El hecho de que el atentado realizado en Morelia durante las celebraciones del Día de la Independencia, hayan sido adoptados por el embajador de los Estados Unidos y el efímero candidato McCain casi como propios, habla de un escenario en México de magnitudes internacionales, previsto contra México desde fuera de su territorio.
Las personas suficientemente enteradas están conscientes de que lo que se ha denominado la III Guerra Mundial está en marcha, a menos que se den cambios rápidos en las concepciones de lo que la agente asocia a la palabra política, será difícil evitarlo.
Ciertamente, los que han estudiado por lo menos la historia de la Guerra Fría, sin apasionamientos, se dan cuenta que tal cosa como el terrorismo no existe, lo que existe son operaciones de guerra de baja intensidad, y en el caso del atentado de Morelia contra población civil, de lo que estamos hablando es de un acto de guerra.
Este acto de guerra irregular, tiene la característica de sentar en México, el precedente de que "estamos en guerra", si bien no fue realizado por alguna entidad beligerante contra México, sino una entidad que quiere que México participe en una nueva guerra.
En una plática con personas preocupadas por el escenario de "inseguridad" y las marchas que se daban simultaneamente contra el gobierno de facto de Calderón, sobre la posibilidad de que todo esto fuera un pretexto para implementar un Estado de Excepción, hice el comentario que aunque esa era una tendencia general, desde que el propio Calderón participó como presidente del PAN en la "marcha contra la violencia", durante el gobierno de Zedillo, la verdad es que no había las condiciones para que un virtual Estado de Excepción tuviera credibilidad.
Sin embargo tales condiciones han cambiado y ahora la intención sinarquista de implementar un Estado de Excepción está en marcha. Para que tal escenario properará se necesitan dos elementos más.
Dado que en México existe la división de poderes del sistema presidencialista, a pesar de sus detractores, lo que probablemente está en marcha es el lanzamiento de algún escándolo, como lo ha dejado de ver las acciones evidentemente ilegales y anticonsticionales del CISEN contra los miembros del Poder Legislativo. Siguiendo la enseñanza de la Historia sobre los golpes de Estado, hace pensar que tal escenario hace pensar que tal escándalo será lanza contra figuras opuestas a Calderón, con el propósito de implicar a fuerzas progresistas.
El segundo elemento es dadas las condiciones políticas y económicas del sistema financiero internacional, es otro atentado del mismo tipo ocurrido en Morelia, pero esta vez en la frontera norte, que aceleraría la participación de México en la llama burbuja de seguridad hemisférica norteamericana por la que se viene presiona desde hace tiempo, está vez sin posibilidad de un segundo Poder de la Unión hiciera contrapeso y la hechara atrás. Los elementos paramilitares entrenados y controlados por fuerzas angloamericanas están actuando en ese escenario ya.
Frente un escenario que francamente hace pensar al ciudadano común que se encuentra tan indefenso como un ciudadano chileno antes del golpe de Estado de Pinochet, lo que se tiene que plantear es una discusión real sobre los asuntos que están en la mesa desde el 15 de septiembre, principalmente la denuncia de que todo lo que se está haciendo actualmente en materia económica tiene la pretensión desquiciada e imposible de salvar al sistema financiero, de ahí la rapacidad con la que se están lanzando con la población, pero principalmente elevando el nivel de discusión al tipo de proyectos de inversión en infraestructura física y sistemas productivos basados en tecnología de frontera, así como el remplazo del actual sistema financiero quebrado.
Así que es tiempo de que las personas que comprenden el escenario que está en marcha actúen en el nivel necesario porque aún estamos a tiempo de preveer y ganar esta batalla. Si abrimos la idea sobre la posibilidad de la reconstrucción de la economía mundial, aún podemos parar este escenario de guerra en el que se quiere implicar a México. El tiempo es sin embargo poco.
Las personas suficientemente enteradas están conscientes de que lo que se ha denominado la III Guerra Mundial está en marcha, a menos que se den cambios rápidos en las concepciones de lo que la agente asocia a la palabra política, será difícil evitarlo.
Ciertamente, los que han estudiado por lo menos la historia de la Guerra Fría, sin apasionamientos, se dan cuenta que tal cosa como el terrorismo no existe, lo que existe son operaciones de guerra de baja intensidad, y en el caso del atentado de Morelia contra población civil, de lo que estamos hablando es de un acto de guerra.
Este acto de guerra irregular, tiene la característica de sentar en México, el precedente de que "estamos en guerra", si bien no fue realizado por alguna entidad beligerante contra México, sino una entidad que quiere que México participe en una nueva guerra.
En una plática con personas preocupadas por el escenario de "inseguridad" y las marchas que se daban simultaneamente contra el gobierno de facto de Calderón, sobre la posibilidad de que todo esto fuera un pretexto para implementar un Estado de Excepción, hice el comentario que aunque esa era una tendencia general, desde que el propio Calderón participó como presidente del PAN en la "marcha contra la violencia", durante el gobierno de Zedillo, la verdad es que no había las condiciones para que un virtual Estado de Excepción tuviera credibilidad.
Sin embargo tales condiciones han cambiado y ahora la intención sinarquista de implementar un Estado de Excepción está en marcha. Para que tal escenario properará se necesitan dos elementos más.
Dado que en México existe la división de poderes del sistema presidencialista, a pesar de sus detractores, lo que probablemente está en marcha es el lanzamiento de algún escándolo, como lo ha dejado de ver las acciones evidentemente ilegales y anticonsticionales del CISEN contra los miembros del Poder Legislativo. Siguiendo la enseñanza de la Historia sobre los golpes de Estado, hace pensar que tal escenario hace pensar que tal escándalo será lanza contra figuras opuestas a Calderón, con el propósito de implicar a fuerzas progresistas.
El segundo elemento es dadas las condiciones políticas y económicas del sistema financiero internacional, es otro atentado del mismo tipo ocurrido en Morelia, pero esta vez en la frontera norte, que aceleraría la participación de México en la llama burbuja de seguridad hemisférica norteamericana por la que se viene presiona desde hace tiempo, está vez sin posibilidad de un segundo Poder de la Unión hiciera contrapeso y la hechara atrás. Los elementos paramilitares entrenados y controlados por fuerzas angloamericanas están actuando en ese escenario ya.
Frente un escenario que francamente hace pensar al ciudadano común que se encuentra tan indefenso como un ciudadano chileno antes del golpe de Estado de Pinochet, lo que se tiene que plantear es una discusión real sobre los asuntos que están en la mesa desde el 15 de septiembre, principalmente la denuncia de que todo lo que se está haciendo actualmente en materia económica tiene la pretensión desquiciada e imposible de salvar al sistema financiero, de ahí la rapacidad con la que se están lanzando con la población, pero principalmente elevando el nivel de discusión al tipo de proyectos de inversión en infraestructura física y sistemas productivos basados en tecnología de frontera, así como el remplazo del actual sistema financiero quebrado.
Así que es tiempo de que las personas que comprenden el escenario que está en marcha actúen en el nivel necesario porque aún estamos a tiempo de preveer y ganar esta batalla. Si abrimos la idea sobre la posibilidad de la reconstrucción de la economía mundial, aún podemos parar este escenario de guerra en el que se quiere implicar a México. El tiempo es sin embargo poco.
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