Las naves de la Aviación de Largo Alcance nunca antes habían volado a zonas tan lejanas, sostuvo el responsable gubernamental del sistema castrense ruso al referirse a la presencia de los medios con capacidad nuclear en una zona considerada por Washington como su “traspatio”.
Encabezada por el crucero atómico lanzamisiles “Pedro el Grande”, la escuadrilla inició este lunes un recorrido de varios meses por 15 mil millas para realizar maniobras en alta mar, incluido un ejercicio conjunto con unidades venezolanas, según fuentes del cuerpo armado.
El portavoz de la Marina de Guerra rusa, capitán de navío Igor Digalo, confirmó que junto al “Pedro el Grande” navegan el gran buque antisubmarino “Almirante Chabanenko” y varias embarcaciones de apoyo.
Al frente del destacamento viaja el segundo jefe de la Flota del Norte, vicealmirante Vladimir Koroliov, anunció la fuente.
Con cuatro reactores nucleares como propulsores, el crucero lanzamisiles es el mayor de su tipo en el mundo y en su dotación incluye helicópteros, 20 lanzacohetes de crucero Granit, 12 lanzamisiles antiaéreos y sistemas Vodopad antisubmarinos.
Digalo subrayó que la escuadrilla observará las normas del Derecho Internacional y cumplirá misiones de acuerdo con las normativas sobre el empleo de la Marina de Guerra en tiempos de paz.
La partida de la expedición coincidió con el inicio de las maniobras de fuerzas estratégicas Estabilidad 2008, desde la frontera con Polonia hasta Kamchatka, Lejano Oriente ruso, en la ribera del Pacífico.
Apenas 72 horas antes, un submarino concluyó exitosamente el ensayo del disparo de un misil intercontinental Bulava, armamento que entrará en dotación en 2009, según anunció el Ministerio de Defensa.
Medios especializados en temas de seguridad coinciden aquí en que el Kremlin con estas acciones advierte a Occidente, y en particular a Estados Unidos, que no escatimará recursos para mantener una distensión entre fuertes e iguales.
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