E n publicaciones «Yunque», 1960 (que no tiene nada que ver con la logia que opera en México), se lee en la página 18: "Cuando tenemos justo lo necesario, somos pobres. Cuando no tenemos lo necesario, estamos en la miseria. La costumbre de la miseria crea el mendigo. el que vive miserablemente es un desgraciado si no es un santo. No tenemos derecho a exigir a los demás que sean santos. Si cree en Dios, llegará incluso a blasfemar. Cuando la miseria dura demasiado, la tentación de la blasfemia desaparece poco a poco, piensa que Dios le ha olvidado. Y entonces se olvida de Dios. A una pobre mujer le oí estas palabras: -¿Cree usted que Dios se ocupa de la gente como nosotros?". La Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) ha declarado que de los 2 mil 375 sindicatos que tiene registrados, sólo 50% tiene actualizado su registro. Los otros son "sindicatos blancos"; son solamente de paja y tapan la realidad del desamparo que sufren los trabajadores al no gozar de las prestaciones legales que alivien los extremos de su pobreza.
Los datos internacionales señalan que en México 50% de la población vive en la miseria, 30% vive en la pobreza y sólo 20% de los mexicanos goza la riqueza con esplendor, con lujo, con ostentación que ofende a la humanidad.
Las centrales obreras en que figuran los líderes multimillonarios han formado un cerco que genera las condiciones dramáticas, por ejemplo, de las minas de Pasta de Conchos, en donde la gobernabilidad se perdió entre la Federación, la autoridad estatal, el municipio, la empresa titular de la mina y el sindicato en donde había un notable porcentaje de obreros eventuales, que sólo tenían prestaciones limitadas y cuyas familias están peleando todavía una compensación más justa.
Pero son las centrales acreditadas por el gobierno las que se despachan con reglamentos totalmente caciquiles. Un ejemplo de la sofisticación alcanzada por las grandes centrales obreras con la complacencia de las autoridades políticas es el siguiente texto que se lee: "Bases de no agresión de la Cámara del Trabajo del Distrito de Atlixco, CROM. Comisión Especial de Previsión Social".
Las Bases del llamado "Respeto Mutuo o de No Agresión" son 20 más tres transitorios, y estuvo vigente desde el 7 de octubre de 1948.
El artículo segundo reza: "Se respetarán entre sí sus opiniones, iniciativas públicas o privadas, salvo el caso de que esta opinión sea contraria a la ideología que sustenta la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), que es la que sustentan los trabajadores que forman la Cámara del Trabajo de Atlixco".
Aquí, pues, queda asentado que no se puede opinar contra una ideología de la central obrera, lo cual está condenado como una agresión a la libertad del pensamiento.
El artículo sexto merece transcribirse: "Con el propósito de salvaguardar los intereses generales de nuestra organización, se autoriza ampliamente a los comités ejecutivos de las agrupaciones que forman la Cámara del Trabajo de Atlixco a rodearse de un cuerpo de colaboradores que los ayuden a orientar a los trabajadores que representan para el mejor encauzamiento de las mismas agrupaciones".
Cuando acude uno a la sede de alguna de esas agrupaciones, pasa por una serie de controles y se encuentra con muchos grupos de guaruras, a veces hasta de uniformados que están vigilando con aparatos de comunicación (walkie talkie), que los conecta con los guardianes de cada uno de los pisos superiores.
© Jorge Eugenio Ortiz Gallegos | El Universal | 2 junio 2007
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