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30 octubre 2007

LA ESPERANZA SOCIALISTA

Lectura popular de la Biblia Serie: El Evangelio según Marcos Marcos 6, 31-44

31 Jesús les dijo: --Vengan, vamos nosotros solos a descansar un poco en un lugar tranquilo. Porque iba y venía tanta gente, que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer. 32 Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. 33 Pero muchos los vieron ir, y los reconocieron; entonces de todos los pueblos corrieron allá, y llegaron antes que ellos. 34 Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud, y sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Por la tarde, sus discípulos se le acercaron y le dijeron: --Ya es tarde, y este es un lugar solitario. 36 Despide a la gente, para que vayan por los campos y las aldeas de alrededor y se compren algo de comer. 37 Pero Jesús les contestó: --Denles ustedes de comer. Ellos respondieron: --¿Quieres que vayamos a comprar pan por el equivalente al salario de doscientos días, para darles de comer? 38 Jesús les dijo: --¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a verlo. Cuando lo averiguaron, le dijeron: --Cinco panes y dos pescados. 39 Entonces les mandó que hicieran sentar a la gente en grupos sobre la hierba verde; 40 y se sentaron en grupos de cien y de cincuenta. 41 Luego Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que los repartieran entre la gente. Repartió también los dos pescados entre todos. 42 Todos comieron hasta quedar satisfechos; 43 recogieron los pedazos sobrantes de pan y de pescado, y con ellos llenaron doce canastas. 44 Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.

EL PRETEXTO

Cada año, en el más absoluto silencio de los medios de comunicación mundial, mueren de hambre en el Sur entre 13 y 18 millones de personas y cada día casi mil millones de personas se acuestan sin haber comido lo suficiente, gracias al sistema Capitalista que azota nuestra Patria Grande. En América Latina hay 60 millones de desnutridos, y no lo están por falta de alimentos, sino porque no pueden conseguirlos. Este sistema en nombre del crecimiento productivo concentra la riqueza en manos de élites y usa la riqueza de todos para beneficios de unos pocos. Así que, en nombre de la eficacia económica produce desempleo y en nombre del mercado divide a las personas en útiles e inútiles: los útiles son los que tienen dinero para comprar pescados y panes y los inútiles el resto.

EL TEXTO

Analicemos algunos elementos de la historia que resaltan: 1) Por un lado la actitud de compasión de Jesús, lo cual nunca no debe confundirse con lastima, hacia la multitud, al contrario expresa un profundo sentimiento de solidaridad con las necesidades profundamente humanas de aquellas personas. La razón principal era el estado de desorientación en el cual se encontraban: “como ovejas sin pastor”. 2) La actitud de orientación manifestada en la frase “y comenzó a enseñarles muchas cosas”. En este caso la educación como herramienta para orientar la vida y los esfuerzos a fin de superar la anarquía y la desorganización de la multitud. 3) Ante la actitud “economicista” de los discípulos: “Despide a la gente, para que vayan…y se compren algo de comer,” Jesús los desafía: “denles ustedes de comer” Los discípulos cual expertos financieros tienen una respuesta económicamente lógica y precisa: “¿Quieres que vayamos a comparar pan por el equivalente al salario de doscientos días para darles de comer?” Uno podría especular y decir que lo más probable es que haya sido Judas, como tesorero del grupo, quien hizo esta acotación financiera tan precisa. 4) Jesús resuelve la situación siguiendo este proceso: a) ¿Con cuanta comida contamos? – cinco panes y dos pescados, b) organizando a la multitud en grupos manejables, c) agradece al Padre por los alimentos, d) y distribuye de manera equitativa entre todos. ¿Cuál fue el resultado? “Todos comieron hasta quedar satisfechos” y además sobró alimentos.

EL CONTEXTO

No se necesita ser “experto” para saber que el capitalismo no es nada solidario, y mucho menos compasivo con quienes viven en desgracia por aplicar los programas neoliberales que les imponen los centros económicos que financian la muerte. El capitalismo aboga por la anarquía que les permite administrar la abundancia con criterios de “acaparamiento”, a fin de poder manejar aquello de la oferta y la demanda, lo que a la final resulta en altos precios en los productos alimenticios. El Reino de Dios promueve una sociedad donde la solidaridad con los pueblos oprimidos no es una opción sino una necesidad; y donde los pequeños recursos y aportes con que cuentan los excluidos se multipliquen a favor de todos y todas de manera que las necesidades del colectivos queden satisfechas por igual; donde el que tiene el pescado y el que tiene los peces no los esconda para luego ofrecerlos con sobre precio, dejando por fuera al que no tiene con que pagarlo, sino que sean capaces de compartirlos y ponerlos al servicio de la Vida. Mientras el neoliberalismo capitaliza el hambre para su beneficio, en el socialismo se capitaliza la solidaridad y la justicia.

Cesar Henríquez Marapacuto Ministro Evangélico

Este artículo lo consigue en www.ecuvives.org.ve, en la sección Lectura Popular de la Biblia

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