Por Millán
Felipe Calderón y su gorila en Gobernación, Francisco Ramírez Acuña deberán dar una explicación a todos los mexicanos de por que permiten que el Vaticano viole las leyes mexicanas rebasando los límites del Estado laico al intervenir políticamente en el asunto de la despenalización de aborto.
Lo anterior se hace evidente con la visita que realizará próximamente a México el cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, quien presuntamente viene enviado por el papa a reforzar la lucha de la Iglesia contra la despenalización del aborto.
El Vaticano tiene dos caras que utiliza a conveniencia; cuando le conviene argumenta que es un Estado soberano que se gobierna tan terrenal e independiente como los demás Estados del orbe y por lo tanto nadie puede intervenir en sus decisiones políticas, pero cuando no, cambia camaleónicamente presentándose como un organismo religioso que se siente con derecho divino para intervenir en las decisiones laicas de cualquier otro Estado soberano bajo el falaz argumento de que la iglesia esta en donde se encuentren sus feligreses y como estos se encuentran en todas partes…
Lo que es importante destacar es que referente a la despenalización o no del aborto, así como de cualquier otra decisión política, legal o jurídica corresponde solo a los mexicanos la decisión. La intervención del catolicismo en cualquiera de sus formas solo demuestra que en el país aún existe una visión manipuladora proveniente del extranjero que busca imponer sus modelos de conducta a la población.
Descaradamente el Episcopado llamó a los legisladores a “no precipitarse a despenalizar el aborto, pues el tema debe ser sometido a la discusión pública, incluso a un plebiscito, y la Iglesia está dispuesta a entrarle al diálogo” (sic) , ¿perdón?, ¡claro que la iglesia siempre está más puesta que una media!, pero ¿quién dice que los mexicanos están dispuestos a permitir que la iglesia “le entre” a la discusión?. Carlos Aguiar Retes, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), informó en rueda de prensa que él personalmente y todas las diócesis del país invitan a la feligresía a salir a las calles y manifestarse en contra del aborto, “Porque pareciera que en este país si no te manifiestas públicamente no existes” , y advirtió que si los mexicanos quieren un país democrático “a nadie se le puede tapar la boca” .
Claro que existe el derecho inalienable a la libre expresión y manifestación, pero el punto en cuestión es que un cura en México no puede convocar a manifestaciones políticas por que lo prohíbe la constitución, Juárez daría un vuelco en su tumba si pudiera ver la clase de aberraciones que permite el actual gobierno, pero ¿y como no habría de ser? si es un gobierno ilegítimo emanado de la trampa y del fraude.
Los 66 legisladores de la Asamblea Legislativa que votarán a favor de la despenalización indicaron que están a favor de la vida, pero sobre todo de la vida, “de las miles de mujeres que mueren en la plancha como consecuencia de los abortos mal practicados”.
Actualmente ya está despenalizado el aborto cuando el embarazo sea producto de una violación o de incesto, cuando se detecten malformaciones congénitas, o cuando esté en riesgo la vida de la madre. Ahora la despenalización del aborto voluntario está en las manos de los legisladores del DF y a nivel federal, pero no de la iglesia.
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