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25 diciembre 2006

La revolución de la conciencia - Tercera parte

3. La verdad

Por Sique

En la parte 2 se explicó porqué la verdad es un valor moral. Por tanto, la revolución de la conciencia implica primero una reflexión sobre si éste es el principio que prevalece en nuestra vida y si no es así tendrá que operarse un cambio.

La verdad según el diccionario de la lengua española, significa:

1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.

2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.

3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.

4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.

5. f. Cualidad de veraz.

6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende.

7. f. Realidad (ǁ existencia real de algo).

verdad moral.
1. f. verdad (ǁ conformidad de lo que se dice con lo que se piensa).

Propongo que analicemos cada una de las definiciones según se ha estructurado la conciencia de la verdad en nuestra sociedad porque esto forma parte del conocimiento que tenemos de ésta y qué tanto se ejerce en nuestra cultura como valor moral.

1. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.

¿Qué tanto las cosas se conforman en nuestra mente como en realidad son?

El proceso mediante el cual las cosas se conforman en nuestra mente, como ya analizamos en la parte 2., tiene varias etapas: la percepción (a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto); la experiencia que hemos tenido con ellas y los afectos asociados a ellas (el contenido mental); y el conocimiento del signo linguístico que le corresponde. La interpretación del concepto mental de las cosas y el pensamiento se dan por el lenguaje y se refiere a su esencia.

Según Aristóteles, el signo linguístico tiene como designado final y principal las cosas de la realidad, pero como designado directo o inmediato la afección de la mente o el contenido mental. Primero vamos a la realidad en cuanto a conocida y luego vamos a la cosa real. Esto significa que cuando vemos una taza, buscamos dentro de nuestra mente ese concepto y luego vamos a la taza real para entonces designarla o nombrarla.

Pero este concepto mental se ha dado no sólo por las experiencias que hemos tenido con algo sino con los atributos que las personas que nos han enseñado el signo linguístico que le corresponde le dan. Pongamos un ejemplo relacionado con la cultura que se dió a partir de la conquista de México.

Durante la conquista nuestra cultura fue avasallada por otra, la española. Los españoles llegaron, nos dominaron, impusieron sus criterios religiosos, políticos, económicos, sociales y estéticos. De tal forma, la cultura prehispánica quedó en un nivel inferior al que tenía porque no era la dominante, no porque fuese inferior sino porque no era el modelo a seguir. Los indígenas fueron esclavizados y considerados seres inferiores. Esta percepción errónea ha permeado nuestra cultura desde hace cerca de cinco siglos. ¿Por qué errónea? Porque la ignorancia de los conquistadores permitió que sin conocer ni comprender los avances científicos, las formas organizativas políticas, sociales y económicas, ni la visión estética de las culturas desarrolladas en Tenochtitlán y otros lugares prejuzgaran y las consideraran "salvajes" o inferiores.

Si cuando se forma el concepto mental de lo que es un indígena, la persona que enseña la designación o el entorno atribuyen inferioridad o minusvalía y rechazo al indígena, ese alguien va a conformarse un concepto mental con esos atributos y ese afecto. Por ello la palabra "indio" tiene ya una connotación despectiva. La gente utiliza la palabra "indio" que tiene una referencia en el mundo real para insultar. Esto quiere decir que el concepto mental que muchos tienen de un indígena no está de conformidad con lo que es. No es verdad que un indígena o un indio sea inferior a quien no lo es. ¿Por qué no? Porque desde el punto de vista científico y filosófico (del conocimiento) todos los seres humanos estamos conformados iguales por la naturaleza. Y si bien el desarrollo de las personas que pertenecen a diferentes culturas de la tierra adopta distintas vías, ello no significa que unas sean mejores que otras. Son diferentes y tienen distintos atributos (como en el ejemplo de la habitación de la parte 2) pero su esencia es la misma. Así, de generación en generación se ha implementado un concepto mental falso sobre el indígena en el caso de las personas racistas.

De esta manera podemos analizar la conformidad de las cosas con el concepto que de ellas hemos formado en nuestra mente para determinar si es falso o verdadero. ¿Es inferior el pobre económicamente al rico? No. El pobre como ser humano es igual que el rico porque su esencia es la misma. El dinero es un valor económico que no es inherente a la naturaleza humana por tanto no enriquece ni empobrece al ser humano como tal.

López Obrador ha dicho que las personas valen por lo que trabajan y por como crían a sus hijos. ¿Es verdad? ¿por qué? Porque el ser humano tiene dentro de su naturaleza intrínseca la capacidad de pensar, hacer, amar y trabajar. De tal forma que si piensa, hace, trabaja o ama más que otro, vale más como ser humano porque está ejerciendo con mayor diligencia y habilidad las capacidades con las que lo ha dotado su propia naturaleza. Una señora rica que no hace nada más que criticar a sus amigas e ir a eventos sociales o un hombre rico que ha acumulado una gran cantidad de dinero robando sin que la ley lo sancione y que la relación con sus hijos sólo existe a través del dinero que les da y no del ejercicio afectivo valen mucho menos que un trabajador honesto que cría a sus hijos en un entorno amoroso, independientemente de que sea pobre desde el punto de vista económico.

La calumnia es otra de las formas de faltar a la verdad; decir que alguien es lo que no es; decir que alguien se robó lo que no se robó, que alguien hizo lo que no hizo, que alguien es lo que no es. Decir que alguien es "un peligro para México", o que está "loco" sin ninguna base psiquiátrica, o que es "mesiánico" sin el menor conocimiento de psicología y antropología, o que es "gurú" cuando no se tienen conocimientos sobre la espiritualidad oriental, es faltar a la verdad moral, es ser inmoral.

2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.

Los mexicanos hemos sido "educados" en buena parte con la idea de que no se dice lo que se siente o piensa porque es de "mala educación", en buena medida la verdad no está identificada como algo bueno sino como algo malo. Si un niño se atreve a decir que no le gusta ir a casa de su tía Cuca delante de ésta, la madre le mete un regaño y le advierte que "eso no se dice". Más aun, los niños y niñas están acostumbrados a escuchar a los padres decir algo frente a una persona y luego decir lo contrario cuando ésta se ha ido y encima le dicen que no vayan a comunicar lo que ellos han dicho sino lo opuesto. Cuántas veces dos "amigos" se encuentran prometiendo verse la semana próxima cuando ambos saben en su fuero interno que ninguno de los dos va a llamar al otro para cumplir su promesa, es decir, saben que no están diciendo la verdad pero lo consideran bueno, y malo el, sencillamente, decir "a ver cuando nos volvemos a encontrar", o sencillamente abstenerse. Uno tiene derecho de abstenerse de decir lo que siente y piensa sin necesidad de decir una falsedad. Cuántas veces se miente al solicitar un empleo para conseguirlo. Cuántas veces decimos cosas que no sentimos ni pensamos por "quedar bien". Si le hacen a uno una invitación resulta de "mala educación" decir que no tiene ganas de aceptarla, hay que decir que se siente uno "enfermo" o "que se murió la abuela", todo menos la verdad. Es la cultura de la falta de verdad. Sabemos que el gobierno no dice la verdad y lo aceptamos porque nosotros mismos estamos siendo "educados" para no decir lo que sentimos o pensamos.

De ahí que cuando López Obrador dice la verdad, haya gente que lo juzga como "mal educado" o "impulsivo" o "loco": por ejemplo, Felipe Calderón es un pelele, es un individuo al que manejan Elba Esther Gordillo, el CCE, los intereses de Estados Unidos y España, todos lo sabemos pero algunos consideran que "eso no se dice aunque se piense" ¿cómo se le va a decir pelele a un "presidente"?, aunque lo sea, otros a pesar de la evidencia deciden negarla; si dice que Roberto Hernández es un ratero, otra vez lo juzgan de "violento" porque sencillamente está diciendo la verdad o ¿cómo se le llama a un individuo que se queda con lo que tiene que pagar o que paga menos de lo que vale lo que adquiere con argucias de influyente? se le llama ratero, porque ese señor le está robando a la nación, es decir, a los mexicanos; es lo mismo que pasa cuando uno dice que su abuelo es ignorante, y la madre dice "¿cómo dices eso de tu abuelito?" aunque lo sea. Así es como Carstens puede decir que una cosa es lo que se dice en campaña y otra lo que se tiene pensado hacer en el gobierno y buena parte de la población lo vea natural.

Otra forma de faltar a la verdad es la hipocresía, lo que AMLO llama la simulación, que por un lado se dice una cosa y por otra se siente o se actúa contrariamente. En nuestra cultura es un ejercicio cotidiano. Por ejemplo, se dice que robar es malo y se critica a quienes lo hacen, pero todos roban, el que se lleva los tapones, el que se lleva papel de la empresa en que trabaja, el que se birla un cambio, el que no paga sus deudas, el que se lleva una gabardina que no es suya, el que no paga sus impuestos, el que toma el dinero del erario para su beneficio personal o de sus amigos y familiares, etc...

Las fiestas navideñas son un venero de mentira e hipocresía. La mayoría simula que está feliz y contento porque va dizque a celebrar el nacimiento de Cristo, todos están preocupados con dónde la van a pasar porque les conflictúa la fecha, la sociedad los obliga a que la pasen felices y contentos y les preocupa no cumplir con esa obligación. Por principio, según estudios antropológicos Jesús no nació el 24 de diciembre en la noche. Entonces es falso que sea eso lo que se festeja. Los comerciantes han utilizado esa fecha para incrementar sus ventas normales; la gente gasta su dinero en regalos que por lo general no se necesitan; y las compañías aprovechan esa temporada para dar vacaciones por lo cual si se quiere salir de la ciudad a descansar todo se encarece y los lugares vacacionales están atiborrados; las familias se disponen a ser felices y se reparten regalos fingiendo armonía aunque las relaciones familiares estén en conflicto, reciben regalos diciendo "gracias" y lo que están pensando es que maldita la cosa que les regalaron así como sienten falta de gratitud de aquellos a quienes regalan. Con el alcohol de por medio, a veces las fiestas navideñas terminan en una batalla campal entre familiares, abierta o encubierta, esa es la "noche de amor y paz".

La gente festeja a su mamá el día de las madres llevándola al restaurante y ya está ansiosa en que la señora termine de comer para refundirla en su casa hasta el año que entra. Cuando muere alguien todos hablan de lo bueno que era aunque en vida lo hayan odiado; cuando van a una boda felicitan a los novios al tiempo que critican el vestido de la novia, la fiesta y a los invitados; cuando halagan a alguien basta que dé la media vuelta para expresar lo contrario; en fin, los mexicanos estamos tan familiarizados con la mentira que hasta nos resulta más cómoda y divertida que la verdad.

Decir lo que se siente y se piensa es ser auténtico y es además una muestra de respeto al interlocutor. No decir la verdad de lo que se piensa y se siente es no considerar que el otro es capaz de confrontar la verdad, es minimizar su capacidad de comprensión y su fortaleza. La verdad puede doler pero no ofende. López Obrador es un hombre auténtico y es difícil que sea valorado por quienes no lo son. No se puede reconocer algo que no se conoce.

En contraposición, la mentira ofende, es un agravio. Sin embargo, muchas personas no parecen sentirse mayormente agraviadas por la mentira. Acostumbrados a que les mientan y a mentir cotidianamente no sienten mayor ofensa cuando les engañan.

3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.

El sol es el sol siempre, no, a veces, es la luna. Si algo sucedió a las tres de la mañana, no sucedió a las cinco ni a las cuatro; si sólo fui al trabajo, no fui a la cafetería. El agua es H2O y es líquida siempre. Si se está embarazada, se está embarazada, no medio embarazada. Pocas cosas pueden ser verdad absoluta desde un punto de vista científico, se dice "las verdades de hoy son las mentiras de mañana", sin embargo en rigor esto no es cierto. En la especie humana, la hembra es la que da a luz a los hijos. Ésa es una verdad inmutable. Supongamos que en un momento dado el ser humano sufre mutaciones que provocan que sea el macho el que dé a luz a los hijos, no dejará de ser propiedad de la hembra antes de que ocurra la mutación, sólo tendrá que decirse que "de tal época a tal época era propiedad de la hembra parir a los seres humanos". Esto no es lo mismo a la creencia que había de que la Tierra era plana y en ese momento era "la verdad". No es que la Tierra no fuera redonda antes de que se descubriera es que el concepto que tenían de la Tierra era falso; la Tierra nunca ha sido plana, esa propiedad no la ha tenido ni antes ni ahora.

Las propiedades con que la naturaleza ha dotado a los seres humanos han sido las mismas desde que se tiene memoria, no importa la raza a la que pertenezcan, todos tienen esencialmente la misma anatomía y funcionalmente son iguales. Esa es una verdad que ha permanecido inmutable, por tanto no se puede decir que unos son superiores o inferiores, podrá analizárseles de distintos puntos de vista (como el ejemplo de la habitación) pero el concepto mental de un ser humano en cuanto a sus propiedades debe ser el mismo.

4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.

Dos y dos son cuatro y no existe argumentación que pueda demostrar lo contrario. Si ocurren una serie de eventos y en base a éstos se llega a una conclusión científica, no existen argumentos racionales que puedan negarla porque es mediante la racionalidad y la experimentación que se ha llegado a ese juicio. Si un producto que anuncia la televisión nos hace daño a la salud de acuerdo con estudios científicos, está demostrado que no nos hace bien. Si la Coca Cola es dañina para la salud, por más que la pongan en vivos colores y con atractivos movimientos de cámara, junto a lujosos autos, tomada por deportistas que juegan sonrientes y se vuelven campeones, sigue siendo dañina porque científicamente está comprobado y no importa que tanto la adornen seguirá siendo perjudicial.

Si se presentan pruebas de robo de urnas, de conversaciones que demuestran que se compraron votos, si se escuchan discursos ilegales del presidente apoyando a un candidato, si se demuestra que en la mayoría de las casillas se escamotearon consistentemente votos a un candidato, luego entonces hubo fraude. No importa cuántas veces repitan que fueron elecciones limpias o lo juren por su madre, hubo un fraude.

5. f. Cualidad de veraz.

Lo que es, es. Recordemos un anuncio televisivo de una bebida alcohólica en el que se festejaba que un marido engañaba a su esposa diciéndole que había conseguido un trabajo en el bar en el que estaba para mejor satisfacer sus necesidades y cuando ésta se iba conmovida por tan buen hombre descubríamos que en realidad se estaba emborrachando con sus amigos. Es decir, la televisión anuncia y festeja la mentira. Celebra que algo aparente ser lo que no es. Una amiga con quien comenté el asunto envió cartas denunciando la celebración de la mentira y el daño que hacía a la conformación moral de los televidentes con este comercial, ni siquiera la Jornada o alguno de los blogs la consideraron suficientemente significativa para publicársela. Dentro de la cultura de la mentira es difícil considerar relevante la denuncia de que alguien miente. Diariamente permitimos que la publicidad nos bombardee y nos invada en nuestras casas sabiendo que en el 95% de los casos la veracidad no está entre sus cualidades.

Felipe Calderón y su grupo tienen la cualidad de la mentira, a tal grado que le mintieron a cien millones de mexicanos, entre ellos están los que votaron por él, y a muchos millones en el mundo, sin embargo, una mayoría considera que no es tan inmoral, no sólo, los que votaron por él no consideran un agravio que les haya mentido, algunos de los que no votaron por él piensan que se le puede dar ¡un voto de confianza! Una persona normal quizás le mienta a uno, a diez, a veinte, pero ¡a cientos de millones! ¿sin que se sientan agraviados y lo refundan en la cárcel por haber cometido un fraude? Esto sólo puede comprenderse cuando la verdad no es considerada como valor importante dentro de una sociedad. Y no le damos valor porque nosotros también mentimos a diario. Qué tanto es que Calderón haya dicho que sería "el presidente del empleo" y ahora salga con que siempre no, ¿acaso no estaba haciendo lo mismo que nosotros para obtener un puesto? Todavía peor resulta que el gobierno estadounidense le haya mentido a todo el planeta argumentando que había armas de destrucción masiva para justificar la invasión a Irak, que esta mentira haya causado cientos de miles de muertes y que el pueblo estadounidense no sólo no lleve a juicio a Bush y a su administración sino que vuelva a votar por él.

6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende.
"Cállate, chachalaca" es una expresión clara, sin rebozo ni lisonja, para que un presidente que se está comportando como una chachalaca (gallina que parlotea metiendo un ruido molesto) corrija y se calle, porque pone en riesgo la elección (hasta el Tribunal lo señaló) y ocasiona un enorme daño; era verdad, sin embargo operó en contra de AMLO. "Los medios están ocultando información comportándose como alcahuetes del gobierno espurio" es también una expresión clara, sin rebozo ni lisonja, para corregir y reprender a los medios que, en efecto, se están comportando como él lo señala. Un ejemplo, entre tantos otros que confirma esta verdad: el Grito de Independencia en el Zócalo que se ha televisado siempre, en este 2006 no se televisó a pesar de que se trata de la capital del país y la afluencia fue mucho mayor y más entusiasta que la de los lugares en que sí se difundió. Las marchas entre 500 mil y cerca de dos millones no se han televisado mientras que se difunde hasta la saciedad el naufragio falso de unos pescadores.

7. f. Realidad (ǁ existencia real de algo).

Existen 50 millones de pobres en el país. Hay una crisis política en Oaxaca porque el pueblo quiere que el gobernador Ulises Ruiz se vaya porque ha sido un gobernante déspota, ratero y asesino; hay muertos, heridos, desaparecidos y aprehendidos en Oaxaca, la mayoría inocentes de lo que se les acusa. Sin embargo, la mayor parte de la república no lo sabe, Medina Mora acaba de declarar que no hay muertos. La gente no conoce la realidad, no conoce la verdad sobre su país.

En cada una de las acepciones sobre lo que significa verdad hemos observado que gran parte de los mexicanos no la ejerce, ni actúa en consecuencia.

Tan hemos vivido sin verdad que cuando ésta se muestra hay un rechazo porque nuestro concepto mental de la verdad no tiene una connotación afectiva positiva ni una sólida referencia. No representa un valor dentro de nuestra sociedad. De ahí que cuando se nos engaña no nos altere demasiado, nos reconocemos como personas que no dan gran importancia a la mentira porque nosotros mismos engañamos con frecuencia; si reconocemos que la falsedad es inmoral tendríamos que admitir que somos inmorales, por ello minimizamos su perjuicio. Nuestra conciencia sobre el valor de la verdad está disminuida.

Una de las cuestiones por las que hay gente que no quiere a López Obrador es el hecho de que sea un hombre que dice la verdad porque ello los confronta consigo mismos, entonces lo rechazan o no le creen. Otra es que no se puede reconocer lo que poco se ha experimentado en la vida. El concepto no encuentra un lecho sustancial positivo en nuestra mente.

Entonces, parte de la revolución de la conciencia es que reconociendo en nuestro espíritu la verdad como atributo esencial de la felicidad y la tranquilidad reflexionemos sobre el bien y el mal para realizar un cambio profundo mediante un acto psíquico que sólo podemos hacer nosotros para percibirnos en el mundo como personas veraces, personas de verdad y seamos capaces de reconocerlo y valorarlo en los demás.

La verdad es un valor que nos hará libres.

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