Lilia Arellano entrevista al ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid / Se pone de manifiesto la existencia real de mantener una persecución en su contra
Por Lilia Arellano, Especial para ¡POR ESTO!
Un viejísimo refrán reza: “aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión” y para Mario Villanueva esa es la sentencia. La tarde del miércoles, lluviosa como muchas otras en los últimos días en el Distrito Federal, nos encontramos a un Mario fuerte, decidido a seguir luchando, orgulloso porque, paso a paso, ha ido desenredando la madeja jurídica en la que convirtieron su caso y encontrando también el entramado de lo que bien puede llamarse “venganza política”, salpicada ésta última de rencores por negocios no realizados, por falta de sumisión ante órdenes que atentaban en contra de la propia economía del Estado de Quintana Roo, por determinaciones que herían el orgullo presidencial y del gabinete en turno tomadas en el momento en el cual el gobernaba, traducido todo ello a las órdenes en torno a un linchamiento a morir.
Asimismo, al tiempo que se pone de manifiesto la existencia real de mantener una persecución en su contra, también surgen las bases que llevan a los quintanarroenses a manifestarse públicamente en su favor, misma que ha llegado al mismo Congreso Estatal en donde al fin parece que los legisladores entendieron que el pueblo debe ser escuchado y sus reclamos, si no resueltos, sí turnados a quien tiene en sus manos, exactamente como antaño, el ordenar la aplicación de la justicia de manera pronta y expedita, sin sujeciones ni mayores pretensiones. Sin embargo, el caso de Mario Villanueva se ha alejado y mucho del terreno local, del que se circunscribe a Quintana Roo, para convertirse en otro, en el que ha alertado a todos los mexicanos ante la comisión de mayores irregularidades y violaciones en la aplicación de la Ley.
Una a una se han ido derrumbando las acusaciones en contra de Villanueva Madrid. Tan ha sido así que solamente fue encontrado culpable de un delito por el cual ha purgado ya la condena en prisión impuesta. Y esto ha sido única y exclusivamente por la vía legal, ya que en el renglón político lo único que encontró fue la falta de cumplimiento a la palabra dada por el entonces Abogado de la Nación y el propio Vicente Fox. Su situación no cambió cuando otro partido político ajeno al suyo ocupó la Presidencia. Aunque sí hay que señalar que quien se convirtió prontamente y después de Herrán Salvatti en su perseguidor fue ascendiendo de puesto y, con ello, creando más volumen en su expediente.
Cuando uno se entera de que los supuestos testigos contra Mario Villanueva se retractaron, que los que fueron señalados como sus cómplices encontraron la libertad, algunos en escasos meses, otros en un año y los menos en un lapso mayor, no puede uno dejar de preguntarse ¿si todos eran -como se aseguró- sus cómplices, y todos salieron libres, por qué Villanueva no? En un grado extremo se tomaron en Houston y Phoenix las declaraciones del “cuñado del Metro” frente, obviamente, al Cónsul pero haciendo su aparición José Luis Santiago Vasconcelos, dándole poder y certidumbre a la palabra a un sujeto del que aseguraron era miembro de la Policía Judicial Federal, cuyo nombre y apellidos ni siquiera aparecen registrados en la nómina de esa corporación.
Si se tratara de mezclar leyes con política, también habría que considerar el elemento humano y éste nos reflejaría que han sido tantos los yerros cometidos por el subprocurador, que permitir que Mario Villanueva obtenga su libertad y por ende darse cuenta de hasta dónde pueden ser fabricados expedientes para entregarle al gobierno en turno culpables, le impediría continuar en el cargo y ello lo llevaría a quedarse no sólo sin empleo sino totalmente desprotegido ante muchas de las mafias de las cuales tiene no una sino muchas referencias. Al parecer, el funcionario no quiere ni por asomo enfrentarse a una situación de tal naturaleza.
Aunque también aparece el escándalo mediático, el que crea ficción, el que revela entrevistas sin verdades, el escrito que es presentado como testimonio de culpabilidad sin contar con una sola prueba en poder del autor, el que habla de traiciones, el que impide que se aborde la verdad sin rubor ante el linchamiento del que ya se ha sido objeto. Pero, pese a todo ello, el enemigo de Villanueva Madrid no está inscrito en ninguno de los artículos de la Ley y de ello está totalmente cierto puesto que ha concluido sus estudios de abogado, está a punto de recibir tanto el título como su cédula profesional y ha estudiado a fondo su propio expediente, buscado y encontrado a quienes no fueron citados, presentando pruebas fehacientes de descargo que involucran, incluso, a los altos mandos del Ejército. El enemigo de Villanueva tampoco está en la política, en los niveles que definen el futuro del país. Finalmente, ni los actuales miembros del gabinete ni el Procurador mismo estaban en funciones y menos aún le hicieron promesas -como en el caso de Fox- que no fueron cumplidas.
Nadie puede ser juzgado por el mismo delito dos veces. Y, aunque Villanueva espera que venga la inconformidad de la PGR por su absolución y las determinaciones, sabe, está cierto, que en razón de estricto apego jurídico sólo confirmarán la determinación del juez que lo sacó del Altiplano, de La Palma, del infierno. No hay lucha política, hay exigencia de, como desde siempre ha señalado, cuente con un juicio imparcial, legal.
No son los alarmados los que decidieron que no era culpable; tampoco los que se vieron beneficiados a su paso por el mandato quintanrroense; ni sus amigos, ni su familia, ni quienes lo conocieron y trataron, fue un Juez. He aquí lo inexplicable de la persecución. He aquí lo inexplicable de la conducta del actual Procurador Genaro García Luna, quien se conforma con las explicaciones de un funcionario que le falló a quien propició su carrera ascendente en la PGR al ridiculizarlo mezclando a un miembro del Estado Mayor Presidencial con el narcotráfico, sin atender a la presentación de todas las pruebas en descargo de Villanueva Madrid.
He aquí lo inaceptable de que el propio Felipe Calderón también se conforme con lo que le reporta el subalterno de su propio Procurador. Por aquí está el camino de la política para Villanueva. Y por el mismo va la confianza, todavía de muchos, en que la Ley mexicana se aplique a los mexicanos y, cuando éstos son encontrados inocentes, no sean entregados a ningún otro país en el Mundo para ser juzgados, ilegalmente, por los mismos delitos.
Para hablar del Mario Villanueva Madrid escondido, prófugo, de barbas largas, de sus enfrentamientos con Zedillo o del entramado político se necesita mucho tiempo y demasiado papel. Importa lo que hoy sucede, lo que están viendo, observando, todos los que aún no cumplían los 18 años para ser considerados con derechos y obligaciones de ciudadanos. Importa el presente y la aplicación de la justicia que hoy encuentra en Villanueva Madrid un ejemplo de lo que puede ser y como pueden hacerlo los que se han autollamado “gobiernos del cambio” o también lo que todos, sin excepción, podemos esperar cuando de satisfacer todo tipo de intereses, respaldar venganzas, se trata.
Sin embargo y como mejor muestra de que el ex gobernador de Quintana Roo no quiere una sola represalia y mucho menos hacer del dominio público todos los nombres que se han visto involucrados en asuntos de igual naturaleza y no por encubrir, sino para no perjudicar, calla. Deja preguntas sin responder y sentencia nuevamente: no es momento de perjudicar a nadie y menos aún a los que en los peores momentos me tendieron la mano.
La moneda está en el aire. ¿Nos demostrará Calderón que pese a todo lo vivido en su corto mandato es capaz de hacer valer la Ley? O ¿seguirán vigentes y sin límite los cánones de impunidad que han hecho célebres a sus antecesores y que se ponen de manifiesto en miembros de gabinete, procuradores y subprocuradores? O tal vez tengamos simplemente sentarnos a esperar que, con el favor de Dios, no seamos los próximos elegidos. Usted, ¿qué cree?
Por Lilia Arellano, Especial para ¡POR ESTO!
Un viejísimo refrán reza: “aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión” y para Mario Villanueva esa es la sentencia. La tarde del miércoles, lluviosa como muchas otras en los últimos días en el Distrito Federal, nos encontramos a un Mario fuerte, decidido a seguir luchando, orgulloso porque, paso a paso, ha ido desenredando la madeja jurídica en la que convirtieron su caso y encontrando también el entramado de lo que bien puede llamarse “venganza política”, salpicada ésta última de rencores por negocios no realizados, por falta de sumisión ante órdenes que atentaban en contra de la propia economía del Estado de Quintana Roo, por determinaciones que herían el orgullo presidencial y del gabinete en turno tomadas en el momento en el cual el gobernaba, traducido todo ello a las órdenes en torno a un linchamiento a morir.
Asimismo, al tiempo que se pone de manifiesto la existencia real de mantener una persecución en su contra, también surgen las bases que llevan a los quintanarroenses a manifestarse públicamente en su favor, misma que ha llegado al mismo Congreso Estatal en donde al fin parece que los legisladores entendieron que el pueblo debe ser escuchado y sus reclamos, si no resueltos, sí turnados a quien tiene en sus manos, exactamente como antaño, el ordenar la aplicación de la justicia de manera pronta y expedita, sin sujeciones ni mayores pretensiones. Sin embargo, el caso de Mario Villanueva se ha alejado y mucho del terreno local, del que se circunscribe a Quintana Roo, para convertirse en otro, en el que ha alertado a todos los mexicanos ante la comisión de mayores irregularidades y violaciones en la aplicación de la Ley.
Una a una se han ido derrumbando las acusaciones en contra de Villanueva Madrid. Tan ha sido así que solamente fue encontrado culpable de un delito por el cual ha purgado ya la condena en prisión impuesta. Y esto ha sido única y exclusivamente por la vía legal, ya que en el renglón político lo único que encontró fue la falta de cumplimiento a la palabra dada por el entonces Abogado de la Nación y el propio Vicente Fox. Su situación no cambió cuando otro partido político ajeno al suyo ocupó la Presidencia. Aunque sí hay que señalar que quien se convirtió prontamente y después de Herrán Salvatti en su perseguidor fue ascendiendo de puesto y, con ello, creando más volumen en su expediente.
Cuando uno se entera de que los supuestos testigos contra Mario Villanueva se retractaron, que los que fueron señalados como sus cómplices encontraron la libertad, algunos en escasos meses, otros en un año y los menos en un lapso mayor, no puede uno dejar de preguntarse ¿si todos eran -como se aseguró- sus cómplices, y todos salieron libres, por qué Villanueva no? En un grado extremo se tomaron en Houston y Phoenix las declaraciones del “cuñado del Metro” frente, obviamente, al Cónsul pero haciendo su aparición José Luis Santiago Vasconcelos, dándole poder y certidumbre a la palabra a un sujeto del que aseguraron era miembro de la Policía Judicial Federal, cuyo nombre y apellidos ni siquiera aparecen registrados en la nómina de esa corporación.
Si se tratara de mezclar leyes con política, también habría que considerar el elemento humano y éste nos reflejaría que han sido tantos los yerros cometidos por el subprocurador, que permitir que Mario Villanueva obtenga su libertad y por ende darse cuenta de hasta dónde pueden ser fabricados expedientes para entregarle al gobierno en turno culpables, le impediría continuar en el cargo y ello lo llevaría a quedarse no sólo sin empleo sino totalmente desprotegido ante muchas de las mafias de las cuales tiene no una sino muchas referencias. Al parecer, el funcionario no quiere ni por asomo enfrentarse a una situación de tal naturaleza.
Aunque también aparece el escándalo mediático, el que crea ficción, el que revela entrevistas sin verdades, el escrito que es presentado como testimonio de culpabilidad sin contar con una sola prueba en poder del autor, el que habla de traiciones, el que impide que se aborde la verdad sin rubor ante el linchamiento del que ya se ha sido objeto. Pero, pese a todo ello, el enemigo de Villanueva Madrid no está inscrito en ninguno de los artículos de la Ley y de ello está totalmente cierto puesto que ha concluido sus estudios de abogado, está a punto de recibir tanto el título como su cédula profesional y ha estudiado a fondo su propio expediente, buscado y encontrado a quienes no fueron citados, presentando pruebas fehacientes de descargo que involucran, incluso, a los altos mandos del Ejército. El enemigo de Villanueva tampoco está en la política, en los niveles que definen el futuro del país. Finalmente, ni los actuales miembros del gabinete ni el Procurador mismo estaban en funciones y menos aún le hicieron promesas -como en el caso de Fox- que no fueron cumplidas.
Nadie puede ser juzgado por el mismo delito dos veces. Y, aunque Villanueva espera que venga la inconformidad de la PGR por su absolución y las determinaciones, sabe, está cierto, que en razón de estricto apego jurídico sólo confirmarán la determinación del juez que lo sacó del Altiplano, de La Palma, del infierno. No hay lucha política, hay exigencia de, como desde siempre ha señalado, cuente con un juicio imparcial, legal.
No son los alarmados los que decidieron que no era culpable; tampoco los que se vieron beneficiados a su paso por el mandato quintanrroense; ni sus amigos, ni su familia, ni quienes lo conocieron y trataron, fue un Juez. He aquí lo inexplicable de la persecución. He aquí lo inexplicable de la conducta del actual Procurador Genaro García Luna, quien se conforma con las explicaciones de un funcionario que le falló a quien propició su carrera ascendente en la PGR al ridiculizarlo mezclando a un miembro del Estado Mayor Presidencial con el narcotráfico, sin atender a la presentación de todas las pruebas en descargo de Villanueva Madrid.
He aquí lo inaceptable de que el propio Felipe Calderón también se conforme con lo que le reporta el subalterno de su propio Procurador. Por aquí está el camino de la política para Villanueva. Y por el mismo va la confianza, todavía de muchos, en que la Ley mexicana se aplique a los mexicanos y, cuando éstos son encontrados inocentes, no sean entregados a ningún otro país en el Mundo para ser juzgados, ilegalmente, por los mismos delitos.
Para hablar del Mario Villanueva Madrid escondido, prófugo, de barbas largas, de sus enfrentamientos con Zedillo o del entramado político se necesita mucho tiempo y demasiado papel. Importa lo que hoy sucede, lo que están viendo, observando, todos los que aún no cumplían los 18 años para ser considerados con derechos y obligaciones de ciudadanos. Importa el presente y la aplicación de la justicia que hoy encuentra en Villanueva Madrid un ejemplo de lo que puede ser y como pueden hacerlo los que se han autollamado “gobiernos del cambio” o también lo que todos, sin excepción, podemos esperar cuando de satisfacer todo tipo de intereses, respaldar venganzas, se trata.
Sin embargo y como mejor muestra de que el ex gobernador de Quintana Roo no quiere una sola represalia y mucho menos hacer del dominio público todos los nombres que se han visto involucrados en asuntos de igual naturaleza y no por encubrir, sino para no perjudicar, calla. Deja preguntas sin responder y sentencia nuevamente: no es momento de perjudicar a nadie y menos aún a los que en los peores momentos me tendieron la mano.
La moneda está en el aire. ¿Nos demostrará Calderón que pese a todo lo vivido en su corto mandato es capaz de hacer valer la Ley? O ¿seguirán vigentes y sin límite los cánones de impunidad que han hecho célebres a sus antecesores y que se ponen de manifiesto en miembros de gabinete, procuradores y subprocuradores? O tal vez tengamos simplemente sentarnos a esperar que, con el favor de Dios, no seamos los próximos elegidos. Usted, ¿qué cree?
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