Por Rubén Rivera
Los trabajadores deben seguir el ejemplo de SIDOR
Cementos Mexicanos, trasnacional con sede en la ciudad de Monterrey, ha sido sacudida con un inesperado anuncio: el presidente de Venezuela Hugo Chávez señaló que se iniciarían tramites para su nacionalización y la de otras dos importantes empresas como lo son Holcim y Lafarge, las cuáles controlan el 99% de la producción cementera del país y dedican más de la mitad de su producción a la exportación generando un nivel de precios dentro de Venezuela no justificable más que por el oligopolio que ejercen.
Según, el ministro del ramo Rafael Ramírez, la idea es que el Estado asuma el control de las empresas sin hacer a un lado totalmente la participación privada ‘Estamos seguros de que vamos a entrar en participación accionaria del Estado de como mínimo un 60 por ciento para garantizar un control objetivo de la empresa y de sus procedimientos’.
La idea del estado venezolano es emplear la capacidad productiva de la industria cementera para genera un boom de la construcción y permitir por ese medio un estimulo importante al crecimiento económico.
Si se mira con detenimiento los efectos económicos para CEMEX no son realmente importantes, sus inversiones en Venezuela representan sólo el 2% de su total mundial, además de ello, recibiría el 60% de los activos y una importante participación en el mercado venezolano. No hay que olvidar que la cementera mexicana lleva ya más de 14 años obteniendo beneficios muy superiores a lo que originalmente pagó. En realidad se trata de que CEMEX intervenga pero bajo control del estado.
Por supuesto consideramos que es un pequeño paso adelante en la dirección correcta, no obstante sin el control directo de los trabajadores, CEMEX Venezuela corre el riesgo de ser gestionaba burocráticamente y por lo tanto no cubrir las expectativas que puede crear en las masas dicha medida.
Por supuesto los marxistas consideramos este tipo de acuerdos como soluciones que no satisfacen las necesidades de la revolución en la medida de que aún con la mayoría de las acciones de CEMEX Venezuela sería funcionando como una empresa capitalista y la trasnacional CEMEX seguirá recibiendo parte sustancial de los beneficios. Lo ideal hubiera sido al expropiación total de la empresa y su puesta en marcha bajo el control de sus propios trabajadores.
Por otra parte la reacción de la burguesía mexicana y del propio gobierno ha sido totalmente histérica, reprobando dicha medida y señalando que “hará uso de todos los medios a su alcance para proteger los intereses legítimos de empresas mexicanas en el exterior”. ( La Jornada 7/abril/08).
Es contrastante esta reacción con la total apatía que ha mostrado el gobierno respecto a los 4 estudiantes muertos en el acto terrorista cometido por los sicarios de Álvaro Uribe en contra de un campamento de las FARC dentro de territorio ecuatoriano.
Por supuesto estos hechos no dejan la menor duda de que el gobierno mexicano esta total y absolutamente al servicio de la oligarquía mexicana y sus socios extranjeros.
Seria muy lamentable que por cuestiones de diplomacia el gobierno venezolano comparta los beneficios de una empresa capitalista como CEMEX Venezuela, lo que se necesita son acciones que impulsen al revolución hacia delante como fue el caso de la nacionalización de la siderurgica SIDOR en Guyana.
Por supuesto que la diferencia es que en el caso de SIDOR han sido los trabajadores y no el gobierno, quienes han lanzado la reivindicación de la nacionalización, esto debido a la actitud francamente prepotente y provocadora de la empresa de negarse a negociar con el sindicato y hacerle concesiones. Incluso los trabajadores se tuvieron que enfrentar con la propia guardia nacional que llegó al grado de actuar de cómplice de la empresa trasnacional.
Solo la determinación y combatividad de los trabajadores de SIDOR ha permitido que el gobierno de Chávez se pronuncie por la nacionalización. Ahora los trabajadores de SIDOR avanzan bajo la consigna de lograr el control obrero de la empresa.
Este es el ejemplo que deben seguir los trabajadores de CEMEX Venezuela, no deben permitir la gestión capitalista de una empresa donde parte de su propiedad es de un Estado que se dice bolivariano y socialista.
El primer paso debe ser exigir la nacionalización completa de CEMEX Venezuela y el segundo es hacer un llamado a la UNT para que exija la nacionalización de todas las empresas para que realmente sea posible una planificación racional de la producción.
Es el movimiento obrero, por medio de sus organizaciones, incluyendo a las bases del PSUV quienes deben tomar la iniciativa como fue el caso de SIDOR, sólo de esa manera se deben evitar formulas burocráticas y colaboracionistas como las que se pretenden imponer en CEMEX Venezuela.
Los trabajadores mexicanos estamos con los trabajadores de Venezuela y saludamos este gran paso adelante de su revolución con la esperaza de pronto acompañarlos paso a paso en la construcción de una Federación Socialista de América Latina
Los trabajadores deben seguir el ejemplo de SIDOR
Cementos Mexicanos, trasnacional con sede en la ciudad de Monterrey, ha sido sacudida con un inesperado anuncio: el presidente de Venezuela Hugo Chávez señaló que se iniciarían tramites para su nacionalización y la de otras dos importantes empresas como lo son Holcim y Lafarge, las cuáles controlan el 99% de la producción cementera del país y dedican más de la mitad de su producción a la exportación generando un nivel de precios dentro de Venezuela no justificable más que por el oligopolio que ejercen.
Según, el ministro del ramo Rafael Ramírez, la idea es que el Estado asuma el control de las empresas sin hacer a un lado totalmente la participación privada ‘Estamos seguros de que vamos a entrar en participación accionaria del Estado de como mínimo un 60 por ciento para garantizar un control objetivo de la empresa y de sus procedimientos’.
La idea del estado venezolano es emplear la capacidad productiva de la industria cementera para genera un boom de la construcción y permitir por ese medio un estimulo importante al crecimiento económico.
Si se mira con detenimiento los efectos económicos para CEMEX no son realmente importantes, sus inversiones en Venezuela representan sólo el 2% de su total mundial, además de ello, recibiría el 60% de los activos y una importante participación en el mercado venezolano. No hay que olvidar que la cementera mexicana lleva ya más de 14 años obteniendo beneficios muy superiores a lo que originalmente pagó. En realidad se trata de que CEMEX intervenga pero bajo control del estado.
Por supuesto consideramos que es un pequeño paso adelante en la dirección correcta, no obstante sin el control directo de los trabajadores, CEMEX Venezuela corre el riesgo de ser gestionaba burocráticamente y por lo tanto no cubrir las expectativas que puede crear en las masas dicha medida.
Por supuesto los marxistas consideramos este tipo de acuerdos como soluciones que no satisfacen las necesidades de la revolución en la medida de que aún con la mayoría de las acciones de CEMEX Venezuela sería funcionando como una empresa capitalista y la trasnacional CEMEX seguirá recibiendo parte sustancial de los beneficios. Lo ideal hubiera sido al expropiación total de la empresa y su puesta en marcha bajo el control de sus propios trabajadores.
Por otra parte la reacción de la burguesía mexicana y del propio gobierno ha sido totalmente histérica, reprobando dicha medida y señalando que “hará uso de todos los medios a su alcance para proteger los intereses legítimos de empresas mexicanas en el exterior”. ( La Jornada 7/abril/08).
Es contrastante esta reacción con la total apatía que ha mostrado el gobierno respecto a los 4 estudiantes muertos en el acto terrorista cometido por los sicarios de Álvaro Uribe en contra de un campamento de las FARC dentro de territorio ecuatoriano.
Por supuesto estos hechos no dejan la menor duda de que el gobierno mexicano esta total y absolutamente al servicio de la oligarquía mexicana y sus socios extranjeros.
Seria muy lamentable que por cuestiones de diplomacia el gobierno venezolano comparta los beneficios de una empresa capitalista como CEMEX Venezuela, lo que se necesita son acciones que impulsen al revolución hacia delante como fue el caso de la nacionalización de la siderurgica SIDOR en Guyana.
Por supuesto que la diferencia es que en el caso de SIDOR han sido los trabajadores y no el gobierno, quienes han lanzado la reivindicación de la nacionalización, esto debido a la actitud francamente prepotente y provocadora de la empresa de negarse a negociar con el sindicato y hacerle concesiones. Incluso los trabajadores se tuvieron que enfrentar con la propia guardia nacional que llegó al grado de actuar de cómplice de la empresa trasnacional.
Solo la determinación y combatividad de los trabajadores de SIDOR ha permitido que el gobierno de Chávez se pronuncie por la nacionalización. Ahora los trabajadores de SIDOR avanzan bajo la consigna de lograr el control obrero de la empresa.
Este es el ejemplo que deben seguir los trabajadores de CEMEX Venezuela, no deben permitir la gestión capitalista de una empresa donde parte de su propiedad es de un Estado que se dice bolivariano y socialista.
El primer paso debe ser exigir la nacionalización completa de CEMEX Venezuela y el segundo es hacer un llamado a la UNT para que exija la nacionalización de todas las empresas para que realmente sea posible una planificación racional de la producción.
Es el movimiento obrero, por medio de sus organizaciones, incluyendo a las bases del PSUV quienes deben tomar la iniciativa como fue el caso de SIDOR, sólo de esa manera se deben evitar formulas burocráticas y colaboracionistas como las que se pretenden imponer en CEMEX Venezuela.
Los trabajadores mexicanos estamos con los trabajadores de Venezuela y saludamos este gran paso adelante de su revolución con la esperaza de pronto acompañarlos paso a paso en la construcción de una Federación Socialista de América Latina
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