Imagen de EE.UU., en declive mundial
El descontento con Estados Unidos se ha profundizado en gran parte del mundo y, de manera particular, entre los habitantes de algunos de los países más estrechamente aliados a EE.UU.
Así lo indica el sondeo realizado por el Pew Research Centre, en Washington.
En el Reino Unido, por ejemplo, las opiniones favorables a EE.UU. han caído de 75% en 2002 a sólo un poco por encima de 50% el día de hoy, y de 60% a 30% en Alemania.
En Turquía, su aliado de la OTAN, Estados Unidos fue visto favorablemente sólo por 9% de los encuestados, el índice más bajo de todos.
Las opiniones fueron particularmente negativas en el mundo musulmán.
Aunque también hay buenas noticias para Estados Unidos: el sondeo indica que su imagen se mantiene fuerte en África, y es positivo entre el público de algunos países asiáticos, como India y Japón.
EE.UU. no está solo
El declive mundial en popularidad en los últimos cinco años no es exclusivo de EE.UU. Los resultados del sondeo indican que se ha disparado la opinión negativa sobre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien casi iguala las cifras de falta de confianza del presidente George Bush.
La imagen de China también ha empeorado en algunas partes del mundo. La gente en la mayoría de los países expresó su preocupación acerca del creciente poder militar chino.
El sondeo se realizó en 47 países, y sólo en 25 se expresaron buenas opiniones de EE.UU., pero el declive de su imagen es general.
Dice el estudio, elaborado a partir de la opinión de 45.000 personas, que existe un apoyo en todo el mundo para el retiro de tropas estadounidenses de Irak, así como "considerable oposición a las operaciones de EE.UU. y la OTAN en Afganistán".
El tema medioambiental destaca entre las preocupaciones que se han elevado de forma aguda en América Latina, Europa, Japón e India.
"Muchos acusan a Estados Unidos y, en menor medida, a China por estos problemas, y esperan que Washington haga algo al respecto", declaró el informe.
Nota de BBC Mundo
Pero los conductores de radio y los bloggers de la izquierda están en silencio o peor: incapaces de confrontar a los prejuiciosos, se están perdiendo la oportunidad de su vida
En su cruzada hipócrita en contra de la reforma a la ley de inmigración, que actualmente está siendo deliberada en el senado estadounidense, los locos pudientes se han proyectado como un grupo de escuincles ingratos y consentidos, desconectados del alma americana e incluso de aquella de sus propios ancestros.
En su reacción exagerada a la inevitable legalización de millones de nuevos inmigrantes, los anti-inmigrantes se han colocado a sí mismos en un estado de trance y se han empalado en sus iPods, sus teclados y sus micrófonos. Es como estar viendo una película de payasos, excepto que están tan absorbidos en el estrépito de sus propias voces que no se dan cuenta de sus heridas mortales autoinflingidas.
¿Es posible que se haya perdido el caos de la extrema derecha, querido lector? No se preocupe. Yo he estado esperando este día por mucho tiempo, y he estado archivando todo para la posteridad.
Y, a pesar de esto, sus contrapartes en el lado derecho del cuadrante o en la blogósfera liberal permanecen callados, asombrados, inmovilizados, desinteresados, desinformados, o peor: algunos hacen eco del mismo prejuicio de clase no americano que es evidente en la derecha.
Para muchos conductores de radio y bloggers progresistas, la inmigración nunca fue “su” asunto (a diferencia de, por ejemplo, la guerra en Irak), por lo que tienen poco interés en ella, y no pueden ver lo que implica dar la bienvenida a nuevos americanos a su tierra. Aparentemente, ellos no monitorean los medios de la derecha como antes lo hacían; si lo hicieran, las proporciones históricas del debate sobre la inmigración ya les habrían golpeado en la cara y estarían “blogueando” de manera entusiasta a favor de ella. Pues no, cuando la historia de esta batalla titánica haya terminado, no serán los autonombrados vanguardistas de las net roots politics (política de activistas del Internet del partido demócrata) quienes salvarán a los Estados Unidos de América de la dominación de la derecha, lo será el mismo sector valiente que los salvó en los años 1930 y 1940: los nuevos inmigrantes americanos.
El momento decisivo en este camino hacia más democracia fue “el gran boicot americano”, cuando, el primero de mayo del 2006, millones de mexicanos-americanos y otros inmigrantes dejaron sus palas, martillos, utensilios de cocina, libros de texto y volantes para llevar a cabo la huelga general más grande de la historia americana, exigiendo el disfrute de los derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad en suelo estadounidense. Esto solamente duró un día, pero atemorizó a los derechistas e impulsó la Marcha de la Muerte de los Reaccionarios Exagerados.
Los nuevos inmigrantes americanos deberían recibir una medalla de honor, ya que con su valentía, su habilidad para organizarse, y su corazón han demostrado ser más americanos que aquellos que quieren lastimarlos, destruirlos, encarcelarlos, deportarlos y dejarlos fuera de la nación.
Una nación, ahora y para siempre, es de quienes la trabajan.
Díganlo en voz alta: una nación es de quienes la trabajan.
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