Eso de Bailar y Disfrutar el Danzón
“Para las personas de la tercera edad, bailar y disfrutar el danzón es retroceder y recordar los tiempos anteriores, que para mi son los mejores. La juventud de hoy no tiene brillo propio ya que muchos de los valores inculcados ya no existen”, dijo en entrevista Sergio Gama, de ochenta años de edad, y considerado uno de los gigantes del danzón .
Añadió: “Nosotros somos un estorbo para los jóvenes. Cuando nos ven bailar, sólo piensan en que es una mamarrachada, y esto no existe para ellos”, el mundo actual esta diseñado para jóvenes y la gente mayor no tiene cabida en este universo tan superficial.
Sergio agrega que “el gusto por el danzón para las nuevas generaciones es una arma de dos filos, ya que no lo toman como un arte, si no como un distractor en su educación. Antes el respeto hacía las personas mayores era evidente ya que había una toma de conciencia, pero ahora niños, jóvenes, adultos, profesionistas fuman, toman y se drogan, sin ningún respeto ni cuidado hacía si mismos o a los demás”.
Argumentó que “las nuevas generaciones tiene capacidades superiores, pero no las utilizan de forma adecuada, únicamente para su perjuicio. Cuando yo fumaba me escondía de mi madre, pero ahora todos los vicios son normales”. Es categórico al afirmar que “la juventud no debería bailar danzón si no siente y expresa su verdadero significado emocional y cultural”.
Por su parte David Rodríguez debate: “La mayoría de las personas piensa que el danzón es exclusivo de gente de la tercera edad, este baile es como todo los demás y para todas las edades. No hay edad para el danzón”. Y explica que “la forma de trasmitirlo a las nuevas generaciones es verlo en la plaza de la Ciudadela ”.
“El mundo —continua David Rodríguez— debe girar en torno a la juventud, ya que ella será la que dará continuidad a todo lo establecido. Nos hemos olvidado de la verdadera importancia de las cosas, todo lo vemos tan normal y sin ningún significado, sólo encontramos nuestro propio beneficio y no importa nada más”.
Juan Carlos Báez Martínez, de 9 años, expresa: “Al bailar siento orgullo, ya que mi abuelo sembró en mi el gusto por el danzón. Este baile, aparte de ser el padre de todos los ritmos, ha formado actividades recreativas familiares y un gran amor generacional”. Este pequeño al final invito a los chicos de su edad a ir a la Ciudadela y conocer y vivir este baile tan peculiar, y así desaburrirse de la rutina tan odiosa de cada día.
“Yo estoy ciega. Tengo 30 años de bailar danzón”, dice Celia Sánchez, adornada con una mascada multicolor. “El baile —matiza— es comunicación y cultura entre grandes masas, es por esto que el practicar cualquier baile enriquece el espíritu de las personas de cualquier edad. Las discapacidades físicas o emocionales no deberían de frenar a la mayoría de nosotros, ya que siempre encontramos un ‘pero' en lo que hacemos o decimos”.
La gente de la tercera edad es más que un recuerdo viviente, ya que siente, quieren, piensa y necesita; no sólo es un libro viejo el cual podemos tomar o arrumbar en cualquier momento. La juventud y la frescura nunca pasara de moda, pero la experiencia y las verdaderas ganas de vivir únicamente se aprenden con el tiempo. Pero el cambiar y revolucionar el mundo no sólo es de jóvenes, científicos, deportistas o gente famosa, también cada uno escribe una historia y no se vale juzgar por un cabello encanecido o un cuerpo lleno de achaques que consideramos inservible.
Fuente: Alejandra Huerta Lugo (Machete Arte)
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