
Por Eduardo Ibarra Aguirre
Directrices claras, categóricas, trazó Felipe de Jesús Calderón Hinojosa para la Policía Federal , en la Academia Superior de Seguridad Pública, en la capital potosina:
“Los instruyo a no dar un paso atrás en la protección de los mexicanos… a no claudicar ni titubear en el rescate de los espacios públicos, a no dar tregua ni cuartel a los enemigos de México, a vestir este uniforme –de colores azul, blanco, negro y gris-- y portar las armas que se les entregan con responsabilidad y dignidad”.
Si de instrucciones presidenciales solemnes, maquillajes y amplia difusión mediática dependiera la construcción de instituciones policiales profesionales y eficientes, el gravísimo problema de la inseguridad pública que padece la sociedad hubiera sido resuelto por cualquier presidente que medianamente sepa leer discursos.
Para desgracia de la inmensa mayoría de los mexicanos que ni remotamente pueden pagar seguridad privada, pero tampoco disponen de los mil 900 elementos del Estado Mayor Presidencial, 215 vehículos automotores, blindados incluidos, helicópteros y aviones al servicio de Calderón Hinojosa y de su afortunada familia, en San Luís Potosí se anunciaron medidas que repiten el grotesco engaño del sexenio pasado.
Seguramente usted recuerda –aunque los hombres y mujeres del poder consideran al mexicano un pueblo desmemoriado-- que Vicente Fox Quesada –el favorecido por General Motors de México SA de CV, con una Hummer en comodato-- y Rafael Marcial Macedo de la Concha lo atosigaron con ofensivos anuncios en radio y televisión, y discursos del hombre de la lengua larga y las ideas cortas ( Carlos Fernández-Vega dixit ) sobre la “nueva AFI” (Agencia Federal de Investigación) que funcionaba como “policía del primer mundo”, como el Federal Bureau of Investigation y Scotland Yard.
Pues una vez más fue usted engañado por ese extraordinario demagogo que sigue esquilmando a los magnates que benefició con recursos y bienes públicos en el sexenio del cambio (en reversa).
Con el abogado michoacano despachando en Los Pinos, el país se dispone a ver nuevamente la misma engañosa película: de la Policía Judicial Federal a la AFI , de la Policía Federal Preventiva a la PF. Eso sí: con nuevos uniformes en los que no podía faltar el color azul. Con la nueva Academia Superior de Seguridad Pública, fundada con otro nombre en 1999 por Ernesto Zedillo Ponce de León , y un sistema de información criminalística, Plataforma México, que se encuentra en proceso de diseño desde el sexenio del ahora asesor plurinominal –porque cobra en varias nóminas-- de las trasnacionales que favoreció desde la Presidencia , como Union Pacific.
Son 2 mil 183 ejecuciones del narcotráfico y el crimen organizado de diciembre de 2006 a septiembre de 2007, de acuerdo al procurador Eduardo Medina-Mora Álvarez Icaza , es decir: una cada tres horas, lo que supone más muertos que el año pasado en que el promedio fue de un ejecutado cada seis horas. Además de que 11 por ciento de los ejecutados fueron bajas del Estado.
Para el diario Reforma, en 10 meses de 2007 fueron ejecutados 240 elementos policiales y militares. Se trató de 58 jefes policíacos, 160 agentes y 22 integrantes del Ejército.
Con tales cifras, apuntaladas por la desesperada denuncia de los organizadores de la Marcha por la Seguridad , de que en Tijuana, Baja California, “ya perdieron la cuenta de los secuestros” –igual que Calderón sobre los narcos detenidos-- pero que supera con mucho la cifra de 200 durante 2006, el economista de Morelia sólo insiste en cambios de nombre y de uniforme, y festina --como lo hizo el 2 de septiembre en Palacio Nacional-- que en la percepción de la gente disminuyó el porcentaje de los que colocan el gravísimo problema de la inseguridad pública en el primer lugar de sus preocupaciones y angustias.
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