ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
QUIZÁ INSPIRADO EN que aquella frase que dicta "a grades males, grandes remedios", don Pedro Ocampo Calderón ha propuesto hace unos días que, para terminar con la ilegalidad e inconstitucionalidad que hoy prevalece con la instalación de retenes militares en las carreteras, los cateos y las aprehensiones sin orden de juez, los arraigos de sospechosos, el espionaje telefónico, las violaciones electorales y el régimen de impunidad que padecemos, se eche mano del Artículo 29 de la Carta Magna y se suspendan de una buena vez las garantías individuales.
La idea no es novedosa. Ha sido respaldada incluso, a principios de este mes, por el coordinador de la diputación federal del PRD, señor Javier González Garza, para ser aplicada en aquellos municipios y regiones donde el Estado ha sido relegado por la delincuencia organizada.
Pero hoy es don Pedro Ocampo, quien en un correo se declara lector de este espacio, quien en el diario Tribuna de Campeche retoma la propuesta. Don Pedro es panista, sí, pero también Contralmirante del Servicio de Justicia Naval, fundador del Cuerpo de Abogados de la Armada de México, ingeniero geógrafo por la Heroica Escuela Naval Militar, abogado por la Escuela Libre de Derecho, autor de la iniciativa que dio a la Nación las 200 millas de Zona Económica Exclusiva, rector de la Universidad Autónoma del Carmen y diputado coordinador del grupo parlamentario del blanquiazul en la LVIII Legislatura campechana.
En su muy bien documentado artículo, don Pedro Ocampo no sólo hace un apunte cronológico de las ocasiones en la que tan controversial medida ha quedado establecida en los documentos fundacionales de nuestro país, también señala la única ocasión en la que ha sido aplicada --mayo de 1942, con motivo del hundimiento del buque petrolero de bandera mexicana, "El Potrero del Llano"--, y lo más importante, creo yo, el porqué hay que aplicarla en estos terribles momentos de nuestra historia:
"Lamentablemente, el gobierno de la transición en lugar de consolidar la instituciones democráticas e imponer el respeto al Estado de Derecho, está siendo abatido por la rebelión de los grupos recalcitrantemente enemigos del pueblo mexicano y así heredó los vicios violatorios de las leyes, que necesariamente requieren de la legitimidad que da el artículo 29 de la Constitución…
"Con la suspensión de garantías, los retenes en los caminos y las calles, la detención sin orden de aprehensión de juez competente sin que medie denuncia, se volverán legales y la impunidad de las autoridades coludidas con la delincuencia y toda la infernal cauda de daño a inocentes será castigada con facilidad y eficacia y dentro de la legalidad."
Y al tiempo de demandar que no se tema a la suspensión de garantías, advierte: "Las iniciativas de diversas leyes que acaba de enviar el Presidente de la República al Congreso de la Unión –se refiere al señor Calderón--, pueden adolecer de inconstitucionalidad. Si el Presidente diera estas mismas leyes dentro del régimen de excepción que se instituyera, llegarían a formar parte de nuestro Estado de Derecho."
Como para que senadores y diputados federales tomen en cuenta esta opinión, ¿no cree usted?
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