Por Vulgoculto
Norberto Rivera no deja de sorprender; cada día le surgen nuevas mañas con viejos modos, tantas como tunas al nopal, además de protector de pederastas también promueve provocadores, incita a la gente hacia técnicas represivas, revive tácticas cristeras, y ahora pretende reactivar prácticas de la Santa Inquisición.
El pasado domingo en plena Convención Nacional Democrática (CND) con un zócalo lleno de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el cardenal primado de México Norberto Rivera pudo planear toda una estrategia para cambiar su imagen de perverso encubridor de violadores al de ‘pobre víctima de la violencia'. Aunque no se encontraba físicamente en México, pudo ordenar el repique ensordecedor de las campanas de catedral justo en el momento en que hablaba por el micrófono Doña Rosario Ibarra de Piedra con la indudable intención de interrumpir su discurso de manera por demás provocadora para la Convención , pero sobre todo con el simbolismo medieval de satanizar a Doña Rosario, quien cuenta con una digna trayectoria como incansable luchadora social y representa una ala radical del Partido de la Revolución Democrática (PRD). En este sentido utiliza las campanas de la misma manera como lo hizo el cura de San Miguel Canoa en 1968 para ‘calentar' al pueblo en contra de un grupo de estudiantes para que los lincharan.
Después el Arzobispo se hace la víctima cuando un grupo de personas legítimamente molestas por la agresión clerical irrumpieron en Catedral alentados por un grupo de provocadores infiltrados que no pueden ser otros que porros al servicio de la secretaría de Gobernación y/o de la misma iglesia pagados ex profeso para tal efecto. Luego como máxima autoridad eclesiástica en México suspende los servicios religiosos hasta que supuestamente el gobierno del Distrito Federal garantice que oficiar misa sea seguro, tal y como lo hizo la iglesia católica desde Roma en la época de los cristeros para crear disgusto entre la población que en México era y es predominantemente católica.
Todo esto pretende ‘matar varios pájaros de un tiro': trocar su papel de delincuente por el de victima, desprestigiar a la CND , distraer la atención de la gente en el primer aniversario del gobierno legítimo de AMLO, y satanizar a los miembros de la Convención creando las condiciones para que cuando el Gobierno Federal decida tomar medidas represivas muchos ingenuos creyentes de buena fe lo justifiquen, mismas tácticas que utilizaba la Inquisición cuando preparaba una cacería de brujas.
Aparentemente en un principio al cardenal le salió bien toda la pantomima, pero ya pensándolo con detenimiento, tanta farsa es síntoma inequívoco de que tiene miedo, mucho miedo, quizá no tanto de AMLO o la CND , sino de la gran repulsión que el pueblo siente hacia los falsos representantes de Dios en la Tierra y todo lo negativo que representan en contrasentido de lo que deberían de ser, igual que cuando el pueblo durante el medioevo sabia de la enorme corrupción y promiscuidad de los cardenales de la familia papal, los Borgia.
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