Gobernación. A Sosa se le preguntó en Cencos si la captura de los líderes de la APPO significaría la desaparición del movimiento a lo que respondió que no, porque, de acuerdo con la estructura, inmediatamente serían remplazados.
Flavio Sosa es originario de San Bartolo Coyotepec, municipio conurbado a la ciudad de Oaxaca. Fue fundador del PRD en el estado y uno de sus primeros diputados federales plurinominales.
En 2000, siendo vocero de la dirigencia estatal perredista, renunció al partido junto con el líder estatal Genaro Santa Ana Colmenares, hoy delegado de la Profeco en la entidad, para sumarse a la campaña presidencial panista.
Incluso, su dimisión fue publicitada en una conferencia de prensa en la que ambos aparecieron junto al candidato Vicente Fox.
Sosa integró luego la organización Nueva Izquierda de Oaxaca para posteriormente, junto con el Movimiento Unificador de Lucha Trique (MULT), formar en 2004 el partido con registro local Unidad Popular, a fin de competir en las elecciones para renovar la gubernatura y el Congreso estatal.
Esa agrupación postuló como candidato a gobernador al ex senador perredista Héctor Sánchez López, quien compitió con Ulises Ruiz, entonces abanderado de la alianza Nueva Fuerza Oaxaqueña, y con Gabino Cué Monteagudo, por la coalición Todos Somos Oaxaca.
Sosa Villavicencio sostuvo algunas divergencias con el líder moral del MULT, Heriberto Pazos Ortiz y se desligó de Unidad Popular. Volvió a solicitar su admisión al PRD en el 2005 y fue designado como consejero nacional.
Los gobiernos de José Murat y Ulises Ruiz siempre afirmaron que a Flavio lo tenían como asesor. Al principio de la administración actual tenía oficina contigua a la del ex secretario de Gobierno, Jorge Franco Vargas. Se dice que Sosa se aprovechó del conflicto que inició con un reclamo magisterial, en mayo pasado, después de que el mandatario estatal decidió cortarle los recursos que su antecesor le transfería.
En junio de 2006, con otras organizaciones civiles, sociales y campesinas, así como con sindicatos, integró la APPO.
Marcelino Coache Verano es originario del municipio de Villa de Zaachila. Es miembro de la comisión de prensa y propaganda de la APPO y secretario general del Sindicato Independiente del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, aglutinado en el Frente de Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca.
Astillero
Julio Hernández López
La reconquista
El país de los negocios
Vicepresidente y cuñado
Encinas: repensar la izquierda
La primera reunión importante de Felipe Calderón con segmentos no oficiales fue, ayer, con empresarios españoles. Luego de afinar en sus primeros días de gobierno la relación de mutua dependencia con los cuerpos policiales-militares que le habrán de sostener y con los cuáles emprenderá sus primeras acciones políticas "audaces", el michoacano creyó conveniente enviar un mensaje de aliento y privilegio a los representantes de la ibérica corriente política y económica que tanto le apoyó en el diseño y la ejecución del golpe político que le llevó a Los Pinos.
La reconquista de México tuvo meses atrás como orador pionero al ex presidente José María Aznar, quien convocó abiertamente a los mexicanos a sufragar por Calderón. Luego vendría la importación del tóxico Antonio Solá, que insertó en la sociedad mexicana el mal de la división mediante la propaganda negativa. Y esa nueva búsqueda de "hacer la América" ha contado con los servicios mediáticos y propagandísticos de empresas como la que entre sus principales productos edita el diario El País, periódico éste que abiertamente distorsionó la realidad mexicana y emitió juicios de descalificación a un candidato presidencial sin tomar en cuenta los términos de las leyes mexicanas y sus procesos de resolución en materia electoral.
Esa reconquista tiene en el equipo de Felipe Calderón cuando menos dos alfiles reconocidos: uno de ellos es el virtual vicepresidente, Juan Camilo Mouriño, quien nació en España y asumió la ciudadanía mexicana; el otro es el cuñado cómodo, Juan Ignacio Zavala, quien ha renunciado a ejercer algún cargo durante la administración de Calderón pero a cambio ha sido contratado como una especie de comisionista de lujo en una empresa editorial española que, aparte de producir los antedichos editoriales facciosos contra López Obrador, pretende mediante sus múltiples vertientes corporativas hacerse del gran negocio de la impresión de los libros de texto gratuito: ¡Hildebrando vive, el bisnes sigue!
Pero, además de esa adhesión ideológica a la corriente derechista hispana, el precario calderonismo cultiva el compromiso expreso con empresas estadunidenses que constituyen un alto riesgo para cualquier intento de soberanía nacional, como el Grupo Carlyle que ahora tiene en México a un representante de lujo, Luis Téllez, en la estratégica Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y al socio de Téllez, virtual pareja de trabajo, Eduardo Medina Mora, que ha quedado al frente de la secretaría de ingresos no contables por vía de exportaciones toleradas, es decir, la Procuraduría General de la República.
La visión del erario como negocio está quedando redondeada con los nombramientos de nuevos funcionarios. A la barbarie foxista de corrupción ha respondido el presidente Felipe con el mantenimiento de cuotas grupales e incluso con la ratificación insana de funcionarios que más bien merecerían ser auditados y sancionados. La crisis que viven el Seguro Social y el ISSSTE obligaría a castigar la desfachatez de nombrar al frente de esas instituciones a políticos como Juan Molinar Horcasitas y Miguel Angel Yunes, respectivamente.
Frente a la voracidad expansiva de una derecha bonsái, que cree llegado el momento de cobrar facturas políticas, no hay ninguna elaboración política e ideológica alternativa. López Obrador sigue con la mira puesta en las próximas elecciones (las intermedias, de 2009) y la dinámica de su equipo sólo lleva a las grillas internas y la guerra de declaraciones. En ese desierto ha aparecido la propuesta de Alejandro Encinas de "repensar" la izquierda. Encinas ha sido una pieza clave de los momentos estelares del movimiento social contrario al fraude electoral. Presionado por quienes lanzan elogios envenenados a los izquierdistas "modernos" para que se desmarquen de primitivismos como los que atribuyen a AMLO, Encinas supo soportar esos embates sin quejumbres en busca de posteriores compensaciones. El 15 de septiembre tuvo Encinas el momento de máxima madurez institucional, cuando sirvió de bisagra para que el foxismo y el lopezobradorismo evitaran un choque cantado. La Noche del Grito fue el asomo de esa izquierda social a una posibilidad de gobierno pleno. Y este 20 de noviembre, con el salvamento del desfile cívico, deportivo y cultural que el gobierno federal se había negado a realizar, Encinas cerró el expediente político de su paso por el gobierno capitalino.
Marcelo Ebrard, por su parte, llega hoy a ese gobierno como el único miembro del equipo lopezobradorista con poder y presupuesto. Los demás gobernadores perredistas han arriado banderas ante el pragmatismo, pero hasta ahora Ebrard se ha mantenido en una línea de desconocimiento del michoacano impugnado. Cuánto tiempo durará esa línea dura de Ebrard y a cambio de qué podría cambiar, son algunas de las preguntas que impone su llegada al poder capitalino, el mismo desde el que ya se enfila hacia 2012.
Astillas:
Juan de Dios Gómez Ramírez es una de las casi 200 personas detenidas el 25 de noviembre en Oaxaca. El es colaborador de Indymedia, la agencia informativa independiente a la que también pertenecía el documentalista estadunidense Brad Will. Enviado a Nayarit como todos sus demás compañeros de infortunio, hasta ayer pudo hablar Juan de Dios con una de sus hermanas, a quien relató que el citado 25 estaba platicando con este tecleador y con otra persona cuando de pronto oyó un ruido y él se alejó para tomar fotografías, luego de lo cual se vio envuelto en gases lacrimógenos, perdió sus lentes y ya no pudo ver nada, siendo detenido por policías federales. La familia de Juan de Dios pregunta a este escribidor si recuerda la escena y la hora aproximada en que habría sucedido, pues la defensa jurídica requiere esos datos. En efecto, el autor de estas líneas vio ese día a Juan de Dios como a las 18:30 horas en una calle de Oaxaca, entre humo y carreras, habiéndolo saludado brevemente y perdiéndolo luego de vista en el vértigo de esa noche de violencia. El caso de Juan de Dios es sólo uno de los muchos de represión que han sucedido en Oaxaca... ¡Hasta mañana, en esta columna que no se entretiene en ver en el escudo calderonista una águila ya sin mochar, sino un halcón desplegado!
Monny opinando: a penas van 5 días y ya le cantan la guerra los espurios a Oaxaca, ¿qué espera FECAL?, ¿qué todos nos aliniemos a su gusto y antojo?, ¿quién sigue, el jefe AMLO?, ¿qué le pasa a este estúpido espurio que no usa la razón y solo piensa gobernar a base de represión?, me da asco, como mujer y ciudadana, me da asco que este sujeto FECAL sea presidente, ¿qué haremos al respecto?, así con traiciones como a Sosa no vamos a llegar nada...
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