Al parecer, dentro de nuestra sociedad existen dos realidades muy diferentes. De un lado están aquellas personas que en “su realidad” no se dan cuenta, es decir, no ven los males que aquejan a nuestro país, o quizá somos nosotros los que no podemos ver lo que ellos ven o creen ver.
Esta idea surge de un constante mirar a las personas en nuestra ciudad y de la oportunidad de platicar en ocasiones con ellas. Ahora trataré de exponer esta imagen.
Supongo que al encontrarnos todos en un mismo país, debería haber un solo entorno. Sin embargo, parece que estamos dentro de un juego de dos realidades.
Una es la de aquellos que sienten en sus vidas el efecto nocivo de la actual administración; aquí lo importante es que estas personas saben de donde proviene el mal y buscan los medios para anular esto.
La otra. Aquí divido en dos tipos diferentes. Por un lado están aquellos que al sentir también el dañino efecto no se dan cuenta de donde proviene y por lo tanto sus vidas solo transcurren. Y completando, están quienes de plano niegan que haya algo malo diciendo que todo es “normal”.
Pero ¿que las hace estar en su realidad a estas personas? La base se encuentra en un argumento en común: “ todos tenemos vidas diferentes, yo estoy bien” .
Si no me equivoco, esta frase encierra un aspecto conformista. En otras palabras, las personas que no reconocen, o no quieren reconocer que algo malo pasa en nuestra sociedad se respaldan tras la idea de que los demás persiguen un ideal, una realidad inexistente. Y quienes lleguen a admitir vagamente este ideal aseguran que solo es superficial y pronto desaparecerá.
¿Cómo hacer algo para mejorar cuándo hay alguien a mi lado que no quiere hacer nada? Esto es lo que he podido ver entre la gente de nuestra ciudad, entre nosotros.
Luis Salinas (lector de Machete Arte)
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