Por Lila Sarai
Y continuamos con las viejas costumbres romanas. Pan y circo para el pueblo. Claro, hay que mantenerlo sosegado para que no haga ‘teatritos', ya que para eso está el gobierno.
No hace muchos días una ‘caravana musical' conformada por un triste Turibus en el que iban unos músicos tocando el tan conocido Cielito Lindo pero en un ritmo que era una rara combinación entre samba o el “ pé pé pé ” brasileño que ponen en todas las fiestas cuando ya van a correr a los invitados del salón y ‘ chun ta tas '.
Ya después en el Hemiciclo a Juárez el mismo Turibus se detuvo a tocar música como de Bar de los años 20 mientras dos personas en zancos bailaban sin pena ni gloria ‘animando' a los concurrentes (que no eran más de 30).
Es de enterarse todo ciudadano que esta bizarra escena se trata del programa “Los Fines de Semana son de Cultura en la Ciudad ” de Marcelo Ebrad.
¿Más circo?
Apenas nos recuperamos de la deliciosa bronceada que nos dimos en las ‘playas de Marcelo' cuando ahora, muy amablemente decide recrearnos el Rockefeller Center de Nueva York pero a la mexicana en el Zócalo Capitalino.
Ya que a partir del 1 de Diciembre podremos disfrutar de las 3 pistas de hielo instaladas: una en el Zócalo (con 3 mil metros 2 de extensión), otra en el Bosque de Aragón y la última en la Alameda Sur (ambas ¿dos? de 400 metros 2 ).
No cabe duda que en la Ciudad de México lo que sobra es presupuesto y hay que gastarlo. Y como todo gobierno, cumple con darnos circo… pero, ¿y el pan?. Es biológicamente comprobado que gente que no come se muere, así que esperemos que no tarde mucho en llegar porque sino ahora ¿quién va a patinar en la pista?
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