La sociedad de los poetas muertos
A esta sociedad no le gusta que escribas. Desde que empecé a escribir mucha gente me dice “¿por qué escribes?” o, peor aún “¡ya no escribas!”. El colmo fue cuando hace años un tipejo, sangrón y chaparro, llegó a dudar de mi capacidad para escribir una queja sólo porque soy mujer.
La gente le tiene miedo a las palabras porque muchas de ellas dicen la verdad y cuando dicen mentiras, te ves obligado a sacar a la luz la realidad para luego enfrascarte en una guerra de letras, comas y signos de admiración que les da mucha flojera.
Es mucho más cómoda la indiferencia, la neutralidad, el abstencionismo. Es más fácil dejar descansar la neurona y no meterse en problemas. “Es que no quiero que me pase nada” dicen, bueno… entonces nada pasará contigo (frase célebre de la película de “Buscando a Nemo”).
Aunque no soy muy afecta a la literatura inglesa, hay un poema llamado “La Sociedad de los Poetas Muertos” de Walt Whitman, poeta y periodista estadounidense, que más que un poema es una cátedra de cómo vivir la vida.
Copio lo que a mi gusto son las mejores estrofas: “No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber./ No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo./ No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre./ No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso./ Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno./ No permitas que la vida pase por ti sin que la vivas…”
Nuestro deber es no callar a pesar de que nos señalen, a pesar de que nos pongan en la lista negra, a pesar de la censura, porque si no fuera por esto ¡qué aburrida sería la vida! Realmente el silencio es espantoso, es por eso que somos pocos… ¡pero bien ruidosos!
Sandra Ramones www.lostubos.com 23 junio 2007
A esta sociedad no le gusta que escribas. Desde que empecé a escribir mucha gente me dice “¿por qué escribes?” o, peor aún “¡ya no escribas!”. El colmo fue cuando hace años un tipejo, sangrón y chaparro, llegó a dudar de mi capacidad para escribir una queja sólo porque soy mujer.
La gente le tiene miedo a las palabras porque muchas de ellas dicen la verdad y cuando dicen mentiras, te ves obligado a sacar a la luz la realidad para luego enfrascarte en una guerra de letras, comas y signos de admiración que les da mucha flojera.
Es mucho más cómoda la indiferencia, la neutralidad, el abstencionismo. Es más fácil dejar descansar la neurona y no meterse en problemas. “Es que no quiero que me pase nada” dicen, bueno… entonces nada pasará contigo (frase célebre de la película de “Buscando a Nemo”).
Aunque no soy muy afecta a la literatura inglesa, hay un poema llamado “La Sociedad de los Poetas Muertos” de Walt Whitman, poeta y periodista estadounidense, que más que un poema es una cátedra de cómo vivir la vida.
Copio lo que a mi gusto son las mejores estrofas: “No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber./ No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo./ No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre./ No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso./ Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno./ No permitas que la vida pase por ti sin que la vivas…”
Nuestro deber es no callar a pesar de que nos señalen, a pesar de que nos pongan en la lista negra, a pesar de la censura, porque si no fuera por esto ¡qué aburrida sería la vida! Realmente el silencio es espantoso, es por eso que somos pocos… ¡pero bien ruidosos!
Sandra Ramones www.lostubos.com 23 junio 2007
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