• El que se calla ¿no sale en la foto...?
El que adora la miel, mi estimado, debe resignarse a las picaduras de abejas... Aunque nunca falta el temerario que just for the heck of it, decide darle patadas a la colmena.
El otoño y sus aires de Halloween han desencadenado ese curiosito virus que está atrofiando las neuronas de algunos de nuestros más ilustres y conocidos políticos.
Divertidos y muy recientes ejemplos sobran.
El extraño caso de la cleptomanía política de Roberto Madrazo que dio la vuelta al mundo originó uno de sus distintivos comunicados, dirigido a la comunidad de deportistas (jajajaja... perdón), donde da ocurrentes excusas sobre inexistentes lesiones durante la maratón de Berlín y de paso insulta la inteligencia del respetable. El pícaro de Roberto que no tiene remedio. Entre más se mueve... más se hunde.
Lo que lleva a contemplar (con media sonrisa... o sonrisa y media) la vertiginosa decadencia que han sufrido los grandes cuadros del PRI en escasos meses. Hablamos de los favoritos, my friend, los otrora invencibles. Por los que cada priista se moría en la raya.
En un extremo Madrazo Pintado y en el otro Montiel Rojas.
Ambos las cartas fuertes con las que el priismo presumía recuperar Los Pinos. Ambos enorgullecían las almas tricolores. Ambos ¡precandidatos presidenciales! Ambos hoy, sumidos en tragedias personales distintas, pero tragedias al fin y al cabo. Roberto que con una jugada tiró a la borda sus aciertos y Arturo que con otra jugada está tirando, literalmente, su vida a la borda.
Ambos en epicentros de escándalo. Internacionales.
Símbolos del PRI en absoluta descomposición a escasos 15 meses de la elección de 2006.
Y en la arena azul, our beloved cowboy guanajuatense sigue con la promoción de su Revolution of Hope Tour 2007, mientras la ornamenta de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, como dice una cosa dice otra. Primero no hay tos en que Fox ande de micrófono en micrófono y ahora ya hay tos porque el que se va se calla. Pobre Francisco. Ni con estridencias logra conquistar a Felipe Calderón quien se cansa de enviar esos mensajes que en las formas dice todo de su fondo. Ahí tiene lo sucedido ayer en la comida de la CIRT donde lo que sobraron, mi querido lector, fueron mensajes.
Sobre todo porque no estuvieron los que son.
El inquilino de Los Pinos mantuvo más cerca a Max Cortázar y a Juan Camilo Mouriño que al agobiado Francisco y a Luis Téllez. El duopolio televisivo no tuvo la presencia de sus diversos operadores como en los años dorados de romance con Marta. Y el discurso de Felipe arropando a los radiodifusores, dándoles confianza y tranquilizando sus ánimos desencadenó simpáticas sonrisas, miradas incrédulas y ceños fruncidos.
Algo así como que la bronca no es con ustedes.
Ante los dueños de la radio Calderón se cansó de enviar guiños de cariño, apoyo y la cereza de los apoyos tecnológicos-digitales para los radiodifusores aunque con el recordatorio de que asuman el papel que les confiere ser permisionarios y concesionarios de un servicio de interés público y de carácter social, así que porfa, ejerzan la libertad de expresión, la cual mi administración promete respetar, con responsabilidad (léase como que si me buscan, me encuentran) y puntualizó que la labor de la radio y la televisión será clave en la aplicación de una estrategia nacional de seguridad (aunque en mi gabinete lo que falta es... estrategia) y ya encarrerados, nunca más permitiremos que por la fuerza se tomen instalaciones de radio y/o televisión (aunque seamos más tolerantes con las travesuras explosivas)... Nunca más dijo. Famous last words?
El fantasma del Chiquihuite y Oaxaca esbozaba una interesante sonrisa. En momentos donde la presente administración pide billete, mucho billete para combatir a la organizada delincuencia... y a los inequívocos movimientos sociales que llegarán a su punto de ebullición en este sexenio. Y Felipe lo sabe.
Tarde de mensajes velados y ni tan velados.
Calderón en una mano con su canasta de zanahorias mientras la otra la escondía. Con los radiodifusores simpatía a secas y paz. Con Televisa y Tv Azteca... es harina de otro costal, my friend. Marcó una indudable raya. Algo así que como quieran, quiero... o... no.
O sea, que this shit is only starting... faltaba más.
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