Los conflictos entre la clase obrera y los patronos, la burguesía o el estado, surgen y se desarrollan sin cesar a causa de la iniciativa de una u otra de las partes. En estos conflictos, lo mismo si afectan a los intereses vitales de toda la clase obrera o a los de su mayoría o sólo a un parte de esta clase, las masas obreras sienten la necesidad de la unidad en las acciones, de la unidad tanto en la defensiva contra el ataque del capital como en la ofensiva contra éste. El partido que se opone mecánicamente a estas aspiraciones de la clase obrera a la unidad de acción será condenado, irremediablemente, por la conciencia obrera. León Trotsky, El frente único y el comunismo en Francia
Experiencias que cuestan
En la Alemania de 1929-1933, debido a la política stalinista impulsada por la Comintern a través del PC, Hitler llegó al poder "sin romper un cristal". Antes de este trágico acontecimiento en la historia de la humanidad, Alemania vivía una época en la que una enorme cantidad de obreros estaban organizados en el Partido Socialista y el Partido Comunista, cuyos militantes tenían una injerencia fundamental prácticamente en todos los sindicatos alemanes, en la que en las elecciones durante más de cuatro años una y otra vez, la mayoría aplastante la obtenían estos dos partidos. Ese era el ambiente en el que se recibió una de las más grandes crisis económica, política y social que se hubiera registrado en la historia.
En 1918 y 1923 el proletariado alemán se desenvolvió en dos sendas luchas que bien pudieron haberlos llevado al poder, de no haber sido por la consistente traición de la dirección de la socialdemocracia y del PC. Sin duda, los obreros obtuvieron un sinnúmero de conclusiones, las cuales acumularon y se guardaron después de estas dos derrotas que sufrieron a manos más de la dirección del movimiento que por la burguesía misma. No obstante lo anterior, la vertiginosa pauperación de la clase trabajadora alemana después del crack del 29, junto con la insoportable carga que suponía el tratado de Versalles, en esta ocasión no generaron un levantamiento por parte del proletariado alemán ¿por qué?
Los dirigentes del Partido Comunista estaban muy ocupados confrontando a las bases de su partido con las del Partido Socialista, quienes, a decir de Stalin y su camarilla, no eran más que "socialfascistas" (al igual que toda organización, sindicato y partido que no estuviera bajo el mandato directo de la Comintern a través del PC alemán), dicha confrontación permeaba de la manera más nefasta en las familias de los trabajadores, al grado que los hijos de los socialistas se veían hostigados en más de una ocasión por los de los comunistas, zanjando de manera completamente artificial a la clase trabajadora. Mientras y conforme la crisis se acrecentaba, el fascismo adquiría cada vez más fuerza en el país. Trotsky en 1930 analizaba algunos datos importantes en El giro de la Internacional Comunista y la situación en Alemania[1]:
El partido comunista ha obtenido alrededor de 4.600.000 votos, frente a 3.300.000 en 1928. Este aumento de 1.300.000 votos es enorme si se mira desde el punto de vista de la mecánica parlamentaria "normal", teniendo en cuenta el aumento general del número de electores. Pero las ganancias del partido comunista se quedan muy pálidas comparadas con el progreso fulgurante de los fascistas que pasan de 800.000 votos a 6.400.000. El hecho de que la socialdemocracia, a pesar de importantes pérdidas, haya conservado sus cuadros principales y haya recogido más votos obreros que el partido comunista, tiene también una gran importancia en la valoración de las elecciones.
Este ascenso tan impresionante del fascismo pudo haberse frenado en seco, justamente con un Frente Único: PC, PS y sindicatos, todos como un solo hombre habrían podido aplastar el germen del fascismo en un abrir y cerrar de ojos. Son estas lecciones que como clase, nos han costado ríos de sangre y las cuales debemos aprovechar al máximo: En épocas críticas, como la época revolucionaria que vivimos ahora mismo en el país, la unidad en la acción no es sólo un buen deseo, sino que sobre todo, es una imperiosa necesidad. Fundamental tanto para evitar nuestro aplastamiento a gran escala, así como para garantizar el mejor terreno y las mejores condiciones para la sociedad que pretendemos construir.
El enemigo ahora como nunca es la derecha
Calderón o como bien podríamos decirle, "el generalito" está al frente de uno de los gobiernos más débiles en la historia de este país. Todos los movimientos de lucha de la clase trabajadora a los que hemos asistido en estos últimos años no son una feliz coincidencia ni un nuevo hobby de las masas; todas y cada una de dichas luchas han sido respuestas (cada vez más organizadas) a ataques (cada vez más agresivos) a las conquistas de la clase trabajadora. Estos ataques por su parte, tampoco son gratuitos; la burguesía no está casada con ningún tipo de estado en particular, sino que ésta utiliza el que más le conviene, "el más barato", en cada situación específica. La economía nacional, supeditada a la internacional, más concretamente a la estadounidense, se encuentra pendiendo de un hilo pues la última se encuentra en una profunda crisis, como lo han mostrado en este año las tres más grandes y escandalosas caídas de la bolsa norteamericana. La burguesía nacional, dependiente de que la estadounidense vaya bien, cosa que no se ve por dónde, en estos momentos se encuentra acorralada y sin salida como vil rata, rata que tarde o temprano atacará por instinto de supervivencia; una solución suave, dentro del marco del mismo del capitalismo es impensable en estos momentos. Es decir, la burguesía no puede ofrecernos ningún tipo de pacto social que sea más o menos favorable; garrote es lo único que los puede mantener (temporalmente) en su sitio de privilegio en la sociedad, un sitio desde el cual no han sido capaces de hacer avanzar a la sociedad, sitio que la historia reclama que sea ocupado por la única clase que puede salvar a la humanidad de la barbarie: la clase trabajadora. En resumen, en este preciso momento histórico es absurdo pensar en que la burguesía frenará la represión si no le arrebatamos los instrumentos con los que lo hace, es decir, el poder político del Estado que hace funcionar toda la maquinaria policial, militar y judicial; no frenará los ataques a nuestro nivel de vida si no recuperamos los medios de producción y los instrumentos financieros con los cuales nos asfixian económicamente, en fin que las condiciones de precariedad a las que nos empuja la burguesía no se terminarán hasta que finalmente tomemos nosotros el poder político y económico en nuestras manos.
Démosle sustento al FNCR
Hay una crítica sistemática por parte de un buen número de compañeros hacia la mayoría de las organizaciones: Si nuestro enemigo es común, ¿por qué no nos unimos todos? Regularmente, "en tiempos de paz" es difícil que las distintas expresiones dentro del espectro de la izquierda converjan; mientras contamos con cierto margen de acción, las prioridades de cada organización varían: algunos hacen propaganda para allegarse más compañeros que compartan sus ideas, otros prefieren necesidades muy inmediatas de ciertos sectores de la sociedad, otros impulsan boicots o cuestiones ecológicas, que para ellos son prioritarias. Es decir y es comprensible, mientras hay este margen de acción, por mucho que el enemigo es común, las tareas prioritarias de cada organización difieren lo suficiente como para no poder hacer grandes acciones conjuntas. Sin embargo éste no es "tiempo de paz", poco a poco se nos cierra el margen de acción y en ese sentido, habremos de modificar las prioridades para poder recuperar el espacio mínimo necesario para que cada organización pueda ofrecer sus ideas y sus perspectivas y así, la clase trabajadora pueda evaluar cuáles son las más correctas.
¿Qué entendemos por un Frente? Primero diremos qué no es un frente: un frente no es un amalgama heterogéneo en el que la acción se ponga por encima del programa de lucha de cada organización. Un frente más bien es una coordinadora donde convergen las más distintas expresiones, en nuestro caso, de la izquierda, para impulsar acciones conjuntas en contra del enemigo común, a este enemigo algunos le llaman la derecha, bien que en el fondo, la derecha no es otra cosa que la expresión política de la burguesía.
El objetivo más inmediato del FNCR es frenar la oleada represiva que ha desatado el Estado muy en particular en contra de los activistas más comprometidos en la lucha, quienes por decenas han sido encarcelados o desaparecido en los tan sólo 10 meses que lleva Calderón usurpando la presidencia; este ha sido el caso por ejemplo del compañero Adán Mejía, quien fue aprehendido el 16 de julio de este año por ser un miembro destacado en la lucha de Oaxaca.
Y aquí, los marxistas añadimos: Necesitamos garantizar la libertad del conjunto del sector más activo de la clase trabajadora no sólo porque es justo luchar contra el destino que la burguesía intenta imponernos, sino sobre todo porque esa libertad es necesaria para garantizar la intervención abierta en las organizaciones de masas, en donde se encuentra la semilla de la nueva sociedad, semilla que, por cierto también se encuentra amenazada por más de un flanco.
Sin descartar que nuevas batallas se desaten antes de concluir este año, el 2008 nos espera ya con una escalada de precios que a su vez, se ha adelantado. El anunciado aumento a la gasolina acelerará el proceso de carestía y difícilmente los trabajadores nos quedaremos con los brazos cruzados, observando cómo se desmoronan nuestras expectativas de vida,
Los miembros de la Tendencia Marxista Militante estaremos impulsando el FNCR, pues la unidad en la acción es lo único que nos garantiza una existencia futura, explicando también que necesitamos que los sindicatos y las organizaciones más representativas asuman el papel que les corresponde en el mismo: el CNH, el SME, el Sindicato de Mineros, la CNTE, el STUNAM, el SITUAM, la CND, el PRD tienen que asumir un papel más activo dentro de este frente, porque insistimos, evitar la represión sólo es el primer paso para garantizar una agitación más libre dentro de la base del pueblo trabajador; explicaremos también la necesidad de ampliar el alcance y objetivos de este FNCR hasta convertirlo en un Frente Único y con la movilización amplia de la clase trabajadora y el campesinado pobre, impedir no sólo que la burguesía continúe atacándonos, sino que al mismo tiempo, preparemos el terreno para tomar nosotros las riendas de una sociedad que la burguesía no ha hecho otra cosa que ponerla a punto del colapso y a la cual, sólo podrá ser rescatada si ésta se desarrolla bajo un régimen obrero democrático, provista de una economía planificada que haga uso científico y consciente de todos nuestros recursos humanos, científicos y materiales. En otras palabras, un gobierno obrero democrático que se encamine firmemente hacia el socialismo.
¡Participa en el FNCR con Militante!
¡Detengamos de una vez por todas a la derecha!
¡Avancemos por el camino de la construcción del socialismo!
[1] Un análisis muy completo de este tema se encuentra en el libro La lucha contra el fascismo de León Trotsky, Fundación Federico Engels, que pueden conseguir con cualquier camarada de Militante
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