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17 diciembre 2006

LA DICTABLANDA

Por J. Alejandro Peyro

A 16 días de gobierno espurio, éste es el saldo:

Cortinas de humo al por mayor. Planes de “austeridad”, copiados abiertamente de iniciativas del candidato opositor, a quien se le arrebató el triunfo electoral en un golpe de Estado oficial. “Recompensas” a la labor de las fuerzas armadas que más bien parecen un intento vulgar de cooptar a las tropas de quien, se supone, el presidente de la República es el comandante supremo.

Operativos policíaco-militares que van (o irán) estado por estado, haciendo “la finta” de que combaten al narcotráfico; cuando lo que en realidad harán será por un lado meter en sendas bocas de lobo a oficiales y militares muy superados en armamento, estructura organizativa y conocimiento del territorio por los trabajadores de la transnacional mexicana más exitosa, y por otro violar flagrantemente los derechos humanos de cientos, tal vez miles de ciudadanos de por sí descontentos con el régimen de desigualdad que padecen.

Presupuesto 2007 que es una declaración de guerra para todo aquel que tenga como estandarte de lucha política la justicia social y el respeto a los derechos civiles. Reducciones insultantes a la educación, a las universidades públicas, a la cultura y en general a todo esfuerzo por generar una auténtica identidad nacional y una conciencia ciudadana y de comunidad (el colmo, la reducción dramática al apoyo para los enfermos de SIDA). Cuando el primer ministro Winston Churchill fue cuestionado, en 1940, sobre por qué no reducir el presupuesto destinado a la educación y la cultura para incrementar el de defensa, en plena segunda guerra mundial, él contestó: “Si hiciéramos algo así, entonces no tendríamos nada qué defender”.

Subordinación de los medios de difusión, e intimidación de aquellos periodistas que ejercen su profesión libremente. Existen ejemplos grotescos como el de Gutiérrez Vivó o Carmen Aristegui; pero hay otros, mucho más sutiles, como el “cuidado” que hacen (Leopoldo Gómez y Ciro Gómez Leyva) sobre las aportaciones potencialmente reveladoras de la realidad del conductor Víctor Trujillo en la charla de café convertida en show de tele llamada Tercer Grado.

Pago de facturas a los grupos de poder (o personas, categoría en la que increíblemente entra la maestra -¿?- Elba Esther Gordillo), mediante la asignación de puestos gubernamentales convertidos en feudos listos para el saqueo, o indemnizaciones monetarias jugosísimas al amparo de retiros o primas de fin de año. (¡Feliz Navidad, Suprema Corte!).

Con todo ello, se evidencia que las manos firmes no son las del títere degenerado en presidente llamado FElipe CALderón, sino que pertenecen a sus jefes; y que muy temprano, se han convertido en afiladas espadas de Damocles, dispuestas a cercenar a la primera provocación. Lo que mal empieza...el pueblo debe terminarlo, y rápido.

Opina: revolucionesmx@gmail.com

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