• ¿¿Y el DOF y el Cofipe??
• Prometes y prometes... y nada... y naaada...
Para otorgarle sentido a la vida en política, mi estimado, es necesario actuar como si todo valiera todo. La batalla contra el organizado crimen es un asunto pendiente en varios niveles de gobierno, llámese municipal, estatal y/o federal por todo lo delicado del asunto que ya es un problema de seguridad nacional. Por lo mismo es ocioso, inservible e inútil hacer promesas de micrófono que lo llevan a uno al terreno de lo ridículo y grotesco.
Felipe Calderón acudió hace unos días, my friend, al simpático epicentro de la discordia, Tijuana, entre los chicuelos del Golfo & asociados contra los de Sinaloa & confederados para señalar que su gobierno le va a echar montón a la delincuencia organizada (uuyyy qué miedo, pensaron varios desternillados de risa) y que se redoblará el Operativo whatever que, en estos once meses, literalmente ha valido madres.
Nada mejor como evitar cacarear el huevo antes de ponerlo. Eso de anunciar a los cuatro vientos que ahí les va el lobo no ha tenido, digamos, buenos resultados. Pareciera que están avisándoles a priori que se pongan buzos, caperuzos, ¿no lo cree?
Y para combatir a esta bola de traviesos que reinventaron su negocio abriendo nuevos nichos de mercado, la táctica sin duda debe ser firme y sin cuartel.
El ejemplo del jefe de Gobierno capitalino en este año —aunque se vayan a la lámpara— que sin duda lo puso a prueba en diversos ámbitos, fue la de aventarse a la alberca prometiendo desalojar de ambulantes el Centro Histórico asumiendo todos los riesgos políticos que la aventurada medida ameritaba y... cumplió su promesa. Acción que por mucho, junto a las expropiaciones en Tepito y en la tristemente célebre Ford —donde por cierto encontraron más de 2,300 toneladas en vehículos robados— devino una serie de simpáticos pronósticos de incredulidad, que las acciones del GDF serían temporales y fracasarían.
Hoy los capitalinos constatan que, pese a las presiones y caminos legales explorados por estos conocidos delincuentes, Marcelo Ebrard se ha mantenido firme. El colmo de la envidia federal raya en lo absurdo, mi estimado, al querer repavimentar el delicado caminito y reeditar la película por todos vista y que dio la vuelta al mundo, sobre la posibilidad de desaforar al mandatario capitalino... por expropiar terrenos donde la delincuencia organizada hacía impunemente de las suyas. Entonces uno se pregunta si para el Gymboree y Felipe hay niveles para tratar los temas del crimen organizado.
Es evidente que ante las acciones emprendidas por el GDF —pista de hielo (que originó un espléndido artículo en el New York Times), puente de la Concordia, playas en Verano, Fuente de la República, seguro contra el desempleo, el astro del balompié, Pelé, y la inauguración de una escuela de entrenamiento, colocación exitosa de la deuda, en fin— hay una reacción, generalmente virulenta, encabezada por el estridente secretario del Trabajo, Javier Lozano, a quien no tarda en bajarle la hormona (mensual) para atacar a Marcelo Ebrard con la absoluta anuencia de su jefecito, quien desde ahora desarrolla la tenebra para solicitar el desafuero Part II: the sequel.
Se entienden los arranques de Lozano, quien aspira a ser candidato azul en el lejanísimo 2012, por estar en el epicentro mediático del debate para temas de la ciudad. No está en chino y se vale.
Lo que no se vale es que delicados asuntos de la STyPS no estén atendidos con esa misma pasión y que en algún divertido momento estallarán nuevamente en crisis. El engrudo que hace lunas está hecho bolas con los mineros de Napoleón Gómez Urrutia —a quienes acaban de notificar en un fallo definitivo que la huelga en Cananea es legal—sigue latente ante las arbitrariedades de Grupo México de Germán Larrea, para el cual hay niveles en la tolerancia federal.
Ejemplo que se suma a la percepción diseminada de que la vara jurídica y del mentado Estado de Derecho presidencial no mide a todos por igual. Que hay niveles.
Y sí, my friend, de que hay niveles, los hay. Sobre todo en el rubro de los éxitos y los fracasos. Y con la pena para el Gymboree y Felipe (que pueden olvidarla bien acompañados de su drink favorito), el GDF, encabezado por Marcelo Ebrard, en este 2007 se anotó varias victorias en distintos ámbitos.
Ni modo, efectivamente... hay niveles...
Por la Mirilla
Y hablando de éxitos, cuándo se les ocurrirá en Los Pinos publicar en el DOF el recién aprobado Cofipe... o estarán esperando hasta los comicios ¡¿¿de febrero??!
• Prometes y prometes... y nada... y naaada...
Para otorgarle sentido a la vida en política, mi estimado, es necesario actuar como si todo valiera todo. La batalla contra el organizado crimen es un asunto pendiente en varios niveles de gobierno, llámese municipal, estatal y/o federal por todo lo delicado del asunto que ya es un problema de seguridad nacional. Por lo mismo es ocioso, inservible e inútil hacer promesas de micrófono que lo llevan a uno al terreno de lo ridículo y grotesco.
Felipe Calderón acudió hace unos días, my friend, al simpático epicentro de la discordia, Tijuana, entre los chicuelos del Golfo & asociados contra los de Sinaloa & confederados para señalar que su gobierno le va a echar montón a la delincuencia organizada (uuyyy qué miedo, pensaron varios desternillados de risa) y que se redoblará el Operativo whatever que, en estos once meses, literalmente ha valido madres.
Nada mejor como evitar cacarear el huevo antes de ponerlo. Eso de anunciar a los cuatro vientos que ahí les va el lobo no ha tenido, digamos, buenos resultados. Pareciera que están avisándoles a priori que se pongan buzos, caperuzos, ¿no lo cree?
Y para combatir a esta bola de traviesos que reinventaron su negocio abriendo nuevos nichos de mercado, la táctica sin duda debe ser firme y sin cuartel.
El ejemplo del jefe de Gobierno capitalino en este año —aunque se vayan a la lámpara— que sin duda lo puso a prueba en diversos ámbitos, fue la de aventarse a la alberca prometiendo desalojar de ambulantes el Centro Histórico asumiendo todos los riesgos políticos que la aventurada medida ameritaba y... cumplió su promesa. Acción que por mucho, junto a las expropiaciones en Tepito y en la tristemente célebre Ford —donde por cierto encontraron más de 2,300 toneladas en vehículos robados— devino una serie de simpáticos pronósticos de incredulidad, que las acciones del GDF serían temporales y fracasarían.
Hoy los capitalinos constatan que, pese a las presiones y caminos legales explorados por estos conocidos delincuentes, Marcelo Ebrard se ha mantenido firme. El colmo de la envidia federal raya en lo absurdo, mi estimado, al querer repavimentar el delicado caminito y reeditar la película por todos vista y que dio la vuelta al mundo, sobre la posibilidad de desaforar al mandatario capitalino... por expropiar terrenos donde la delincuencia organizada hacía impunemente de las suyas. Entonces uno se pregunta si para el Gymboree y Felipe hay niveles para tratar los temas del crimen organizado.
Es evidente que ante las acciones emprendidas por el GDF —pista de hielo (que originó un espléndido artículo en el New York Times), puente de la Concordia, playas en Verano, Fuente de la República, seguro contra el desempleo, el astro del balompié, Pelé, y la inauguración de una escuela de entrenamiento, colocación exitosa de la deuda, en fin— hay una reacción, generalmente virulenta, encabezada por el estridente secretario del Trabajo, Javier Lozano, a quien no tarda en bajarle la hormona (mensual) para atacar a Marcelo Ebrard con la absoluta anuencia de su jefecito, quien desde ahora desarrolla la tenebra para solicitar el desafuero Part II: the sequel.
Se entienden los arranques de Lozano, quien aspira a ser candidato azul en el lejanísimo 2012, por estar en el epicentro mediático del debate para temas de la ciudad. No está en chino y se vale.
Lo que no se vale es que delicados asuntos de la STyPS no estén atendidos con esa misma pasión y que en algún divertido momento estallarán nuevamente en crisis. El engrudo que hace lunas está hecho bolas con los mineros de Napoleón Gómez Urrutia —a quienes acaban de notificar en un fallo definitivo que la huelga en Cananea es legal—sigue latente ante las arbitrariedades de Grupo México de Germán Larrea, para el cual hay niveles en la tolerancia federal.
Ejemplo que se suma a la percepción diseminada de que la vara jurídica y del mentado Estado de Derecho presidencial no mide a todos por igual. Que hay niveles.
Y sí, my friend, de que hay niveles, los hay. Sobre todo en el rubro de los éxitos y los fracasos. Y con la pena para el Gymboree y Felipe (que pueden olvidarla bien acompañados de su drink favorito), el GDF, encabezado por Marcelo Ebrard, en este 2007 se anotó varias victorias en distintos ámbitos.
Ni modo, efectivamente... hay niveles...
Por la Mirilla
Y hablando de éxitos, cuándo se les ocurrirá en Los Pinos publicar en el DOF el recién aprobado Cofipe... o estarán esperando hasta los comicios ¡¿¿de febrero??!
1 comentario:
Ja ja me da risa que quieran entrar a insultar y "con todo respeto" piensen que nos vamos a ofender por sus falacias, ja, ja y mas ja, pobre sinaloense ridiculo que opino en el blog, ubicado en:
200.66.54.99 [Label IP Address]
Country Mexico
Region Sinaloa
City Mazatlan
ISP Megacable Sa De Cv
Y esto fue lo que intento comentar:
Hola,
Con todo debido respeto, leyendo solamente un poco de sus columnas, creo que son una bola de PENDEJOS con la menor profesionalidad que jamás haya visto. Se ve que son luteranos lamebolas de otro PENDEJO (AMLO). ¿Por qué en lugar de solo criticar, no se ponen las pilas como buenos mexicanos y hacen algún trabajo de verdad?
Pinche bola de huevones lameculos!!
Pobre ignorante el que opino lo anterior y mas pendejo el por no saber argumentar: atte. Monica Solis :P
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