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30 noviembre 2007

Que no se apague la luz del canje/Los Temores de Uribe


Iván Márquez/Rodrigo Granda

Miserable, muy miserable la actitud de Uribe al suspender la mediación humanitaria del Presidente Hugo Chávez y la senadora Piedad Córdoba, cuando era la única esperanza para lograr el canje de prisioneros en Colombia.

Al apagar la luz que se había encendido dejó su alma pintada, la locura de su cerril intransigencia y su indolente desprecio por el canje humanitario. Todos debemos sentir vergüenza frente al grosero desaire de Uribe contra un Presidente amigo, que lleva a Colombia metida en su corazón y siente profundo afecto por nuestro pueblo.

Cuando la batalla humanitaria de Chávez estaba a punto de arrojar los primeros resultados, un delirante Uribe la consideró amenaza para la soberanía de Colombia, para su política de seguridad inversionista, y un espacio para la diplomacia guerrillera, que al parecer mortifica hasta lo indecible su incontrovertible ego de führer tropical.

Un saludo deferente a un general no es ninguna amenaza a la soberanía como sí lo es la dependencia y la subordinación de toda la cúpula militar colombiana al Comando Sur del ejército de los Estados Unidos. Nada atenta más contra la nación que la colonial política de seguridad inversionista, que no democrática, porque está concebida sólo para reprimir al pueblo y favorecer las ganancias de las trasnacionales. Y por otra parte, quién dijo que una guerrilla bolivariana como las FARC se va a dejar amordazar por un gobierno cuestionado e ilegítimo, mafioso y paramilitar como el de Bogotá.

Ignoramos qué le hizo creer a Uribe que sería más eficaz el sinuoso como intrigante comisionado Restrepo que una intermediación con toda la solvencia moral y el prestigio que caracterizan al Presidente Chávez y a la senadora Córdoba.

Pero para ser justos, y es deber reconocerlo, Restrepo y su jefe inmediato sí son buenos negociadores… pero con los narco paramilitares. Les aceptan todo. Por ellos son capaces de cualquier cosa, hasta de purificarlos como altruistas luchadores políticos, o socavar la autoridad institucional de la Corte Suprema de Justicia, como ya lo han hecho en reiteradas oportunidades.

Sin descartar eventualidades, no es promisorio el horizonte futuro. Uribe es el enemigo público número uno del canje humanitario. Atravesó como mulas muertas en el camino sus absurdos inamovibles. Extraditó guerrilleros a los Estados Unidos… Si no pudo con el canje, qué va a poder con la paz. Para que haya canje y haya paz requerimos de un nuevo gobierno verdaderamente democrático, fundado en la soberanía del pueblo y en la justicia social. Todos debemos trabajar por esa perspectiva.

Al Presidente Chávez y a Piedad Córdoba, mil gracias por esa dinámica arrolladora que desataron por el canje y la paz de Colombia; por habernos escuchado con respeto y sugerido caminos. Algo nos dice que su esfuerzo no será en vano. A los familiares y allegados de los prisioneros de las partes contendientes, nuestro llamado a persistir. Que no se apague la luz del canje. Encontraremos una salida.

Montañas de Colombia, noviembre 23 de 2007

Los Temores de Uribe
Rodrigo Granda/Integrante de Comisión Internacional de las FARC

Cuando en el mes de agosto Uribe nombra como intermediaria del Canje Humanitario a la senadora Piedad Córdoba y llama al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, para el mismo propósito, nadie podía imaginar que en ese mismo instante, el “fantasma” que tanto pavor causa al Presidente colombiano, comenzaba sus preparativos para relanzarse, con fuerza centuplicada sobre la arena de la política nacional e internacional.

La sola mención de Marulanda o de las FARC-EP en los medios masivos de comunicación del mundo entero, crispaban los nervios del arrogante mandatario y más lo atormentaba el saberse gestor involuntario del retorno triunfal de los hijos de Manuel.

“Marulanda…Marulanda…quiero hablar contigo”….”Marulanda recibí tu carta”…”Uribe déjame ir a hablar con Marulanda”…”Marulanda envíame a tu representante”; eran frases pronunciadas en el Programa Aló Presidente, por Chávez, y sin que éste lo supiera llegaban a los oídos de Uribe, entrando de lleno a su cerebro e instalándose en él como un eco repetido, a todo volumen, un millón de veces que no permitía conciliar el sueño.

Pero su desgracia no paraba ahí. Era insoportable que otros jefes de Estado y de gobierno, Ong’s, países No Alineados, personalidades del mundo de la cultura, senadores demócratas de los Estados Unidos, familiares de los retenidos en poder de las partes, iglesias y las gentes de buena voluntad, vieron, que se había creado la posibilidad real para el arreglo del Canje Humanitario entre las partes contendientes en Colombia y se congratulaban que así fuera.

Esa percepción creció, entre los amigos del Canje, cuando el Comandante Iván Márquez a nombre y por mandato del Secretariado Nacional de la Organización Guerrillera, pese a los riesgos, en seguridad que ello implica, hace presencia en el Palacio de Miraflores. Solo Uribe y su reaccionario entorno entran ya, en pataleta y estupefacción cercana al pánico. ¡No puede ser que un “terrorista” merezca el recibimiento de Jefe de Estado!, mascullaba Uribe.

Las fotos de Chávez abrazando a Márquez y de Márquez entregando hermosas y frescas flores a Piedad, muestran que el rostro de las FARC-EP, no es el de las fieras y exhala ese suave aroma de las rosas montañeras. Era un potaje demasiado fuerte para ser digerido por quien siempre emplea los epítetos de “terroristas, “bandidos” y “delincuentes”.

Y viene la visita de Chávez a París. El viejo mundo escucha la voz bolivariana del nuevo mundo que nace en nuestra América y de cómo la paz para Colombia es imprescindible y que Manuel y su guerrilla serán protagonistas de primer orden de ese ansiado nacimiento.

Esto revienta los nervios del hacendado del Ubérrimo, quien en su loco desespero, y con los temores de la impotencia de frenar a las guerrillas, suspende a Chávez y a Piedad las funciones de su encargo, creyendo ahuyentar fantasmas, que no se irán, porque las FARC-EP son realidad palpitante que busca y logrará el Canje y la paz para Colombia. Cada quien con sus temores pero la historia no se puede detener y ella nos dará la razón de nuestra lucha.

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