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05 marzo 2007

Televisa y sus patrocinadores

Florence Toussaint, Proceso 1583

Televisa continúa haciendo negocios a costa del erario público. [Y así seguirá mientras los medios no sean expropiados para que sean propiedad del pueblo].

Aunque algunos medios impresos criticaron el régimen de Vicente Fox por lo mucho que gastó en anunciarse, en promover su imagen, en golpear a sus contrincantes, en mentirle a la ciudadanía, el sexenio de Calderón promete ser semejante. Por lo pronto ya están al aire varios spots de su gobierno, referidos a las secretarías de Salud y de Educación, a la Comisión de Derechos Humanos y al programa Oportunidades, entre otros. Seguramente los gobiernos de Fox y de Calderón han contratado al mismo publicista para hacerlos, ya que el formato sería idéntico si no se hubiera restaurado el águila, que dejó de aparecer “mocha”. Igual estructura, duración y cierre. La intención es que los televidentes tengan una imagen de eficiencia y rectitud, y se convenzan de que el gobierno trabaja en su beneficio. Insertos en emisiones de gran alcance como las telenovelas de Canal 2, aseguran un público masivo. México se está convirtiendo en una telecracia. Si no se le ponen límites a Televisa, ésta seguirá acrecentando su poder. Por lo pronto su capacidad económica crece y crece. En 2006, aumentó sus ingresos respecto de 2005 y en 2007 se calcula que genere aún mayores beneficios debido a las casas de juego.

Además, tiene ya una forma de reciclar sus productos para el mercado interno. A través de esmas.com –la empresa que mantiene a Televisa en la red virtual– ahora se enlaza con los celulares. Vende, a través de una clave que debe marcarse desde el teléfono, la música de sus melodramas, las fotos de sus actrices y la información que difunde.

Mientras obliga a la competencia a fusionarse o morir y maniobra políticamente para tener el camino despejado, descuida cada día más lo que fue su fortaleza: los contenidos de ficción. La creatividad parece haber desaparecido de esa productora que vendía cientos de horas al año a más de 120 países. Las series que realiza están marcadas por la reiteración. No hay guiones originales, ahora compra historias a Colombia, Argentina y Brasil. Es imposible encontrar una actriz que surja como estrella favorita, del tipo de Verónica Castro, Lucía Méndez o la propia Talía. Hasta el estilo característico de la televisora ha sufrido un deterioro enorme. Al haber apostado todo a la parte informativa convirtiendo los noticiarios en espectáculos dirigidos por hombres y mujeres del show, en lugar de periodistas, su credibilidad está perdida y el raiting lo confirma. Es decir, el origen de su éxito ha cedido su lugar a los servicios de telecomunicaciones y al juego. Los contenidos son ya lo de menos, las horas al aire se llenan de comerciales y de programas baratos de ínfima calidad. Los recursos son escasos, pero se reciclan bien. De un escuálido cuero están saliendo todas las correas.

Ahora que pretende comprar Cablemás, la segunda compañía de cable más grande del país, y una parte del negocio que posee el grupo Estrellas de Oro del norte de México, ratificará una vez más su calidad de monopolio, así sea en la televisión de paga. Se alzará con 75% del mercado (Proceso 1582). Ya lo es en la difusión satelital mediante Sky, que hizo quebrar a Directv.

Todavía existen muchos empresarios dedicados al cable en los estados de la República. Sin embargo, la tendencia es a firmar convenios con los grandes para no desaparecer. Por este camino, si bien no habrá un acaparamiento total de concesiones de cable, sí existirá de hecho un monopolio creado a partir de las asociaciones de los concesionarios particulares que ceden a Televisa su posibilidad de transmitir.

El consorcio, favorecido siempre por los gobiernos en turno, consolida su impunidad a través de acuerdos entre políticos y gerentes. Hermanos, primos, hijos y parientes de todo tipo se encuentran haciendo mancuerna. Sólo un ejemplo de lo que los periódicos han documentado de manera abundante: en la vicepresidencia de información de Televisa, Leopoldo Gómez. En la fiscalía para asuntos electorales, su hermana, Arely Gómez. Los enroques y enredos entre el gobierno y la empresa privada prometen continuar.


Agrega el Sam: Efectivamente "esta historia continuará"...

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