ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto
Aristóteles
LE HE COMENTADO aquí de los afanes sindicalistas de los trabajadores del Instituto Federal Electoral, quienes desde 1990 luchan por sus derechos laborales.
Hoy, con las reformas constitucionales que, dicen sus impulsores, permitirá al país avances sustanciales en democracia (jejeje), los servidores de base del IFE aún desconocen si esta vez sus derechos son o no tomados en cuenta dentro de las controvertidas adecuaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe).
Y es que, mientras desde el Congreso se ha divulgado por todos los medios, que con la Reforma Electoral gana la sociedad toda, y el IFE a la vanguardia, con renovación escalonada de Consejeros; más y mejor fiscalización; único ente autorizado en la contratación de publicidad en la materia; cooperación con Institutos Electorales Estatales; nueva Contraloría Interna etc., nada se ha oído acerca de su democratización interna, particularmente en lo que se refiere al mundano reclamo de sus más modestos trabajadores, los de base, quienes desde hace mas de 17 años tienen amputados sus derechos laborales y desde entonces están sometidos a un estado de excepción, indefensión y discriminación, que ha originado que sean motivo de todo tipo de abuso, lo que –imagino deben saberlo los legisladores-- está prohibido por la Constitución.
El Articulo 172 numeral 1 del COFIPE establece que todos los trabajadores del IFE serán considerados de confianza, pero realmente no es así, su status, de facto, es de empleados de base.
No todos tienen funciones o actividades de mando dirección o supervisión, que es lo que determina si se es, o no, de confianza; ni todos ganan sueldos como de confianza; ni todos tienen prestaciones y prerrogativas de confianza, ¡Qué bueno fuera, háganselas efectiva!
La realidad no corresponde al mandato señalado.
El personal de confianza esta muy bien definido en el IFE, ahí está el personal de carrera y el personal administrativo de mando, ellos sí, indiscutiblemente son servidores de confianza, derivado de la naturaleza de sus actividades.
¿Por qué ese absurdo de incluir a los trabajadores de base, bajo un precepto tan aberrante como ilegal, en un estamento al cual definitivamente no pertenecen, lo que provoca que sólo sean objeto de abuso y discriminación, sin posibilidad de defenderse en condiciones justas y equitativas?
La demanda de los trabajadores de base en el IFE es muy clara.
Que se reforme el artículo antes mencionado, para que esté acorde con la realidad y les quiten el mote de que en el IFE todos son empleados de confianza.
Sólo eso, pero no menos que eso.
Tal solicitud fue presentada en tiempo y forma a los legisladores por los conductos institucionales, como parte de los trabajos de adecuación o reforma al COFIPE que se han llevado a cabo en el Congreso de la Unión.
Y la pregunta prevalece:
¿Continuará la institución garante de la democracia (jejeje) violando los derechos democráticos de sus trabajadores?
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