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04 diciembre 2007

La felicitación del EPR

• La señal para Vicente Fox
• El patín de Jesús Ortega

La característica de la verdad, mi estimado, es que no precisa de otra cosa que la verdad. La pista de hielo en el Zócalo capitalino ha sido un rotundo éxito. Los codiciados brazaletes, agotados desde temprana hora en estos primeros días para patinar, son una muestra contundente de que el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, logró no sólo ser el epicentro del gélido reventón sino desplazar el evento y discurso de Felipe Calderón en su primer aniversario. Ahora súmele que gracias al entretenido hielo y su chistosa expectativa en el Zócalo capitalino, el Gymboree se vio obligado a esperar su turno y operar plan B para que el inquilino de Los Pinos disfrutara del calor mediático en su conferencia de prensa y ayer, aprovechando el viaje, envió atentos saludos a Vicente Fox & friends días antes de la unción de su candidato, Germán Martínez a la presidencia del PAN. Aunque la cortesía presidencial no tiene credibilidad, perdón, fondos en el banco de esos ánimos azules que ya conocen de sobra esa distintiva forma del doble discurso.

Y como ayer le platicaba en este irreverente espacio, los eventos, medidas y estridencias de Felipe acusaron puntual recibo entre sus destinatarios y hoy para explosivas felicitaciones, los chicuelos del EPR le envían, también, atentos saludos en su reciente comunicado finalizando con que ante tanta agresión y tanto agravio desde el Estado mexicano y su gobierno de ultraderecha el único camino que le queda a todo el pueblo que lucha por sus derechos establecidos en la Constitución es el hostigamiento y la autodefensa armada popular. Magnífica postal navideña, ¿no cree?

Ahora que en Los Pinos presumen logros, consensos, rumbo claro y definido, optimismo y... certidumbre. Y como falta poco para ponerle listón a la próxima ofensiva —que va a desencadenar un peligroso efecto dominó– el tablero ya no tintinea con focos rojos, mi estimado, sino con letreros de neón marca Acme. Es innecesario redundar sobre el tamaño de la crisis para este régimen si se juntan todos los ingredientes en esta ensalada de pólvora.

Y para exclusivas postdatas, my friend, a Calderón la delincuencia organizada también le envía selectos parabienes con la distintiva ejecución del vocalista principal del exitoso grupo K-Paz de la Sierra, Sergio Gómez, después de haber sido secuestrado en el tranquilo estado de... Michoacán. Que se suma a la ejecución... en pleno quirófano con doctores y enfermeras... de otra cantante grupera, Zayda Peña en otro sereno estado como... Tamaulipas.

Curioso.

Ambas entidades con sus recientes y controvertidos procesos electorales. Con elecciones marcadas con el simpático sello de Los Zetas. Con pistas muy claras y datos muy precisos de que en Michoacán esas lacritas amarillas están hasta el cuello en ese delicado reventón. Donde converge el billete de un original secuestro con epicentro en Apatzingán. Y donde el gobierno federal jugó al Tío Lolo quizá por aquellito de que una legitimación de ese grupito amarillo bien vale evitar incómodas investigaciones. O sea, hoy por ti, mañana por mí.

Y si le parecen pocos reconocimientos de que el país va mejor, con la toma de Reynosa por parte de nuestras fuerzas especiales (El Universal), donde todo Tamaulipas es territorio de Los Zetas, brazo armado del estupendo cártel del Golfo, blanco favorito y unilateral de este gobierno, la época de aniversarios se antoja de pelos para poner los puntos sobre las íes. Sobre todo cuando si de ejecuciones se trata, la policía municipal, estatal y/o federal, amable lector, siempre llega, digamos, tarde. Ya para qué abundar sobre la red de espías que estos chicuelos han desarrollado (El Universal) develando el interés federal para que medio México se entere.

Sí, my friend, el pronóstico se cumple y la semana está prometiendo. Para aniquilar el sonsonete triunfalista oficial sobre “enérgicos” exhortos. Sobre la certidumbre. Los acuerdos. Y eso que aún faltan mensajes... y destinatarios...

Por la Mirilla

Jesús Ortega tuvo que agarrar su patín (y no precisamente para ir a la pista del Zócalo) y dejar el FAP. ¿La razón? La tenebra detrás de su actitud y la de sus aliados en el Senado con el frankenstein del Cofipe, las espléndidas coaliciones y el ¿nuevo? ife. Ortega no podía seguir al frente de coordinador desconociendo a los aliados fundamentales del FAP como el PT y Convergencia. Lo demás is pure bullshit…

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