Demasiado irascible está Norberto Rivera Carrera , justamente en víspera de navidad, con las “verdaderas prostitutas, verdaderos prostitutos de la comunicación que deshacen la fama de los demás, no mata el cuerpo del otro, pero es una víbora que mata la fama de los demás”.
El bocón cardenal tiene semejanza con la lengua viperina de Vicente Fox Quesada , sólo que es menos ignorante y sabe recular a tiempo, sin necesidad de que medien los servicios de Rubén Aguilar Valenzuela .
Tras la excomulgación de los periodistas –“con su sentencia ellos juzgan, ellos sentencian, ellos condenan y para ellos no hay justicia que la que ellos dictan”--, se enmendó la plana a sí mismo y aseguró que son unos cuantos, que no se puede generalizar y que se refirió a algunos comunicadores, de igual forma –raudo y veloz aprovechó el viaje-- que cuando se acusa a los sacerdotes de algunas actividades ilícitas –no a él de proteger al pederasta Nicolás Aguilar Rivera -- no se puede decir que todos son iguales.
Pero no es la protección a sacerdotes pederastas ni siquiera el extendido crimen de lesa niñez lo que tanto irrita al que actúa con soberbia tras que 20 partidarios de Andrés Manuel López Obrador cayeron redonditos en la provocación orquestada desde la Catedral Metropolitana.
Lo que tanto indigna al otrora obispo de Tehuacan, Puebla, es un asunto de pesos, pero de muchísimos millones y que ventiló con datos duros el profesional reportero José Reveles ( El Financiero, 12-XII-07, p. 48).
Cuenta Reveles:
“Othón Corona, un empresario impresor, reclama unos 150 millones de dólares al arzobispo primado Rivera y a monseñor Diego Monroy, rector de la Basílica , con quienes firmó un contrato para la reproducción digital y comercialización de la imagen de la virgen de Guadalupe hace siete años.
“Alega que se le debe el 40 por ciento de todo lo que se ha vendido en imágenes de la Guadalupana en tamaño natural, en estampitas, llaveros, camisetas, tazas, charolas y gran variedad de objetos durante más de un lustro.
“También reclama derechos sobre la imagen de Juan Diego --obra del pintor Miguel Cabrera y no de un anónimo, como sostiene la Curia-- y sobre el logotipo de la última visita del papa Juan Pablo II a México, que él diseñó.
“En todo le dieron la razón a Othón Corona dos instancias judiciales: el juzgado 12 de Distrito en Materia Civil (expediente 70/2003) y el Primer Tribunal Unitario en Materia Civil y Administrativa del Primer Circuito (Toca 600/2006).
“El caso se fue a la Suprema Corte de Justicia de la Nación , debido a un amparo directo interpuesto por la arquidiócesis. El expediente contra Rivera Carrera llegó allí hace más de siete meses. La Corte debe emitir resolución a más tardar en enero.
“Jueces, magistrados y ministros tienen información puntual de los depósitos del cardenal en cuentas de Bancomer, Banamex, Scotiabank, Banorte y Santander Serfín, que sumarían no menos de 300 millones de pesos.
“Pero sobre todo está el negocio de la venta de criptas en la Basílica de Guadalupe, por medio del Banco Autofin, con Roberto Hernández, desde donde se comercializan 150 mil nichos 'a los pies de la Virgen' --promedio de dos mil dólares cada una--, tanto en el templo mismo como en los sótanos de un terreno cedido en comodato al rector de la Basílica por el Gobierno del Distrito Federal.
“Ello da 300 millones de dólares, por lo menos, en el cementerio más grande de América Latina, en el subsuelo de un terreno que no es propiedad de la basílica”.
El abogado de Rivera es Bernardo Fernández del Castillo , nada menos que director jurídico de la Secretaría de Salud.
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