Sin cobrar un sueldo extra por trabajar en un día festivo estadounidense, miles de inmigrantes indocumentados de la ciudad trabajaron este día de gracias para que el resto gozara.
En restaurantes, fruterías, supermercados, panaderías y lavanderías la cara más visible del trabajo fue la del inmigrante, en la mayoría indocumentado y de origen latino.
“Trabajo siete días a la semana, sin descanso, para que luego digan que somos terroristas y no nos quieran dar licencias de manejo”, dijo el mexicano Luís G., en la frutería donde permaneció durante 12 horas.
Sin Luís G., que gana $4.50 a la hora, la neoyorquina Pauline Soviero reconoce que no hubiera podido preparar ayer un postre para sus invitados.
“Estoy agradecida por su trabajo. A veces pensamos que sólo los médicos, bomberos y policías están de guardia en las festividades, pero sin estos trabajadores todo estaría cerrado”, afirmó Soviero, una asistente de médico.
A pesar de que Juan R., de 25 años, lleva seis en EE.UU., nunca ha podido celebrar el Día de Acción de Gracias.
“Para mí es más trabajo. Estaré en la panadería hasta las 12 de la noche, ganando lo mismo, $8 a la hora. Doy gracias por estar vivo, por despertar y ver la luz del día, por tener trabajo, aunque gane poco, y poder enviar dinero a mi familia”, dijo Juan R.
Preparando ramos de flores por $6 a la hora, 11 horas al día, Alfonsa M. convierte su trabajo en arte. “Me complace ver que los clientes disfruten de la hermosura de la naturaleza”, afirma.
Pero Alfonsa M., que lleva 10 años viviendo en este país, no celebró Acción de Gracias después de su trabajo porque “no es lo usual en nosotros y preferimos guardar el dinero para la navidad”.
Para el concejal Hiram Monserrate, que representa a la zona de Queens —una de las más diversas del país— los inmigrantes demostraron de nuevo con su trabajo que son “los héroes olvidados de este país y les damos gracias por ello”. “Ahora mismo, mientras la mayor parte de los neoyorquinos están con sus familias y cerramos nuestras oficinas y no trabajamos, hay un gran número de inmigrantes que están en bodegas, restaurantes, taxis, trabajando. ¿Qué haríamos en la ciudad de Nueva York sin estos inmigrantes que aún en este día de Acción de Gracias están trabajando? Estas ciudad se paralizaría”, afirmó.
Sin saber a qué hora finalizaría su jornada laboral, Juan R., Eliazar E. y Florentino C., los únicos tres empleados de una pescadería —todos indocumentados— limpiaban pescado.
“Es un trabajo precario que ningún gringo quiero hacer y todavía no quieren darnos los papeles (migratorios), para que sea más precario”, dijo Juan R.
Recientemente, el gobernador Eliot Spizter retiró un plan para expedir licencias a indocumentados, en parte, por la presión de grupos antiinmigrantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario