Felipe Calderón fue a Estados Unidos a defender el Tratado de Libre Comercio, ese que los campesinos mexicanos exigen se renegocie o se derogue. También fue para mendingarle al acabado George Bush, que intente sacar adelante un acuerdo migratorio, petición imposible pues sólo le quedan unos meses en el mando y no tiene apoyo en el Congreso. Calderón viajo para dar malas cuentas sobre la privatización del petróleo y justificar ante Bush y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, por qué no ha podido cumplirles los ofrecimientos de abrir PEMEX a las inversiones privadas.
Nueva Orleáns es el escenario de la cuarta cumbre de la Asociación para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), iniciada en 2005 y que tiene la intención principal de encontrar los mecanismos para ir anexando, México a Los Estados Unidos (incluyendo lo militar). El pretexto es la "seguridad y prosperidad" en la región, o mejor dicho, del país yanqui que es el que determina lo qué hay que hacer, cuándo y cómo.
Arrastrándose, Calderón ofertó nuevamente la mano de obra barata mexicana, afirmando que "la economía de EE.UU. y de México son complementarias. La de EE.UU. es intensiva en capital, la mexicana es intensiva en mano de obra " y dejó claro que los norteamericanos son nuestros amigos, pues después de que Bush lo nombró en español como su amigouuu, Calderon dijo que "nuestras relaciones no son sólo económicas, también tienen profundos vínculos de amistad que estoy seguro que en esta reunión vamos a reforzar"
Dentro de los temas de seguridad de Estados Unidos están las formas en que se puedan agenciar de manera directa y barata el petróleo de México, pues si en Irak tuvieron que hacer una guerra y matar a un millón de seres humanos para obtener parte de su petróleo, en México piensan conseguirlo con el ASPAN y el TLCAN, tratados de supeditación de México a los yanquis.
Feipe Calderón pensaba llegar a esa reunión con una aprobación vía rápida (fast track) de las leyes y reglamentos que abrirían PEMEX a las grandes compañías internacionales, pero la acción del pueblo detuvo temporalmente esa aprobación y llegó con las manos vacías.
Aunque el ASPAN es un tratado que compromete la soberanía del país es prácticamente un acuerdo que se mantiene en secreto pues se está acordando sin la supervisión de ninguna instancia legal; por el contrario, avanza mediante grupos de trabajo trilaterales que se reúnen frecuentemente pero que no le informan a nadie.
Contrario a lo que exigen las organizaciones campesinas mexicanas, Calderón fue a defender el TLCAN afirmando que “a pesar de que el tratado ha sido cuestionado, éste mecanismo ha generado crecimiento económico y ha multiplicado la creación de empleos”. Esto lo afirmó abiertamente pues anda preocupado ya que el acuerdo comercial se ha visto inmerso en la campaña electoral hacia la Casa Blanca : los aspirantes del Partido Demócrata, Hillary Clinton y Barack Obama, han prometido revisarlo. Los candidatos han ofrecido esto pues los sindicatos estadounidenses insisten que las condiciones de trabajo en su país empeoraron.
Entre los temas a tratar, además de la manera en que los norteamericanos controlen las fronteras mexicanas y tengan incidencia en los mandos militares nacionales están: competitividad global, energía sustentable y medio ambiente, seguridad alimentaria y preparación para el manejo de situaciones de emergencia.
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