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04 diciembre 2006

El pueblo, la palabra y la pantalla ::: Colaboración de J. Alejandro :::

Como ya el mismo presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador ha mencionado, empieza una nueva etapa en la Resistencia Civil Pacífica contra la imposición y el gobierno usurpador. Es de hecho la hora de la verdad, el pueblo (pueblo es CUALQUIER PERSONA QUE ASÍ QUIERA ASUMIRSE) debe no sólo demostrar que los poderes de facto son nocivos y lesivos para sus intereses, sino que su capacidad de organización superará cualquier intento por cooptar al Frente Amplio Progresista, surgido de la CND, a sus dirigentes y seguidores.

Esto no será, en absoluto, una tarea sencilla. Los medios de control son tenaces y eficientes en su labor desinformativa y eso lo sabemos. El uso del vocabulario está cuidado al extremo para difundir lo falso y, lo más importante, posicionarlo como verdadero; y lo más grave, como aceptado y reconocido por “todos”.

Unos y otros según la tele.

¿Cómo podrían argumentar los consorcios televisivos que sus espacios noticiosos son “objetivos”, “veraces” o “imparciales”, si tan sólo el uso que le dan al lenguaje en sus notas es evidentemente tendencioso? ¿Qué noticiero de Televisa o de TV Azteca se salva de ser parcial para con los neofascistas? A la hora de dar noticias, el lenguaje varía mucho dependiendo de quien se trate. Por ejemplo, al presentar un reportaje, para la televisión:

- El gobierno advierte, la resistencia amenaza.

- El gobierno decide, la resistencia amaga.

- El gobierno convoca, la resistencia acarrea.

- El gobierno confronta, la resistencia divide.

- El gobierno usa el poder del Estado, la resistencia usa la violencia.

- La PFP bloquea las calles en operativos de seguridad, la resistencia en plantones.

- Los legisladores del PAN defienden la tribuna, los del FAP la bloquean.

- Felipe Calderón es presidente constitucional, López Obrador es (siempre entre comillas) “presidente legítimo”.

Y ni siquiera vale la pena mencionar las omisiones, o de plano las mentiras que los jilgueros de la “democracia” transmiten. El mensaje es claro. Dicen los preclaros analistas que ni punto de comparación hay entre el ´88 y el 2006, pero está sucediendo en los medios exactamente lo mismo que hace 18 años, todos aquellos que tienen intereses económicos de considerable tamaño, se alinean al régimen usurpador. La izquierda mexicana (la electoral pero sobre todo la social, la de la gente) no puede esperar nada de los medios de difusión.

La alternativa: la voluntad.

Algo que sí es diferente a 1988, es la existencia de incontables formas de comunicación más allá del control totalitario (o en este caso seudo totalitario) del Estado. La Internet es sólo una de las muchas posibilidades que tenemos para difundir la verdad. Tenemos voz, tenemos manos y piernas; pero sobre todo, tenemos la mente abierta y la determinación. Mucho me han dicho, acerca de que algunos esfuerzos como hacer brigadas y volantear ya no sirven, que “si no sales en la tele no existes”, y cosas semejantes. Es cierto, el poder de los medios (con lana) es considerable. El mismo López Obrador se posicionó mediáticamente, marcando la agenda nacional con sus conferencias de prensa siendo Jefe de Gobierno, pero su popularidad y su arraigo entre la gente no se dieron gracias a la tele, sino a su trabajo. Sólo cumpliendo sus compromisos, siendo un funcionario público eficiente, gobernando bien (es decir, poniendo primero los intereses de la gente), fue que López Obrador ha logrado esa autoridad moral y esa popularidad que pese a los ataques y las mentiras, no decrece.

Trabajo y organización. Acabar con los esfuerzos aislados. Creatividad. Conocer lo que se debe hacer y saber la mejor forma de hacerlo. Comunicar. A toda la gente y entre nosotros mismos. Hacer patria. Como se pueda, con lo que se pueda y hasta donde se pueda. No más, pero lo más importante, no menos. Lo primero es que todos lo sepan: La Nueva República ya ha iniciado, no dejemos que los reaccionarios la destruyan. No dejemos que destruyan a México.

Comentario: Y ahí tienen el ejemplo vivo en Venezuela donde los medios se han querido devorar a Chavez más de una vez y el respaldo popular se ve y se hace sentir. Son dos contextos distintos obviamente, pero igual los mexicanos tenemos la capacidad (incluso hasta más que en Venezuela) de poner a temblar no solo a la ultraderecha facha del PRIAN - Yunque sino hasta al mismo imperio de los Gabachos Unidos. Miren, se que quieren muchos ponerse radicales y que el movimiento haga más recio su rumbo, vamos por partes, primero hay que tener conciencia plena del "por y para que estamos luchando", que no nos gane la ira, hay que ser inteligentes y astutos para combatir a este YA IDENTIFICADO GOBIERNO ESPURIO.

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