La bellísima capital de Tabasco, Villahermosa, está brutalmente inundada, junto con las ocho décimas partes del territorio del estado. Fueron 72 horas de lluvias ininterrumpidas las que lo ocasionaron. Más de un millón de personas de la tierra de Carlos Pellicer y José María Pino Suárez sufren las consecuencias de los torrenciales chubascos y consiguientes desbordamientos de los ríos Grijalva, Usumacinta y Carrizal, el primero de los cuales atraviesa la capital. En la vasta zona circundante de la propia Villahermosa, y en otras, todos los cultivos están perdidos, según expresó el actual gobernador, Andrés Granier Melo. Las fotos son estremecedoras: casas, ganado, cultivos están anegados desde un metro hasta dos de altura. El daño humano, urbano y material ya es pavoroso. Como siempre, a quienes más les pega el fenómeno es a los pobres, que también son la inmensa mayoría. Desde hace tres días las noticias dan cuenta del desastre. Se dice que es un resurgente Nueva Orleáns ante el huracán Katrina y que su recuperación habrá de tardar muchos años.
Y empiezan a saberse cosas antes ocultas que implican a los gobernantes que ha tenido la entidad en los últimos sexenios locales, a saber, los encabezados por Roberto Madrazo, Manuel Andrade y hasta el actual, Andrés Granier, con apenas un año en el cargo de gobernador, todos del PRI, Cosas que los implican en una atroz corrupción que hizo posible --igual que en Nueva Orleáns-- que la ciudad estuviera desprotegida cuando se les vino encima el fenómeno. Va derecha la flecha: Villahermosa está obviamente inundada de agua, pero está más inundada de corrupción, que no se ve ni se palpa físicamente pero se resiente trágicamente y a la postre también materialmente. Corrupción que pega más duramente que el meteoro pues quita o reduce las esperanzas de salvación, la cual medios y periodistas locales, frecuentemente doblegados ante el poder estatal, no pudieron o no quisieron superar para denunciar corruptelas y así prevenir el desastre.
Tabasco es la entidad que más aportaciones federales ha recibido cuando menos en los últimos 20 años. Era para que a estas alturas hubiesen reforzado sus sistemas de control de inundaciones, en una zona muy conocida por su peligrosidad en este tipo de desastres; Tabasco y esa región del país tienen agua en demasía, y más cuando los azotan los temporales y las lluvias. Si no se hizo virtualmente nada es que faltaron agallas y planes para prever la contingencia. Y entre otras cosas, Tabasco ha tenido altas aportaciones federales porque sus campesinos hace décadas han luchado --con marchas y plantones ante pozos y ductos petroleros, en alguna época encabezados por Andrés Manuel Obrador-- porque la paraestatal Pemex les abone algo de lo mucho que en aceite negro se lleva de los pozos situados en tierra tabasqueña.
Pero, además, Pemex donó directamente al gobierno local hace tiempo casi 2 mil millones de pesos para prevenir este tipo de daños, tanto como para construcción de viviendas dentro del llamado Programa Integral Contra Inundaciones (PICI), pero se ignora en que se aplicaron tales fondos, si se llegaron a aplicar, pues hasta la fecha no hay evidencia del uso adecuado de esos recursos. De sus aportaciones, Pemex las informó este mismo año, según oficio DG/CE0071/2007, dirigido a la comisión especial de la Cámara de Diputados federal que investiga los daños ecológicos causados por la petrolera. Tanto en los tiempos de Madrazo y Andrade, como de Granier, la paraestatal destinó diversas partidas para esos fines, hasta sumar mil 970 millones de pesos.
Una investigación, señala el diario La Jornada de este viernes 2, “realizada por la Asociación Ecológica Santo Tomás, con sede en Villahermosa, revela una serie de irregularidades detectadas por la Contraloría del estado en el ejercicio de esos recursos por parte de los gobiernos locales; entre éstas la más grave es que los pagos por obras no realizadas se sustentaron con copias simples de las facturas, y en muchos casos los montos fueron alterados con corrector líquido para incrementar sus costos”.
Irregularidades sin cuento informan estos manejos, que el actual titular de la Secretaría de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, declaró el jueves 1º que serán investigadas, por las formas discrecionales, sin control estricto, en que se ejercieron tales recursos. En 2003, el 98 por ciento del donativo de Pemex para el llamado PICI, por 163 millones 607 mil pesos, se utilizó para el pago de remuneraciones y sueldos a trabajadores, así como para cubrir altas cuentas de teléfonos celulares de funcionarios locales, y para el pago de combustibles, gasolina y diesel, inclusive de automóviles que se encontraban en el taller, y hasta, el colmo, en compras de cigarros, bebidas, pasteles, dulces y despensas en tiendas de autoservicio locales, según la misma asociación referida antes.
Calderón se apersonó de inmediato en Villahermosa, pero mostró el rostro de la explosividad que en estos casos lo caracteriza. Cuando un señor le pidió “ayúdenos”, él respondió que se acercara a palear tierra en costales. Le dijo, inflamado: “vente, o mando por ti”, en lo que ese señor vio una amenaza y mejor se desdibujó apresuradamente del lugar. Escasos 15 minutos se tomó Calderón, seguro que “para la foto”, paleando tierra a costales que serían colocados como dique en un malecón del Grijalva.
Se supo por otra parte, en el aluvión de informaciones inconexas, que en la Presa de Peñitas, sobre el río Grijalva, administrada por la Comisión Nacional del Agua, que encabeza el panista-yunquista José Luis Luege Tamargo, debieron haberse terminado obras referentes a la prevención de inundaciones desde marzo pasado, pero esto no ha ocurrido. También, que en el aeropuerto Mariano Matamoros de Cuernavaca, Morelos, un avión (con matrícula XAUEL, de la empresa Aerotropical, SA) fue impedido de despegar vuelo, presumiblemente porque transportaba 10 toneladas de víveres para damnificados tabasqueños, recopilados por el PRD de López Obrador, y que ello ocurrió por este solo hecho, según denunció el dueño de la aeronave. Mientras tanto, Felipe Calderón ha emitido un llamado para que se envíen víveres a la zona siniestrada.
Pero lo evidente va siendo que hay malos manejos oficiales de recursos destinados a la prevención de inundaciones. Se va confirmando la imagen expresada líneas atrás: Tabasco está inundado de corrupciones, que deben ser descubiertas y castigados sus autores.
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